Esclavitud de granja

Una pareja de vacaciones, junto con la amiga de su esposa terminan varados en una granja... Sus vidas cambiarán para siempre.

Esclavitud de granja

Mi esposa, junto con su amiga de ébano Enma, habían estado planeando estas vacaciones durante todo el año... Habíamos programado alquilar una cabaña en las montañas a varios estados de distancia… Iríamos con el coche para disfrutar de las vistas.

Llevábamos muchos kilómetros recorridos cuando nuestro coche comenzó a sobrecalentarse... Nos habíamos salido de la carretera principal mucho antes pensando que habíamos encontrado un atajo y no habíamos visto una casa en muchos kilómetros que llevábamos recorridos.

El camino se estaba convirtiendo en un camino de grava y comenzamos a preocuparnos con el coche sobrecalentándose por momentos, cuando Anne, mi esposa, vio las luces de una casa en una colina cercana.

Al no tener otra opción, continuamos nuestra búsqueda con el agua del coche comenzando a hervir.

Cuando llegamos, encontramos que la casa estaba bastante en ruinas, pero las luces estaban en la ventana, así que nos detuvimos y llamamos a la puerta.

Un hombre de unos 50 años y una mujer gordita abrieron la puerta.

  • “Buenas noches, mi nombre es Carl, ésta es mi esposa Anne y ésta su amiga Enma… Tenemos un problema con el coche que se sobrecalienta el agua del radiador y puede dañar la culata… Quisiéramos que nos pudiera ayudar.”

El hombre dijo que no se podía hacer nada esta noche, pero que podíamos cenar con ellos y pasar la noche… Nosotros estábamos hambrientos y la única opción era aceptar su hospitalidad.

Nos sentamos a la mesa y mamá, cómo el hombre la llamaba, preparaba los platos para nosotros... Prepararon dos platos extra y pronto aparecieron sus hijos Tom de unos 20 y Wanda de unos 18.

Los hombres vestían un mono y las mujeres unos vestidos de algodón, que nos recordaban los viejos tiempos… Mi esposa Anne y Enma vestían ropa sexy y no pudieron evitar notar que los chicos les miraban las tetas durante la comida… También me di cuenta de que mamá y Wanda no llevaban sujetador ni bragas y eso hizo que mantuviera mi atención centrada en ellas.

Los chicos decían palabras muy vulgares por lo que yo pensaba que deberían ser bastante rebeldes… Y pensando en ello me quedé poco a poco dormido en la mesa, mirando a mi esposa y Enma que ya estaban también sentadas en la mesa y me miraban sorprendidas… Pronto ellas también quedaron dormidas.

A la mañana siguiente el granjero y su esposa nos despertaron… Iban totalmente desnudos.

Nosotros estábamos todos atados… Ambas manos entre sí, ambos pies entre sí y un cordón largo entre las manos y los pies… Nos habían colocado uno al lado del otro y también totalmente desnudos.

Empezando a protestar y quejarnos por este trato hasta que tanto mamá como papá empezaron a azotarnos con un cinturón que tenían en la mano y nos dijeron que nos calláramos.

Nos dijeron que habían estado esperando durante bastante tiempo la llegada de al menos una pareja para convertirlos en esclavos con los que jugar durante años y que íbamos a serlo quisiéramos o no, así que sería mejor que hiciésemos lo que nos dijeran o de lo contrario nos estarían azotando hasta lograrlo.

Los hijos llegaron a donde estábamos trayendo algo que parecían ser palos cortos pero en realidad eran picanas para el ganado.

Se nos ordenó ponernos de manos y pies en el suelo, con el culo levantado, y no dejar que nuestras rodillas tocaran el suelo a menos que nos dieran permiso… Unos cuantos golpes con el cinturón y cumplimos con sus instrucciones.

  • “Pá ¿por qué no vas con nuestros niños y los miras cómo juegan con las chicas mientras yo disfruto un rato de la polla del chico?, dijo mamá.

Sus hijos se habían puesto detrás de mi esposa y Enma mientras ella hablaba y señalaba sus coños.

Ambas mujeres comenzaron a quejarse de inmediato y a gritar… Lo que sus hijos tenían en sus manos eran efectivamente picanas para ganado, de bajo voltaje, y se la estaban poniendo en el culo.

