Esclava de mi clase II

Esta historia está basada en una serie de relatos maravillosos de ricardowg que leí hace mucho tiempo. La saga se terminó reas el décimo capítulo, y al no poder ver cómo terminaba la historia, he decidido reescribirla.

Tras lo sucedido durante la clase de educación física no soy capaz de entender qué es lo que está ocurriendo. Xavi parece haber perdido la cabeza tras ver las fotos en mi móvil y lo peor es que las tiene guardadas en su dispositivo. Al volver al vestuario tampoco he sido capaz de encontrar mi sujetador, con lo que deduzco que Xavi me lo ha quitado durante la clase.

Como me había pedido, me dirijo hacia los aseos a los que se refería. Estoy muy nerviosa, pero no quiero darle la satisfacción de dejarle verme llorar. Me planto en frente con la duda de si se refería a los baños de chicos o de chicas. Obviamente deduzco que será el de chicos. Entro nerviosa y lo veo allí postrado, esperándome, solo.

-       ¿Xavi, te has vuelto loco?

-       Laura, te voy a contar lo que ocurrirá a partir de ahora. Tanto Alejandro como Jordi creen que me he pasado con el “juego”. Pero para mí esto no es un juego. En otras palabras, quiero conseguir que esos dos cambien de opinión y que se apunten al juego para que no se vaya todo al garete. Pero para ello tengo que convencerles que tu disfrutas con ello.

-       ¿Estás loco, te crees que disfruto con ello como si fuera una puta?

-       Bueno, eso no importa ya. No tienes otra que hacerlo si no quieres que tus fotos se difundan por todo el instituto.

-       Eres un enfermo Xavi… Me vas a arruinar la vida.

-       No quiero escuchar tus sermones, a partir de ahora mando yo.

-       ¿Puedo ir para clase?

-       No. Te he dicho que tengo que convencerles que tu disfrutas con ello y que eres una puta. Dame tu contraseña de Instagram, twitter y Facebook.

-       ¿Pero qué dices? Por favor Xavi basta ya, esto se está saliendo de madre.

-       O me das lo que te pido o empiezo a enviar las fotos.

-       ¡Vale, vale! Cálmate joder. La contraseña es la misma para las tres cuentas. Es ANewLife. ¿Oye, a todo esto, me has robado el sujetador?

-       Ya no lo vas a necesitar.

Estoy en la mierda. Si quiere la contraseña de mis redes sociales será por algo, y me da miedo que empiece a sacarme fotos como si fuera una cualquiera para subirlas a mis cuentas y que los otros se sientan cómodos jugando conmigo como quieran. No quiero obedecer a este loco, pero si encima voy a tener que aguantar a los otros dos estoy perdida.

Todo evoluciona hacia caminos que jamás nos plantearíamos. Pasamos de tener una vida marcada por un entorno que nos juzga y nos cuarta a una vida que nos parece digna de disfrutar. Jamás me habría imaginado que tan temprano todo se tornaría de color negro. No sé hasta que punto Xavi es un loco, un hijo de puta, o solo un crio que no sabe mesurar sus acciones, pero lo que tengo claro es que ahora es un tío inestable con suficiente material mío como para hacer lo que le dé la gana. Básicamente un peligro.

Estas últimas semanas he descubierto que soy una persona que no le gusta resignarse y obedecer a los demás. Lo he hecho durante mucho tiempo, y ahora que he experimentado la libertad no quiero dejarla. ¿Qué pasa si me saca fotos semidesnuda y las sube a mi Instagram? ¿La gente empezará a verme como una facilona o una puta? No sé si esta mierda es para mí. Al final me he convencido en muy poco tiempo que no hay nada de malo en vestir como una quiere. Es más, considero que el cuerpo femenino es algo bello, con sus colores, formas y curvas.

-       ¡Eh! Despierta. Laura, mira, sabes que me encanta la edición de fotos y de videos. No soy un cutre, tengo gusto y sé como hacer un muro con buenas fotos y con una lógica cromática. Así que me encantaría empezar ya.

