Esclava Imperial 1 (reedición)
Una mercenaria es capturada, y se ve obligada a elegir entre ser la propiedad de un general o ser la prostituta de una hermafrodita
Me capturaron unos imperiales. Era una mercenaria a sueldo de un rey que se defendía de los imperiales. Uno de los motivos por los que venían era buscando esclavos, y esclavas. Sobre todo esclavas, el general enemigo necesitaba contentar a sus hombres. Yo no dije nada, aunque lo hubiera dicho. Yo renuncié a mi estatus de noble, y mi padre dudo que se preocupe por mí. El general enemigo ordenó llevarme ante él.
–Los hizun están muy al sur. Rara vez salen de sus tierras, y más raro aún es verlos tan al norte–acarició mi rostro
–Soy una mercenaria.
–Y una muy tenaz. Me has obligado a tener que ganarme el favor de mis hombres para compensarles tan ardua batalla–me enseñó el campamento enemigo
Los soldados se habían repartido a las mujeres hechas esclavas. Volvieron a meterme dentro de la carpa.
–Me gustas pero le gustarás mas a una vieja amiga. Colecciona chicas como tú. Yo ya tengo esposa, no le gustaría tener una esclava tan bella como tú en el mismo techo. Hasta que no lleguemos a la capital–sus soldados empezaron a desvestirme–Me divertiré contigo.
No me resistí. Conozco a mi enemigo, y se como se las gasta. Tengo que dejar mi orgullo a un lado. Más tarde que temprano verá el filo de mi cuchilla atravesar su garganta.
–Tendrías que agradecerme que no te haya entregado a mis hombres–acarició mis pechos– Son maleducados, y no han visto a sus mujeres en meses–mantuve mi silencio. Hizo una señal para que nos dejasen solos
–Te voy a matar cabronazo–le escupí
–Puedes hacerlo, te he visto luchar. Aunque estás más segura conmigo, si me matas dudo que logres huir antes de que te desollen viva
–Bueno, me harían un favor si me matan.
–No valoras mucho tu vida, ¿verdad?–miró detenidamente mi cuerpo
–No me queda nada por lo que vivir–él me besó
Se separó de mi.
–¿Quienes?
–Los alados, esos alados me quitaron todo lo que me importaba. Los mataron. Lo único que lamento es no morir, y convertirme en una esclava
–Creo que he cambiado de opinión. No voy a venderte a Niuva, serías un desperdicio en sus manos. Quitame la ropa, y enséñame como de bien puedes complacerme. Con tus dotes en combate creo que tengo algo pensado para tí.
Tampoco es que tenga otra opción. Es ser vendida como prostituta, o saber que tiene pensado él para mí. Le fui desnudando poco a poco. El general imperial es atractivo, e imponente. Era un elfo de piel oscura.
Después me arrodillé, y le hice una mamada como yo sabía. La primera vez que tengo la polla de un elfo de piel marrón en la boca.
–Eres tan buena luchadora como puta–dijo entre gemidos
Usé mi lengua para dar más placer. Digamos que no era precisamente célibe. Lo hice lo mejor que pude con tal de agradarle. Podía oír a mis padres revolverse en su tumba. Tuve que dejar mi orgullo de lado.
–No es la primera vez que haces una mamada–dijo una vez eyaculado en mi boca. Me lo tragé todo para impresionarle
–No, he de reconocer que me gusta tanto el sexo como luchar.
–Eso mancha la imagen de honor que tengo sobre vuestro pueblo.
–¿No le puede a una mujer gustar el sexo como le gusta a un hombre?–pregunté al general
–Voy a someterte a una prueba–dijo el general de repente, sin responder a mi pregunta–Siempre he querido tener un guardaespaldas hizun, ese sentido del honor de vuestro pueblo me vendría bien a mí. Tener a alguien que no deseé clavarme un cuchillo por la espalda.
–¿Por qué iba a aceptar tu propuesta?–pregunté
–Es eso o venderte a algún prostíbulo. Además como incentivo debo añadir que no me agradan tampoco los alados–tras decir eso me sentí más interesada por lo que tuviera que decir
–Te enfrentarás a mis mejores diez soldados. De uno en uno por supuesto. Si les ganas serás mi esclava y guardaespaldas. Dar mamadas de escándalo no será tu única finalidad
Me planteé de verdad su propuesta. Proteger a un general. Creo que es mejor propuesta que ser vendida. Además no tengo a nadie que me vaya a echar de menos.
