Esclavas europeas para africanos (2)

La visita de un traficante de esclavas al denigrante almacén donde en jaulas se encuentran los productos a la venta para su evaluación.

Esclavas europeas para africanos (2)

Capitulo 2.- El extraño visitante, un árabe terrible

Personajes:Rachel: nuestra ama perversa.

Britt: lesbiana esclava sumisa enamorada de Rachel.

July: lesbiana enamorada de Britt.

Tarik: supervisor encargado de las sumisas de Rachel.

Musim: joven ayudante de Tarik.

Fadil: traficante de esclavas.

A pesar de que el castigo tan doloroso y tan horrible que nos dieron a July y a mi para que ninguna de las dos tuviéramos gamas de volver a vernos y ni siquiera hablarnos más, no fue así...

Pronto me encontré con ella de nuevo y estoy segura que fue por decisión de Rachel... ¿Dónde fue eso?

Fue cuando me fueron a meter en la jaula... July, estaba en la jaula de al lado mío... Comprendo ahora por qué Tarik le había dicho a Musim que no me quería verme susurrando con la chica de la jaula de al lado.

Sobre su hocico, los ojos de July parecían tan abiertos de sorpresa como los míos le deben haber parecido… Yo intenté en vano tender mi mano entre los barrotes de la jaula de ella y escuché un  gemido procedente de su hocico.

‘¿Por qué estaba ella aquí?... ¿También era parte de la misteriosa comisión especial de Rachel?... ¿Ella también iba a ser destinada a la cría forzada?... ¿Nos cubrirían al mismo tiempo de forma degradante? ’, pensaba yo… Gemí en respuesta a todo ello.

  • “¡Silencio!... Las perras de cría no hablan!”, gritó el joven Musim, azotando con fuerza mi culo desnudo.

Luego abrió la puerta de mi jaula y me metió dentro, sujetando la pesada cadena a la parte posterior de mi cuello y cerrando el candado en la puerta con barrotes... Luego colgó mi cadena en un gancho fuera de mi jaula, igual que hizo con el resto de jaulas.

Aunque la jaula de July y la mía eran contiguas, una pared de separación nos impidió vernos y, por supuesto, de susurrarnos, nada... La jaula al ser demasiado baja para ponerse de pie, me obligaba a estar arrodillada agarrando los barrotes con mis manos esposadas, con la esperanza de poder volver a ver de nuevo a July.

De repente vi a Tarik entrar en el local donde estábamos... Como de costumbre iba con su temido bastón.

  • “¡Castigo!”, dijo.

Hubo pequeños jadeos de miedo en todas las chicas enjauladas, asustadas por saber quien iba ser castigada… Cada una estaba pensando desesperadamente, como Tarik pretendía, que pudo haber hecho mal para ser castigada.

De repente, Tarik gritó:

  • “¡Número ocho!”

‘¿ La número ocho?… Esa era mi amada… El número de July’ , pensé asustada por ella.

  • “Llévala a mi oficina, para el castigo”, le dijo Tarik a Musim… Y se fue.

‘¡Castigo! ’... Me preguntaba qué ofensa habría hecho July... Ella siempre ha sido una chica obediente y, como yo, odiaba a Tarik.

Hubo un traqueteo de una llave en un candado y el crujido de una puerta de la jaula que se abre… Veo como la pesada cadena de collar de July es desabrochada.

  • “¡Fuera!”,… gritó el joven, inclinándose para atar el collar de July a su cadena… Luego la vi pasar siendo llevada en cuatro patas más allá de mi jaula… Sus hermosos pechos llenos, los pechos suaves que yo solía tocar tan bien, estaban colgando debajo de ella… Parecían tan cargados de leche como los míos.

Al pasar por delante de mi jaula, July giró la cabeza y me miró… Había terror en sus ojos… Le hice un pequeño gesto de amor… No había nada más que pudiera hacer.