-       Xavi, yo ya no sé qué decirte. Haz lo que te dé la gana.

-       Bueno, pues venga, vas a posar para mí.

[cambio de narrador a omnisciente]

Xavi centro toda su atención a la mirada perdida de Laura, que parecía no creerse que todo fuera a empezar tan temprano. Tras una mueca de exigencia Laura se dio cuenta que no iba en broma. Y empezó a obedecer las instrucciones que su chantajeador le dictaba. Botón del short abierto y cremallera bajada, el extremo inferior de la camiseta en la boca dejándola así subida, dejando ver el extremo bajo de los pechos de Laura y los brazos en alto agarrando una muñeca con el puño. La cara más sensual que la ocasión pudiera permitir, con una mirada perdida a la cámara. Todo con un fondo bokeh de los pequeños y cuadrados azulejos de baño masculino del instituto.

Xavi disparo repetidas veces el móvil hasta que tuvo la foto que deseaba. Fuera del baño se escucharon los pasos de estudiantes. Rapidamente ambos se miraron y Laura corrió dentro de uno de los cubículos del baño. Al momento entraron los compañeros de clase acompañados de Alejandro.

-       Ei Xavi, nos piramos a casa, te vienes?

-       Que va Alejandro, tengo que ir a buscar las cosas a clase aún y luego me tengo que ir rápido a casa que mis tíos vienen a cenar.

-       ¿Oye, has visto a Laurita?

-       Que va… debe haber quedado con alguna polla.

-       ¿Qué dices, estás loco?

-       Alejandro tío, sabes que le gustan esas cosas, aunque vaya de santa en el colegio.

-       Mira tío, paso de ti. Y déjala en paz. – dijo Alejandro mirando fijamente a Xavi, dándole a entender a qué se refería.

-       ¡Oye, chavales, que nosotros nos piramos ya! Xavi, nos vemos mañana!

Los chicos se fueron de nuevo tras echar una meada. Xavi disimulo limpiándose la cara. Cuando volvieron a estar solos Xavi le dijo a Laura que ya podía salir. La cual ya se había recompuesto la ropa. Laurita mostraba una pequeña sonrisa surgida por las palabras de Alejandro. Esto molestaba sobre manera a Xavi, quien en un arrebato le dijo que se preparara, que se iban de compras.

Xavi era el típico niño mimado y sobre protegido, a su corta edad sus padres ya le habían dado una tarjeta de crédito, ya que provenía de una familia de clase alta. Laura ya había comprobado que estaba bajo su control, aunque pensaba constantemente cual serían los límites que aceptaría y, sobre todo, cuando se pasaría en sus peticiones y dejaría de ser rentable obedecerle. En otras palabras, si le pedía algo peor que lo que ella mostraba en el contenido que Xavi tenía, ella ya tendría la tranquilidad de poder negarse.

Ambos se dirigieron al centro de la ciudad al terminar las clases. Xavi la hizo esperar 15 minutos en la salida del metro, y volvió como si no hubiera ocurrido nada. Se dirigieron juntos al bershka mientras Laura se sonrojaba cada vez que recordaba que iba sin el sujetador. Algo que era constante, ya que el aire le endurecía los pezones que se marcaban y rozaban con la delgada tela de la camiseta. Cabe recordar que a estas fechas veraniegas, la ciudad estaba de base a 28Cº de base, lo que al poco tiempo, hizo sudar levemente a Laurita y hacia que la camiseta se pegara a su morena piel.

Laura seguía a Xavi que andaba rápido pensando únicamente en cumplir sus objetivos. Al momento se encontraron frente a los vestidores.

-       Vale Laurita, te lo digo rápido, y no me pongas pegas o me voy a los dependientes a enseñarles tus fotos. Basicamente, entras dentro, te desnudas y yo llego en 2 minutos con ropa para que te pruebes, vigila, porque la cortinilla esta no sé si realmente cubre el interior. Por último, cuando me he ido antes, he pasado por una tienda – dijo abriendo la mochila del colegio – he comprado un par o tres de juguetes. No te los voy a dar todos ahora, pero lo que sí que quiero es que te pongas estas tres cositas ahora.

