Escapé del orfanato, así me fue. 5

Vida de Juan de la Calle González, Sexo con Mónica, Pelea, Sexo anal, A cargo de la academia.

Escapé del orfanato, así me fue. 5

Juan de la Calle González.

Se fue con el expediente, al rato volvió, me dijo que el juez firmó los papeles, me dio unas hojas, decían que  le adjudicaban la adopción por seis meses a la doctora Amalia González y yo podría llamarme Juan de la Calle González, ja ja de doble apellido, tomá…

Me había dado los papeles a mí la secretaria Ester Sifuentes, al terminar la reunión, los llevaba en la mano, al salir Amalia me esperaba sentada en un banco del pasillo, nos fuimos directamente al auto…

Amalia quería saber qué me dijo la secretaria…

Una vez en el estacionamiento, los dos dentro del auto, prestos para salir, le mostré los papeles…

Los leyó detenidamente, cuando terminó gritó de alegría, se dio vuelta y me abrazó, yo aproveché y le di un beso de lengua larguísimo…

Ella cuando se desprendió, me quedó mirando intrigada, arrancó el auto y para casa…

Con Mónica festejamos mi ingreso a la familia…

Amalia ya habló de hacer un nuevo documento, de cambiar el apellido en la escuela, de un montón de cosas que no sabía que existían…

Yo lo tomaba con calma delante de ellas, por dentro estaba feliz, muy feliz, al fin podía decir… Mi familia.

Los seis meses pasaron rápido, cuento esto para no mezclarlo con las otras cosas, cuando nos citaron del juzgado para darnos la “tenencia definitiva”, Amalia, lloraba, Mónica lloraba, Laura lloraba, Cintia lloraba, yo también, todos abrazados en medio de una sala inmensa, la gente pasaba y nos miraban intrigados, pensarían que se murió alguien.

Una fiesta impresionante “en casa”, quisieron que pasara a dormir en una habitación dentro de la casa principal, me negué rotundamente, dije.

_Familia, yo ya tengo “mi casa”, estoy muy cómodo, tranquilo, sin nada que me preocupe, acá dentro estaría incómodo, molesto, no se preocupen que si necesito algo lo voy a pedir, nunca tuve mamá, abuela, tía, tío y prima, mirándolos a los ojos, se echaron a llorar todos, hasta Ramón.

Un viernes a la tarde vino a visitarme Carolina, la había traído la madre…

La madre de Carolina se llama Sara, deberá tener cerca de 40 años, se viste provocativamente, me parece que tiene los pechos operados, es vendedora de una inmobiliaria, está separada y según Caro son muy pero muy amigas, dice Caro que le cuenta todo, no sé qué pensar, me tendrá bronca la señora…

Le mandé un mensaje a Mónica que había venido Carolina a visitarme que esta noche no iba a cenar con ellas, se hizo costumbre que viniera todos los viernes a la “tardecita”…

Me parece que mi concepto de no abusar de Carolina solamente porque no se la meta por la vagina, porque quería que siguiera siendo virgen es bastante endeble…

Acaso no abuso de ella si me la chupa, se la chupo, le hago la cola y todo lo que  uno pueda imaginarse…

Tampoco me parece que la obligue mucho, es más es ella la que casi siempre quiere y obliga…

Estuvo hasta la medianoche, muchos besos, le metía mano por todos lados, hice que me haga una “paja”, (pasados los viernes se iba después de lo que hacíamos,  de todo además del 69 y la cola)…

Me acuerdo de las primeras veces, después de muchos besos abrazos, franeleos, cuando la desnudaba y se la quise meter por el culo, como la tuve que ir dilatando día a día, hasta le compré un dilatador anal que lo usaba todos los días…

La miraba cuando se sentaba en el aula de la escuela y me causaba gracia…

Hasta que un día entró y entró y después fue un ir y venir que nos hacía gozar muchísimo…

Ese día cociné unos churrascos con huevos fritos, un olor en la casita que mataba, no conforme con el churrasco me dijo que quería el postre…

Me la empezó a chupar hasta hacerme acabar, después llamó a la madre que a rato la vino a buscar…

Las saludé con la mano cuando se iban en el auto…

Sexo con Mónica.