Luego la condujeron fuera del ático y hacia la oficina contigua de Tarik… Como de costumbre, la puerta quedó entreabierta… Esto se hacía para que las otras chicas aterrorizadas, todavía encerradas en sus jaulas, escucharan los golpes de vara de Tarik, el látigo de Musim y los angustiados gritos de dolor de la esclava.

Hubo dos castigos: diez golpes por falta de respeto a Tarik y veinte por falta de celo con una cliente… La falta de respeto era la forma en que Tarik nos mantenía tan bien disciplinadas a todas… La falta de celo con una cliente era por no entregarse totalmente a ella y darle el placer que le exigía a pesar que se esforzase al máximo.

Ahora, a través de la puerta abierta, podía escuchar el ruido del bastón de Tarik que golpeaba lentamente sobre el desnudo cuerpo de la pobre July… Como estaba previsto, me encontré contando automáticamente los tiempos bien espaciados.

¡Uno! Una larga pausa y luego ... ¡Dos! Otro pausa larga y luego... ¡Tres!... Y así sucesivamente.

La lenta paliza continuó… y se detuvo a los treinta… Momentos después, una llorosa July fue conducida arrastrándose hacia más allá de mi jaula… Ahora vi que había más de diez rayas rojas en su culo y muchas más en su espalda.

Escuché cómo la volvieron a meter en su jaula y luego cerrar de golpe la pequeña puerta con barrotes… Luego Musil salió dejándonos a solas… Excepto por los sollozos de July y el ruido ocasional de una cadena, se hizo el silencio.

Miré nerviosa a la pequeña cámara de televisión interna que sabía que nos vigilaban continuamente, permitiendo a Tarik comprobar que ninguna de nosotras se estaba portando mal… Esto también lo podía ver Rachel abajo, para enseñar a los nuevos clientes una visión preliminar y tentadora de la mercancía que ofrecía.

Yo ahora también era una más de las chicas de Rachel.

  • “¡De rodillas para la inspección!”, ordenó Tarik, enfatizando su orden con un espantoso chasquido del látigo.

Escuché un traqueteo de cadenas mientras todas nos alineábamos en los barrotes de nuestras jaulas… Era, lo sabía, una postura que le daba al visitante una buena visión de nuestros pechos colgando hacia abajo y de nuestros vientres también, especialmente si estaban hinchados.

  • “Mirada al frente hasta nueva orden”, mandó ahora Tarik mientras caminaba arriba y abajo frente a las jaulas, comprobando que cada una de nosotras estábamos en la posición correcta.

Tarik pulsó el botón que cerró un par de gruesas cortinas de terciopelo azul sobre el frente de cada jaula... Esto habían sido una de las mejoras recientes de Rachel, al hacer que cada sumisa se muestre sola, arrodillada detrás de los barrotes de su jaula y se la ilumine por un foco en el techo de su jaula, para que un cliente visitante la pueda ver perfectamente.

Cada par de cortinas podía ser apartada por Tarik presionando un botón fuera de cada jaula para mostrarla a su cliente… Ahora yo estaba arrodillada a cuatro patas en la oscuridad detrás de las cortinas cerradas de mi jaula, esperando a que abran mis cortinas.

Sabía que sus ganancias habían aumentado mucho desde que ella había introducido este dramática forma de mostrar a sus chicas… Sin duda, ella planeaba lograr un efecto similar en el misterioso cliente especial.

Un poco más tarde escuché el ruido de los pasos de Tarik y el ruido del tacón alto de Rachel… Sin embargo, los del cliente especial visitante parecían extrañamente silencioso, pero sabía que estaba aquí.

Qué raro ’, pensé.

Hubo un ruido como si las cortinas de las Jaulas 1, 2 y 3 fueran retiradas… Escuché al visitante que se quedaba sin aliento... Parecía un grito de asombro bastante profundo… Pero luego recordé que muchas de las clientas de Rachel, todas lesbianas entusiastas, también les pasaba lo mismo cuando nos veían.

