Escapada con amigos.
Una escapada con amigos acaba de manera inesperada
Mi amigo Jorge preparó un fin de semana de escapada para celebrar el cumpleaños de su mujer. No me apetecía ir dado mi situación económica, pero entre que iba especialmente una amiga de Cristina con la que tuve un lio pero pese a que se casó pienso que sigo teniendo oportunidades con ella. Además Cristina pese a ser la mujer de mi amigo esta como un queso.
La escapada sería a Segovia. Beber en el apartamento que habíamos alquilado mientras jugábamos a algún juego, salir de fiesta y ya se vería que más. Fuimos todos en un coche pero menos mal que era un viaje corto desde Madrid, porque a pesar de ser un monovolumen el espacio era pequeño para seis.
La casa no estaba mal. Había tres habitaciones, dos de ellas con camas dobles para las dos parejas y una con camas separadas que yo esperaba que acabasen juntas para Marta, la amiga de Cristina y para mí.
Dejamos el equipaje tal cual y fuimos a hacer algo de turismo y tomarnos unas cañas por el centro de la ciudad. No me gusta andar por ciudad, soy más de campo, pero las cañas y las vacaciones me proporcionaron información valiosa. Marta estaba pasando por un bache bastante grande en su relación con su marido.
Tomé algo de distancia con las conversaciones. Como era habitual en estos casos siempre preguntaban cuando yo me imaginaba que ella querría dejar de pensar en ellos y de recibir cientos de consejos que nunca llevaría a cabo.
Volvimos al apartamento y me eche una siesta. Siempre pienso que son cabezaditas pero al final se alargan 2 o 3 horas.
Empezó el baile de duchas. -Voy preparando la cena mientras os ducháis. Dije en alto.
Cuando terminé, la mayoría estaban en el salón, así que recogí la ropa de mi habitación que me iba a poner por la noche, me desnude, me envolví la toalla a la cintura fui al baño a darme mi ducha. Abrí la puerta y salió un vapor asfixiante. Cerré la puerta tras de mí y deje caer la toalla cuando me di cuenta que Cristina estaba dentro desnuda. Me quedé paralizado más cuando noté como su mirada se fue a mi entrepierna, dura como un mástil de barco debido al verla desnuda. -Perdona…- Acabé por decir mientras recogía la toalla.
-Tranquilo estas cosas pasan.- Se puso su toalla y se fue del baño sonriente.
Me metí en la ducha y me hice una buena paja recordando la imagen de Cristina desnuda.
Cenamos todos tranquilamente mientras a Jorge no se le ocurrió otra cosa que poner una película porno. Al principio nos reíamos mientras cenábamos, pues parecía una copia de los piratas del caribe, y la verdad sea dicha, para ser una porno con efectos especiales decentes. Aunque en las escenas de sexo se hacía un extraño silencio.
Nos tomamos una copa para salir y debido a la película el tema principal fue el sexo. En el que entró la comparativa de penes a lo que empezaron a decir que si eran desproporcionados y que era imposible ver un así en la vida real. Pero para mi suerte o desgracia Cristina negó tal afirmación.
-Pues yo las he visto así. ¡Y hoy mismo!- Jorge se puso orgulloso y Cristina le miró. -Y no me refiero a ti…- La gente se río. -Aquí nuestro amigo Vito calza una buena.-
-¿Y tú como se la has visto?- Jorge la interrumpió simulando tener celos.
-Entró en el baño y pensó que estaba solo. Que cara roja se le puso, ¡Como la de ahora!- Me señaló provocando carcajadas. Yo me sentía con algo de vergüenza pero miré que Marta intento traspasar con su mirada la zona del pantalón donde se encontraba mi paquete.
Terminamos las copas y nos fuimos de marcha. Acabamos en un garito de baile, ponían copas baratas que seguro eran garrafón, estuvimos todos bailando. Cristina le metía mano a Jorge de manera descarada y no tardaron en irse de vueltas al apartamento. Rita y su novio hablaban entre ellos así que entre a Marta. Me puse a bailar un poco con ella y a arrimar cebolleta. Estuvimos un poco bailando cuando me lancé a besarla. Al principio fue receptiva pero se le cruzó un cable, me apartó de un empujón. -¡No puedo hacer esto!- Gritó mientras se alejaba llorando.
No me apetecía quedarme con la pareja así que me fui a casa pensando en dormir en el sofá.
Cuando llegué Jorge y Cristina estaban en el sofá mientras se reían, cosa que hicieron cuando entré.
-¿De qué os reíais tanto?- Me arrepentí según lo dije, lo mismo estaban en mitad del tema.
-Cristina que no para de compararte con la de las pelis.- Cristina la dio un codazo mientras me percate que estaban viendo la peli porno.
