Esclavo de mi esposa y su hermana
De esclavo de mi esposa,tras una visita a casa de mi cuñada,pasé a esclavo de las dos...
Ibamos en el coche mi esposa y yo, aquella tarde de otoño a recoger a mi cuñada al aeropuerto,ya que se había separado hacía poco de su marido y venía a pasar una temporada con su hermana a ver si se le levantaba el ánimo y volvía a la vida normal.
Mi esposa, Clara de 38 años es la hermana mayor,no tenemos hijos y vivimos cómodamente en una ciudad de Provincias ,gracias a nuestros trabajos y en un bonito chalet a las afueras de la localidad.
Yo soy Javier,abogado de 44 años,y clara mi esposa es enfermera,mientras que mi cuñada, única hermana de mi esposa, Marta de 32 años, se separó hace meses de su marido con el cual llevaba casada apenas un año, pero con el que la convivencia se mostró imposible al cabo de dicho tiempo por incompatibilidad de carácter, terminando su vida en común y dejando algo tocada a mi cuñada.
Por eso aceptó la invitación de su hermana de venir a vivir con nosotros durante un tiempo hasta que se repusiera, una vez solventados los temas legales, con su flamante divorcio debajo del brazo y una suculenta pensión que le había sacado a su marido al no trabajar ella y encontrarse él en una buena situación económica.
Ambas hermanas siempre habían tenido una excelente relación y complicidad entre ellas, y mi esposa al ser la mayor había actuado como consejera y guía de la menor desde jóvenes, con la que tenía frecuentes charlas telefónicas, al residir en distintas ciudades ambas.
Quiero explicar que dicha invitación me extrañó un poco ya que mi relación con mi esposa se ha ido convirtiendo poco a poco en relación entre ama y esclavo. No fue así desde el principio, sino que contandole mis fantasias de dominación ,ella fue asumiendo el papel de ama, hasta el momento actual en el que lo tiene totalmente asumido y disfruta con ello.
De cara a los demás somos una pareja normal, con la familia, amigos, trabajo; pero una vez en casa, tras nuestra jornada laboral o los fines de semana ,es una relación 24/7, siendo yo el esclavo sumiso, desnudo en todo momento desde que entro por la puerta de la vivienda y comportandome como tal, haciendo las labores de la casa y dandole satisfacción a mi ama como ella lo solicite, sobre todo con mi boca, y siendo castigado cuando ella lo cree oportuno.
Me extrañó ya que mientras estuviera mi cuñada en casa no podríamos seguir con nuestra relación 24/7,por lo que sentía frustración al pensar en el tiempo que pasaríamos con ella en casa y sin poder comportarnos "normalmente",y es más pensando que mi esposa también estaría frustrada, si bien la idea de invitar a su hermana había partido de ella.
Lo que ignoraba es que mi mujer ya le había contado a su hermana la esencia de nuestra relación y que mi cuñada, muy extrañada al principio lo había asimilado antes de emprender el viaje y se econtraba intrigada en ese instante.
Pues bien,el vuelo llegó,la recibimos con muestras de cariño,recogí su equipaje y nos dirigmos al coche para emprender el regreso a casa.
Marta estaba radiante,pues a sus 32 años se encontraba en plena forma,de constitución parecida a su hermana ambas eras rubias,de pelo corto, Marta algo mas alta que mi esposa, pero con buen cuerpo,atleticas con buenas tetas y culo pequeño pero respingón.
Una vez acomodadas ambas en la parte trasera del coche,cosa que en principio no me extrañó ya que pensé que querían estar juntas durante el trayecto para comentar sobre sus cosas, mi esposa me ordenó que me dirigiera a casa.
Durante el trayecto estuvieron charlando de sus cosas,y sin prestar mucha antención llegamos a nuestro hogar.Ambas se bajaron y Clara ,con voz autoritaria como siempre utlizaba conmigo,me ordenó que guardara el coche en el garaje, y llevara el equipaje de Marta a la habitación de invitados y que seguidamente se encamirara al salón a donde ellas se dirigían en esos momentos.
Una vez cumplidas las tareas encomendadas,y en la puerta del salón observé como ambas se encontraban se charlando sentadas en el sofá,y nada mas entrar mi esposa con su tono más autoritario me mandó traer una cervezas y servirselas,cosa que hice extrañando que mi cuñada no se mosqueara por el tono utilizado por mi esposa. Al regresar serví las cervezas y al ir a sentarme,Clara de nuevo con su tono autoritario mi mandó quedarme de pie en medio del salón y entoces levantandose me explicó que le había contado a su hermana todo en relación a nuestro modo de vida y que a partir de ahora, seguiríamos viviendo igual aunque se hermana estuviera presente, yo algo avergonzado bajé la cabeza ,no sin antes observar a mi cuñada con cara de curiosidad y una media sonrisa en la boca.
Que tienes que decir, me dijo mi esposa mientras me tiraba de una oreja, a lo que respondí con un escueto "Sí ama".
Bueno una vez realizadas las presentaciones, volvió a decir mi ama, es hora de que te desnudes y continuemos con nuestra vida normal.