–De acuerdo
–Vamos
–¿Así desnuda?
–Eres una esclava sin dueña, no mereces ropas. Lucharás desnuda. Sal detrás de mí, con la cabeza hacia el suelo.
Me paseó por el campamento. Los soldados me dijeron de todo al verme. Escogió a diez soldados tal como él había dicho y les ordenó que le siguieran.
–Esta hizun es hermosa, no lo podéis negar. Será convertida en esclava–dijo en voz alta para atraer a sus soldados– La pregunta es de quien será. El pueblo hizun es conocido por entrenarse en la lucha con espada desde pequeños–el general me lanzó una espada–Aparte de buena guerrera sabe complacer–me dio un golpe sonoro en mi culo–He elegido a diez soldados, el que la derrote tendrá una hermosa esclava. Si perdéis será para mí.
Me tocó enfrentarme al primero de los soldados. Se abalanzó sobre mi, esquivé su golpe y de una estocada rápida le maté. Se ha confiado demasiado, si así van a ser todos ya he ganado. Del segundo al séptimo se confiaron demasiado, seguían viendo a una puta y no a una guerrera hizun. El octavo y el noveno fueron adversarios más complicados, estos no eran idiotas confiados. No iban a dejarse vencer por una esclava desnuda. Llegó el décimo, más fuerte y más alto. Sonriendo por la perspectiva de poseerme. Empezó con ventaja, yo ha había vencido a nueve antes que él. Él venía fresco, suerte para mí que era fuerte y alto pero lento. Di vueltas sobre él, provocándole heridas, retrocediendo y cansandolo. El general sonreía orgulloso. Yo seguí esquivando sus golpes mortales, y le di el golpe final.
–Una hizun desnuda ha vencido a mis diez mejores soldados. Ella será mi nueva protección, al igual que mi esclava. No quiero saber que nadie intenta tocarla sin mi permiso. Ahora esclava, ven conmigo–me ordenó
Le seguí. No me importa luchar para él. Creo que ser su esclava es la mejor opción que me queda.
–Hay que marcarte, y colocarte un collar que te hace de mí propiedad. Me protegerás cuando te lo pida y me complacerás cuando deseé. Te trataré bien, si tú te portas como una esclava debe hacerlo. Las hizun son caras, pero siempre puedo conseguir otra. No lo olvides.
–Si
–Si, ¿que?
–Si, amo. Le protegeré y le daré placer cuando usted me lo pida. Si conoce a nuestro pueblo lo suficiente sabe que mi palabra es inquebrantable.
–Así me gusta.
Me llevó ante el herrero del campamento. Forjaba una espada. Evité mirar al herrero horrorizada, yo sé forjar mejor que ese olyvirio imperial.
–Amo, yo sé forjar mejor que el herrero que tenéis aquí–susurré a su oído
–¿También conoces el arte de la forja?–asentí
–Esta es mi nueva esclava. Marca a esta hizun, y ponle el debido collar.
El herrero me hizo ponerme a cuatro patas para tener el culo a su disposición. Me sorprende que hayan conseguido traer a un herrero al campamento. Tienen fama de tener un acero muy bueno, una lastima que no todos sean tan buenos. Calentó el hierro de marcar, y apretó. Yo tuve que hacer un terrible esfuerzo para contener un grito de dolor. El herrero sacó un collar de metal. Lo abrió, y lo colocó sobre mi cuello. El general puso un par de dedos sobre mi collar, y sentí como usaba la magia sobre él.
–Amo, ¿que habéis hecho con el collar?
–Un hechizo cerradura, nunca podrás liberarte del collar. Tienes suerte que te necesite como guardaespaldas.
–Gracias, amo–respondí resignada
–Sabes comportarte, una sorpresa.
Mi nuevo amo hizo una señal para que le siguiera. Yo cabizbaja le seguí. Mi palabra es sagrada, y de todas formas que pierdo por obedecerle. Hacerme su esclava de momento no parece nada malo. Además podré combatir.
