Escarceo en el gym
Me apunto a un gimnasio que resulta ser de ambiente y allí conozco a alguien muy especial.
ESCARCEO EN EL GYM
Desde el nacimiento de mi criatura me había descuidado un poco y mi mujer me llamó la atención una noche agarrándome los michelines, así que decidí apuntarme a un gimnasio.
Cerca de casa habían abierto uno bastante llamativo así que me acerqué una tarde para informarme de las condiciones. El caso es que cuando entré me quedé flipado, la música estaba a tope y se veía gente haciendo ejercicios en las máquinas y en el fondo se veía más gente haciendo aeróbic en una sala acristalada, pero no me quedé flipado por eso, me quedé estupefacto al ver que todo eran hombres.
Antes de poder darme la vuelta y salir casi corriendo una voz masculina pero ligeramente amanerada me llamó desde el mostrador holaaa, desea usted algo?
No nada, solo iba a pedir información , pero viendo el panorama creo que no
Huy, yo creo que tu no eres gay verdad?
No por eso me voy
Hombre espera que te explique, aquí no nos comemos a nadie puedes probar unos días y ver si te sientes cómodo con nosotros, aquí hacemos un buen trabajo y no discriminamos a nadie. Chato.
No se, quizás lo haga, me lo pienso y ya veré.
El caso es que me fui pero al día siguiente y tras consultarlo con mi mujer, me presenté allí preparado par comenzar mi preparación.
Me recibió Julio con una estupenda sonrisa, me explicó como iba todo y me acompañó al vestuario, en un principio me comentó que el de las chicas era menos concurrido y como no lo utilizaba ninguna chica quizás me encontraría más a gusto y tranquilo. A mí no me importó y accedí a cambiarme allí.
Salí a la sala y me abordó Marcos, el entrenador, estuvimos hablando un rato de cómo íbamos a trabajar y las normas del gimnasio, me puse en la estática y empecé.
El ambiente era magnifico, y la verdad es que no tuve ningún problema, al revés, me integré rápidamente e incluso cogí amistad con un par de chicos que eran pareja.
Al cabo de un par de semanas, estando trabajando los abdominales, vi como entraba en la sala una mujer espectacular, me quedé embobado mirándola y Marcos que estaba en ese momento conmigo me llamó la atención para que cerrara la boca porque se me iba a caer la baba.
-Tendré que salir del vestuario de las chicas. Le dije, -creo que le dará igual- me respondió. Por? Mírala bien cuando se acerque. Y se fue con una sonrisilla en los labios.
Me dejó tan intrigado, y no le quité ojo en toda la tarde, menuda mujer, alta delgada, con unas enormes tetas bien estrujaditas en su body. Unas caderas muy torneadas y unas largas piernas. Un monumento vaya.
El caso es que me entretuve hablando un momento con Julio antes de entrar en el vestuario y la sorpresa que me llevé cuando entré fue monumental. Allí estaba esa pedazo de belleza, de espaldas, desnuda, me fui a dar la vuelta y salir pero ella lo hizo antes y mi rubor se volvió de todos los colores al ver su sexo desnudo, un pequeño pene totalmente depilado colgaba de su pubis, yo con los ojos abiertos como platos me quedé mudo y con una cara de tonto que ni te imaginas.
-Hola soy Clara, pasa no te importe que esté yo, creo que gastamos lo mismo.
-Hola, voy a por mi ropa y me voy. Tranquila.
-No pasa nada tu a lo tuyo- Pasé al fondo del vestuario y me cambié lo más rápido posible, Clara se metió en la ducha y yo casi salí corriendo.
En casa no dije nada de lo sucedido, pero no me pude quitar a Clara de la cabeza en toda la noche, cada vez que me la imaginaba totalmente desnuda con ese pedazo de cuerpo y ese pene colgando me iba pareciendo más guapa, el calentón que llevé toda la noche fue monumental y como encima mi mujer no me dejó satisfacerme me levanté por la mañana que creía que iba a reventar.
Como era sábado me fui directo al gimnasio y como fue que allí estaba Clara trabajando los glúteos, vaya glúteos, me coloqué en la maquina mas alejada de la suya y me puse a trabajar, el caso es que Clara me vio y se acercó a mi, la vi llegar y otra vez que me quede embobado mirándola como se acercaba a mí.
-Hola, siento que ayer te fueras tan rápido, quizás te impresionó un poco mi
-Bueno un poco, es que no había visto a alguien como tu en directo e imaginaté.
-No te preocupes, procuraré ser más discreta.
Así entablamos una larga conversación que se alargó durante toda la mañana, cuando al fin terminamos nos fuimos juntos al vestuario y nos fuimos a duchar. Clara sin terminar de desnudarse se metió en una cabina de ducha y yo me fui a meter en al siguiente, al pasar por la suya, la volví a ver no pude evitar mirarla, el agua recorría su espectacular cuerpo la espuma del jabón la envolvía por todas sus curvas, Clara abrió los ojos y me vio me miró fijamente y se dio la vuelta dándome la espalda, apoyó sus brazos en alto sobre la pared y se contoneó como ofreciéndome su espectacular culo. Yo tragando saliva me lo pensé, di un pasó adelante y retiré de mi cintura la toalla, totalmente desnudo me acerqué a Clara y temblorosamente la rodeé con mis brazos y la besé en los hombros.
Amasé esas enormes tetas y pezones con mis manos, su culo se frotaba con mi ya erecta polla, me separé un poco y la introduje entre sus duros muslos, mi mano derecha fue bajando dubitativamente por su tripa hasta alcanzar el pequeño pene que tanto morbo había despertado en mí, lo agarré y una extraña sensación recorrió todo mi cuerpo, Clara se movía masturbándome con sus muslos, el agua y el jabón y yo con ese suave y diminuto pene entre mis dedos lo comencé a mover arriba y abajo muy suavemente, no mediría más de 10 cms y mi mano lo abarcaba todo, mis dedos lo recorrían todo, acariciaban su glande y sus testículos totalmente depilados, la verdad es que estaba a cien y Clara estaba disfrutando muchísimo con mi paja, su culo apretaba mi polla y no paraba de moverse, estaba a punto de correrme, mi mano izquierda amasaba sus pechos cuando Clara empezó a gemir mas fuerte y se corrió entre mis dedos, varios chorros de leche inundaron mi mano, se me escurría entre los dedos cuando mi polla descargó mi leche entre los muslos de Clara con un orgasmo fantástico, me agarre a sus caderas y toda la leche que llevaba pegada en la mano se la extendí por todo su cuerpo, mi leche resbalaba por sus piernas cuando se volvió y me abrazó por el cuello, sus labios rozaron los míos y en un ataque de frenesí la atraje totalmente hacía mi besándola apasionadamente, nuestras pollas se rozaban bajo nuestros vientres y sus enormes tetas se estrujaban contra mi pecho, mientras el agua de al ducha recorría nuestros cuerpos abrazados.
Tras aquel escarceo en la ducha, recapacité y evité ver a Clara de nuevo, la experiencia me había gustado demasiado como para romper mi matrimonio, no quería que sucediera eso y dejé de verla, hoy me queda su estupendo recuerdo e incluso algunas de mis pajas van dedicadas a ella.