Esclavas sexuales blancas de proxenetas negros

Hombres sin escrúpulos raptan a jóvenes e incluso mujeres casadas vendiéndolas a proxenetas negros para que trabajen para ellos en sus burdeles con una explotación terrible y de por vida.

Esclavas sexuales blancas de proxenetas negros

Las grandes pollas de los negros son el ‘ material de trabajo’ de las prostitutas blancas en los burdeles que regentaban los proxenetas negros… Todas se veían obligadas a ser folladas por una gran polla negra al menos 50 veces al día... Una barbaridad, pero así era.

Causaba horror imaginarse cuántas veces estas chicas deben haber sido folladas si las raptaban y obligaban a convertirse en prostitutas cuando sólo tenían 18 años y algunas de ellas tienen ya 40 años... ¡¡Cientos de miles de veces!!… Era normal que estuvieran muy, pero muy desgastadas.

Pero no sólo esto sucede con mujeres blancas raptadas... Resulta terrible ver que en las aceras de estos burdeles hay hombres negros, sin escrúpulos, que se sientan allí mirando a sus hijas y a su esposa, que han traído para prostituirlas y viendo como seleccionan a una de ellas como carne de sexo... Y ellas no pueden hacer nada sino empeorar las cosas si no se van a follar con el cliente que compra sus servicios a su marido o padre, pagando delante de ellas.

Algunos de estos padres doblan por la cintura a una de sus hijas y se la follan allí mismo, delante de sus hermanas y su madre… Sin importarles, estan haciendo todo lo posible para que su prostitución fuera lo más humillante posible para ella, su madre y sus hermanas y atrajeran clientes.

El testimonio de una víctima :

Sally, era una de tantas prostitutas blancas… Tuvo, por tanto, grandes pollas, tanto en su vagina, ano y boca… Cuando terminaba con un cliente, entraba otro y la cola esperando su turno era larga.

No podía descansar ni un momento… Sólo 3 minutos entre cliente y cliente para su aseo personal… Su coño estaba abierto, hinchado y constantemente lleno de semen… Todos eran clientes exigentes y así los aguantaba durante las 18 horas que duraba su terrible ‘ trabajo ’.

Los clientes le hicieron realizar indescriptibles actos sexuales y los más guarros que podía imaginar… Cuando un cliente negro se iba, la había violado por todas partes… Al termino de su jornada era sólo un cadáver andante después de tanta violación diaria.

Probablemente nadie pueda entender el daño que se le hace a una joven blanca, a veces bien educada, como Sally, que tras su rapto, es golpeada, violada, torturada, totalmente controlada y destruida sexualmente… No le queda nada… El placer que los negros sentían de degradarla como mujer blanca siempre era muy evidente… La habían arrojado a un mundo de degradación que sólo el suicidio, la salvaría.

Muchas mujeres blancas eran intercambiadas entre proxenetas hasta 7 y 10 veces… Esto es una esclavitud inhumana y Sally lo sabía porque lo había escuchado y visto aunque de momento tenía la suerte de no haberlo sufrido... Los proxenetas son como animales, que después de haberlas utilizado de diez a quince años como prostitutas, las enviaban incluso a lugares tan lejanos como Ciudad del Cabo, por poner un ejemplo.

Al principio su proxeneta, hizo con ella igual que con otras chicas raptadas… A Sally le cortaron totalmente el pelo, le privaron de comida y le dijeron que tenía que practicar actos sexuales con él y sus amigos para que, más tarde, se desenvolviera bien con los clientes.

Los proxenetas deshumanizaban a las chicas raptadas rompiendo su autoestima para que ya no pensaran más y que fueran muy dóciles y no creasen problemas en el trasporte cuando las intercambiaran y trasladasen de burdel.

Y usaron toda su pervertida imaginación en estas pobres víctimas de raza blanca, entrenándolas para usar los tres orificios para servir lo mejor posible a la polla de un hombre negro… Sally, también estaba condenadas de por vida a esta denigrante actividad.