Cuando sonó el despertador ese sábado no tenía ganas de levantarme, estaba destruido…

Ja ja, la mamada que me había pegado  Carolina me había dejado hecho moco…

Le mandé un mensaje a Mónica, “no voy a desayunar toy cansado, después lo hago, besos”…

Al rato sentí como se iba al consultorio Amanda, escuché su auto, creo que un rato me dormí, cerca de las 9 golpea la puerta Mónica…

_Se puede!!!

_Sí pasá Mónica…

Y entra con una bandeja con el desayuno, venía con un pantaloncito bien cortito, se le marcaba el culo y los labios vaginales, con una camisa anudada en el estómago, no traía corpiño, es una potra bárbara mi abuela ja ja, pensé…

Me senté en la cama apoyado en el respaldar, me puso la bandeja con patitas sobre mis piernas y se sentó a los pies de la cama…

Mientras desayunaba, la miraba con ojos libidinosos, no sé si daba cuenta,  conversábamos sobre la escuela, sobre Carolina, yo la seguí mirando embobado, quiso saber qué habíamos hecho anoche…

Le dije que nada, solo unos besos, estudiamos y comimos unos churrascos…

Cuando terminé de desayunar le pasé la bandeja y le dije…

_Ponela en el suelo y vení, acostate acá, a mi lado, conmigo, me había cansado de mirarla e iba a “tirarme a la pileta” aunque no sé nadar…

Me miró, tomó la bandeja, la puso en el suelo y se metió por el lugar que le estaba ofreciendo levantando la sábana…

Nos acurrucamos tipo cucharita, no perdí tiempo, le pasé los brazos abrazándola y apoyándola, mi pija se incrustó en la canaleta de sus nalgas…

_Qué hacés Juan…

_Te quiero coger Mónica, ayudame a sacarte la ropa, levantá un poco la cola…

No dijo nada, lo hizo, levantó la cola, de un tirón le saqué el pantaloncito y la tanga, yo también me saqué la ropa y le acomodé la pija entre las piernas, le levanté un poco una pierna y le arrimé la cabeza en la entrada de la vagina, empecé a empujar suavemente, estaba mojada, empapada, se le empezó a meter…

_Despacio Juan, despacio que hace como cinco años que no cojo…

Y con cariño, dulzura, estrujándole las tetas, apretando sus pezones, mordiéndole la oreja, el hombro,  se la fui metiendo…

Entrando y sacando estuvimos como media hora, ella acabó dos veces yo no…

Después me subí entre sus piernas, a “lo misionero”, la miraba con mucho amor y la besaba con pasión, me respondía de la misma manera, otro rato más cogiendo.

Le subí las piernas a mis hombros, acabó otra vez, después la acomodé en cuatro, como perrita y hasta adentro…

Creo que dejé de darle cerca del mediodía, casi tres horas cogiendo, tenía la pija colorada, no te digo ella, le dolía todo, pero tenía una cara de felicidad que contagiaba…

Me dijo.

_Me baño y hoy te cocino yo, vení en una hora a almorzar…

Me dio un beso de lengua impresionante…

Cuando se fue me puse a pensar en lo que habíamos hecho, creo que lo disfrutó mucho, con el beso que me dio al final me parece que no tiene ningún problema de que sea menor, su empleado, el jardinero, un fugado del orfanato, y que ahora soy su nieto.

El lunes mientras íbamos en el auto con Amalia a la escuela, la notaba rara, no me hablaba, parecía que estaba enojada, me puse a pensar que quizás la madre le contó lo del sábado, que cagada pensé…

Pelea.

Vi que en la vereda un hombre que estaba forcejeando con mi profesora de matemáticas, la tenía tomada de las muñecas y no la dejaba mover…

_Para Amalia dejame bajar…

Paró el auto y me bajé…

No dijo nada, salió “echando putas”, sí está enojada pensé.

