Escapada rural

Empezó a chupar mi rajita como solo el sabia hacerlo, pasando la lengua de arriba abajo, metiendo los dedos despacito, jugando con su lengua en mi clítoris, asi hasta que mi cuerpo no aguantó tanto placer y estallé en un intenso orgasmo mientras el bebia mis jugos.

ESCAPADA RURAL

Los días iban pasando, el fin de las vacaciones estaba cerca, nos quedaban cuatro días para volver, la verdad que la ciudad es preciosa, merecieron la pena todos y cada uno de los lugares que visitamos, conocimos gente muy abierta y simpatica que nos hicieron la estancia mucho mas agradable, no me refiero solo al vecino de arriba, fue toda la gente en general, mis amigas seguían tonteando con los chicos que conocimos en una de nuestras excursiones, con los que pasaban muchos ratos  y por los que decidieron alargar las vacaciones un par de días mas, a mi la verdad no me importó porque también me daba pena tener que dejar aquella ciudad maravillosa.

Un dia en el que Merche y Davinia, mis amigas, hicieron planes para salir con sus amigos, yo decidí quedarme en casa, porque tenia la impresión de que era un plan de parejitas, y no me apetecia estar en medio, algo haría, ver películas sin parar, leer o bajarme a la piscina, a la que no había vuelto a ir desde aquella noche…

Pero la genial idea de quedarme sola, a mi aire, tranquilita, empezó a parecerme absurda cuando aun no hacían diez minutos que las otras habían salido por la puerta, empezó a entrarme un agobio impresionante al imaginar mi dia de soledad, ya estaba de bajón y aun no eran ni las nueve de la mañana.

Pensé en mi angel de la guarda, ese dios del sexo que me activaba todos los sentidos con tan solo una mirada, ese hombre de ojos claros que estaba dos pisos mas arriba, cogí el teléfono, busqué entre mis contactos hasta que llegué a su nombre y le di a marcar. Contestó enseguida.

-          Buenos días madrugadora, ¿ como estas?

-          Bueno, la verdad que regular, las chicas se han ido de excursión con sus nuevos amigos hace un cuarto de hora, y yo ya estoy agobiada de estar sola, si no tienes nada que hacer, ¿ podrias ofrecerme un plan mejor que quedarme todo el dia en casa?

-          No tengo nada mejor en mente, ¿Qué te apetece hacer?

-          No se, sorprendeme…

-          Dejame que piense… - se  hizo un breve silencio al otro lado del teléfono.- Ahh, ya se, ponte el bañador y coge una toalla que en media hora paso a recogerte.

-          ¿Dónde me vas a llevar? - le pregunté, había conseguido despertar mi curiosidad.

-          ¿No querias que te sorprendiera? pues confía en mi… -  y colgó.

Hice lo que me dijo, me puse el bikini y preparé una bolsa con una toalla, la cartera, el móvil, las gafas de sol… tampoco sabia si era necesario coger algo mas, porque no tenia ni idea de donde íbamos. Tan puntual como un reloj suizo, a la media hora justa de hablar con el, hizo sonar el timbre, la imagen que vi al abrir la puerta me dejo sin habla, allí estaba, tan alto, sin afeitar, vestido de manera informal, con el mismo bañador azul con el que había bajado la otra tarde a la piscina, una camiseta blanca de manga corta y unas chanclas, con una sonrisa de oreja a oreja, no dijo nada, solo dijo: `` ¿nos vamos? ´´, asentí con la cabeza, cogí la bolsa y nos fuimos escaleras abajo.

Cuando salimos a la calle, andamos unos metros hasta un coche rojo que estaba aparcado unos metros mas adelante del portal, dejamos las bolsas en el maletero y arrancamos, no se donde me iba a llevar, pero me gustaba el misterio que había. Hicimos un trayecto como de algo menos de una hora, con la música de fondo, mientras hablábamos un poco de todo, el tiempo, el trabajo, la familia, el pasado…

-          Ya casi hemos llegado – me dijo sin apartar la vista del camino – fíjate que bonito todo.

No podía creer lo que estaba viendo, estábamos frente a un embalse, era precioso, aguas limpias y claras, sombrillas abiertas y varias personas disfrutando dentro y fuera del agua, había hasta un chiringuito, era bonito y sorprendete, era como una playa de asfalto!!

-          Es el embalse de Orellana, la mejor playa del interior… como te gusta tanto el agua, pensé que te gustaría la idea de venir aquí.