En el mundo de los proxenetas negros, cualquier mujer blanca puede transformarse en un gatito sexual ronroneante por la completa destrucción física y psicológica a que es sometida.

Durante su turno de 18 horas en un bar, Sally se veía obligada a vestir y actuar como la puta más pervertida y obligada hacer que todos estos negros estén lo más cachondos posible… A veces se daba el caso de momentos en que su cuerpo albergó, al mismo tiempo, las pollas de tres clientes… Los proxenetas usaron en ella –y en todas las otras chicas- una combinación de amenazas, maltratos y promesas incumplidas para lograr lo que quieren de ellas.

Era frecuente que a Sally –como al resto de chicas- se le obligaba a besar a clientes borrachos e incluso a sentarse sobre sus piernas y ofrecerles sus pechos a la boca del cliente… Casi siempre tenía una mano negra sobre su culo y un par de dedos dispuestos a entrar en su vagina para así poder captar al cliente.

Ella sufrio también meses de entrenamiento brutal, actuando sin pensar y cumpliendo cualquier orden, sin importar cuán pervertida fuera... Iba vestida como puta, pensaba como puta y a actuaba como puta para cada negro que quería utilizar sus agujeros o tetas.

Los clientes conocen ​​las tácticas de tortura empleadas para hacer que las chicas estén disponibles para su uso, pero no les importa… Todos son conscientes de que las esclavas sexuales que usan son golpeadas 'entrenadas' y aterrorizadas, por lo que hacen todo lo que les pidan.

Estas desgraciadas mujeres tienen, cada día, relaciones sexuales con muchos hombres negros que les causan un daño físico insoportable... La indiferencia de estos ‘clientes’ se basa en venganza racista por lo que los blancos hicieron a sus abuelas en el pasado, que ahora pagan estas jóvenes indefensas que nada tuvieron que ver.

Para aterrorizarlas, los dueños de los burdeles les hacen ver las marcas en el cuerpo, los azotes y la tortura de alguna esclava sexual que había osado pelearse con un cliente por no permitirle usarla para sus lujurias… Esta mujer sólo puede suplicar que no la maltrate más mientras recibe una tremenda paliza para que aprenda a obedecer.

Después de un tiempo, todas se acostumbran a la rutina degradante de su negro proxeneta que las prostituye de por vida... Cada mañana, él lleva a Sally para entregarla a aquellos que han pagado por adelantado para usarlas primero.

Luego, cuando terminan, la lleva a la sala donde es violada por un grupo de clientes que pagan menos que el anterior y a la vista de otros muchos negros que no tienen dinero para pagar pero si pueden mirar porque esto es gratis… La degradación y humillación de Sally y de otras mujeres, igualmente sometidas, es terrible.

Muy folladas y agotadas, todas sufren pesadillas interminables, conscientes de ser una esclava sexual lejos de su casa y su familia, que jamás volverán a ver… Dentro del burdel, Sally ve la dominación total y la humillación que al verse obligadas a actuar como una puta.

La sala del burdel en las que trabaja siempre esta bajo vigilancia constante de varias cámaras ocultas y pequeños micrófonos que captan las conversaciones que se hacen... Cada día que pasaba, a Sally, y al resto de mujeres, les resultaba más difícil no rendirse a la desesperación… A todas se les borra todo sentido de decencia y llegaban hacer cualquier acto sexual sin ningún pudor.

Ella recuerda cuando llegó... Las caras de los proxenetas negros se iluminaban de alegría, mirando con gran interés cuando entró al prostíbulo recién raptada… Todos ellos tienen grandes y gruesas pollas entre sus muslos, que cuando se ponen tiesas pueden llegar a alcanzar los 25 cm.

Un capataz, la obligaba a ella y a otras pobres chicas a ponerse frente a sus proxenetas, que estaban sentados cómodamente en un sillón, en un gran círculo... El capataz, con un pequeño látigo en la mano les daba órdenes a todas ellas… Primero les ordenaba desnudarse, ponerse de rodillas y gatear hacia delante en busca de su proxeneta, e insinuarse aplastándose los pechos y abrazando con ellos, sus enormes pollas.

