Esclavo de mis vecinos. (capítulo 13)

Por una de esas casualidades de la vida mis vecinos y yo descubrimos nuestros gustos y podemos cumplir deseos y sueños.

CAPITULO 13

(se recomienda leer los anteriores)

Unos minutos antes de la hora aparecieron por el restaurante y allí estaba esperándolas Virginia, Adela hizo las presentaciones de rigor, se sentaron y disfrutaron de una animada charla y un aperitivo antes de comenzar con la comida, desde el primer instante fue muy fluido todo pues Virginia y Merche se cayeron estupendamente y salto la chispa que todas pretendían de confianza y complicidad por coincidencias de gustos, deseos, ilusiones y formas de pensar.

-          Merche ya me ha dicho Adela, dijo Virginia, que nos vas a echar una mano con el tema de Javier y su sumisión, no imaginas lo agradecida que estoy por ello, es algo que creo que mi marido y yo debemos solucionar antes de que nuestra relación sea un desastre.

-          Yo no sé Virginia, dijo Merche, si podre o no ayudaros, creo que la única ayuda posible en vuestro caso sois vosotros mismos, yo lo único que puedo hacer es tratar de dejaros algunos conceptos claros y que seáis conscientes de las decisiones que tenéis que tomar ambos y de las consecuencias de esas decisiones, es algo para no tomarlo a broma, una cosa es una sesión o una diversión momentánea y otra muy distinta tener una relación D/s plena.

-          Chicas, dijo Adela, ahora no nos pongamos serias con este tema, es algo que llegado su momento ya veremos, ahora vamos a pasar un rato agradable y a charlar de temas agradables, vale?

-          Tienes razón Adela, pero de verdad que no es agradable tener un esclavo como mi Dani?, dijo Merche.

Todas sonrieron y siguieron con la comida y charlando de otros temas, todo fluía muy agradable y se iban perdiendo ciertas vergüenzas.

-          Hoy estas especialmente radiante Virginia, dijo Adela.

-          Conseguirás que me sonroje Adela, le respondió Virginia.

-          No creo que tú te sonrojes por tan poca cosa Virginia y sí que es cierto que cuando te he visto como estas hoy he recordado el otro día y lo que dejamos a medias.

-          Sabia por dónde ibas Adela, dijo sonriendo Virginia.

-          Veamos chicas, dijo también sonriendo Merche, o me contáis de que va esto o cojo mi bolso y me marcho porque odio estar al margen de algo que está pasando delante de mis ojos.

-          Pasa Merche, comenzó diciendo Virginia, que cuando conocí a Adela recién llegados a la ciudad además de confesarle nuestros gustos sexuales le dije que deseaba tener experiencias bisex, que me atraía bastante el tema siempre que la chica despertase mi interés y el otro día, que comimos juntas, el vino y una copa después hicieron que tuviéramos nuestros primeros escarceos, Merche mi mayor problema siempre ha sido que soy muy fogosa y muy impetuosa, y bueno nos quedamos solo en eso porque por falta de tiempo y oportunidad ahí se quedó todo y Adela cada vez que nos vemos me recuerda lo que tenemos pendiente, como si a mi hubiese que recordarme estas cosas!!

-          Ya sabes Merche que en el tema chicas y tema sexo yo soy quizás demasiado selectiva y no demasiado lanzada, pero es que el otro día Virginia me puso a mil y no me gusta dejar temas a medias.

Todas de nuevo sonrieron.

-          Vamos que veo que por estar tan ocupada me he estado perdiendo alguna que otra fiesta, dijo Merche.

-          Tu seguro que puedes recuperar lo que quieras de fiesta cuando quieras Merche, dijo Virginia.

-          Se te ha visto el pelo Virginia, dijo Adela, menos mal que a Merche no hay quien le saque los colores.

-          Lo he dicho con toda la intención Adela, dijo Virginia, no he pretendido en absoluto ser nada sutil, me habíais hablado mucho de Merche, todo el mundo, pero obviamente no la conocía, hoy que he tenido la suerte y la he conocido creo que todos os habíais quedado cortos, muy cortos, es una mujer genial, muy interesante y muy atractiva, me gusta mucho, me pone mucho y no me importaría en absoluto.

-          Vaya, dijo Merche, pretendes conseguir que me sonroje Virginia?, no lo conseguirás, dijo sonriendo, pero sí que tal vez puedas conseguir otras cosas que quizás te gusten más, porque tú también eres muy deseable.