  • “Así que, Señor, de momento le gustan estas dos”, oí decir a Rachel

  • “Sí, se ven muy bien... Y veo que ya se han hinchado muy bien las barrigas”, me llegó la voz de un hombre con un fuerte acento extranjero.

‘¿Este es el visitante muy especial de Rachel?… ¿Un hombre?... ¿Un hombre aquí con Rachel en su muy privado burdel para lesbianas dominantes? ’, pensé extrañada.

Normalmente Rachel tiene a sus chicas para ser utilizadas por mujeres adineradas, mayores, viciosas y muy lesbianas, no para hombres que vengan a vernos desnudas dentro de nuestras jaulas… ¿Qué hacía un hombre aquí?... ¿Qué podría estar tramando Rachel con este hombre?, me preguntaba.

  • "Me dijiste los clientes pagarían más por un ganado de pelo rubio original", oí que le decía Rachel.

‘¿Ganado?... ¿Cómo se atreve Rachel a referirse a nosotras como ganado?... Podemos estar bajo su dominio, pero todavía somos seres humanos’ , pensé

  • “Sí, es cierto… Y eso hace que la mercadería sea muy interesante”, dijo la voz del hombre, riendo con deleite y frotándose las manos.

‘¿Mercancías?... ¿Quién se cree que es este hombre? ’, volví a pensar.

  • “Como vera, todas las chicas aquí son auténticas rubias de ojos azules… Y dijiste que tus clientes pagarían aún más si incluíamos en el ganado un joven rubio igualmente de ojos azules”, le dijo Rachel.

‘¿Los clientes de este hombre pagan más por las mujeres embarazadas?... ¿Qué clase de hombre era este ‘muy especial cliente’?... ¿Un vendedor de esclavas blancas?... Un vendedor que consideraba a las mujeres blancas que manejaba como mero ganado… ¡Qué terrorífico! ’, me pregunté.

‘¿Había capturado secretamente Rachel estas chicas para venderlas a este moderno mercader de esclavas?... ¿Había buscado chicas para este horrible mercader?... ¡Que horror!’ , seguí preguntándome.

Me estremecí al recordar cómo ella me había dicho que yo era parte de este trato... Seguramente lo dijo para asustarme… No me iba a vender y tampoco a July, porque nos echarían en falta nuestras familias y amigos.

  • “¿Cómo conseguiste estos ejemplares, Rachel?”, le preguntó el hombre de acento africano.

  • "Eso fue fácil… Ahora que los países del Este de Europa son parte de la Unión Europea, no hay restricciones para que sus ciudadanos vengan aquí", escuché responderle Rachel.

‘¿Europa del Este?... Entonces, ahí es de donde estas nuevas chicas habían venido’ , pensé.

  • 'Sólo dejo que se sepa discretamente, diciéndo que podría ayudar a mujeres jóvenes embarazadas llevándomelas a Inglaterra para tener un aborto, algo que está prohibido en su país”, oí decir a Rachel.

“Y una vez aquí, en mi burdel, les pongo un bonito cinturón bloqueando sus labios vaginales para que no puedan abortar y su progenie rubia pueda ser parida sin problemas”, continuó explicando Rachel.

Hubo el ruido familiar de otro par de cortinas abiertas.

  • “Cómo puede ver, esta lo había dejado para un poco más tarde para que vea la barriga muy bien curvada que tiene.”

  • "¡Excelente!... "Mis clientes pagarán bien por un vientre tan hermoso", escuché exclamar al traficante de esclavas.

  • "¿Y las otras, no?", preguntó Rachel.

  • “Oh, sí, claro… No creo que haya ningún problema con el precio… Siempre hay una buena demanda por parte de mis clientes de mujeres blancas por su afición a que ellas crien camadas de ganado”, escuché decir al hombre.

  • “Pero lo que aún no tenemos en mi rico, aunque remoto país de África, son rubias... Sin embargo, Allah ha sido muy bondadoso con nosotros y gracias a nuestro oro y diamantes mis clientes son todos muy ricos y pueden conseguir mujeres blancas rubias."