Xavi le dio tres cajitas. Y cerro la cortina dirigiéndose a buscar la ropa que él quería. Laurita en ese momento se encontraba casi en estado de shock por lo contundente y seguro que veía a Xavi, y por la incertidumbre de lo que le esperaba dentro de esas cajitas. Lo que sí que sabía, es que tenía poco tiempo para cumplir las órdenes que le había dado. Así que apresuradamente abrió la primera cajita, y se encontró con un collar negro de cuero muy fino, coronado con una argollita de plata. Se la puso rápida, sabiendo lo que ese collar representaba y se miró al espejo. Automáticamente se sonrojo, viendo como le quedaba ajustado en su fino cuello, mientras en su cerebro retumbaba la palabra “perrita”.

Movió rápido la cabeza y recordó que no tenía tiempo. Agarro la segunda caja, que se encontró ya abierta, y no se creyó lo que estaba viendo. Era lo que parecía un consolador pequeño, de color violeta, pequeño, con una forma extraña. Por el hecho que no tenía forma de pene, Laura dedujo que se trataba de un vibrador. Asustada entendió que se tenía que desnudar rápidamente o no le daría tiempo a todo. Así lo hizo, extendiendo su pelo frontalmente para que tapara lo máximo posible sus pechos, y procedió a introducirse el vibrador. No le costó casi nada ya que Laura no era ajena a ese tipo de aparatos.

Sufriendo por el tiempo que había gastado, empezó a abrir la tercera cajita a prisas, y dentro encontró un plug... Laura rápidamente pensó en que no estaba acostumbrada a ese tipo de juguete y que Xavi debía ser totalmente ajeno al funcionamiento del cuerpo humano. Era imposible para ella meterse, por muy pequeño que fuera, ese plug plateado coronado por la típica imitación de diamante. Aún y si de golpe empezó a pensar en cuál podría ser la reacción de ese “puto loco”. Se lo imagino enseñándole las fotos que tenía de ella desnuda, tocándose, de su cara orgasmando, o incluso enseñándoles el video de ella masturbándose. Y automáticamente se escupió en la mano, empezó a acariciar su ano e intento introducirse en plug. Obviamente no conseguía dilatar tan rápidamente su esfínter. Desesperada, subió una pierna al taburete, doblo todo su cuerpo desnudo, escupió en el plug, y de nuevo en la mano. Se lo extendió de nuevo por el ano, y empezó a forzar. Sentía escalofríos por todo el cuerpo, y empezaban a flojearle las piernas cuando de golpe escucho a Xavi diciendo: ¡Abro!

-       ¡Espera!

Fuera de todo pronóstico Xavi le dio los segundos necesarios para que pudiera terminar de rellenarse su segundo agujero. Como había prometido Xavi abrió la cortina y se quedó totalmente sin palabras. Frente suyo estaba una Laurita que nunca había visto. Una Laurita sudorosa, totalmente desnuda, reclinada contra el espejo y jadeando por la situación, coronada con ese collar. No era una Laurita potente a la que él estaba acostumbrado a ver. La veía reclinada y con una cara débil, como si fuera a romperse. Internamente Laurita estaba sintiendo escalofríos por todo el cuerpo debido a dos cosas principalmente, el aire acondicionado, que la estaba helando, y porque su cuerpo se estaba acostumbrando a los dos intrusos que había acogido en menos de cinco minutos.

-       Pue.. puedes… cerrar la cortina… por favor…

Dijo Laura preocupada y sin dejar de jadear. Pero Xavi seguía en estado de shock. Acerco la mano en su bolsillo, y moviendo los dedos entre el bulto enorme que era ahora su erección, agarro un pequeño mando que se alojaba en ese bolsillo y toco uno de los botoncitos que tenía.

