Esclava Blanca en Africa (12)

El hombre se coloco tras de mi, me hizo levantar los brazos y los ato a unas argollas que pendían de unas cadenas desde el techo, luego oí un chasquido y las cadenas se tensaron elevándome hacia arriba quedando apoyada por las puntas de mis pies en el suelo.

Esclava en África XII

Esclava a sueldo.

El hombre se coloco tras de mi, me hizo levantar los brazos y los ato a unas argollas que pendían de unas cadenas desde el techo, luego oí un chasquido y las cadenas se tensaron elevándome hacia arriba quedando apoyada por las puntas de mis pies en el suelo.

Entonces el hombre se puso frente a mí… y casi me desmayo al ver el aparato que gastaba. La tortura no seria con utensilios de los que había allí, ya sólo pensar en que aquello entrara en alguno de mis agujeros me hizo estremecer y al tiempo excitar.

Pero antes de torturar mis agujeros con aquel pedazo de polla, el quería jugar conmigo, así que me pinzó lo pezones con sendas pinzas metálicas que engancho con cadenas a unas argollas frente a mi en la pared, tensando luego las cadenas hasta sacar mis pezones de punta.

Después se colocó tras de mi, me separo las piernas y aquella monstruosa polla empezó a horadar mi culo. A pesar del trajín que mi esfínter había llevado esos días, sentí como su aparato era en principio más grande que mi orificio, además el hombre no me había lubricado y así aquella polla entrando a través de mi ano, era como si un objeto grueso y romo tratara de rompérmelo, me dolía, pero había otros puntos que reclamaban mi atención, pues con cada envite, aparte de golpearme las nalgas y los costados con sus enormes manazas, al empujar y volver a tirar de mi hacia él, las pinzas de mis pezones los estiraban y se clavaban más en ellos, pero no contento con ello empezó a golpear también mi coño con sus mano abierta y a tirar sin miramientos de mi vello púbico.

Volvía a sentirme bien, usada, esclavizada, torturada, dolorida… pero feliz de ser útil a aquel hombre para su disfrute y sobre todo mi dolor.

Cuando ya había logrado metérmela toda por el culo y yo la sentía entrar hasta el intestino decidió parar y bajarme, me hizo arrodillar y empezó otra tortura, me metió, al menos lo intento primero, su enorme polla que ahora podía ver en primer plano en la boca hasta la garganta y aguantándome la cabeza con la mano hasta que me sentía a punto de desmayar de asfixia, entonces la sacaba y tras darme un leve respiro volvía a metérmela en la boca hasta la garganta. Así estuvo largo rato y en alguna ocasión estuve a punto de perder el conocimiento por la falta de oxigeno, pues aunque yo gemía de ahogo o trataba de zafarme, el me golpeaba con sus manos y me sujetaba la cabeza, hasta que mi vista empezaba a nublarse, entonces me soltaba me dejaba respirar y volvía a introducirme su enorme aparato en la boca.

También me hizo vomitar un par de veces y entonces me empujo al cabeza hacia el vomito y me hizo volver a comérmelo.

Cuando se cansó, volvió a atarme a las cadenas suspendidas del techo y entonces cogió una fusta y empezó a golpearme por todo el cuerpo con saña, y con precisión milimétrica. Yo sentía como tras cada golpe la zona de mi piel golpeada empezaba a calentarse y a picarme, señal de que la marca estaba saliendo.

Así estuvo un largo rato y por fin pareció que iba a follarme.

Me volvió a desatar y esta vez me hizo tumbar sobre el camastro, me ato las muñecas y los tobillos por detrás con las piernas abiertas y tumbada sobre el catre, boca abajo.

Me rodeo, me miro con fiereza a los ojos y se coloco tras de mi. Me agarro por las muñecas y los tobillos y de un solo golpe me metió todo su aparato en el coño.

Pensé que me reventaba, pues note aquel enorme y duro y grueso palo entrame hasta el ombligo, entonces usando mis tobillos y muñecas como agarre, empezó a tirar de mi hacia tras enterrándome en cada envite aún más su polla en mi vagina.

Me golpeaba las nalgas con las manos en cada nuevo empujón y me decía cosas, imagino que insultos, en un idioma que yo no conocía.

Después de un largo rato, se corrió abundantemente dentro de mi vagina, hasta el extremo que aún antes de sacarla yo notaba su leche fluir de mi raja a pesar de que aquella polla casi la ocupaba al cien por cien. La corrida fue espectacular, el gritaba y seguía empujando hasta que se derrumbó sobre mi y en aquella postura la verdad es que me hizo bastante daño, pero no le importaba lo que me pasara lógicamente, el había pagado por usarme y lo estaba haciendo.

"good vixen" fue lo único que le entendí al retirarse, pero me cogió de los pelos y me obligo aún atada así a limpiarle la polla.

Después me dio un largo beso metiéndome bien la lengua, unos azotes en el culo y se fue dejándome allí atada.

Pasados unos minutos llego el encargado, me desato, me hizo vestir y tras dejarme asearme en un lavabo cercano, me dijo que subiera a la puerta que me estaban esperando.

Llegue a la entrada y la chica blanca me sonrió y me hizo un gesto hacia la puerta, Salí al exterior, era ya de noche, dos hombres fuertes y altos se me acercaron, y sin decir palabra me sujetaron y me subieron a un coche, donde un tercer hombre les esperaba.

Me dijeron en inglés que no me preocupara, que íbamos a un hotel cercano.

Yo iba en el asiento de atrás sentada entre los dos hombres que me miraban y hablaban entre ellos aunque de vez en cuando me tocaban las tetas o entre las piernas.