En ese momento Virginia puso su mano sobre la de Merche y la acaricio, disfrutando ambas de una mirada llena de complicidad y lujuria.

-          Bueno creo que me ha quedado muy claro, dijo Adela con una medio sonrisa, que hoy no es mi momento, y yo Virginia, que si he tenido la suerte de estar más de una vez con Merche en la intimidad he de decirte que solo tiene un problema, que es adictiva, que engancha.

De nuevo todas volvieron a sonreír y siguieron de animada charla subiendo el tono de excitación y deseo que ya se respiraba en aquella mesa.

Llego la hora de tomar café después de aquella agradable comida y mientras lo disfrutaban.

-          Yo os invito a una copa en el privado de Paradise si os apetece, dijo Adela.

-          Yo me apunto a todo, dijo Virginia.

-          A mí me vais a perdonar chicas, pero aunque me apetece esa copa me quedare más tranquila si voy a casa y compruebo que Dani está bien, así que lo único que puedo hacer es invitaros yo a esa copa en casa si el cambio de escenario os parece bien, además, si os apetece podemos tomar un baño mientras tomamos esas copas.

-          Suena muy bien lo que propones Merche, dijo Virginia, pero no he traído traje de baño.

-          Ni yo tampoco Virginia, dijo Adela, pero presumo que en casa de Merche no hará falta ninguna.

-          Efectivamente no hace falta traje de baño alguno y aun menos ahora, con las últimas reformas que hemos hecho, antes desde la casa del vecino perdía intimidad parte de nuestro de jardín y la mayor parte de la piscina, pero ahora eso ya está solucionado.

-          Eso es genial Merche, dijo Virginia, no sé cómo estaba antes, pero tener un jardín y piscina protegido de miradas ajenas y de vecinos es una gozada.

-          Ya habéis hecho la ampliación que me comentaste de jardín Merche?, pregunto Adela.

-          Si, ya está todo hecho, se ha encargado de todo nuestro esclavo Dani y al final, hemos ampliado aún mejor de lo que queríamos, dijo Merche, es algo que ya verás cuando vayas a casa, pero de todas formas me refería a que antes teníamos solo una casa desde la que se podía ver parte de nuestro jardín y piscina, ahora ese problema ya no existe.

-          Ya no está esa casa Merche?, pregunto Virginia.

-          No Virginia, resulta que el dueño de esa casa, su vecino, es ahora su esclavo en propiedad, dijo Adela, es el perro al que Merche y Chema están domando.

-          Y la propiedad, junto con todos sus bienes, nuestros, apostillo Merche.

-          Habláis en serio?, dijo Virginia. Me habían hablado de la entrega absoluta de vuestro esclavo pero no creía que habíais llegado a ese término.

-          Nosotros, Chema y yo, decidimos hace ya tiempo no realizar más juegos, más sesiones, es decir, tomar nuestros deseos como un objetivo y no como una distracción momentánea, eso de solo ser Dominantes o Amos durante un rato nos ocasionaba demasiada frustración, ansiedad y sobre todo la duda sobre nuestros propios deseos, era vacío lo que nos producía, así que decidimos buscar lo que deseábamos y no conformarnos con menos, queríamos ser Dueños de un esclavo que solo fuera nuestro y que solo mirara por nosotros, lo que se llama un 24/7/365, algo muy complicado de encontrar y algo muy complicado de llegar a realizar.

-          Y resulta que lo tenían pegado a su casa, dijo Adela.

-          Así es, confirmo Merche sonriendo, lo teníamos pegado a casa y era nuestro vecino lo que tanto tiempo andábamos buscando, lo que tanto habíamos soñado y deseábamos, ninguno nos habíamos dado cuenta, él era nuestro deseo más íntimo e inconfesable y nosotros su sueño inalcanzable.

-          Pues yo voto por tomar esa copa en casa de Merche, dijo Virginia, me encantara saber más, que me contéis más y conocer todo de lo que habláis, casa y esclavo, … y por supuesto de ti Merche.

Las miradas frívolas e insinuantes de nuevo surgieron entre todas y sonrieron con ya total complicidad.

Cuando salían del restaurante para buscar los coches, Adela se acercó a Merche y le susurro al oído.

-          Merche, si quieres estar a solas con Virginia dímelo y tranquila que lo entenderé, tengo mucho trabajo en la clínica así que puedo poner cualquier excusa y dejaros.

-          No Adela, me apetece que estemos las tres, lo pasaremos bien, relájate y déjate llevar.

