Esclava sexual 4º
Vuelta del jefe mafioso
4º
Llevaba a Daniel en brazos y apretado contra mi cuerpo
-¿Qué quieres cenar esta noche?-le dije mientras avanzábamos por el pasillo hacia nuestro apartamento
-Hamburguesas-dijo sonriendo-Y gambas
-Una sola cosa chaval-dije dándole un mordisquito en la oreja y haciendo que se riese
Cuando llegamos a la puerta me di cuenta de que estaba abierta. Deje a Daniel en el suelo y le indique que se quedase detrás de mí. Abrí la puerta y me interne en el recibidor sin ver a nadie. Encendí la luz del comedor y vi al señor Gabriel sentado en uno de los sofás
Se me cayó el alma a los pies y deje de respirar
-Hola Karen-dijo con una voz de seda- ¿Ese es mi hijo?
Daniel había asomado la cabeza para ver al hombre extraño que estaba en nuestro salón. Tenía que volver a ser la de antes para seguir al lado de mi niño
-Estoy encantada de volver a verle señor Gabriel. Y si, es nuestro hijo, Daniel
El señor Gabriel se levanto acercándose a nosotros y entonces vi en el pasillo a un par de guardaespaldas. Me abrazo con fuerza y me susurro al oído
-Un varón, buena chica-Después de soltarme se agacho al lado de Daniel y le sonrió de tal manera que parecía alguien totalmente inofensivo-Hola Daniel
-Hola señor Gabriel-dijo el niño tras mirarme y esperar instrucciones
-No debes llamarme así, tú debes llamarme padre. Porque yo soy tu padre y de ahora en adelante tú madre y tú viviréis en mi casa
Me dirigió una mirada de “Si te niegas encontraran tu cadáver en el rio”
Salimos del edificio todos juntos y nos metimos en un coche con chofer que nos esperaba fuera. Tenía agarrado a Daniel sobre mi regazo mientras este miraba a su padre que estaba hablando con él. Había hablado un poco a Daniel sobre el señor Gabriel durante sus tres años de vida, pero era la primera vez que veía a su padre
Llegamos al aeropuerto rápidamente y antes de darme cuenta estábamos en un avión y un cocinero nos preparo una cena de la que no pude comer casi nada. Al cabo de un rato vi que Daniel se caía de sueño y lo cogí en brazos mientras veía como se dormía
-Tengo una cama preparada para él-dijo el señor Gabriel señalando una puerta. Entre y vi una pequeña cama con barrotes. Deje a Daniel y le di un pequeño beso en la frente antes de salir cerrando la puerta detrás mío
El señor Gabriel se soltó un poco la corbata de su traje y se echo hacia atrás relajado
-Que buen país es este en el que puedes arreglar tu salida de la cárcel con dinero-dijo. Luego me hizo un gesto para que me acercase-¿Me echaste de menos?
-Si, señor Gabriel ¿A dónde vamos?
-A recoger al hijo que tuve con Ella
-¿No iremos a por Ella?
-Se caso. De todas las chicas tú eres la única que no se ha casado, tenido novio o dado al niño en adopción. Y si he ido a por ti primero es porque os hice una promesa, que me casaría con la primera en dar a luz a un varón
-No me digáis que…
-Con una semana de diferencia con los otros dos niños-saco una caja del bolsillo de su traje y me la tiro. Un anillo- Recogeremos a todos los niños que he tenido con las chicas y a cuatro de ellas. Ella se libra por que ya iba a jubilarla cuando la policía descubrió mi fraude fiscal. Pero las demás que están casadas, bueno… Simplemente sufrirán accidentes
Sentí un escalofrió recorrerme. Él se estiro un poco y me hizo un gesto para que me acercase. Me senté a horcajadas sobre su regazo y le abrace el cuello mientras le besaba lentamente
-¿Me echaste de menos?
-Si, señor Gabriel
-Buena chica
-¿Cuántas volveremos a la isla?
-Cuatro de las siete, aunque tendré que castigar a Sachi y a Florence por dar a las niñas en adopción, ya tengo a tres para suplir a Ella, Tsukiko y Cameron. También las recogeremos. Pero basta de hablar de esto, vamos al dormitorio
Me levanto mientras mi centro se rozaba contra su creciente erección. Entramos al dormitorio y mientras cerraba la puerta yo me quite la falda y la blusa que llevaba
Mi ropa interior era, bueno… Una camiseta interior y unas bragas de algodón blanco
-Muy inocente…-dijo en mi oído casi frotándose contra mi- Ciento que te quitare otra vez la virginidad
Me toco de forma casi violenta entre las piernas y gemí de dolor
-¿Cuántos han disfrutado de esta delicia después de que yo entrase a la cárcel?-dijo metiendo un dedo en mi intimidad
-Solo Daniel al salir-jadee empezando a sentir placer
-Humm…. ¿Te masturbabas pensando que eran mis dedos?
-Si-susurre sabia que eso le complacería-Me tocaba casi cada noche al principio soñando que era usted
-¿Y luego?
-Daniel aprendió a gatear y se me hizo más difícil tener un momento para hacerlo
Sonrió de forma perversa e introdujo tres dedos en mi interior. Gemí de placer mientras movía mis caderas contra sus manos
-Eso es… córrete así
Me empecé a mover de forma más violenta hasta que alcance un orgasmo y solo llegue a jadear apretándome contra el cuerpo aun vestido del señor Gabriel. Él saco sus dedos de mi interior y me empujo sobre la cama
Los restos del orgasmo aun recorrían mi cuerpo mientras se desvestía y se unía a mí. No me di cuenta de que llevaba su corbata en la mano hasta que me ato las muñecas
-¿Señor Gabriel?-susurre
-Ahora vamos a doblegarte un poco-me puso sobre su regazo y con mis manos atadas delante de mi cara sentí un fuerte golpe en mis nalgas
Gemí de placer y él siguió azotándome las nalgas con su mano completamente abierta hasta que estas tuvieron el color de las cerezas. Las nalgas me ardían mientras me tumbo con delicadeza sobre la cama
-Volverás a tener lo que perdiste hace cuatro años-me la metió d golpe por el culo sin dilatarme antes ni lubricarme.
Un grito surgió de mis labios mientras sentía el escozor y el desgarro que estaba causando en mi interior mientras embestía furiosamente dentro de mí.
Me desmaye por culpa del dolor y unos fuertes golpes en mi cara me trajeron de vuelta al mundo real. Sentí como se derramaba en mi interior y se aparto de mí gimiendo
-No quería hacerlo tan rápido y brusco-dijo mientras me abrazaba- Pero te eche demasiado de menos
-Y yo le eche de menos a usted-dije limpiando su miembro con una toallita húmeda
-Apartar de ahora llámame cariño o esposo. Ya te he dicho que vamos a casarnos
-De acuerdo, cariño-mire hacia abajo y vi que volvía a estar listo para la acción
-¿No quieres comerte ese caramelo?-dijo mirando hacia donde yo miraba
Baje por su pecho mientras desataba mis manos y le metí rápidamente en mi boca dándole una furiosa mamada mientras él me guiaba con sus manos en mi cabeza. De repente me alzo y me miro con ojos de loco
-¿Quiere que le monte?-susurre de forma sensual. Él asintió y yo me subí sobre su miembro descendiendo muy lentamente. Me moví de forma suave y lenta de manera que ambos lo disfrutásemos más
Al cabo de un buen rato nos corrimos en silencio