Aquello me cogió de sorpresa, y algo ruborizado empecé a desnudarme allí en medio de salón, quitandome la camisa, los zapatos y los pantalones,dejando dichas prendas ordenadas en una silla cercana y quedandome solo con los calzoncillos,momento en que mi esposa me apremió diciendome que no teníamos todo el día,por lo que me los bajé despacio hasta los tobillos y apartandolos de una patada,dejandome ver en pelotas a la vista de ambas mujeres,humillado y algo avergonzado al estar así delante de mi cuñada pero inciando una rápida erección debido a la situación.
Una vez en pelotas mi mujer me dijo que me acercara y cogiendome de las pelotas,me reprendío con dos fuertes palmadas en el capullo que me hubiera excitado tan pronto,y que era un guarro de comportarme así delante de su hermana, diciendole a esta que era lo que le parecía aquello,a lo que mi cuñada con semblante alegre pero algo pícaro,le manifestó que le dejaba algo estupefacta al considerarme hasta la fecha una persona seria y conservadora ,pero que no le extrañaba ya que las personas así eran luego las más pervertidas.
Mi esposa le animó a que me cogiera por lo huevos ,lo cual hizo sin rechistar,apretandolos poco a poco,mientras yo ya tenía una erección total y desafiante,por lo que ella,con una de las manos me agarró el miembro y pasó la yema de los dedos por el glande,ya totalmente descubierto y húmedo.
Se le veía el entusiasmo en los ojos,manifestando a su hermana que le encantaba tenerme así humillado y disponible,después de conocerme tantos años como un hombre serio y reservado,con lo que siguió agarrandome los huevos con una mano y el pene,frotandolo con la otra. A esto mi mujer me ordenó arrodillarme ante su hermana,descalzarla y besar y lamer sus pies desnudos,cosa que me apresuré hacer,una vez ella me soltó el miembro y huevos.
Y allí estaba yo desnudo a los pies de mi cuñada sonriente,besando y lamiendo sus pies finos y huesudos,mientras mi esposa se encontraba agarrandome y tirando de los huevos por detrás,mientras me indicaba que mientras su hermana fuera nuestra invitada tenía que obedecerle igual que a ella,y comportandome como lo que era,apretando los huevos para que comprendiera bien lo que me decía.
Tras ello,tuve que servirlas el resto de la tarde,atendiendolas a lo que ellas pedían en cada momento,poniendoles una copa,y estando a sus pies mientras ellas resfregaban sus pies por mi cuerpo y especialmente por huevos y polla.
En los días siguientes todo transcurrió igual,dejando mi esposa que la hermana me disciplinara cuando a juicio de mi esposa no me había comportado correctamente,cosa que solía ocurrir por las noches cuando hacía balance del día.En concreto la primera noche,desnudo,como debía permanecer cuando estaba en casa, delante de ellas me indicó que debía ser disciplinado por no hacer limpiado bien la casa,por lo que el veredicto era sufrir veinte fustazos en el culo,y cinco en huevos y polla,los cuales serán administrados por mi hermana.
Dicho y hecho,fui a por la fusta que guardabamos un armario,y entregandoselo a mi cuñada,me postré a sus pies.Ella me ordenó levantarme y apoyarme en el respaldo de una silla que había colocado mi esposa en medio de la habitación,con las piernas bien abiertas y los huevos colgante,situandose mi cuñada detrás y empezando a suministrarme los azotes ordenados,primero en el culo y luego dandome la vuelta en la polla y huevos que colgaban libremente al tener las piernas abiertas,mientras mi mujer obervaba sentada en un sillón complacida.
Una vez concluído el castigo me ordenaron seguir allí en medio de la habitación apoyado en la silla,colocandome la fusta entre las nalgas procurando que la misma no cayera al suelo y que estuviera bien erecto mientras.
Mi cuñada cada vez estaba más fascinada por el mundo de la dominación deborando junto con mi mujer relatos,videos y experiencias por Internet en sus ratos libres y practicando conmigo lo que aprendían de nuevo,dominandome,humillandome y castigandome a su gusto.
Además;fui observando que Marta se excitaba cada vez más cuando me castigaba a instancias de mi esposa (ella nunca tenía la iniciativa),por lo que buscaba,que además de castigarme mi esposa la recompensara mandandome darle algún tipo de satisfacción sexual,normalmente con la boca,por lo que después de una sesión de azotes y manipulación de bolas,me obligaba a estar arrodillando ante ellas besando primero sus pies y luego tras bajarse ambas las bragas y abrirse de piernas mi instaba a larmerles los coños,besarles y morderles el clítoris y así hasta correrse ambas en mi cara.
Fue una época feliz por la novedad de tener dos amas,pero pronto mi cuñada se fue reponiendo de su frusrado matrimonio y conoció en un chat a un sumiso,con el que empezó a salir,hasta que se fue a vivir con él y practicar todo lo que su hermana le había enseñado.
Otro día contaré como siguió nuestras vidas,y como lo pasabamos cuando nos reuníamos los cuatro ó ibamos de viaje .