-Que va no es para tanto, no lo suficiente impresionante para atraer a Marta.-
-Marta no sabría qué hacer con ella.- Dijo Cristina mordiéndose el labio.
-No sé caso con su marido si no con su decisión. Aquella chica con la que te liaste y dejaste tu asunto a medias.- Dijo Jorge que tal vez tuviera razón.
-Cómo queráis pero tenerla grande cómo veis a mí no me asegura un polvo.-
-No digas tonterías, Ojala te lo pudiese ver de nuevo.- Miré a Jorge para ver si estaba entendiendo lo que creía estaba entendiendo, cuando me di cuenta que tenía los pantalones bajados y que había interrumpido los preámbulos.
-No me había dado cuenta de que interrumpía perdonar.- Me estaba marchando cuando Cristina se levantó rápidamente y me agarró de la mano tirando de ella.
-De eso nada ven.- Tiró de mí hasta que sentó en el sillón dejándome de pie delante de ella. -Queremos vértela de nuevo.- Me pilló todavía por sorpresa pero tiro de mis pantalones de golpe hacía bajo y me dejo con la pollas al aire. -Dios mío, si es enorme…-
-Pues aún crece más.- Dijo Jorge.
-¿Lo puedo comprobar?- Dijo Cristina riendo.
-¿Estáis seguros?- Quería asegurarme y miré a Jorge que me guiño un ojo. Empecé a pajearme delante de la cara de Cristina y no tardo en ponerse erecta.
-Joder espera que me pongo cómoda.- Se quitó el vestido rojo que llevaba dejando sus pechos al aire pues no llevaba sujetador y sus braguitas brasileñas de encaje y tiras rojas delante de mi vista que hizo que se me endureciese más la polla si cabe.
Cristina se sentó de nuevo y usando su boca mientras me pajeaba empezó a lamer mi glande como si fuese un gatito. Noté que miraba a Jorge mientras este se pajeaba. Con cada mano agarró mis nalgas y las fue empujando contra ella tragándose mi polla lentamente, se metió todo lo que pudo y la sacó despacio, y dijo las palabras perfectas con una voz suave y sensual.
-Fóllame la boca.- Agarró con sus manos las mías y las puso detrás de su cabeza.
No hizo falta más. Agarré su cabeza, la apreté contra mi polla hasta que hizo tope con su garganta. La saliva de Cristina resbalaba por mi tronco y me empapaba las pelotas. Por un segundo noté como sacaba la lengua aprisionada en su boca por mi polla y trato de lamerme los testículos. Empecé un vaivén rápido en su boca.
-Qué guapa te ves comiendo polla cariño. Y ese sonido de la polla de Vito chocando con tu garganta como me pone.- Jorge se pajeaba con la escena.
Jorge empezó a gemir de la excitación. Cristina se sacó la polla de mi boca y fue gateando mientras movía su culo cual felina, culo protegido por un leve triangulo de tela roja. Llegó hasta la polla de Jorge la agarró con la mano, me miró e hizo un gesto con sus ojos hacía su culo.
Empezó a chupársela a Jorge, yo le aparte la tela, pase mi capullo entre sus labios empapados y se la fue metí de golpe. Soltó un pequeño gritito que enmudeció de nuevo al meterse la polla de Jorge en la boca. Jorge me miro. -Pártela en dos.- Dicho y hecho, empecé a bombear con fuerza mientras los gemidos ahogados de Cristina inundaban la habitación. Tenía el coño caliente, húmedo y bastante apretado. Bombeaba to lo fuerte que podía.
Jorge empezó a apretar la cabeza de Cristina contra su polla mientras gritaba y se corría y repetía una y otra vez que me corriese dentro de ella. No podía aguantar mucho más. Cristina se masturbaba el clítoris y empezaron a temblarle las piernas, empezó a gritar de placer. Su gemido se mezcló con mi grito de placer pues empecé a descargar mis pelotas en su coño. Hasta cinco chorros solté. Ella se desplomó entre las piernas de Jorge. Saqué mi polla lentamente y el semen salió para chocar contra sus braguitas rojas. Me levanté como pude. Ella se arrodilló y me la limpió entera hasta que se quedó flácida mientras Jorge sonreía y me guiñó un ojo.
-¿Te ha gustado?- Me preguntó.
-Claro que sí muchas gracias.-
-De nada, ahora nos gustaría disfrutar los dos.- Cristina me dio un beso que sabía a semen y quitándose las bragas se sentó sobre la polla erecta de Jorge por la cual empezó a resbalar todo mi semen.
Me dejaron quedarme, después de todo estaban follando en lo que sería mi cama. Jorge y Cristina follaron hasta correrse los dos, me dieron las buenas noches y se fueron a dormir.