‘¿ Mujeres blancas criando camadas de en una parte remota de África?... ¿Una buena demanda de mujeres blancas por parte de sus clientes?’ ... Me estremecí asustada pensando en esto.

  • "Bueno, Señor, recuerda que siempre puedo conseguir más chicas de donde vinieron estas que ves... Siempre hay una gran demanda por venir a Inglaterra”, oí decir a Rachel.

  • “Bueno, cuantas más, mejor, como dicen los ingleses”.

No pude evitar sentir lástima por estas tres preciosas jóvenes futuras madres… Ahora me preguntaba: ¿Qué destino les esperaba?

Pensé que era mejor que ninguna de ellas, recientemente llegadas, podría entender mucho inglés porque estarían horrorizadas… Pero, en caso de que se dieran cuenta la verdad, Tarik se aseguraría de que ninguna de nosotras tuviera acceso a un cuchillo o algo afilado que podríamos hemos usado para dañarnos a nosotras mismas.

Entonces, escuché las cortinas de las primeras tres jaulas cerrarse.

  • “Echemos un vistazo ahora a algo bastante diferente', escuche la voz de Rachel.

Nuevamente hubo un ruido, esta vez el las cortinas sobre las jaulas 5 y 6, que se abrieron para dejar ver el interior.

  • "Pero estas todavía tienen vientre plano", escuché decir al traficante de esclavos.

  • “Sí, por el momento… Pero échales un vistazo más de cerca.”

Hubo una pausa y entonces escuché:

  • “Por Alá… ¿Son madre e hija?”, escuche la voz ahora excitada del mercader de esclavas.

  • “Sí, es una hermosa madre y una joven hija, muy parecida a la madre… Me dijiste que tus clientes, siendo ricos y entusiastas criadores de ganado blanco, estarían particularmente interesados en adquirir una madre y una hija rubias."

"Ciertamente serían de gran ayuda para establecer nuevas líneas de ganado blanco rubio… Estas dos se venderán muy bien, muy bien."

  • “Y Tarik, creo que me dijo que ambas pronto estarán listas para concebir", le explicó Rachel.

  • "Sí, señora", escuché la voz profunda de Tarik.

Escuché un crujir de papeles y me di cuenta de que Tarik estaría mostrando al mercader los gráficos mensuales de temperaturas diarias tomadas a las chicas.

  • "Ya ves cómo llevo el control de los ciclos mensuales... Ahora están exactamente en línea, listas para su nuevo Amo… Los gráficos muestran que ambas pronto estarán en su punto más fértil de ciclo mensual”, comentó Tarik.

  • “Y listas para ser puestas, por su nuevo Amo, con el mismo chico semental”, dijo Rachel, en un extraño y serio tono de voz.

  • "Sí… Y puse a ambas en el programa de pastillas especiales para la fertilidad, por lo que podrían producir gemelos o trillizos, si las mantengo con las pastillas hasta que se apareen", dijo Tarik.

  • “Oooh… Sigue con el programa de pastillas... ¡Gemelos o trillizos!... Pero qué lástima que no tengamos sementales rubios en mi país con quien aparearlas".

  • 'Pronto tendrás uno.”

  • “¿Qué?... ¿Qué quieres decir?”

  • “Dijiste que no tenéis sementales rubios en vuestro país para aparearlas y mantener la línea blanca rubia… Así que he logrado hacer algo muy bueno… Tengo no sólo una madre y su hija, sino también a su hijo joven y viril... ¡Mira!”, dijo Úrsula con una sonrisa.

Oí que otro par de cortinas se retiraban y otro suspiro de asombro del mercader de esclavas.

  • “Oooh… Un autentico chico rubio… ¡Maravilloso!... Qué oportunidad de poderlo cruzar con su madre y su hermana y establecer una nueva línea de cría rubia… Cuando varios de mis clientes los vean, difícilmente podrán esperar… Todos estarán muy ansiosos por meterlos en sus zonas de apareamiento.

Dios mío, está hablando de emparejar al chico con su madre y con su hermana… ¡Qué espantoso! ’, pensé.