Al momento Laurita abrió los ojos como platos y cediendo incluso el agarre que le proporcionaba estar reclinada contra la pared/espejo, calló de culo al suelo y soltó un gemido. Rapidamente Laura pidió con una voz rota – cierra, cierrrrra por favor. – agarrándose las rodillas con sus brazos.

Xavi reacciono rápido de nuevo tirándole la ropa, y con un simple – vístete. – cerro rápido. Un dependiente cercano que había escuchado el gemido, se acercó preguntando a Xavi si todo estaba bien. Obviamente Xavi le dijo que si, tratando de solucionar un poco la situación que había forzado. Pero el dependiente pudo ver de reojo como bajo la cortina podía observar las bragas de Laurita. Aceptando con la cabeza, se fue de nuevo a su trabajo, sin sacarse de la cabeza que realmente allí pasaba algo.

Desde el otro lado de la cortina se escuchó la tenue voz de Laurita diciendo un – apágalo…- y haciendo reaccionar a Xavi, que volvió a darle al botón. En ese momento Xavi decidió darle el tiempo que ella necesitara para vestirse con la ropa que él había elegido. A lo largo de los próximos 30 minutos Laura estuvo probándose los 3 outfits que tenía en frente. Unos leggins apretados con una camiseta de cuello muy muy ancho y que terminaba escasamente bajo sus pechos que cabe recordar que estaban libres de sujetador. Por otro lado, al ser tan apretados los leggins, podía llegar a percibirse la silueta de los dos aparatos que llevaba introducidos en sus dos agujeros. Para más inri, Xavi le hacía desfilar con cada uno de los modelitos, cosa que a ella le era totalmente imposible debido a la incomodidad y excitación de tener ambos agujeros llenos.

De lejos, el dependiente no les dejaba de observar. El segundo modelito constaba de una minifalda, que empezaba a la altura del ombligo, y que, por suerte, aunque apretada, cubría suficientemente las nalgas, aunque dejaba ver bastante los muslos. Lo conjugaba con una blusa granate, que dejaba media espalda desnuda, y que se aguantaba por dos extremadamente finas tiras por encima de los hombros. Obviamente era el plato fuerte del outfit, teniendo un escote que llegaba hasta bien pasado el final de sus pechos.

Y por último el típico modelito de shorts y camiseta de tirantes ancha, muy muy ancha. El problema es que eran literalmente los shorts más cortos que jamás había visto. Dejaban ver tranquilamente la mitad de sus nalgas, y para culminar, los laterales que deberían cubrir la cintura, se componían de unos cordones tejanos. Obviamente Xavi no era consciente de lo que le estaba haciendo vestir a Laura, ya que, al ser tan pequeños, se podía llegar a apreciar los laterales del diamante falso del plug. Xavi, era consciente de lo exagerado que era ese short, y por eso mismo había buscado esa camiseta de tirantes tan ancha, pensando que le taparía como si fuera casi una camiseta vestido. Pero al no llevar sujetador, y tener unos agujeros laterales tan tan anchos, que sus pechos eran podían ser vistos muy fácilmente. Los laterales, estaban todo el tiempo al descubierto, pero aún era peor, si soplaba el viento, se movía rápida, se agachaba, o casi cualquier movimiento.

Desfilo de nuevo y se pudo ver como sus miedos eran ciertos, esa camiseta no era viable sin sujetador. Muchos ya estaban pendientes del numerito que estaban montando estos dos, y más de uno se quedaba a la espera del desfile, incluyendo el dependiente y un señor mayor, que había acompañado a su hija a comprar. Al señor se le caía la baba de la forma más repugnante posible al ver los pequeños pechos de Laurita aparecer a cada movimiento de la camiseta.