  • “Será mejor que pongáis vuestros culos en movimiento o mis chicos tendrán que poner la picana para obedecerles”, dijo Pá.

Eso fue suficiente para que las mujeres se arrastraron fuera de la habitación con el culo dos veces más alto, en el aire, que la cabeza… Los chicos se reían y decían lo graciosas que se veían sus grandes culos moviéndose mientras salían.

Cuando se fueron, mamá se volvió hacia mí y me dijo que tenía un cinturón y una picana y que no dudaría en usarlos con placer si la desobedecía lo más mínimo... Respondí que la obedecería mientras vi que ella se sentaba en un taburete cercano.

  • “Gatea por la habitación, mientras juego con mi coño, mirándote.”

Inmediatamente comencé la rutina de gatear que había visto hacer a mi esposa y mi amiga antes, pero fue difícil no poner las rodillas en el suelo después de un tiempo.

Má, se levantó y colocó la picana en mi culo un par de veces, dándome descargas mientras yo gateaba… Lo hizo para recordarme que tenía que mantener mi culo siempre en alto.

Después de unos 20 minutos gateando por la habitación, me ordenó que fuera hacia ella y, agarrándome del cabello, empujó mi rostro con fuerza en su entrepierna y me hizo que le comiera su coño.

Su olor era pesado por todos los juegos anteriores, pero no me atreví a desobedecer temiendo nuevos castigos.

Ella se corrió tres veces y luego me hizo chupar sus tetas antes de darse la vuelta y presentarme su gran culo en mi cara.

Sabía lo que se quería que le hiciese y comencé a lamerle el culo... Después de un tiempo de hacerle esto, ella se puso muy caliente, se dio la vuelta y comenzó a masturbar su coño en mi cara hasta que se corrió de nuevo… Llevaba ya, cuatro corridas.

Con todo esto, mi polla estaba extremadamente dura y estaba goteando en el suelo… Ella se rió de mí llamándome cerdo y se fue solo para traer consigo un pequeño balde.

  • “Es hora de ordeñar a mi vaca”, me dijo mientras se colocaba detrás de mí y me hacía volver a la posición de gateo.

Ella tomó mi polla y comenzó a acariciarla como una teta de vaca… De vez en cuando metía un dedo dentro y fuera de mi culo y me ordenaba que no me corriese.

Pero no pude soportarlo más y me corrí tirando todo el semen en el cubo… Fue la mayor cantidad de semen que he tirado en años y mi culo temblaba ya que su dedo todavía estaba dentro.

Má estaba extremadamente enojada y ató una cuerda alrededor de mi cuello y me arrastró detrás de ella fuera de la casa, hasta una jaula para perros llena de barro.

Me ató en uno de los bordes de la jaula y me dejó.

Yo, ya más tranquilo, miré alrededor y lo que ví fue increíble.

Mi esposa gateaba por el patio con rayas de latigazos por todo su cuerpo y ladraba como un perro mientras el chico estaba detrás de ella meándole su culo.

A nuestra amiga Enma no le había ido mejor, ya que estaba atada a un carro con el culo apuntando hacia arriba y la chica sentada dentro de él, golpeando su culo con un látigo largo mientras tiraba de él.

Má se había unido a Pá en un banco cercano y le estaba dando una mamada mientras él gritaba animando a sus hijos.

Después de un tiempo, Enma fue liberada… Mi esposa Anne y ella tuvieron que lamerse el coño en el suelo mientras los chicos les ordenaban que también movieran sus culos al mismo tiempo.

Mientras ellas yacían exhaustas en el suelo, la hija Wanda vino y me sacó de la jaula de barro… Yo me arrastré detrás de ella, tirado por la cadena, hasta la manguera de agua donde ella me lavó de forma violenta... Luego, cogió la manguera y la orientó hacia Enma y mi esposa lavando con fuerza sus cuerpos.

Tras esto, nos dijeron que fuéramos con Má y Pá y que nos pusiéramos en cuclillas a la espera de más instrucciones, lo que hicimos apresuradamente.

