Escapando del trabajo para portarme mal
Una noche común de trabajo, una llamada es propicia para inventar cualquier excusa e ir a hacer cosas mas interesantes a la vista de todos.
Ese día me tocaba trabajar de madrugada, exactamente de 6pm a 6am, para que decir un horario extremadamente agotador. Estaba rumbo al aeropuerto Jorge Chávez, donde trabajo, cuando sonó mi celular.
Era Carlos, él es un chico con el que me veo en ocasiones y tenemos encuentros muy calientes que me dejan pensando en eso toda una semana. Quería verme ese día.
Imposible.- le dije, estoy ya rumbo al trabajo.
Colgué y seguí manejando; a pesar de lo interesante que es trabajar con aviones ese noche no podía concentrarme, solo pensaba en lo que seria encontrarme con él, apenas me besa ya me empiezo a mojar porque lo que siempre sigue es uffff, bueno ya eran como las 12am, estaba en la cabina revisando unas computadoras cuando llamó otra vez.
¿No puedes salir ni un ratito?, me muero de ganas de hacerte el amor.- insistió.
Creo que en ese momento se me metió el diablo, nada es imposible cuando una mujer está con unos deseos incontrolables de ser besada, acariciada, estrujada y penetrada.
Así que fui a hablar con mi supervisor para decirle que mi mamá había tenido un problema con el carro y necesitaba ayuda, mi supervisor es buen amigo y me dejo salir sin problemas.
Se me hicieron eternos los 10 km de conducir, nos encontramos en el cruce de dos avenidas, subió al carro.
¿A donde vamos?.- dijo con una miradita de libidinoso con la que parecía desvestirme con la mirada.
No se, tengo poco tiempo, me estacionaré un toque en este parque para decidir a dónde ir.- respondí yo mientras barajaba posibilidades de lugares para estar a gusto.
¿Un hotel? No. ¿Mi casa? Nooooo, mi familia esta ahí y se supone que yo estoy trabajando, no me dejo seguir, me miró otra vez como diciéndome cállate , empezó a besarme y yo sentí como me iba olvidando de todo: que estábamos en la calle , a horas donde todavía pasa gente y a media cuadra de una avenida muy transitada, solo quería sentirlo adentro de mi.
Metió su lengua dentro de mi boca y empezó a desabrocharme la blusa, mis senos son bastante grandes y me excito mucho cuando me los tocan, ya estaba a mil y no había marcha hacia atrás, bajó el cierre de su pantalón y sacó su pene completamente erecto, apenas lo vi me agache y lo empecé a chupar, lo tenia tan parado que yo sentía como tocaba el fondo de mi garganta. Carlos no perdía el tiempo y mientras yo me comía su miembro, él me saco el brasier y me empujó contra el asiento del carro para poder besarme mejor los senos, las lunas ya estaban completamente empañadas y ante tanta calentura sólo quedaba continuar, así que me saque el pantalón y la ropa interior y quedé sólo con unas medias blancas largas debajo de la rodilla en mi carro en un parque.
Él metió un dedo dentro de mi y luego dos, yo estaba completamente excitada, ya no aguantaba más, me trepé encima de él, fue riquísimo sentir como su pene se iba abriendo camino en mi vagina super húmeda, cada parte de mi cuerpo enfocado en el placer que me estaba haciendo tener, seguí moviéndome de arriba hacia abajo y viceversa, entrando y saliendo de aquel pedazo de carne que me encantaba y me traía loquita. El carro prácticamente saltaba y yo no podía contener las ganas de gemir y gritar, él me cogia de las nalgas y me apretaba contra él mientras me mordía los pezones.
Voy a acabar dentro de ti.- me dijo, Quiero que sientas todo mi semen.
Uy que rico.- pensé yo, pero ahora me encantaría que terminaras en mi boquita, saborearlo todito, dámelo ¿si? .- le pedí cuando ya vi que venia la hora del final.
Así que salí de su pene y me preparé para recibir lo que tanto me gusta, lo tomé con una mano mientras lamía la puntita golosa y con cara de traviesa lo miraba a los ojos lista para la descarga, empecé a sentir el primer chorro y después los demás y por supuesto me trague todo muy obediente.
Nos besamos y nos matamos de la risa ante el tremendo espectáculo que podríamos haberle causado a cualquier inocente transeúnte, y yo regresé a mi trabajo donde todo el mundo se preguntaba porque tenía una sonrisa de oreja a oreja toda la madrugada.