Ya habían llegado hasta el parking las tres y entonces Merche se volvió hacia Adela y cogiéndola de la cintura la acerco a ella y la beso profundamente en su boca.

Adela pese a la sorpresa, se dejó hacer y correspondía al beso además de acariciar el pecho de Merche mientras esta la penetraba con su lengua.

Merche miro a Virginia que sorprendida era espectadora de excepción de aquella escena y le hizo una indicación para que se acercara, cuando lo hizo Merche la agarro desde atrás y con sus cuerpos pegados paso de la boca de Adela a la boca de Virginia que se deshacía por recibir aquella lengua y aquel beso.

-          Me estas poniendo muy cachonda Merche, dijo Virginia.

-          Es solo el principio Virginia, dijo Merche pasando sus manos por los pechos de Virginia.

Hábilmente Merche acerco la cara de Adela a la de Virginia y ambas se fundieron en un profundo beso mientras la propia Merche jugaba con los pezones ya duros de las dos por encima de la ropa, dándole leves pellizcos que hacían suspirar a ambas.

Virginia la miraba de manera totalmente lasciva mientras Merche le pellizcaba el pezón, paso su mano por detrás de Merche y acariciaba su culo por encima de la falda, estaba totalmente excitada, dejo de besar a Adela y con una mano en el culo de Merche puso la otra en uno de los hermosos pechos de la deseada Merche y de nuevo la beso con pasión, metiendo su lengua hasta donde esa boca le permitía.

-          Me tienes totalmente cachonda y fuera de mi cielo, le dijo al oído y muy bajito Virginia a Merche, tengo muchas ganas de ti.

-          Tranquila Virginia, esta tarde vas a tener la oportunidad de saciarte, le dijo Merche, también al oído y muy bajito.

Abrieron el coche y subieron a él, Adela y Virginia delante y Merche detrás.

-          Vámonos a casa chicas, seguiremos con esto allí, creo que todas nos tenemos muchas ganas, dijo Merche una vez ya dentro del coche.

De camino a casa, Merche llamo a su esclavo para saber cómo estaba, le comento que se le habían pasado bastante las molestias que se había tomado un yogurt al llegar a casa y se había acostado, había dormido un poco y sobre todo había reposado, ahora se había curado de nuevo las heridas y estaba en la cocina haciendo algunas cosas. Merche le comento que iba a casa con sus amigas Adela y Virginia, que no sería usado hasta que todo cicatrizara bien, que no se preocupase, pero que si se encontraba bien debía de realizar el servicio doméstico, atenderlas y servirlas bebidas y lo que pusiesen necesitar, que preparase la zona del jardín bien y se pusiese una braga de hilo azul para poder al aire todas las heridas.

-          Ve tomando nota de como debes proceder con tu tema Virginia, dijo Adela, ahora cuando veas a Merche como actúa con su esclavo.

-          Ya, he oído la llamada y estoy alucinada, yo necesito algo así, que no me cuestione, que no me responda, que no tenga que estar dando explicaciones de todo, que simplemente obedezca y este siempre pendiente de mí, dijo Virginia.

-          No es tan fácil Virginia, comento Merche, pero claro que es posible, todo es posible, mi esclavo está en pleno proceso de adiestramiento, pero he de reconocer que nos lo ha puesto muy sencillo, es muy dócil, obediente, sumiso y entregado.

-          Y está loco por ti Merche, apostillo Adela, y eso ha agilizado y facilitado todo mucho.

-          Si, tal vez también tengas algo de razón en eso Adela, dijo Merche.

-          Mi primer perro fue mi marido, dijo Adela, y tu bien sabes Merche que al estar enamorado de mi fue relativamente sencillo someterlo, con el segundo perro he tenido que esforzarme más, había más deseo por mi parte que sentimientos por la suya y eso se nota, pero con voluntad por ambas partes, entrenamiento y adiestramiento se logra.

-          Eso significa que lo mío será más sencillo?, dijo Virginia, porque Javier está muy enamorado de mí, es más, fue el quien me empujo a ponerle los cuernos y quien me ha mostrado todo este mundo desconocido para mí.

-          Si es como dices solo deberás empujarlo hacia su lugar, a su nuevo sitio, mostrárselo, ponerle límites y dejarle claro quien tiene el poder, no importa su deseo de sentirse cornudo o su excitación mientras su mujer le pone los cuernos, importa lo que tú quieras y cuando tú quieras, dijo Merche, ese es el principal mensaje.