Cuando su boca llegaba a las pollas monstruosas, deben tragarla y chuparla con fervor servil mientras acunan el gran ‘ plátano ’ de carne negra masculina con sus tetas.

El capataz, con lujuriosa crueldad, cuando así lo consideraba, golpeaba a la nueva esclava sexual para que retrocediera de rodillas hacia atras, mostrando sus pechos, juntando sus manos detrás de la cabeza y sacando su lengua y moviéndola, hasta el centro del circulo para luego ir a donde estaba otro proxeneta y continuar con su trabajo de succión y deglución de sus enormes pollas.

Con el paso del tiempo, las tetas, los muslos y las caras de las chicas estaban salpicadas de babas y semen… Era todo un espectáculo sonoro de gruñidos, gemidos, lagrimeos, jadeos y sollozos.

Grandes, ásperas, musculosas y sucias manos, les cogían los pechos colgantes, pellizcándolos, retorciéndoselos, apretándoselos, tirando y sacudiendo sus pezones al ritmo que ellos querían para excitarse e incluso les lamían sus caras teniendo que soportar el asco que les daban.

Luego llegaban las violaciones… El proceso consistía en ser montada cada 15 minutos por una gran polla negra, dura y brutal que las destrozaba de dolor y humillación… Ese iba a ser su trabajo, de ahora en adelante, 18 horas al día sin parar... Ser violada continuamente para hacerlas lo suficientemente degradadas como para entregarse a la bestialidad de estos negros del ghetto, llenos de lujuria y, en ocasiones, borrachos, y sólo pensando en su cuota de 50 negros al día, coaccionadas y controladas por sus proxenetas negros.

Estas mujeres experimentaban problemas psicológicos y emocionales durante largos periodos de tiempo que incluían depresión y ansiedad por un posible embarazo, pérdida de estima por haber perdido a familiares y amigos, y la deshumanización constante por parte de los negros, tanto proxenetas, como clientes.

Todo lo que podían sentir era miedo de estar delante de hombres negros desnudos, sudorosos y malolientes… Miedo de los rostros de los violadores mientras se reían y las miraban con desprecio… Miedo de bofetadas y palizas contínuas… Y finalmente, el dolor desgarrador de violación tras violación de una manera muy cruda.

La esclavitud sexual en los prostíbulos de proxenetas negros está más allá de lo imaginable... Las esclavas sexuales son tratadas como basura… Obligados a soportar el sexo con 5 hombres por hora.

Hay que maginarse el tremendo daño emocional resultante de esto, además de la inflamación, hinchazón y dolor de los coños debido a tanto sexo… Qué desagradable era servir a un negro tras otro.

Cada vez que su proxeneta la llama, tienen 5 minutos para ponerse lo más guapa posible y presentarse con la sonrisa más grande en la cara, como si estuviera muy feliz de servirlo.

Ella lo odiaban todo... Se le exigía que circulara entre los clientes completamente desnudas o vestida como una puta y los negros eran libres de tocarle sus tetas, coño y culo como quisieran... Trabajaba desde las 12 del mediodía hasta el amanecer.

No puedo escapar ... O sirvo a los negros con todos mis agujeros o me entrega mi proxeneta a perros y caballos y encima soy azotada y castigada hasta que cumplo con la cuota diaria’ , piensa Sally.

Cuando un hombre negro la coge, no debe resistirse a nada, no importa cuán depravado sea lo que pidan... Ella hace todas las poses humillantes que le han enseñado... Sabe, como el resto, que ya no son mujeres, sino sólo carne para negros... El proxeneta la está mirando y será castigada severamente si no actúa como una puta zorra... Está rota y, a pesar de ello, sabe que lo mejor es cumplir.