Me acerqué al tipo y…

_Ché hijo de puta soltá a esa mujer…

_No te metas pendejo si no querés cobrar…

Le pegué una patada de puntín en la rodilla, con los zapatos de la escuela que parecen del ejército, se arqueó un poco arrastrando a la profesora, cuando se quiso incorporar le pegué otra patada de puntín en la otra rodilla, la soltó a la profesora para no caer “de jeta” en la vereda, quedó arrodillado, le hice una toma candado sobre la yugular…

_Hijo de puta si te veo otra vez cerca de la profesora te dejo paralítico para siempre, sabés que si sigo apretando te puede fallar el corazón no,  lo sabés hijo de puta!!!

Le aflojé para que me pudiera contestar…

_Si si, dejame…

_Te quedó claro que si te acercás a la profesora no contás más el cuento no, te quedó claro…

Y le apretaba “el cogote”.

­_Si si, soltame…

Y lo dejamos arrodillado en la vereda, estire mi mano buscando la de mi profesora, nos fuimos tomados de la mano…

_Quién es ese pelotudo, profesora…

_Un ex amante que tuve, soy una idiota, soy una idiota, vení no vayamos a la escuela todavía que no me siento bien, vamos al bar de la otra cuadra…

Y me contó, que es casada, que su marido viaja mucho, que se va por varios meses, que una noche salió con unas amigas y que conoció a éste señor, que primero parecía una buena persona, que fueron a un hotel, que no disfrutó mucho, que creyó que era por ser la primera vez…

Que la segunda pasó lo mismo, entonces quiso cortar la relación y él se enojó y en eso estaban recién…

_Profe le dije, yo voy a ser su amante, no sé si sabe, sino le cuento, tengo una pija inmensa y la sé usar muy bien, soy muy pero muy discreto, jamás de mi boca saldrá algo que la pueda perjudicar, vamos a la escuela…

Me miró asombrada, abriendo bien los ojos y la boca y…

_Si vamos a la escuela…

Con Mónica, siempre que no estuviera Amalia parecíamos novios, la cocinera y la mucama nunca estaban por dónde andaba yo, parece que tenían indicaciones de “no molestar”…

(Amalia seguía sin darme mucha bola, me hablaba lo necesario)…

Sexo anal con Mónica.

A Mónica un día en el que no estaban ni la cocinera ni la mucama la agarré por atrás, le apreté las tetas, la empujé sobre la mesada del comedor, le bajé  la ropa y se la metí, ella acabó dos veces, yo una…

Empecé a meterle el dedo en el culo, había manteca sobre la mesada, que me sirvió para meter dos dedos primero y tres después…

Cuando quise arrimarle la pija salió disparada, lo fuimos hablando, le di el dilatador que había usado con Carolina…

Sí sí, le conté que tengo sexo anal con ella y eso que es flaquita le dije, no tiene tu hermoso cuerpo.

Y tanto insistir en esos días en que no estaban ni la cocinera ni la mucama, siempre de sorpresa en la cocina, aunque ella me esperaba, que un día le entró, primero lloraba un poco, después menos, a lo último pedía que le de fuerte, más fuerte me decía, yo le daba con todas las ganas, decí que la mesada es bien firme…

Lo que quedó firme es que no hiciera nunca más lo de agarrarla en la casa, que nos podían ver, no tendrían más franco las dos juntas, la cocinera y la mucama…

Que todos los sábados me traería el desayuno…

Un sábado mientras desayunábamos, luego de su correspondiente polvo me dijo que le gustaría hacerme un regalo, que pensara en algo y que no me fijara el costo…

Mierda pensé, yo que andaba comiendo de la basura y mirame ahora, con “casa propia”, doble apellido, madre, abuela, tíos, prima, “soy un potentado”…

_Quisiera poner un hidromasaje en el baño de casa le dije…

Ella tiene uno impresionante en su baño, bue, Amalia también lo tiene en el suyo…