  • "¡Qué sorpresa me has dado!", le dijo el mercader al lado de Rachel muy emocionado.

  • "Sí, pensé que te gustaría… ¡Pero te costarán mucho dinero!", replicó Rachel secamente.

  • “El dinero no es un objeto aquí… Mis clientes pagarán cualquier cosa para poner sus manos en estos animales.

Escuché cerrarse las cortinas de las jaulas 4, 5 y 6.

‘¿ Seré la próxima ?’, me pregunté.

Estaba segura que Rachel no se atrevería a venderme… Después de todo mi madre sabe dónde estoy.

Sin embargo, mi corazón se aceleró cuando escuché a Rachel decir:

  • “Y ahora te mostraré algo diferente… Me preguntó si tú podías encontrar una rubia, de clase alta, inglesa… ¡Todo un desafío!”

  • "A mis clientes les encantaría humillar a una mujer así al ponerla en su rebaño de cría."

  • “Bueno, echemos un vistazo a estas dos mujeres inglesas de clase alta.”

Parpadeé cuando la luz de repente inundó mi oscura jaula al abrirse las cortinas y se encendió una luz en el techo de mi jaula… Yo podía escucha también como las cortinas de la jaula de July se estaban abriendo.

Me di cuenta de que me estaban mirando a mí, pero yo estaba demasiado asustada y traté de mantener mis ojos fijos en la pared de ladrillo que había frente a mi jaula y no moverme.

Como el resto de jaulas, la mía estaba levantada un metro del suelo, no sólo para permitir a los clientes obtener una mejor visión de las chicas en oferta, sino también para que pudieran vemos a través de las barras sin tener que inclinarse.

Por el rabillo del ojo vi a un hombre grande, gordo, de piel oscura y barbudo, mirándome… Llevaba un vestido árabe: una túnica gris larga con capucha y unas zapatillas moras.

Me sonrojé de vergüenza cuando lo escuché exclamar:

  • “¡Muy buena pieza!”

Ya lo había escuchado hablar sorprendentemente bien Inglés, pero él era un hombre… Un hombre me miraba a través de las barras de mi jaula… Rachel me estaba mostrando desnuda a un hombre… Y a sus otras chicas, también… Ella permitía que nos viera un hombre, cuando lo normal era que sólo nos vieran mujeres lesbianas.

Yo estaba avergonzada por esta humillación pero también me sentía excitada por el hecho de que me viera un hombre.

Tarik estaba de pie orgulloso al lado del árabe, feliz de mostrar las chicas a su cargo a un hombre... Su látigo estaba enroscado en su cinturón, pero en su mano sostenía su bastón.

Eché un vistazo a Rachel… No la había visto desde hace varias semanas porque había estado fuera haciéndo, ahora ya no era un secreto, "ofertas" de sus chicas.

Me estremecí cuando pensé que debían haberle pagado un precio muy alto y eso sólo lo podrían permitir clientes muy ricos.

Rachel tenía un aspecto severo con su pelo oscuro recogido en un moño detrás de su cuello… Iba vestida con un caro traje de terciopelo azul… Ella era una lesbiana y una pintora exitosa, que utilizaba sus modelos, como hizo conmigo, como una pantalla detrás de la cual dirigía un lucrativo burdel secreto para ricas mujeres lesbianas.

  • '¡Sí… Me gustaría tener un par de respetables mujeres inglesas para utilizarlas… Cuanto mayor sea su nivel, mayor será su caída", exclamó Fadil, el odioso árabe, mirando excitado a través de los barrotes de las jaulas de July y la mía mostrando nuestros cuerpos desnudos.

  • Son esclavas reacias, que les gustaría abandonar este estilo de vida que les he impuesto, pero las fotografías y videos que tengo de ellas, les impiden dejarlo porque les llegaría a sus familias, amigos y vecinos… Además, también saben que cualquier señal de desobediencia o la falta de entrega a un cliente será castigada con el látigo y el bastón", dijo Rachel con una sonrisa sombría.