Pá se había corrido en mi boca, tras estar un tiempo mamándole su polla, a la vista de mi esposa y nuestra amiga Enma, cuando finalmente Má nos explico:

  • “Ahora no sois más que juguetes para nuestro uso… Hay más de 50 kilómetros hasta la siguiente ciudad, aunque hay otras familias cercanas que tienen esclavos como vosotros, pero no son tan amables como nosotros… Vuestro coche ha sido llevado hasta una ciénaga y quedó enterrado, por lo que si intentáis escapar os espera una larga caminata… Podéis aceptar ser nuestros esclavos hasta que nos cansemos y os dejemos ir o podemos llevaros a nuestros vecinos a quienes vi marcar a sus esclavos con hierros candentes para que os marquen si no nos gusta como os entregáis.”

  • “Mientras tanto, entretenernos un poco más gateando por el patio… Vuestros culos son tan bonitos y excitantes.

Comenzamos a gatear, mientras sus hijos, de vez en cuando, nos daban palmadas en el culo y nos decían:

  • “Corred, perritas… Ladrad de vez en cuando y moved nuestras nalgas.”

Luego, Má nos permitió que pudiéramos estar de pie, para que sus hijos, con una manguera, nos lavaron mientras teníamos que adoptar varias posiciones para sus diversiones.

  • “Es hora de que las zorras preparen nuestras comidas”, dijo Má, mientras ella y su hija agarraban a Anne y Enma y se las llevaron a la casa… Ambas se desplazaron moviendo el culo hacia sus Amas para que estuvieran contentas.

En cambio a mí, los hombres me hicieron inclinarme para meterme una polla de plástico en el culo y me ataron una bolsa a mi polla… Luego me dijeron que recogiera la basura del jardín con la boca y la pusiera en la bolsa... Antes de empezar, Pá se quitó el cinturón, me hizo inclinarme y me golpeó fuerte el culo, varias veces, antes de que comenzara mi trabajo por el patio… Su hijo se reía y se sentó en la silla para supervisar mientras Pá entraba en la casa.

Estuve recogido basura durante al menos una hora antes de que el hijo me dijera que fuera a él… Desató mi bolsa y me hizo arrodillarme ante él y suplicarle que le lamiera su culo.

Sin escapatoria y con el miedo al cinturón de nuevo, me arrodillé mientras él empujaba su peludo culo en mi cara… Tras un rato de lamerle el culo, finalmente llegó el alivio, cuando escuché a pá llamarnos para que fuéramos a comer.

El chico ató una cuerda a mi polla y mis bolas y me llevó de regreso a la casa.

La familia ya había comido cuando llegamos y Má y su hija se estaban divirtiendo alimentando a Anne y Enma… Vi como, tanto a mi esposa como a su amiga, les habían metido profundamente zanahorias en el culo y estaban comiendo bocaditos que Má y su hija se habían puesto previamente en sus coño... De vez en cuando, se metían algo en el culo y Anne y Enma se lo comían, sin vacilar…

Las mujeres se reían de ellas viéndolas comer esto, llamándolas cerdita y perrita mientras comían y rogaban por más comida.

Má les dijo que más tarde ellas les follarían el culo mientras pateaba a Anne entre las piernas y le decía que se asegurara de lamer bien y dejarle la zona limpia después de comer el bocado.

Habían dejado un cuenco para perros a un lado y me dijeron que era para mí… Me arrastré hacia él con el culo en alto y comencé a comer.

Mientras comía, hablaban de jugar más con nosotros.

Los hombres estaban sugiriendo convertirme en mujer ya que mi polla ya no la iba a utilizar, mientras que la hija sugería cosas que serían para metérmelas en el culo… Todos coincidieron en que tenían que darme una buena paliza después de la comida por llegar a su casa con una actitud engreída.

Me di cuenta de los gruñidos de mi esposa y su amiga por algo que debían estarles haciendo, mientras yo seguía comiendo.

‘¿Por qué mi polla se estaba poniendo dura de nuevo?’, pensé.

Después de nuestro paseo por el patio, con los culos rojos por los azotes recibidos, nos llevaron a todos de regreso a donde estaban sentados Pá y Má.

Má sugirió que era hora de ordeñar a las esclavas, así que ambos hombres permanecieron sentados en sus sillas mientras Má y su hija agarraban a Anne y Enma por una teta y las llevaban hacia ellos.