-          Me encanta, gracias por traerme… yo nunca me hubiera imaginado que en mitad de Extremadura hubiera una playa asi!!

Aparcamos el coche, cogimos las bolsas y empezamos a andar, en dirección contraria de donde estaba el resto de la gente, un lugar apartado, lleno d arboles… allí podríamos estar tranquilos y disfrutar de nuestro dia de playa improvisado, lejos del barullo que formaban las familias con sus niños y sus gritos, solos los dos el y yo. No veíamos a nadie, y nadie nos veía a nosotros.

Lo primero que hice fue quitarme la ropa y meterme al agua, el hizo lo mismo, empezamos a jugar dentro del agua como si fueramos niños, echamos carreras a ver quien nadaba mas lejos, apostamos a ver quien aguantaba mas debajo del agua, nos salpicamos, nos hicimos aguadillas el uno al otro, me ponía de pie en sus hombros para saltar de cabeza desde allí, no parabamos de reir.

Despues de estar muchísimo rato a remojo, nos tumbamos en la toalla, allí a la sombra, relajados. Entre el calor, todo lo que había madrugado y el chapuzon, caí rendida en la toalla, tanto que me quede dormida. No se el rato que estuve durmiendo, solo se que de repente empece a notar un cosquilleo en todo mi cuerpo, una oleada de placer que inundaba mis sentidos, abri los ojos y descubri que Mikel estaba tumbado a mi lado con la mano metida debajo de las braguitas de mi bikini, sus dedos estaban empezando a acariciar mi vagina, con lentitud, cuando vio que había abierto los ojos empezó a entrar con los dedos en el agujerito de mi coño, follandome con los dedos, el ritmo de mi respiración se aceleró, a la vez que cerraba los ojos y mi mano retorcia la toalla para evitar ponerme a gritar de placer.

No dijo nada,  solo se arrodilló delante de mi, separó mis piernas y retirando hacia un lado la tela del bikini metio la cabeza, y empezó a chupar mi rajita como solo el sabia hacerlo, pasando la lengua de arriba abajo, metiendo los dedos despacito, jugando con su lengua en mi clítoris, asi hasta que mi cuerpo no aguantó tanto placer y estallé en un intenso orgasmo mientras el bebia mis jugos. Ni aun soñándolo imaginaria un despertar mas dulce que ese.

El no hizo nada mas, solo sonrió, se levantó y se volvió a meter en el agua, empezó a nadar, yo no podía dejar de mirarlo, cuando el paro de nadar y se quedo parado, yo me levante, me quite el bañador , me meti en el agua también y empecé a nadar desnuda hacia el, cuando estuve a su altura le dije:

-          Tu crees que puedes despertar asi a una persona y después irte tan fresco?

-          Tampoco me he ido tan fresco, mira, fíjate en esto... – cogió mi mano y la puso en su polla que estaba dura completamente.

El agua nos llegaba algo mas que a la altura de la cintura, pero yo apreté mi pecho contra el suyo y le abracé, el me rodeo por la cintura y empezamos a besarnos, dios! Que me daba ese hombre que solo con rozarme me subia la temperatura, seguíamos besándonos la boca, el cuello, los hombros, le baje un poco los pantalones liberando asi su erección y rozándola debajo del agua  con mi piel, le rodeé el cuello con mis brazos y el agarrando mi culo con sus manos, me dio impulso, rodeé su cintura con mis piernas, no hizo falta nada mas, su polla entró en mi, y empecé a moverme aprentadome contra el, movimientos lentos, adelante y atrás…

Sentia sus gemidos en mi oído como un susurro, le mordia los hombros de puro placer, y asi esa posición estuvimos un buen rato, hasta que estuve a punto de volver a correrme se lo dije al oído: me vas a hacer correr otra vez´´ y entre gemidos su voz sono apenas un susurro y me dijo: hazlo´´, nos corrimos juntos en mitad del lago, estuvimos un rato abrazados dentro del agua, sintiendo nuestros cuerpos desnudos…

Cada brazada que dimos de vuelta a la orilla supuso un esfuerzo sobrehumano para mi, después de esos dos orgasmos a manos de aquel hombre que me volvia loca, estaba agotada, cuando salimos del agua caimos cansadísimos en la toalla, muy cerca el uno del otro, nos abrazamos y en esa posición echamos una buena siesta, antes de iniciar el camino de vuelta a casa.