  • “Date la vuelta y muéstrale a mi cliente las marcas en tu culo”, la escuché decirle a la pobre July.

Hubo un traqueteo en la cadena del collar de July y entendí que se habría girado para mostrar su culo.

Vi al odioso árabe Fadil asentir con aprobación.

Entonces Rachel señaló el bastón que llevaba Tarik para que su cliente viera de donde procedían las marcas del culo de July.

  • “Tarik es mi supervisor, a cargo de mis chicas”, le explicó Rachel.

El árabe miró a Tarik con aprobación y le preguntó a ella:

  • ¿Cómo tienes a este hombretón negro a cargo de tus chicas?

  • Muy sencillo… Las chicas tienen mucho más miedo de él de lo que nunca tendrían de una asistenta blanca cómo su instructora”, respondió Rachel con una sonrisa.

Luego, ella se volvió hacia mí y hacia July y le dijo:

  • "No lo creerás, pero una vez, a mis espaldas, estas dos eran en secreto, amantes."

  • “¿Amantes en secretos?”

  • “Sí, pensaron que no las pillaría, pero Tarik las cazó juntas en la cama en un hotel… Por supuesto yo ordené que las golpeara a las dos y también obtuvieron mi venganza por su infidelidad en otras formas de castigo, incluyendo tener a ambas con grandes barrigas al ser ofrecidas para la crianza forzada."

  • “¿Grandes barrigas?... Sí… Eso suena interesante… Creo que mis clientes también disfrutan mucho tomando venganza con mujeres cristianas tan inmorales... Tradicionalmente, el apareamiento de una mujer cristiana pillada con un esclavo negro o blanco, siempre fue considerado motivo de grandes castigos”, comentó el traficante de esclavos, riéndose.

Mi corazón se hundió de nuevo cuando escuché estas palabras, y aún más cuando escuché al traficante Fadil agregar:

  • Por pasar un buen rato, nueve meses de venganza.”

  • "¿Nueve meses?... Debo recordarte que no puedo dejarte tenerlas tanto tiempo… Ya hablamos y pactamos que todo lo más que puedo dejártelas en alquiler son tres meses”, le advirtió Rachel.

  • Uff, ¡qué alivio! ’, pensé  y sonreí a continuación al escuchar el tratante de esclavas murmurar tristemente:

  • "¡Qué lástima que no pueda ser!"

  • “Bueno, aunque estas dos no estarán disponibles para la cría de esclavos, podrían ser muy rentables alquilártelas por un período menor, digamos tres meses”, le dijo Rachel.

  • “'Eso suena a una idea interesante.”

  • "Claro... Tiempo suficiente para permitir que tu cliente se entregue a su pasatiempo favorito haciendo que cada una de ellas lleven, y entregan, una camada de valiosos cachorros engendrados por su perro de caza favorito”, comentó Rachel.

  • 'Oh sí, nuestros cirujanos veterinarios árabes bien entrenados, que cuidan de nuestras manadas de ganado blanco humano, están ya familiarizado con esta nueva técnica, y con el suero que impide que los cuerpos de las mujeres rechacen el proceso."

  • “Bueno, pues si estás de acuerdo, puedes decir a tus clientes que harán unas ventas interesantes” dijo Rachel.

  • “Sí... Seguro que preferirán disfrutar de tratar a estas clases altas de mujeres inglesas como verdaderas perras de cría.”

  • “Y si quieren saber más sobre qué pueden esperar, entonces muéstrales esto”, le dijo.

Ella sacó un par de fotos de un gran sobre que estaba sujetado a las barras de mi jaula.

Mi corazón comenzó a latir con fuerza porque sabía que estas fotos son las que Rachel siempre me amenaza con enviárselo a todos mis conocidos y familiares.

Le enseño una foto en la que estaba siendo follada por un gran perro alsaciano... Otra, desnuda con una barriga enorme, y una tercera en la que estaba pariendo cachorros dejándolos caer en una cesta llena de paja... Y una última foto en la que estaba arrodillada a cuatro patas mientras los cachorros mamaban de mis pechos cargados de leche.

