Esclava sexual

Este relato tiene de todo: Bondage, BDSM, sexo lésbico, algo de anal, etc Mis inicios en el mundo de placer...

Empecé a escribir este relato, a pesar de que al principio tenía mis dudas de hacer ya que es muy personal y hasta un poco vergonzoso. Sin embargo lo decidí hacerlo, y es que me pareció egoísta que yo disfrute de los otros y yo no comparta esta experiencia que aún de recordarla me calienta.

Dicho esto, vamos a los hechos: hace algunos años vivía en un pueblo pequeño en el cual disfruté de una infancia y adolescencia muy tranquila, es decir, casi no salía a fiestas (mis padres eran muy estrictos) y era más bien una hija, alumna, y amiga ejemplar. Era una joven delgada, un poco alta en comparación a los demás, de cabello largo y castaño, piel clara pero siempre sonriente. Debo admitir que tenía muchos pretendientes, aún así solamente tuve un solo novio al que llegue a amar verdaderamente a pesar de que nunca tuve con el alguna experiencia sexual, ya que yo soñaba con casarme con él y mi madre me decía que si no me mantenía pura, eso nunca iba a suceder. Sin embargo, el significado del sexo para mi llegó a cambiar completamente cuando me mudé a la ciudad.

Me había graduado del colegio, y me admitieron en la Universidad que más quería de la capital. Creo que sólo las personas que han vivido en pueblos pequeños y tranquilos, y que repentinamente van a vivir a la ciudad, pueden entender lo que yo al sentir aquel cambio tan brusco. Al principio hasta sentía mucho temor de salir a la calle por miedo a la gente, es decir, su actitud era muy diferente: era brusca, rara, los hombres me miraban de una manera que me avergonzaba profundamente, en fin, no estaba disfrutando para nada ese cambio de ambientes, de no ser por Tatiana, hubiera regresado inmediatamente a mi hogar.

Tatiana era mi compañera de piso. Cerca de la universidad había muchos edificios donde es muy común encontrar jóvenes estudiantes que comparten departamentos junto con los gastos, entre otras cosas. Encontré un anuncio donde una chica buscaba compañera diciendo en letras grandes con negrillas que solo admitía mujeres, lo cual me pareció muy natural. Y así la conocí. La primera vez que la vi, me sorprendí bastante: Era alta, más esbelta que yo, tenía el cabello rizado, alborotado, de tono medio cobre, pero le quedaba muy bien. Su piel tenía un tono bronceado hermoso pero aún así se veía muy suave. Su cuello era largo y elegante, que lucía una gargantilla muy bonita (aunque algo parecida a la de los perros, algo que me pareció muy gracioso). El escote que llevaba era muy exagerado por lo que me llamó la atención su prominente busto. Todavía recuerdo que me quedé mirándolo llena de asombro y ella al notarlo sólo se sonrió y me saludó muy afectuosamente y luego nos hicimos grandes amigas, me enseñó la ciudad, me presentó algunos amigos, incluso con ella fui por primera vez a una discoteca de verdad, ella se encantaba con ver mis expresiones de asombro e ingenuidad.

Después de aproximadamente un mes de clases noté como Tatiana era popular entre los chicos. La mitad de ellos besaban el suelo por donde caminaba! Sin embargo ella no hacía caso a ninguno ya que tenía un novio (el cual no era estudiaba, cabe recalcar) y que era verdaderamente apuesto, como dice Tatiana modestamente, digno de alguien como ella. Se llamaba Valerio, de padres italianos. Debo decir que su mirada era perturbadora, algo maliciosa a pesar de su rostro tan dulce. Tatiana decía que era algo malo, pero de ese tipo de chocos malos que atraen tanto a las chicas. Sin embargo, en esta historia en particular, no tiene mucha relevancia (quizás les cuente más tarde, en otro relato, sobre él, ya que en mi vida tuvo aún más influencia que Tatiana).

Poco a poco fui desarrollando un cariño hacia Tatiana, la admiraba mucho, nos habíamos vuelto mejores amigas. A pesar de que había días, incluso semanas que no llegaba a dormir, cada vez que regresaba, me contaba todas sus experiencias con Valerio, incluso con otros (aunque nunca mencionó otra mujer), de las cuales yo no dejaba de ruborizarme y es que las cosas que ella decía me inquietaban y me hacían sentir extraña, muy extraña, hasta incluso llegué a soñar con ellas. Tatiana no paraba de reírse con tanta picardía al verme escucharla. Ella no podía creer que yo aún era virgen, y bromeaba constantemente que ella iba hacer que la pierda, pero no me imaginé que hablaba literalmente.

Un día, un jueves, como olvidarlo, era feriado pero no fui a mi pueblo como acostumbraba a hacerlo por terminar un proyecto. Era un día muy caluroso, y Tatiana y yo estábamos con prendas muy pequeñas ya que se nos había dañado el aire acondicionado. Ella me ayudaba a terminar el trabajo pero teníamos demasiado calor así que ella se ofreció a preparar unos cocteles para las dos. Yo no acostumbraba a tomar mucho alcohol pero siempre ella me convencía, y esta vez no fue la excepción, debo admitir que tenía mucha influencia sobre mí. Pero esa bebida que preparó estaba diferente a las que siempre hacía. Me afectó rápidamente y en seguida me dio mucho sueño así que me acosté a dormir, a pesar de que eran recién las tres de la tarde. Más tarde me enteré que no fue efecto del alcohol sino de un somnífero que había usado en mi bebida ya que lo que tramaba algo perverso.