–Te daré una armadura del Imperio para que la lleves. Todo el mundo sabrá que eres mi espada.
Me metió dentro de su tienda de campaña. Me tiró sobre su mesa. Yo apoyé mis hombros sobre ella, él me la metió por el culo. Mis gemidos se tuvieron que oír por todo el campamento. Había que reconocer que era un buen semental, sabía follar bien. Estaba bien dotado el general. Mientras me follaba el culo un mensajero le dio una carta. Él la abrió mientras me la metía más lentamente. Yo acompañé su penetración con movimientos de mi culo. Si mis padres me vieran ser la puta de un general imperial… Me sentía como una montura, el general me montaba y yo gemía.
–El emperador ordena volver con el ejército. Se avecina una guerra con tu pueblo.
–No...es...mi...ahh–llegué al orgasmo–mi pueblo–sentí cómo se corría por todo mi culo
–¿Seguro? Si me hacen combatir contra tu gente ¿que me asegura que no vayas a regresar?
–Yo...mi madre era una enana. Amo, ¿no os extraña que sea más baja que una hizun y más fornida?
–Ahora que lo dices … Eso le da sentido a tu figura.
Me di la vuelta para que pudiera verme mejor. Esto está empezando a gustarme. Me abrió de piernas, y me folló el coño. Lo mejor de mi nuevo amo es que al menos sabe follar a una mujer, y hacerla llevar al paraíso. Eso va a ayudar a acostumbrarme a mi nuevo estatus. Su esposa debe disfrutar mucho con él. Clave mis uñas en su espalda mientras me llevaba al orgasmo.
Cuando terminamos la sesión de sexo. Me trajeron la armadura que decía que me traería. Sí que va en serio con lo de ser su guardaespaldas. Me puse recta mientras me vestían con la armadura.
–¿Qué te parece?
–Los colores son muy vistosos, y no quiero ofenderle amo pero parece que a los imperiales os gusta vestir caro–el general en vez de ofenderse por mi sinceridad, se rió
–Esos son tus nuevos colores. Procura no ser tan sincera frente a otros generales, y el emperador. Hay quienes son demasiado orgullosos para que critiquen sus colores.
Me trajeron dos espadas que acepté encantada. Va en serio mi amo.
–Hoy debería venir a visitarnos la compradora de esclavas. Tiene el único y más grande prostíbulo de la capital. Se llama Niuva, y es hermafrodita, como dato curioso. Haz tu trabajo como guardaespaldas, cuando la veas llegar avísame. Voy a echarme una siesta–asentí
Tal como él ordenó me quedé ahí de pie. Vigilando junto a sus soldados que nadie entrase. Pasaron horas, en las que se intercambiaron los puestos mientras yo seguía ahí de pie. Me entró hambre, pero ahí seguí. A lo lejos vi una caravana acercarse protegida por toda una centuria. Protegían a una mujer, no era olyviria así que supuse que era la mujer de la que mi amo hablaba. Desperté a mi amo, y le avisé de la llegada de la mujer.
–Hace semanas que no duermo en condiciones.¿Se me ve bien?
–Se te ve como un general en campaña, amo.
–Viene buscando putas para su prostíbulo
Las mujeres humanas asustadas, y algunas llorando fueron obligadas a ser exhibidas frente a ella. La escena me asqueó profundamente, las que consideraba aceptables las metía en jaulas. Esta es la verdadera cara de los olyvir. Un imperio que se beneficia del mercado de la esclavitud. No oculté mi asco, pero no dije nada.
–Se que no te gusta la escena pero procura no decir nada–dijo el general a mí oído.
–Akrios–dijo cortésmente
–Niuva, ¿estarás cansada del largo viaje?
–La verdad es que si
–Esclava, llama a mis esclavos. Diles que necesito que me preparen una comida aceptable para la mujer protegida del emperador. Los soldados te guiarán–asentí obediente
Pregunté a varios soldados donde tenía a sus esclavos. Debería tenernos cerca a los esclavos, ¿no? Llegué hasta sus cocineros. Les avisé y volví con mi amo. Yo me quedé a un lado de mi amo, con las espadas en mi cinturón.
–A ella también la quiero. Tengo ya una hizun, pero me encantaría tener a otra.