**Otros testimonios de más víctimas

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" Mi nombre es Ellen… Con 19 años, me raptaron unos negros cuando una noche, al salir de mi trabajo, me metieron en una furgoneta... Mientras viajaba en ella, sentí manos palpándome y dedos que entraron en mí coño, al tiempo que me apretaron, pellizcaron, pegaron y retorcieron mis pechos, mis pezones y mi culo.”

“Chillé, sollocé y gemí desesperada, con una mordaza puesta en mi boca, al sentir todo lo que asquerosamente estaban haciendo en mi cuerpo… Me desnudaron totalmente… Para ellos sólo era un trozo de carne y me sentí impotente por no poder evitar esos tocamientos.”

“Al llegar a su burdel, sin ninguna ceremonia, me metieron una gran cantidad de vaselina en el agujero de mi culo... Se pusieron un poco más en los dedos y lo frotaron sobre sus pollas… Después de esto, uno tras otro, me la metieron por el culo... Me dolió mucho y traté de relajarme y empujar como si estuviera defecando, pero no sirvió de mucho, más bien, de nada.”

“Recuerdo que después del primero, el siguiente negro estaba listo para seguir sodomizarme… Y así, durante las siguientes 48 horas, debí estar lista para el siguiente ataque anal por parte del negro que quisiera utilizarlo."

“Tampoco les llevó mucho tiempo para comenzar a tocar mis tetas y meter sus manos sucias en mi coño… Disfrutaban de la carne sexual de una mujer blanca de clase media… Resulté ser una revelación e hizo que cada proxeneta se emocionara por tener la oportunidad de disfrutar mi coño, tetas, boca y culo, antes apretado, ahora ya no."

"Luego, me pusieron a ‘ trabajar’ para que cogiera práctica… Cada hora era igual… Un negro, entraba... Yo me levantaba y caminaba hacia él… Él se bajaba los pantalones y calzoncillos y se sentaba... Ni siquiera se molestaba en decirme lo que quería... No tenía que hacerlo… Yo me ponía entre sus piernas y me arrodillaba… Me inclinaba, tomaba su polla semidura en mi boca y lo chupaba con cierta dificultad por lo gruesa que era... Se corría más o menos pronto y me tragaba su esperma… Luego lamía las últimas gotas desde el final de su polla y luego se levantaba, se vestía y se iba… Yo quedaba a la espera que el próximo negro me llame."

"Me violaban todas las mañanas sin ningún tipo de remordimiento... Para estos tipos, una mujer desnuda, que alguna vez fue una ciudadana normal, ahora era una prostituta barata.”

“Hubo mucho interés cuando me follaron seguido… Eran un montón de bastardos negros que hacían comentarios desagradables mientras me violaban... Me decían: "Tú, chica, serás muy puta... Ya lo verás.”

"No había ninguna forma de escapar… No con quince negros cachondos rodeándome a mí y al resto de chicas… Luego eligen: rubia o morena, joven o madura, gruesa o delgada,  ex estudiante o ex trabajadora, de frente o por atrás, de pie, sentada o tumbada… No tenían tiempo para tonterías... Nosotras, follanos, y a recibir el siguiente cliente."

"Todas preferimos ser brutalmente violadas y sodomizadas que tener que hacer esas presentaciones forzadas como una prostituta de negros, solamente para darle al cliente una pre-erección, caminando en medio de una multitud de admiradores, sonriendo y provocando a todos, porque sino me dan una paliza después.”

“Desde el momento en que un cliente se desnuda y nos muestra su monstruosa polla, tenemos que abrir la boca y esperar hasta que ponga la cabeza de su polla en ella antes de que podamos cerrarla... Todo muy desagradable y humillante.”

“Tres minutos de intimidad es todo lo que nos permiten los proxenetas negros para asearnos entre cliente y cliente… Ellos estan formando largas filas para usarnos como prostitutas… Somos violadas unas 50 veces al día.”