También debes demostrarle que ahora ya no hay marcha atrás, que ahora eres tú quien decide, que se trata única y exclusivamente de tu placer y que lo que tu decidas no es que sea la prioridad, es que no hay más opciones.

-          Tal y como lo dices parece sencillo Merche, dijo Virginia.

-          No es que sea sencillo Virginia, es que quien primero ha de creer lo que sientes y lo que dices eres tú, y después trasladárselo a él, dijo Merche, nunca es sencillo, pero si lo deseas se puede conseguir, si los deseos de ambos son los mismos todo será más fluido, juega con eso y deja clara tu postura, sin titubeos y sin dudas.

Escuche el coche llegar a casa y me apresure a esperar a mi Dueña en la puerta de rodillas esperando que abriese, como a ella le gustaba.

Entraron las tres charlando y yo me acerque a saludar a mi Ama y besar sus pies.

-          Hola perrito, como te encuentras, me dijo mi Ama mientras yo adoraba sus pies con mi lengua.

-          Bien mi Dueña, muchas gracias, las molestias ya han remitido bastante.

-          Bien, me alegro que así sea, debes cuidarte y cicatrizar todo bien para que podamos usarte.

-          Si mi Ama.

-          A Adela ya la conoces esclavo y esta es mi amiga Virginia, salúdalas como debes.

-          Buenas tardes Señora Adela, le dije mientras besaba sus pies humildemente.

-          Hola perro, espero que estés mejor, ahora veré esas cicatrices.

-          Muchas gracias Señora es usted muy amable.

-          Hola Dani, soy Virginia y me han hablado mucho de ti, así que estoy encantada de conocerte por fin.

-          Buenas tardes Señora Virginia, dije poniéndome de rodillas a sus pies y besándolos con devoción, un placer conocerla.

-          Por cómo me estas besando y lamiendo los pies Dani, seguro que el placer va a ser mío.

Mi Ama y la Señora Adela sonrieron y mi Ama le comento a Virginia.

-          Virginia es nuestro esclavo en propiedad por decisión propia y es un puto perro sumiso por el deseo que tiene de servir y ser usado, él se alimenta de la humillación así que puedes llamarlo como quieras pero piensa en el cuándo lo hagas, quizás si le llamas Dani no le hagas sentir como el desea sentir.

-          Es así puto perro sumiso?, dijo la Señora Virginia.

-          Así es Señora Virginia, yo no lo hubiese podido explicar mejor que mi Dueña.

-          Has de saber Virginia que cuando es usado por Chema la perra es Yeni, dijo la Señora Adela y así figura en su collar.

-          Me encanta todo, dijo Virginia, da mucho morbo el tanga que llevas perro.

-          Lleva mi bolso a mi dormitorio esclavo, nosotras vamos hacia la zona de la piscina, espero que este todo preparado como te he indicado.

-          Lo está mi Dueña, todo está limpio, tienen toallas en las tumbonas y si desean que cambie la música me lo dice mi Ama aunque espero le guste lo que he seleccionado.

-          Voy a enseñarles el jardín y vamos a darnos un baño, pásate ahora por allí que te pidamos para beber esclavo.

-          Si mi Ama.

Cogí su bolso, besé su mano y me fui a dejarlo al dormitorio.

Ellas salieron por el porche y mi Ama les iba enseñando todo el nuevo jardín y como había quedado la zona de la piscina, estaban encantadas y alabando a mi Ama por lo conseguido lo cual hacía que ella se sintiese genial y poderosa y yo orgulloso de haber podido contribuir a ello.

Fueron hacia la zona de la piscina y comenzaron a desnudarse para poder tomar un baño, la más rápida fue Adela que dijo que estaba demasiado acalorada y después mi Ama y Virginia.

Estaban las tres en la piscina refrescándose y aparecí yo a tomarles nota de lo que deseaban beber.

-          Chicas después tomaremos unos mojitos o unos gin tonic que mi perro hace exquisitos, pero creo que la ocasión merece que primero brindemos con una copa de champagne por los buenos momentos vividos y por los que viviremos.

-          Creo que eso es fantástico, me apunto, dijo Virginia acercándose a mi Ama y pasándole le brazo por la cintura.

-          Una excelente idea Merche, dijo Adela, acercándose a ambas y besando en la mejilla a ambas.

Mi Ama reacciono a ese beso y tomándola por la cara acerco su boca a la de Adela y se fundieron en un beso apasionado, las manos de Adela ya acariciaban el cuerpo de mi Ama mientras ella aguantaba su cabeza y seguía besándola.