–Ella es mía, y está marcada–me levantó la falda de la armadura y le enseñó mi culo marcado a la hermafrodita
–Una lastima
Les trajeron los platos a mi amo, y la hermafrodita. Todos huelen que alimentan y desde que soy su esclava no he comido nada.
–Esclava, haz que se sienta cómoda nuestra invitada y podrás comer
Sin otra opción más que obedecer. Me metí debajo de la mesa y le saqué su miembro. Su miembro es más grande que el de mi amo. Mientras ellos comían yo le hice una mamada a su invitada. Lo cierto es que la aceptación que le di a mi situación podría haberse visto ayudada por realizar según mi padre "actividades depravadas", en resumen. Tengo una sexualidad abierta.
–Quiero que te lo tragues todo–exigió la esclavista–Como puedes ver soy hermafrodita, esclava. Nuestro semen tiene el dudoso don de servir como alimento. Esa será tu comida hoy.
Le hice la mejor mamada que pude. Cuándo sentí que se iba a correr, abrí mi boca y dejé que ella se corriera y me alimentase. Procuré tragarlo todo. El hambre que sentía fue amainando.
–Quieres llenarte, pues no te detengas–le limpié el miembro
Mi mente empezó a nublarse, y lo único en lo que pensaba era en hacerle una mamadita. Tiene más aguante que el resto de mortales. Media hora después todos terminamos de comer. El semen de esa esclavista me dejó llena. Como si hubiera comido lo mismo que ellos. Mi amo me hizo una señal para que volviera a mi puesto.
–Si tu quieres, Akrios, puedo darte más de mi semen para alimentar a tu esclava.
–Es una buena oferta, pero su alimentación no va a suponer un problema.
–Antes de ser la mujer favorita del emperador, era una esclava vaca. Usaban nuestro semen hermafrodita para preparar pociones que sustituyeran la comida y la bebida. Mi semen alimentó ejércitos. Imagina, lo que te gastas en comida lo puedes ahorrar con semen y derivados del mismo.
–Pero ya no eres una esclava–dijo mi amo en tono picarón
–Piensalo, si compras una esclava hermafrodita bien dotada. Ella puede alimentar a tus esclavos y esclavas–sentí la mirada de mi amo en la espalda
–Sigo diciendo, su alimentación no va a suponer un problema.
La mujer se quedó en el campamento hasta que se hizo de noche. Durante la noche, ella y mi amo intimaron. A mí no me llamaron en toda la noche. Durmieron juntos. Se ve que tiene una aventura con la esclavista. Al despertar la esclavista, desnuda de cintura para abajo me hizo arrodillarme allí fuera. Se folló mi boca hasta que se corrió. Yo no opuse resistencia, y además me había quedado con hambre. La esclavista abandonó el campamento por la mañana. Durante todo aquel día estuve acompañándole, y ayudando en todo lo que él ordenara. No hubo nada de sexo. Olyviria, la tierra natal de los imperiales. Allí nos dirigimos. Acompañando a mi amo el general y su ejército. Confesar que durante el arduo viaje eché de menos el sexo, y el semen de la esclavista. Su semen tenía un sabor adictivo. No pude dejar de pensar en ella durante el viaje al puerto y en que quería más. En el barco hubo muchas sesiones de sexo pero me tuvo también protegiéndolo junto a sus soldados. El viaje duró unas semanas. En ese tiempo si comí comida de verdad. Cuándo se vislumbraba Olyviria a lo lejos me mandó llamar.
–Ven, necesito compañía–entendí lo que quería decir
–Amo, ¿a usted le es rentable usarme como puta y guardaespaldas?
–Podría usar a otras, pero es que tú eres impresionante
Me dio la vuelta, y levantó la falda de la armadura. Yo no opuse resistencia, es mi cometido como esclava al fin y al cabo. Me la metió por el culo. Sin ninguna delicadeza, ni ritual previo. Al principio eran quejidos de dolor, pero el placer empezaba a sustituir al dolor. Esta escena que estoy viviendo resume mi vida a partir de ahora. Si eso acaba con mis pesadillas, sea bienvenida la esclavitud. Masturbó mi coño con dos dedos lo que ayudó a disfrutar el acto.