“La esclavitud sexual en los prostíbulos de proxenetas negros está más allá de lo imaginable… Nos tratan como basura obligadas a soportar el sexo con 5 hombres por hora... Es terrible el tremendo daño emocional de esto, además de la inflamación y la hinchazón y dolor dedl coño y culo por tanto sexo... Qué asco es servir a un negro tras otro."

"Mi último cliente pasó seis horas agrediéndome sexualmente y llamándome todo tipo de nombres obscenos… Este estilo de vida te destroza hasta el etremo de que no te queda absolutamente nada.”

“Esta pesadilla que estoy sufriendo no tiene fin... Bueno, si, en el mejor de los casos, seré vendida a otro repugnante proxeneta después de haber cumplido al menos 40 años, para ir a trabajar a otro burdel, en otra país quizás... Y allí servir a 50 negros cada día, e incluso dos o tres negros a la vez, para hacer mi cuota… Y así, por el resto de mi vida.”

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“Mi nombre es Lena... Fui drogada en un bar, secuestrada y vendida como esclava sexual en una instalación secreta subterránea junto con otras mujeres.”

“Mi raptor me forzó a una sumisión total por diversos medios, incluyendo palizas severas y aislamiento total en un pozo oscuro lleno de ratas durante días y días.”

“Luego, después de un breve período de entrenamiento práctico e intenso, me mostraron encadenada para ser vendida a un proxeneta negro que me emplearían como prostituta en un burdel para negros.”

“Los clientes nunca se molestan en preguntarnos cómo los proxenetas nos convirtieron de señoritas blancas, con clase, a putas sucias para ellos, los negros.”

“¿Sabéis cómo?... Los proxenetas nos mataban de hambre... Nos golpeaban con frecuencia... Nos azotaban de frente y de espaldas con varios tipos de látigos y varas... Nos hicieron violarnos docenas de veces al día... Nos mantuvieron despiertas con estimulantes... Nos obligaron a beber mucha agua y orina... Y nos tatuaron con la frase: ‘NEGROS SOLAMENTE" u otras imágenes humillantes y obscenas en varias partes de nuestro cuerpo, por no hablar de las frecuentes violaciones de perros, e incluso caballos, que consideraban educativas para luego poder servir a las monstruosas pollas negras.”

“Tras las amenazas de mi proxeneta, hasta mis labios temblaban de terror... Tuve que aceptar que mi objetivo principal era complacer a los negros... Ese era mi deber como esclava sexual blanca... Mi arrogancia, egoísmo y mal genio habían sido sometidos y erradicados en cuestión de 3 días.”

“Mi proxeneta me rompió por completo el ano con sodomizaciones mientras sostenía mi cabeza bajo el agua... ¿Cómo lo hacía?... Llenaba la bañera hasta el límite y me ataba las manos a la espalda... Me doblaba sobre el borde de la bañera y metía su polla en mi culo... Una vez que me la metía por el culo, me sumergía en el agua, caliente o fría, dependiendo de su estado de ánimo, y me sostenía allí mientras me daba por el culo... Naturalmente, la mayoría de las veces terminaba ingiriendo grandes cantidades de agua antes de dejarme levantar para poder respirar antes de la próxima inmersión... Después de 3 horas, prometí realizar todas las perversidades que deseara hacerme y que hiciera con los clientes.”

“En ocasiones he visto la mirada dura en los ojos de mi proxeneta porque no le ha gustado lo que ha visto que estaba haciendo.... Y me  asustaba, indefensa, ante este gran negro que me follaba fuerte cuando le apetecía hacerlo... Y lo hacía una y otra vez... Y las palizas venían luego, una vez estaba saciado de sexo.”

“Ahora sonrío a todos los negros que pueden ayudarme a cumplir con la cuota, tratando de satisfacer las necesidades sexuales de 50 negros cada día mientras soy penetrada, violada y maltratada a base de golpes... Mi ‘ trabajo ’ es besar, chupar pollas, huevos y culos, tragar semen y hacer todos los movimientos necesarios para endurecer o limpiar las grandes pollas negras de mis clientes.”

