Escenas de un Cornudo 05
En la pantalla veo a mi mujer follada por varios hombres, todos de raza negra y con unas poyas bastante más grandes que la mía. La penetran, tanto por él ...
En la pantalla veo a mi mujer follada por varios hombres, todos de raza negra y con unas poyas bastante más grandes que la mía. La penetran, tanto por él coño como por el culo o la boca, sin delicadezas de ningún tipo, como si ella no fuese más que un objeto para usar a su antojo, ella no solo les deja follarla a su antojo sino que no para de darles las gracias y pedirles que la follen más y con más dureza.
Ellos no solo la follan, tampoco han dejado de darle manotazos en las nalgas y en las tetas hasta ponérselas rojas y a pesar de ello siguen golpeándola, cuando le ponen su poyas en la boca no es para que se las chupe, lo hacen para follarla la garganta con la misma brutalidad que le follan el culo o el coño provocándole arcadas e impidiéndole respirar. Meterle las poyas hasta la garganta también hace que mi mujer genere una gran cantidad de babas que no dejan de restregarle por la cara.
Se que esos negros que se están follando a mi mujer, lo están haciendo ahora mismo en algún lugar que desconozco y también que no soy el único que lo está viendo, las imágenes son de una retransmisión en directo por Internet, el contador marca que hay cerca de un millón de conexiones en todo el mundo.
Todo esto lo ha organizado mi jefe, un cabrón que ha convertido a mi mujer en esa puta a la que desde hace varios meses prostituye en su beneficio y ahora también la ha convertido en actriz porno para que cualquiera con una conexión a Internet puede verla follando, lo peor de todo es que mi mujer, cuando decidió follarse a mi jefe, ya me aviso que estaba dispuesta a hacer todo lo que él le ordenase.
Pero eso no es todo, estoy seguro de que entre las más de tres mil conexiones que contabiliza sólo en nuestra ciudad alguien la habrá reconocido por que mi jefe lanzó un spam de incógnito con el link de la retransmisión a mis contactos y a los de mi mujer, evidentemente habrá alguien que se habrá conectado y lo mínimo que pensarán de ella es que es una puta y de mi que soy un cornudo consentido, para que no haya dudas se han visto varias fotos en las que salimos juntos, incluyendo algunas de nuestra boda que han puesto decorando las paredes y que no escatiman en poner a pantalla completa de vez en cuando para que seamos completamente reconocibles.
Mi jefe está a mi lado humillándome, riéndose de mi por haber consentido que mi mujer se haya convertido en su puta y sobre todo, de que yo haya aceptado llevar un cinturón de castidad que no solo me impide follar, es que ni siquiera puedo hacerme una paja. Fue mi mujer quien, hace casi un año, me obligó a llevarle bajo la amenaza de contar a todas nuestras amistades que me gustaba ser un cornudo, lo que no supe hasta hace un par de semanas es que la idea del cinturón fue de mi jefe. Mi mujer ya había aceptado ser prostituida por él si yo aguantaba más de tres meses con el cinturón puesto de manera permanente y también supe que había aceptado ser exhibida públicamente si conseguía que me corriese con el cinturón puesto, esto sucedió hace dos semanas mientras ellos follaban encima de mi, mi mujer a cuatro patas sobre mi, con su coño sobre mi cara, viendo como mi jefe se la metía por el coño y por el culo alternativamente mientras ella excitaba mis genitales encerrados en el cinturón con un vibrador hasta que me corrí sin poder ni siquiera tener una erección.
¿Y sabéis lo mejor de todo esto? Que en el fondo es lo que deseaba y sólo he sido consciente hace unos minutos, así que desde este momento disfrutaré de mi condición de cornudo, sin reparos, orgulloso de serlo, por que cuanto más humillado me siento más cachondo me pongo.