-          Perrito, trae una botella de champagne y tres copas, me ordeno mi Ama.

Prepare la botella de champagne, las copas y como vi que tenía unas excelentes fresas en el frigorífico les prepare un cuenco con unas fresas limpias y otro pequeño cuenco con unos bombones.

Se lo serví todo en la mesa junto a la piscina.

-          Acércanos las copas que podamos beber y recoge toda la ropa y zapatos y déjalo todo en el porche bien puesto, me ordeno mi Ama.

Les puse las copas en el borde de la piscina mientras ellas seguían jugando, excitándose, riendo y morboseando en la piscina. Eran tres impresionantes mujeres muy calientes desnudas en la piscina, el deseo se respiraba en el ambiente y los besos y caricias cada vez subían de intensidad.

Recogí todas sus ropas y zapatos y los llevé al porche, allí los puse sobre los sillones.

Salieron del agua tomaron las toallas y fueron hacia la mesa, sonrieron al ver lo que les había preparado y brindaron bebiendo y disfrutando del momento.

Mi Ama con una indicación me dijo me pusiese en la zona del fregadero y cocina y que me llamarían si necesitaban algo, que estuviese atento.

-          Adela quiero que acabes lo que has comenzado en la piscina, dijo mi Ama, desde después de comer me tienes muy caliente, así que me gustaría que me lo comieses bien y correrme en tu boca.

-          Tu a mí me tienes más y claro que deseo comerte entera y que te corras en mi boca, dijo Adela.

-          Para ti, le dijo mi Ama a Adela, será de cintura para abajo, para Virginia el resto, así que vamos a las camas balinesas a disfrutar un rato que tengo muchas ganas de regalaros mis orgasmos.

Esclavo lleva las copas y la botella a la mesita de las camas y también esos cuencos que has preparado.

Fueron hacia las camas, en una de ellas mi Ama puso el respaldo hacia arriba y se recostó con las piernas abiertas, la Señora Adela sin pensarlo y con rapidez metió su cabeza entre las piernas de mi Dueña y comenzó a comerle el coño con mucho deseo, Virginia mientras tanto no se lo pensó y comenzó a besar y lamer el pezón de uno de los pechos de mi Dueña mientras que con la otra mano acariciaba el otro, mi Ama suspiraba de placer y alargo sus manos hasta llegar al culo de Virginia y acariciarlo.

La escena era muy excitante y las tres parecían que iban a explotar en tan solo unos instantes.

Mi Ama fue la primera que le regalo un orgasmo a su amiga Adela, que lo trago todo como deseaba, después Virginia no pudo contenerse a las caricias de mi Dueña en su culo y sus pechos mientras besaba y lamia los pechos de mi Ama y también exploto en un fabuloso orgasmo mientras se besaba lascivamente con mi Ama.

-          Ahora quiero que me lo comas tú, le dijo mi Dueña a su amiga Virginia muy bajito junto a su oreja, sé que lo deseas y yo también lo deseo, quiero regalarte otro húmedo orgasmo y que lo tragues todo.

Diciéndole esto clavo dos de sus dedos en el coño de Virginia que estaba muy excitada, pese a ya haberse corrido una vez, por las palabras llenas de deseo que le había dedicado mi Ama quien ahora movía frenéticamente los dedos dentro de las entrañas de su amiga para arrancarle otra chorreante corrida mientras besaba y mordisqueaba sus pezones y pechos.

Virginia cuando recupero el aliento bajo hasta la boca de mi Ama y le beso con pasión y deseo, mi Ama le agarro por detrás del pelo y una vez que la había besado bajo su cabeza hasta posicionarla en su pecho, Virginia no se hizo rogar y comenzó a lamer los pezones de mi Dueña con mucha excitación.

-          Adela cariño, sube aquí conmigo y déjale el sitio a nuestra amiga que también quiere saborear mis más íntimos fluidos, dijo mi Ama.

Su amiga Adela se recostó con mi Ama y mientras se besaban Virginia bajo hacia el coño de mi Dueña comenzó a besarlo, lamerlo y chuparlo, succionando su clítoris y gozando del momento.