“En todo este tiempo he pasado por tantas cosas con tantos clientes negros, perros, cerdos e incluso caballos, que ahora no creo que pueda hacer algo tan bajo como todo lo que ya he hecho... Los clientes del burdel deben ser tratados con cortesía y sus solicitudes cumplirse de inmediato... Me he convertido en un objeto simplemente para ser usada sólo para los placeres de los negros.”

“Mi proxeneta me ha convertido en una máquina de follar... Me preguntaba qué diría mi marido si me viera así... Todo esto estaba tan pervertido, tan asqueroso y sucio que mejor olvidarlo porque jamás podría escapar.”

“Después de ser traspasada a un nuevo burdel, mi nuevo proxeneta tendrá muchas peticiones de mi cuerpo... Él será el primero en pasar sus manos por todo mi cuerpo palpándome los muslos, mis pechos y mi coño... Me entregué totalmente a él, escuchando cómo gemía de placer mientras yo, su nueva esclava sexual, le daba besos forzados, le lamía su polla, sus huevos y su culo para al final verme violada por un perro, su mascota preferida... Sabía que mi nuevo ‘ trabajo ’ sería proporcionarle entretenimiento durante los próximos años y seguramente sufriría mucho en el curso de mis deberes cuando sirva a sus muchos clientes negros.”

"Todos los proxenetas  son hombres monstruosos... No nos ven como otro ser humano, sino sólo una diversión, una pequeña distracción... Somos carne de animales hambrientos y no lo pensarían dos veces en apretar el gatillo si pudiera ponerme una pistola en mi cabeza... Pero siendo realista debo hacer todo lo que quisiera o las palizas serán continuas."

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“Mi nombre es Sandra... A todas nos hacen lo mismo que me hicieron a mí... Nos exhiben desnudas sobre una tarima elevada para humillar a las mujeres blancas de la manera más sádica posible… El único propósito de estas exhibiciones es hacer que las pollas negras se pongan muy duras… Y se nos dicen que debemos actuar como una prostituta barata y hambrienta de polla e incluso hacer striptease frente a todos… Es tan desagradable todo esto que quiero morir.”

“Qué horrible fue ser raptada por la calle y luego vendido por mucho dinero a algún proxeneta negro sabiendo que seré una prostituta por el resto de mi vida... Me preguntaba qué diría mi marido si me viera así... Todo esto estaba tan pervertido, tan asqueroso y tan sucio”

“Recuerdo que tan sólo hace un año yo era una mujer decente… Ahora me obligan hacer nuevos clientes y para ello mi proxeneta pone precios muy bajos... Es una promoción y cobra tan sólo 5 dólares por cada follada que me dan.”

"Es especialmente degradante presentarse como ‘ Sólo para negros’ … Completamente desnuda, los negros son libres para tocar mis tetas, el coño y el culo como quieran hacerlo… Lo más degradante es ser forzada a tener que poner la boca en su maloliente culo y lamerles el ano, pero lo tengo que hacer o mi proxeneta me da una paliza.”

“Juegan conmigo pues soy incapaz de escapar de las manos que me palpan por todos lados, obscenamente expuesta, como un pedazo de carne, lista para hacer todo tipo de guarrerías.”

“Los negros se paran a verme y se ríen de mí mientras estoy mojada y avergonzada porque mi proxeneta me exige mantener mis piernas separadas y mi cara, cuello, axilas y espalda están constantemente brillantes y empapadas de sudor… Mis agujeros los ha puesto en alquiler a dos precios diferentes... El precio bajo era para uso individual… El alto, permite al cliente que me usa, compartirme con sus amigos.”

"Odio la forma en que siempre tengo que presentarme a esos negros… Es peor que las violaciones… Mata nuestra dignidad como mujeres, especialmente entre la mayoría que somos educadas… ¡Es terrible!... Mis ojos estaban hinchados y las lágrimas fluían constantemente cuando mi proxeneta me presentaba.”