  • "¡Excelente!... Estas fotos harán que muchos criadores paguen muy bien por tener una camada de cada una de estas dos arrogantes inglesas", comentó entusiasmado el traficante de esclavas, Fadil.

  • “¡Bien!... Recuerda que estamos en esto los dos juntos y que cuanto más obtengas por alquilarlas, mayor será mi parte”, rio Rachel.

  • "Y... Aunque ellas no lo saben, sincronicé sus ciclos menstruales, para que ambas puedan concebir al mismo tiempo”, añadió Tarik.

  • “Ah... Eso me ayudará a venderlas como pareja listas para el apareamiento.”

  • “Claro... Por eso puedes pedir un alto precio por sus servicios”, sonrió Rachel.

‘¿Servicios?... ¡Dios mío!... ¿Qué servicios? ’, pensé al escucharla.

  • “¿Y no están tomando la píldora?”, preguntó el traficante Fadil.

  • “No, Señor... No necesito eso aquí para estas chicas porque no se les permite tener cerca ningún animal humano macho... Sólo se las doy a las mujeres que dan placer”, respondió Tarik.

  • “"¿Y cuándo estarán listas para la crianza forzosa?", preguntó el mercader de esclavas.

  • “Serán muy receptivas en una dos semanas”, respondió Tarik.

  • “Bien... Eso me dará tiempo para preparar la venta y para que su nuevo dueño organice las cosas con su veterinario."

‘Prepáranos para la venta?... Que preparaciones? ’, pensé de nuevo.

Estaba temblando de horror por todo lo que había escuchado, cuando de repente las cortinas de mi jaula se cerraron y se apagaron los focos, dejándome temblando en la oscuridad.

Poco después de esto escuché cómo las cortinas sobre las jaulas 4, 5 y 6 están siendo retiradas de nuevo y oí al traficante de esclavas Fadil decir:

  • "¡Buen trio!"

  • “Sí... Estoy pensando poner una tarifa especial, ofreciendo a los compradores la oportunidad de tener una madre e hija y un  semental, también rubio, que es hijo y hermano, para que las preñe él o quien quiera el comprador... Tarik, ¿cuándo estarán ambas listas para poder ser preñadas?”, escuché la voz de Rachel.

  • “Dentro de una semana, Señora”, escuché ahora la voz de Tarik.

  • “He pensado que podría hacer una sesión de fotos con sus apareamientos con el chico para que estos ricos ganaderos quieran comprármelas”... Escuché decir a Rachel.

  • “Creo que es una excelente idea”, dijo Tarik.

  • “Y, pienso también que cómo el chico es el único rubio semental en todo el país... Creo que me será más rentable quedármelo para mí y que me contraten sus servicios, en lugar de venderlo.”

  • “También creo que es una buena idea”, apoyo Tarik.

  • “Con lo de la madre e hija, seguro que no obtendría un mejor precio por ellas vendiéndolas como concubinas para usarlas en un harén... Alquilándolas como criadoras sacaré mucho más”, rió Rachel.

  • “Estoy de acuerdo con lo que dices... Todos los hombres importantes tienen un montón de bellas chicas árabes y turcas en sus harenes, aunque pueden, ocasionalmente, usar una de sus hembras blancas que tiene asignadas como ganado para su placer... Pero siempre por el culo, nunca por el coño.”

“Nuestros Mullahs no aprueban que se mantengan a las muchachas cristianas en nuestros harenes, donde podrían ser una mala influencia en nuestras buenas chicas musulmanas... Sin embargo, apoyan con entusiasmo un uso muy denigrante de ellas, preñándolas para cría de rebaños... Y, como no tenemos ganado humano rubio en la actualidad, sería más rentable venderlas como ganado de cría... No alquiles al chico semental, mejor que lo vendas", oí la respuesta del vendedor de esclavos, Fadil.

Continuará...