–Si, si, si ah...–él había acabado dentro de mi
Cuándo terminó volví a mi puesto. Los soldados me miraron con sonrisas en el rostro, era guardaespaldas y puta a la misma vez. Si estuviera a solas, de seguro que intentarían violarme. Ahora que no tengo derechos, y soy poco más que una propiedad no sé si debería no luchar. Desde luego yo lucharé si ellos pretenden ir a por mí, pero soy una esclava y puede haber consecuencias. De todas formas, desde cuándo me importa mi vida.
Desembarcamos en una ciudad portuaria. Les dieron la bienvenida allí. La capital imperial está en el corazón de la isla, bajo el mayor volcán del mundo. Con una capacidad terrible de destrucción. Entra en erupción cada quinientos años, y hace más de cuatrocientos noventa y cinco de la última erupción. Muy inteligente levantar tu capital al lado del volcán más peligroso de toda Enandrar. Por suerte tienen magos especialmente entrenados para levantar cúpulas arcanas sobre las ciudades y proteger a sus habitantes de la erupción. Será obvio que cuando se avecina una erupción empiezan a acumular recursos para no morirse de hambre. Por fin llegamos a la capital. Les esperaban con celebraciones y aplausos. Mi amo es olyvir y nunca dejará de serlo pero eso no quitará el odio y desprecio que siento por ellos. Han sido mis enemigos en el pasado, mi amo más o menos benevolente me ha convertido en su esclava. Será que tengo la mayor suerte del mundo. Podría haber acabado de esclava para esa peligrosa hermafrodita, que tiene una polla adictiva. Para un sádico amo, o para trabajar hasta la muerte en minas. Contribuiría a la economía esclavista de Imperio Olyvir. Prefiero estar muerta a eso, pero tampoco puedo quejarme soy de un general imperial. El general recibió ovaciones y aplausos.
–Antes de ver al emperador voy a ver a mi familia. Espérame en mis alcobas
Se desvió y dejó que los soldados celebrasen la victoria. Esta noche los prostíbulos y tabernas estarán a rebosar de soldados. Con una escolta llegamos a su casa. Los soldados se quedaron fuera. Yo entré con el. Salieron a saludarle su hija, ya adulta y su hijo más pequeño. La esposa salió después, mirándome con fuego en los ojos. Le abrazaron. Ella saludó cortésmente, y se volvió a retirar. Su matrimonio no debe ir muy bien. Sus hijos parecian felices de volver a verle. Las miradas se dirigieron hacia mí.
–Es mi nueva adquisición, una hizun. Una excelente guerrera. Me servirá a mi, como guardaespaldas.
–¿Puedo enseñarle lo que te gusta y esas cosas?–preguntó la hija
–La quiero descansada y no satisfecha para cuando vuelva–me sentí extrañada por ese diálogo
Yo simplemente me dejé llevar por la hija de mi amo. Su casa era bastante ostentosa.
–Puedes llamarme Liviana, no me gusta que me llamen de ama.
–Es lo que eres
–Me hace sentir malvada. Mejor tener más confianza.
Esposo y esposa vivían en habitaciones separadas. La habitación del marido era bastante espaciosa para vivir el solo.
–Allí hay un cuenco de frutas, puedes comer algunas. Llamaré a algunos esclavos para que nos den un buen masaje.
Me dejó sola en la habitación, pero no por mucho tiempo. Yo aproveché para desnudarme y prepararme para el masaje. Volvía dos esclavos bien follables. Ella se deshizo de su vestido. Se me abrieron los ojos como platos al descubrir que era hermafrodita, y tenía una buena polla y una vagina. Los esclavos le pusieron una venda y la acostaron sobre la cama.
–Ser hermafrodita tiene muchos problemas, el principal es que la tengo casi siempre dura. Me excito con facilidad. Para un hombre eso podría resultarle un chollo, que casi siempre pueda estar follando. Eres hermosa, y no quiero darte un revolcón.
–Ehm... gracias...supongo–nos untaron con aceite antes de darnos el masaje
–Mi padre a pesar de ser un general, es buena persona, mejor que la mayoría.
–Hemos tenido sexo antes, y siempre ha querido hacerme disfrutar.