"Siempre me da vergüenza cuando tengo que exhibirme encima de la tarima ya que mi proxeneta me obliga hacer poses degradantes antes de ser elegida por un cliente... Pero aún es mucho más denigrante tener que hablar de la forma más guarra posible mientras adopto esas poses lo más provocativas posibles."

“Siempre me costó un tremendo esfuerzo decir 'Tu puta está dispuesta y feliz de complacerte... A que la folles en todos sus agujeros' , como estamos obligados a decir cada vez que un sucio gueto negro me selecciona después de mi presentación... O decir,  ‘ Déjame sentir que sólo soy carne para llenar con tu semen’ , es una de las frases que debo decir cuando estoy encima de la tarima.

"Es muy difícil soportar este calvario que estoy pasando, recordando que antes de esto, era una chica bien educada y ahora mi proxeneta me ha convertido en una gran puta a base de palizas diarias.”

"A los clientes negros les gusta jugar con nosotras antes de elegir a una... Pueden hacer lo que quieran con nosotras… Estamos allí para que nos toquen antes de que tomen su decisión... Y tienen todo el tiempo del mundo para hacerlo."

Antes de ser raptada nunca hablé con un negro como estos que nos usan y abusan de nosotras, día tras día."

"50 veces al día... ¿Quién puede soportar esto mentalmente?... Los clientes comienzan a aparecer todos los días a partir del mediodía... Mi proxeneta -y los demás proxenetas-, controlan que estemos vestidas como unas zorras desenfrenadas y a veces nos imponen que estemos completamente desnudas."

"Siempre debo decir, lo mismo que mis compañeras: ‘Sí, señor... Sí... Sí... Sí... Sí... No estamos autorizadas a rechazar nada de lo que esos bastardos piden... Se me hiela la sangre con tan sólo pensarlo... Me miran siempre como si fuera un trozo de carne, sólo eso.”

"Durante la presentación, mi proxeneta siempre me agarra las tetas y me las aprieta... Después, me toca los pezones hasta que se ponen tiesos y luego me los estira y pellizca bruscamente... A veces, me da pequeños golpes con las manos abiertas en mis pezones para que reboten.”

“Tener que quitarme la ropa mientras los hombres me insultan y se burlan de mí, es la forma del juego previo... Me hacían quitármela lentamente, pieza por pieza y apretarme yo misma mis tetas, tirando y pellizcando mis pezones y luego frotar mi coño groseramente.”

“El contraste entre el hermoso día soleado antes de que me capturaran y mi presentación forzada como prostituta para los clientes negros fue escalofriante... Me exhibieron desnuda para que todos vieran la pieza que cazaron y la carne que les iba a ofrecer, que ninguna mujer decente y respetuosa aceptaría nunca.”

Las violaciones y las sesiones de tortura me han despojado de toda dignidad y respeto propio... Me han causado un daño psicológico permanente y me han traumatizado de por vida."

“Cualquier persona que me mire ahora, al instante sabría que yo era una zorra desvergonzada y totamente sumisa sólo para negros... Soy una mujer convertida en una perra y golpeada, que yo no tiene problemas con cualquier actuación obscena, depravada y degradante que se me exijan hacer, sea cual sea.”

“¡No tengo otra opción!... Como esclava sexual tengo que presentarme como un pedazo de carne para ser utilizado como les plazca... Si no mostraba suficiente entusiasmo y les daba una gran sonrisa mientras me probaban, mi proxeneta me castigaría con ser follada por perros e incluso caballos.

“No podía creer la barbaridad de clientes que frecuentaban el burdel y casi todos ellos usaban mis 3 agujeros... Siempre temblaba de miedo mientras ponía forzada, la mayor sonrisa que podía.”

“Mi proxeneta intentó ganar conmigo, desde el primer día, la mayor cantidad de dinero posible y nunca me daba más diez minuto para descansar entre clientes... Estos clientes me recordaban lo que era, constantemente, y que solo servía para atender a negros.“ Siempre tenía que decirles 'Esta puta te lamerá el culo, señor .’ ''

“Mi chulo estaba muy orgulloso de cómo me ha degradado totalmente, obligándome a trabajar tres turnos sin descanso e incluso atendiendo a dos clientes al mismo tiempo en cada sesión.

