Esclavizada por mi hermano (1)
Soy la niña mimada de la familia. Pero mi hermano me dió una lección y ahora soy su esclava.
La verdad es que siempre he sido la niña mimada de mi familia. Fui la última en nacer, y todas las atenciones, cuidados y buenos tratos se derraman en mi copa. La verdad es que me quejo de todo, todo el tiempo. Pero lo hago por que se, que me hacen caso. Si digo que mi cama es incómoda, recibo una cama totalmente nueva. Mi sopa esta fría, se calienta una nueva, solo para mí. Mi madre y mi padre me consienten en todo, como ya mencioné. Pero Vivian, mi hermano, es una historia totalmente distinta.
Parece dedicar cada segundo y minuto de su miserable vida en hacerme la vida un ocho. Trato de no prestarle atención. Ya que mis padres siempre me defienden, y a él Bueno el siempre termina castigado por varias semanas. Vivian es el típico hermano mayor, que es gótico. Vivi tiene 19 y yo a medios 17 (¡Casi 18!). Su cuarto lleno de pósters, el siempre anda vestido de negro, cadenas, un par de piercing, nada fuera de este mundo, ordinario diría yo.
Ahora comencemos con el verdadero relato.
Todo comenzó este verano, cuando mi hermano y yo tuvimos que quedarnos un par de semanas con nuestra abuela, en su casa de playa. La pobre vieja, de 74 años, no puede ni cargar su alma. Les diría que me daba lástima, pero verdaderamente no. Así tenía la casa para mí y claro la compartiría un poco con Vivian.
Fue entonces cuando me dí cuenta, que mis padres no estaban, y la vieja no haría nada por mí. ¿Quién me defendería ahora de mi hermano? Los primeros días, todo fue muy bien, un par de discusiones con Vivi, pero nada fuera de lo normal, como la temperatura del cuarto, la estación de radio, el primero en tomar el baño Nada nuevo en fin.
Esa tarde la abuela dijo que fuéramos a la playa, como si verdaderamente alguno de los dos quisiera ir, pero por complacer a la vieja, accedimos. Yo estrené mi nuevo bikini. Uno de esos modelitos que van justo abajo del huesito de la cadera, con poca tela en la parte de atrás, la parte de arriba era pequeña también, ya que no tengo tetas muy grande. Un perfecto medium size . Cuando estaba a punto de irme, Vivi llegó con su traje de baño y más nada. Nunca me había percatado del magnífico cuerpo que tenía. Ahora no entendía por que tenía que usar tanta ropa oscura, que cubría ese cuerpo.
Ya en la playa, ambos tiramos toallas en la arena y nos recostamos para tomar sol. La playa no era pública, así que no había nadie ahí que nos investigase. Y la abuela dormía tranquila en sus aposentos.
"¿Vivi, me puedes ayudar con esto?" le pregunté con pucheros, refiriéndome al bloqueador solar. El accedió sin dar quejas o hacer comentarios totalmente estúpidos.
Me acosté bocabajo y deshice el lazo del bikini. Él lo aplicó sin ningún problema, luego volvió a su iPod, y a acostarse. Yo, creo que me quedé dormida por un par de minutos.
Fui despertada abruptamente por el bueno para nada de mi hermano. "Levántanse, vamos a aquella parte de la playa." Me dijo señalando una parte mas tranquila y fuera de vista de la casa de la vieja. "Bueno, bueno, ya voy." Dije mientras amarraba my top y recogía mis cosas.
Cuando llegué, tiré mis cosas y miré a todos lados. No había mucho sol. ¿Cómo demonios se suponía que tomaría sol, sin un maldito sol?
"Vivi, aquí no hay suficiente sol " Comencé a lloriquear. Sabiendas de que era inútil, no conseguiría nada de Vivi, así.
Pero me equivoqué, conseguí más de lo que esperaba. Caminó rápidamente hacia donde estaba parada y me besó con fuerza. Mientras tomaba mi mano y la colocaba en su verga. Cual estaba muy dura. Quedé atónita, nunca había tocado ni visto una. Era totalmente virgen, y apuesto que Vivian lo sabía muy bien.
Me tomó en sus brazos y me acostó en la arena. Se deshizo de mis prendas de ropas en instantes. Con sus actos rudos y precisos ya estaba muy excitada, incluso no creo estar mojada, ya en mi caso, estaba empapada. Cada vez que él interrumpía un beso para deshacerse de la ropa, yo gemía, ya que todos sus movimientos de una manera u otra hacían que su piel rozara con partes sensibles de mi cuerpo.
Tomo mis piernas por las rodillas y las abrió, teniendo una vista completa de mi coño, cual me gustaría aclarar que por razones de belleza femenina al asistir a la playa, estaba bien afeitado. Me masturbó por una par de minutos con sus dedos ásperos y gruesos, (Vivi toca guitarra ). Sentía mi cuerpo como si recibiera shots eléctricos. Cada centímetro de mi cuerpo se erizó gracias a los dedos de mi hermano dentro mi húmedo coño. Eventualmente me corrí en sus dedos. Él luego se los llevo a la boca y lamió todos mis jugos.
Aparentemente mi peso no era ningún problema para Vivi, ya que si casi ningún esfuerzo, me levantó y me puso bocabajo contra la arena. Estilo perrito, pero totalmente acostados en el suelo. Mientras colocaba su gran pija en mi culito. Al comienzo me dolió mucho, pero luego entendí que era justo eso lo que Vivian quería.
"¿Te duele, chiquita?" Preguntó mientras entre suspiros se reía.
"¿Acaso quieres que me detenga?" Agregó
"No, Vivi. No pares." Le lloriqueaba, y debo admitir que por primera vez, Vivian le hizo caso a mis lloriqueos.
Luego me tomó del pelo y lo jalaba, hacia atrás. Mientras mordisqueaba mi cuello. Yo no paraba de gemir, ni de decir su nombre. Quería que mi hermano me cogiera sin compasión, tal como lo estaba haciendo. Él llevó su mano dentro de mis muslos y daba masajes a mi clítoris. Haciendo que tuviera mi primer orgasmo. Sentí que el universo, verdaderamente giraba alrededor mío. Enterré mis uñas el la arena y di un par de gritos. Vivian terminó de introducir su verga, después de haberse venido dentro de mí.
"Espero, que esto te sirva de lección. Espero que de hoy en adelante me trates mejor, hermanita." Dijo y luego añadió que me vistiera.
Yo sonreí y lo obedecí. Me había fascinado esta experiencia. Lo peor o lo mejor, no se como lo quieran llamar, es que no sentí morbos por el hecho de que disfrutara que mi hermano me cogiese. Me encantó que me jodiera de manera tan agresiva. Soy la niña mimada. Y él me hizo su esclava, esa y varias veces más.
Luego nos fuimos a casa de la abuela. Y otra par de cosas pasaron en esas semanas, luego les contaré.