–Por eso te estoy diciendo esto, es buen amo. Trátalo bien, y protégelo, y él sabrá agradecértelo. Podrás comer con nosotros, y ser parte de la familia.
–¿Que ha pasado entre su esposa y él?
–No se llevan bien, pero no tienen otra opción más que convivir. Tranquila, tu pasa de ella y deja que viva su vida.
–Antes dijiste que ibas a enseñarme algo…
–¿Sabes hacer mamadas?
–Hacerlas las he hecho, pero la felación nunca ha sido mi acto favorito en el sexo.
–Yo te enseñaré
El esclavo me dio indicaciones para que pusiera mi culo mirando a su cara. No me esperé que eso fuera para meterme una polla de metal en mi culo. Con el aceite que han usado para masajearme, entró con facilidad. Volvió a ponerme en posición, y se acabó el masaje. Ella se quitó la venda
–¿Por qué tengo...una polla en el culo?–se me hacía incómodo tenerla allí dentro.
–Agradecerás tenerlo allí cuando papá llegue y quiera estar contigo–supongo que querrá acostumbrar mi culo a una polla–Ya se la habrás chupado a mi padre, pero querrás saber hacer una buena mamada.
Los dos esclavos se pusieron uno al lado del otro. Liviana se arrodilló frente a uno de ellos. Yo hice lo mismo, y observé. Primero estimuló el miembro, se lo puso duro. Le dio lamidas a la vez que lo pajeaba.
–¡Hazlo tu también!
Imité todos sus movimientos. El humano parecía disfrutarlo. Antes de meterse la polla en la boca, me miró.
–Hay una gran diferencia entre comer una polla, y hacer una mamada. Mi padre deseará que le hagas buenas mamadas, de las de verdad.
Le hice una mamada, las indicaciones de mi ama me serán útiles si lo que deseo es satisfacer a mi amo.
–Si no quieres ensuciarte, lo mejor es que metas el miembro en tu boca e intentes tragartelo todo.
Yo seguí chupando aquella polla. En ese momento, el esclavo metió la polla lo más al fondo que pudo y se corrió. Tuve que aguantar segundos que para mí fueron horas.
–Esclavos, creo que podemos dar una buena impresión a mi padre. Poned las frutas en su cuerpo, a mi padre le gustará.
Me acostaron sobre la cama. Yo me dejé hacer por ellos. Entre mis pechos pusieron racimos de uvas, me hicieron abrir la boca y poner una manzana en ella. Alrededor de mi cuerpo pusieron otras frutas.
–Papá vendrá con hambre, mandaré un esclavo diciéndole que le espera la cena en su alcoba.
–¿Cuando tendré que esperar así?
–No mucho–no dejó de mirarme–Que envidia te tengo
–¿Por follarme a tu padre?
–Eres perfecta, eres hermosa, sabes luchar y tienes unos pechos...grandes, ¿sabes? Me encantaría enterrar mi cabeza en ellos. Yo me voy con mis esclavos. ¿Sabes que están capados mágicamente? Puedes follarte a todos los esclavos de la casa y no quedarte embarazada–se llevó a los dos esclavos
Para fortuna mía no tuve que estar todo el día en esa posición. Al verme se quedó impresionado, contento diría yo. Andó hacia mi.
–Puedes comerte las frutas si te apetece
Mientras él se desnudaba yo cogí la manzana, y le obedecí. La verdad es que tengo hambre yo también. Cuando se hubo desnudado, me cogió el racimo de uvas y se lo fue comiendo él solo. Cuando las frutas se hubieron acabado, él decidió comerme otra cosa. Yo me agarré a las sábanas mientras gemía de placer, me lo excitó y se dispuso a penetrarme. Yo le detuve y me di la vuelta.
–Vaya con mi hija
Si que agradecí tener eso dentro. Cuando sustituyó la polla de mentira con la de verdad, entró con suma facilidad. Cuando él me agarró del pelo supe que se venía lo bueno. Me folló como si en diez años no me hubiera visto. Mis pechos botaban al ritmo al que él me follaba. Y yo gritaba de placer. Yo como buena esclava sonreí y gemí.
Si a si va a ser a partir de ahora, voy a disfrutar.