Tuve que hacer todo lo repugnante que me exigían y además ,con una gran sonrisa en la cara´ ... Antes de ser secuestrada, ni siquiera sabía que una mujer hacía cosas tan terribles e un estado de sumisión total.

“He de sonreír cuando veo que me van a elegir y me esfuerzo en mostrarle mis pechos, coño, lengua y ano con los cuales va a disfrutar... Me siento profundamente humillada, degradada fingiendo que me gusta ser puta despojada de toda dignidad, sobre todo si va acompañado de un amigo al que tendré que atenderlo también... Era mi deber cumplir todos sus deseos para darles el mayor placer.”

“Fui follada como mínimo 50 veces al día... El proxeneta negro que me compró disfrutó, durante varios meses, follándome todos los días por el culo después de mi turno de 18 horas... Si un cliente se quejase de que no recibir ‘ buen servicio’ , me enviaban al ghetto negro más pobre y borracho, lleno de locuras de lujuria... Con una vez que me enviaron tuve bastante para no volver jamás a pasar por eso.”

“En un día cualquiera, todas podíamos escuchar a los negros afuera del burdel, riendo, bromeando, empujándose para ser los primeros en entrar... Todos con ganas de 'fiesta'.”

“Intenté, con manos temblorosas, ponerme el maquillaje de puta que me ordena mi proxeneta... Cogí el lápiz labial, por no ser capaz de mantener los dedos lo suficientemente quietos como para pintarme una ceja... Estaba muy asqueada por el terror que estaba por venir.”

“La primera presentación del día siempre es terrible porque todos los proxenetas observarán y castigarán severamente a aquellas que no damos el nivel de provocación... Siempre vomité, tuve diarrea, oriné antes de que pudiera comenzar mi primera presentación del día... Estaba siempre profundamente asustada y con el corazón acelerado.

“Coño, puta, mamona, guarra, folladora, viciosa, tetuda,.. y todo tipo de groserías me dicen durante mis desfiles, en escasa lencería, ante los clientes negros que encima me tocan íntimamente antes de elegirme... Después de que uno me elije, otro toma un turno... Y así hasta 36 a 60 negros me palpan antes de que me elijan, todos los días de la semana... Si no lo hago bien a gusto de mi proxeneta, seré jodida por perros y tendré que lamerles su polla.”

“Cuando fui llevada a un nuevo burdel, porque me vendieron, mi nuevo proxeneta tuvo muchas peticiones de mi cuerpo... Estaba muy contento con el beneficio que le daba, pero si yo mostraba la más mínima reticencia, me entregaba también a sus perros e incluso a sus caballos... Iba a tener que trabajar todavía más duro que en el anterior burdel durante los próximos años y sufriría mucho si no cumplía cuando sirva a los muchos clientes negros que tendría.”

“Recuerdo una vez que cuando me eligió un gran negro para hacerme lo que quisiera, mi único pensamiento fue que terminase lo antes posible porque sabía lo que iba a pasar... Me folló tan fuerte que casi me revienta... Y lo hizo una, otra vez y otra vez... Todas las veces que quiso... Esto es el verdadero tormento de la esclavitud sexual en los prostíbulos de proxenetas negros... Que te revientan a pollazos.”

“Ahora, mi único papel en la vida es ser penetrada profundamente… Tomar pollas de negros en cada uno de mis agujeros, 18 horas al día… Sólo puedo esperar pasar el resto de mi vida siendo utilizada sexualmente por hombres negros en un prostíbulo oscuro... A los clientes no les importo, excepto como un receptáculo para su lujuria.”

Estas son algunas historias de la triste realidad de las esclavas sexuales blancas de los proxenetas negros... Podría contar muchas más, pero todoas son igual de escalofriantes y degradantes.

F I N