Me miró sorprendida por mi pedido…

_Listo, fijate quién puede hacer el trabajo…

(Había visto una película en que disfrutaban como descosidos del hidro), averigüé por internet y listo, con colocación y todo…

Ni sé cuánto salió…

Los sábados a la mañana desayunábamos en el hidromasaje, con mi abuela

Cuando me encontré con la profesora de matemáticas señora Clara Ordoñez…

_Hola profe, cómo anda, pensó lo que le dije…

_Sos loco Juan, sos un menor, si me pescan puedo ir presa…

_Tengo una idea profe, puede hacer un grupo de estudio que vaya a su casa, chico no más de tres, así no molestamos tanto…

_Y para qué es ese grupo…

_Usted ármelo con cualquier proyecto y después verá…

Mmmm dijo con cara de intrigada y se fue…

El trato con Mónica como ya dije era genial cuando no estaba Amalia, cuando estábamos los tres, normal nomás… La que no tenía la onda inicial conmigo era Amalia, yo temía preguntarle qué le pasaba.

Y si me dice, porqué te cogiste a mi mamá, qué le digo, bueno, tampoco la obligué, es más debería preguntarle a ella porqué cogió conmigo…

Si sigo pensando tanto me va a dar dolor de cabeza…

A cargo de la academia.

El profesor Yamoto se me acercó mientras miraba cómo hacían los ejercicios mis alumnos y me dijo…

_A partir de mañana te vas ocupar de mis alumnos, puedes…

Lo miré como creyendo que me estaba haciendo una broma, un físico bien desarrollado y medía 170…

_Siii profesor, por qué me dice eso…

_Me opero mañana, además tendrás que arreglar con Cristina para todo  trabajo de acá, voy  tardar unos días…

Cuando le pregunté a Cristina de qué lo operaban al profesor me dijo…

_Tiene un tumor en la cabeza, si no se opera ahora va a quedar ciego…

Estuve hablando con Amalia y Mónica sobre el tema de la academia, que tendría que estar más horas fuera de casa, y por lo tanto se me iba a atrasar un poco los trabajos del mantenimiento del parque y todo lo demás…

A Amalia no le gustó mucho, no por los trabajos, sino por lo de estar en la academia y con Cristina…

Mónica dijo que no me preocupara que ya veríamos cómo llevar el asunto…

De la escuela iba directamente a la academia, me compraba un sanguche y una gaseosa en el camino…

Ese era mi almuerzo, cuando llegaba Cristina se iba, volvía a las 18 y hasta las 22hs. dábamos clases, Amalia estiró dos horas más la atención a sus pacientes, para no estar esperándome al pedo, volvíamos juntos, trato necesario nada más…

Así transcurrieron como dos semanas, los señores o muchachos, alumnos de artes marciales, al verme “tan pendejo”, mucho no querían seguir mis órdenes, cuando les dije lo del profesor y empecé a “cagarlos a palos” con los ejercicios, nadie dijo nada más. El profesor estaba internado en un sanatorio muy importante, no tenía familia, nosotros  íbamos a verlo por las noches, Cristina después me llevaba de vuelta a casa…

Una noche, después que le contara absolutamente todo sobre lo qué pasaba en la academia, le leyera las noticias, un libro de cuentos que me había regalado Amalia, el profesor me dijo que llamara a un señor, para que lo viniera a ver, que era muy importante para él, que buscara la tarjeta en su mesa de luz…

Le pedí el favor a Mónica para que lo llamara, dándole las indicaciones de su habitación…

La profesora de matemáticas, señora Clara armó una comisión para presentarse en un concurso después de que terminen las clases, nos eligió a Carolina, Javier, Cecilia y yo, éramos los mejores alumnos en matemáticas, íbamos a su casa los domingos a la mañana, para diagramar todo lo que había que estudiar, qué decir cada uno y demás situaciones…

Le había dicho que se comprara una cámara y grabara todas las reuniones, tenía una idea fija, una que vi en una película o lo leí, no me acuerdo…

Tuvimos tres reuniones, el evento sería el domingo 19 de diciembre…

Continuará.