Por fin el coche se detuvo, pero en una zona inhabitada, los hombres me hicieron bajar del coche, el conductor se había quitado el cinturón de su pantalón y acercándose a mi me descargo un zurriagazo, sobre la espalda, entonces los otros hombres empezaron también a darme con sus cinturones, me cogían y me morreaban, o me empujaban, mientras los golpes seguían cayendo sobre mi cuerpo, pero me di cuenta de que no me tocaban la cara, solo mi cuerpo, en algún momento mis pechos, pero sobe todo mi culo y mis muslos y espalda eran objeto de sus sádicos golpes, mientras reían.

Me empujaron al suelo y mientras dos me sujetaban el otro me follo sin miramientos, se fueron turnado en follarme hasta que los tres se corrieron dentro de mi. Entonces allí en el suelo empezaron a darme puntapiés y golpes con los cinturones, mientras yo les pedía clemencia, durante largo rato estuvieron golpeándome, yo me cubría la cabeza, pero su objetivo era el resto de mi cuerpo.

Después de un rato que a mi me pareció eterno, se subieron al coche y se fueron dejándome allí en medio de aquel descampado tirada en el suelo.

Vi acercarse un coche, y pensé que había llegado mi final, que iba seguro a volver a ser violada y tal vez asesinada, y me sorprendió mi resignación a lo que viniera.

El coche se detuvo cerca de mí y varios hombres bajaron de él. Yo veía borroso por las lagrimas y la tensión sufrida, pero de pronto oí hablar en castellano y aquella voz… era Hans¡¡¡.

Se acerco, me beso en la frente "bueno chica esto esta llegando a su fin y tenemos que hablar, pues he recibido varias ofertas por ti como esclava para quedarte aquí" le mire horrorizada "Hans no estarás pensando en venderme aquí?" le dije angustiada. "Mira chiquita las ofertas son muy buenas y creo que alguna se podría aceptar, pero depende de ti y de… tu marido", le mire sorprendida, "Que pinta mi marido en esto?" le dije sollozando. "Veras" me dijo he hablado con él varias veces durante tu estancia aquí por teléfono, le iba contando tu evolución, como et gusta ser usada y torturada y el al principio alucinaba, pero también le dije que yo velaba por ti y que no obstante tenia unas ofertas de mucho dinero por dejarte aquí, en principio una temporada o tal vez para siempre…" me miro. Estaba hundida, Hans y mi marido negociaban conmigo como si fuera de verdad una esclava, pero ¿no era de verdad una esclava?.

"Le he ofrecido venirse aquí para ser tu protector y no le disgusta la idea, una de las ofertas incluye su estancia aquí con dos esclavas para él" me volvió a mirar.

Me levanto del suelo, y me llevo al coche, me dolía todo el cuerpo, estaba confundida, humillada… pero me sentía ahora más cerca de mi vida allí como esclava que otra vez en mi mundo, para mi la vida seria sufrir y gozar, dar placer a los hombres con mi gozo o mi sufrimiento, ser una buena esclava, una buena hembra, o una buena yegua como me dijo el capataz…¿el capataz? De pronto necesitaba su dureza, sus castigos sin compasión, su deseo de hacerme daño, su forma violenta y dominante de violarme, pues era so lo que hacia y ambos éramos conscientes… me gustaba que me violaran, me arrastraran y quizá quien sabe si algún día seguía allí tal vez me marcaran a fuego como a las esclavas que había conocido, me hicieran dormir en el establo con los animales… serían tantas nuevas experiencias.

Me daba vueltas la cabeza, Hans me reclino sobre su hombro y el coche se puso en marcha.

Llegamos a una casa en las afueras, donde había varias personas, me llevo en brazos a una especie de dormitorio, sencillo y rustico, pero que a mi me pareció un palacio, una bañera antigua lleva de agua caliente y espumosa me esperaba, me sumergí en ella mientras Hans me miraba

De pronto mi mente voló atrás en el tiempo, tan solo unos meses cuando conocí a Hans en una reunión de trabajo y me fije en su estilo a medias entre ejecutivo y aventurero. Me sentía atraída por el así que cuando unos días después me invito a comer me sentí excitada, después de unos días sin saber de él me llego un correo electrónico "¿eres esposa fiel?, si es así me gustaría romper esa fidelidad".

Me excito la idea y más como el al propuso, un encuentro en un motel de carretera a las afueras de la ciudad, en horario de trabajo, cita a la que tras dudarlo acudí sin decirle nada a mi marido… disfrute como una loca y el me domino por completo, fue cuando descubrí que quería ser su esclava y me entregué de lleno.

Después de algunas relaciones esporádicas en las que el siempre mandaba dónde, cuando y como, me propuso lo del reportaje como esclava sexual en África, ya que en sus ratos libres trabajaba para una productora de cine porno.

Se lo dije a mi marido y me dijo que si confiaba en el adelante.

Aproveché mis vacaciones de Semana Santa en la empresa multinacional de servicios donde trabajo como responsable del área de I+D y hasta aquí había llegado.

Desde que conocí a Hans en Octubre habían pasado apenas seis meses.

"¿Qué piensas" me pregunto, le miré, "en los últimos seis meses", sonrió se acerco y me beso suavemente… "Es solo el principio pequeña" y salio.

¿El principio de…? ¿Que más me esperaba en aquella tierra que ya casi sentía como mía?

(Historia real adaptada, novelada y narrada por Alcior©)

Preguntas, comentarios y sugerencias a alcior@hotmail.com o a fansdejana@hotmail.com