Al escuchar esto, Anne y Enma pidieron que tuvieran piedad con ellas, pero Má y su hija Wanda las ignoraron y les metieron las pollas de los hombres en la boca… Cogieron dos taburetes y se sentaron en ellos a cada lado de las mujeres.

  • “Es bastante fácil… Puesto que no tienen leche, dejaremos que los hombres les den de comer mientras nosotras ordeñamos sus tetas”, dijo Má.

Ninguna de las dos mujeres podía quejarse con la boca llena de polla, pero rápidamente entendieron el mensaje cuando Má y su hija Wanda agarraron ambas tetas con las manos y comenzaron a tirar hacia abajo con un movimiento rápido.

No pasó mucho tiempo para que las cabezas de Anne y Enma comenzaran a balancearse arriba y abajo sobre las pollas de los hombres.

Yo podía escuchar sus gruñidos mientras les tiraban de las tetas y los hombres gemían de placer... Finalmente, se corrió Pá y luego el hijo antes de que Má y su hija Wanda les soltaran las tetas.

Desde donde yo estaba en cuclillas, pude ver que sus tetas estaban bastante rojas y sus bocas cubiertas de semen.

Pá y su hijo se levantaron de sus sillas y se dieron la vuelta para que sus culos peludos apuntaran a las mujeres… Les dijo a mi mujer y a su amiga que se lamieran el culo para que se les pongan sus pollas duras de nuevo porque querían follar sus coños.

Les amenazó que si no lograban ponerles las pollas duras, iría a buscar al perro y dejaría que éste se las follara.

Sabiendo que no tenían otra opción, Anne metió la cara en el gran culo peludo de Pá y comenzó a lamérselo mientras que Enma procedía a lamer el del hijo.

Mi polla estaba tiesa de nuevo por mirar a Anne y Enma cuando Má me la vio, se rió y se volvió hacia su hija y le dijo:

  • “Creo que es hora de ordeñar de nuevo al toro”, dijo, señalando que mi polla tiesa como un palo.

Su hija Wanda y ella me llevaron hasta unos taburetes que había en el jardín… Su hija se sentó en uno de ellos y me dijo que sería mejor que le lamiera bien el coño si quería correrme.

A diferencia de mi mujer y Enma, yo no necesitaba ningún estímulo, así que le puse mi cara en su coño y comencé a lamer como si fuera mi primera vez.

Má cogió otro de los taburetes y se puso detrás de mí… Se sentó, agarró cada una de mis bolas en su mano y comenzó a tirar de ellas como lo hizo antes con las mujeres.

El dolor fue horrible porque pensé que se las iba a arrancar.

Necesitaba correrme, pero no había forma que con los tirones de mis bolas y el dolor que ello me causaba, fuera a suceder pronto.

Cuando la hija se corrió en mi cara, se levantó para que Má ocupara su lugar.

Empecé a querer meter mi cara en su gran coño peludo cuando mamá sugirió que en su lugar le sirviera el culo… Levantando sus piernas, me mostró su gran culo peludo.

Mientras dudaba un momento, sentí que su hija me agarraba los huevos por detrás y comenzaba a tirar de ellos como lo había hecho antes su madre.

Empujé mi lengua en su culo y comencé a lamérselo durante unos cinco minutos antes de correrme con mi cara todavía plantada profundamente en su culo… Continué lamiendo su gran culo peludo hasta que mamá estuvo satisfecha.

Riendo, Má se levantó y me acarició la cabeza mientras nos giramos para ver lo que sucedía cerca de nosotros.

En ese momento, los hombres estaban metiendo sus grandes pollas en los coños de mi esposa y su amiga Enma… Las dos pedían más… Me di cuenta de que Anne estaba en celo y necesitaba alivio al igual que yo antes había tenido acceso.

Pude ver los cuerpos de Anne y Enma temblar por su orgasmo, pero los hombres siguieron follándoselas hasta que se corrieron.

Cuando los hombres sacaron sus pollas de sus coños y se pusieron frente a ellas, éstas no necesitaron ninguna orden… Abrieron la boca con entusiasmo y comenzaban a limpiar las pollas.

Eso sería nuestra vida de esclavos por años, en los que pude ver a mi esposa Anne y Enma ser preñadas al menos cinco veces, sin saber en ningún momento cual fue el paradero de sus crías.

F I N