Cuando desperté, lo primero que recuerdo es que aún estaba claro, el sol me llegaba directamente al rostro y ahí fue cuando me di cuenta de la situación en la que estaba: me encontraba completamente desnuda, apoyando mi cuerpo bocabajo en posición como la de perrito, contra una mesa de café algo baja permitiéndome estar de rodillas en el piso, amarradas mis piernas una en cada pata de la mesa y mis brazos de igual manera pero amarrados con una sola cuerda debajo de las mesa, de manera que el mismo peso de ella junto con el mío me impidieran completamente levantarme, e incluso mover los brazos y debajo de mi cadera había un cojín para que esté levantada más arriba.

Estaba aún confundida por los efectos de la mezcla del somnífero con el alcohol. Tatiana estaba allí, me decía cosas pero no entendía nada, y de repente mi corazón dejó de latir, sentí los dedos de Tatiana en el fondo de mi coño, los empezó a mover frenéticamente y yo no entendía lo que me pasaba. Regresé a ver estaba ella con su mano dentro de mi tan solo con una tanga puesta y al ver esa imagen me asusté, pero sentí esa misma sensación que sentía cuando ella m me contaba sus aventuras de cama. Entonces me di cuenta que era esa sensación, me estaba excitando, claro que en ese momento estaba muy asustada y lloraba, especialmente cuando cambió sus dedos por un consolador, sin embargo no me lo metió por el coño, para mi sorpresa empezó a meter su lengua por el ojete del culo y rápidamente lo empapó, luego pude ver como lamía ese consolador y luego, loca por su excitación lo metió rápidamente por el hueco causándome un dolor increíble, así que comencé a gritar. Fue ahí cuando ella reaccionó y fue a su cuarto regresando luego con una correa de cuero de su novio.

Me empezó a dar de correazos riendo y diciendo que si no me callaba me iba a dar más fuerte todavía, pero yo en ese momento no entendía nada, y aunque deje de gritar lloraba desconsoladamente mirándola y preguntándole por qué me hacía todo eso. Creo que eso la apiadó un poco ya que se agachó y me dijo… "está bien… haré que disfrutes en verdad" y me dio un suave beso en la boca y se fue hacia atrás, se puso de rodillas frente a mi coño y lo empezó a lamer suavemente para luego incrementar la velocidad. Lo hacía como una experta y yo que estaba llorando, no se en qué momento mis lagrimas se convirtieron en gemidos de placer. Tuve mi primer orgasmo y eso me asustó bastante por lo que volví a gritar para que me dejara. Ella no dudó en darme más correazos y volver a mi coño. Luego se le ocurrió volver al consolador en el culo mientras me comía el clítoris y entre otras nalgadas y correazos oscureció. Al final las lágrimas desaparecieron completamente y ahora yo loca por sentir mi cuerpo tan caliente pedía más, mucho más. Fue cuando por fin me soltó. Yo estaba exhausta, pero había olvidado completamente quien era y le rogaba para que me lo siga haciendo. Pero ella también quería recibir algo, así que nos fuimos a su cuarto para continuar.

Con la luz prendida, me di cuenta lo grandioso que se sentía sus senos sobre los míos, su sexo sobre el mío, y más orgasmos para las dos, me volví loca. Caí agotada totalmente y ella igual de agotada me dijo al oído… "Ves… no crees que valió la pena…" y yo solo respondí con un suspiro que si y ella dijo igual susurrando "todo esto lo hice para ti, porque te quiero, porque te estabas perdiendo lo más increíble de este mundo… ya verás te lo enseñaré todo…" y yo aún excitadísima le juré que aprendería todo y que me volvería lesbiana sólo por ella. Pude escuchar una pequeña risa de Tatiana después de escuchar eso y luego dijo en alzando más la voz "bien, aquí la tienes, domada como querías… Qué esperas? Es que no te nos vas a unir o vas a seguir grabando…? Y yo, al no entender lo que decía alcé la mirada y lo entendí.

Una vez más sentí como mi corazón dejaba de latir. Pero esta vez era peor, esta vez sentía como mi mundo terminaba. Era Valerio con una cámara grabando absolutamente todo. Todavía no puedo entender como no me había dado cuenta de su presencia antes. Otra vez me alteré, y traté de salir corriendo pero él no me dejó. Me cogió de los brazos y me dijo con una voz tan tranquila que me sorprendió, que no era necesario gritar ni hacer algún escándalo porque la única que quedaría mal sería yo. Es más, me advirtió que de ahora en adelante debía ser muy obediente. En otras palabras, que si yo no obedecía, ese video mío con Tatiana terminaría rodando por todo mi pueblo, donde todos me conocen. Así que me puso de rodillas frente a él y antes de bajar el cierre de sus pantalones me puso una especie de collar como los que usan los perros con su nombre en la placa, igual a la que usa Tatiana, y ahí me di cuenta de todo: ella era su esclava, y ahora yo también lo seré, su esclava sexual.