Adela seguía besando a mi Ama y esta le había metido dos dedos en su coño y los movía en círculos pellizcando suavemente a la vez su clítoris, estaba gozando como una loca y movía su culo para que le fuese más sencillo a mi Ama masturbarla como lo estaba haciendo, estaba muy caliente y no tardó mucho en explotar en un tremendo orgasmo gimiendo y rogándole a mi Dueña que no parase que quería más, así encadeno hasta tres orgasmos y el ultimo llego justo cuando mi Ama se corría por enésima vez y en esta ocasión le anunciaba a Virginia que no quitase la boca que venía un hermoso chorro para ella, abrió mucho más su boca y trago toda la corrida y el squirt de mi Dueña, corriéndose ella a su vez al recibir tan sabroso regalo.

Quedaron las tres agotadas y con la respiración agitada del momento vivido.

Cuando pudieron recuperar el aliento mi Ama me llamo.

-          Ahora es el momento de tomas unos mojitos, verdad chicas?, dijo mi Dueña.

Perrito prepara 3 mojitos especiales de los tuyos y nos los sirves en la piscina, creo que tenemos que darnos un baño relajante.

Atardecía pero la temperatura y la escena vivida invitaban a que se dieran un baño, las tres Señoras desnudas se metieron en la piscina y yo recogí las copas y el champagne en la bandeja y me fui a la cocina a preparar las bebidas que me habían solicitado.

-          Tanto y tan bueno que me habían hablado de ti Merche nunca imagine poder disfrutar así con otra mujer, dijo Virginia, eres puro morbo.

-          Aún queda tarde, dijo mi Dueña sonriendo.

Adela no pudo menos que reír de lo que hablaban e intervino.

-          Yo ya te había avisado y advertido Virginia y creo que me he equivocado en muy poco, dijo Adela también sonriendo.

-          No te has equivocado en nada Adela, es más, creo que te quedaste muy corta, dijo Virginia suspirando.

En ese momento llegué con las bebidas y se las serví a las Señoras en la piscina, dejándoles a cada una de ellas su vaso en el borde.

-          Desea mi Ama que prepare algo para picar?, le pregunte a mi Dueña.

-          Chicas, queréis algo con el mojito, frutos secos o fruta?, les pregunto mi Dueña.

Todas dijeron que no, que no les apetecía nada.

-          Qué hora es perro? Me pregunto la Señora Adela.

-          Son las 18,30 h. Señora, le respondí.

-          Yo chicas me tomo esta copa y tendré que irme con todo el dolor de mi alma, porque lo estoy pasando realmente genial, dijo Adela.

-          Y eso? que tienes tan urgente?, pregunto mi Ama.

-          Una reunión que no he podido anular, la comida y todo esto ha surgido como sabes de improviso y he podido ausentarme de casi todo porque mis esclavos me cubren en la clínica, pero esto ha sido imposible moverlo y es importante, dijo Adela.

-          Pues te perderás la guinda, comento mi Dueña, voy a follarme a Virginia, me ha puesto realmente cachonda y la voy a follar con mi arnés.

-          Estoy deseando Merche, dijo enseguida Virginia, también yo estoy muy cachonda y aún no he tenido suficiente, acercándose a mi Ama y besándola apasionadamente.

-          Pues ya me lo contareis, que más quisiera quedarme pero es del todo imposible, así que me la debéis ambas, comento Adela, dándole un trago a su copa.

-          Atiende a mi amiga Adela perro, dale la toalla y mira si necesita algo, me ordeno mi Dueña.

Le ofrecí una toalla a la Señora Adela y me arrodillé ante ella a la espera que me dijese si necesitaba algo.

Se la puso por encima para secarse y se encamino hacia los sillones.

-          Acompáñame perrito, me dijo.

-          Si Señora.

Ella se sentó en uno de los sillones y yo me puse frente a ella con la mirada baja y de rodillas.

-          Déjame que vea como llevas las cicatrices Dani.

Me las examino y acaricio mi cabeza.

-          En un par de días estarás listo para usarte perrito, mientras tanto no hagas esfuerzos que puedan perjudicar la cicatrización, solo lo que puedas, como por ejemplo secarme los pies.

Cogí la toalla y le sequé los pies a la Señora como me había indicado.

A otra indicación suya le traje toda su ropa y le ayudé a vestirse con especial cuidado al subirle el tanga que antes me hizo lamer y al abrocharle la camisa.

Se despidió de sus amigas y se fue, yo la acompañe hasta la puerta y allí me arrodille y bese sus pies.

continuara ...

agradezco comentarios y también criticas

(dedicado a Ella, que para mí siempre será única, con la que sentí sensaciones únicas y extraordinarias, Ella seguro que sabe quién es, aunque a veces tenga sus dudas, gracias mi Diosa)