Dentro del probador de nuevo, Xavi reclamo toda la ropa que se había estado probando, dejándola desnuda de nuevo. Él pudo apreciar como todas las prendas tenían humedades justo en la parte de la entrepierna. Laurita de nuevo se colocó en la posición fetal, que le permitía aflojar la incomodidad que le producían esos dos aparatos. Realmente sus piernas apenas tenían fuerza ya para aguantarla en pie.

Xavi la dejó allí con la cortina cerrada con su ropa inicial en el suelo. Se dirigió a pagar toda la compra. Una vez en las escaleras, activó de nuevo del control remoto, esta vez a mayor potencia.

Esto provocó que Laurita, quién estaba colocándose dificultosamente el tanga que llevaba callera literalmente de rodillas al suelo, colocando sus manos apretando su coño. Notaba un calor intensísimo subir desde sus partes por todo el cuerpo. De su nariz cayo una gota de sudor que se unió con un pequeño charquito que se estaba generando en el suelo, de sus jugos vaginales. Su tanga estaba literalmente empapado. Temblando y medio llorando empezó a masturbarse enloquecida intentando frenar esa situación que se le iba de las manos. De golpe empezó a notar como un orgasmo increíble llegaba, y empezó a notar los espasmos por su cuerpo. Abrió su boca para tomar aire, y puso su mano para evitar cualquier sonido que pudiera emitir. Arqueo su espalda hacia atrás con los ojos abiertos como platos y se liberó en un orgasmo increíble que la dejo exhausta.

De golpe vio la horrible imagen de un móvil por encima de la pared del probador, con la lucecita roja que le indicaba que alguien la estaba grabando. Rapidamente desapareció el móvil y ella empezó a terminar de vestirse lo más rápida que pudo. Al tardar tanto, Xavi desactivo el vibrador y Laurita pudo volver a ponerse en pie, y caminar hacia la puerta ayudándose de las paredes y el reposabrazos de la escalera. En ese momento se cruzó con el dependiente, quién la miraba con ojos de lascivia. Justo al pasar por su lado, le susurro – perrita… – y le dio un sonoro azote en la nalga, lo que hizo que Laurita notara como se contraían sus paredes vaginales y esfínter, creando un escalofrío por todo su cuerpo.

Al llegar a la puerta, Xavi le estaba esperando:

-       Has tardado mucho Laurita… Todo esto es para ti. Considéralo un regalo mío. Sé que en el fondo te lo has pasado bien y está en tu naturaleza. Te dejo el fin de semana para que vayas acostumbrándote a llevar esos juguetes en tu interior. Sería un problema que en clase andes goteando. Pero el lunes sí que quiero hacer una cosa. Estate atenta al whatsapp.

-       Es fiesta…

-       Lo vas a hacer desde casa, tranquila. No soy tan malo en realidad.

Laurita se apartó el pelo de la cara reclinándose contra la pared del edificio, y agarro las bolsas si dejar de jadear ni un momento.

-       Estas muy roja Laura… te veo así y me pareces extremadamente guapa. Jadeando, mientras te gotea el sudor por la puntita de la nariz.

-       Estás… loco…

Este es el segundo relato de la saga. Soy consciente de que aún no se ha introducido sexo en los relatos, pero al ser un tema delicado y, ser Laurita una creación mía, en ocasiones me cuesta. Cada vez estoy más convencido que esta saga será como un boomerang para Xavi. Todo lo que haga, llegará un punto en el que Laurita se lo devolverá, como si de Karma se tratara. Por otro lado, tranquilos, aún quedan muchas humillaciones para Laurita y soy consciente de que camino tomó la saga original, y tengo en mente seguir un camino muy parecido, aunque con mi matiz.

Quiero volver a remarcar que espero una gran colaboración en estos relatos. Con ello espero que me ayudéis con cada uno con ideas de lo que puede ocurrir en el siguiente. La idea: Hacer pasar a Laura situaciones cada vez más vergonzosas y humillantes. Para ello espero que uséis los comentarios, y si alguna prefiere enviarme sus comentarios e ideas a mi mail, podéis enviármelas a: relatosmascara@gmail.com