Escapada a la playa con Marga

Me fui con mi amiga Marga y una proposicion muy curiosa a la playa y terminamos como protagonistas en una orgia muy exclusiva

Mi mejor amiga vive en una casita muy cerca de la mía, esta cruzando la calle y un par de casas mas abajo. Cuando yo la conocí ella ya se había divorciado. Se comprometió muy joven y las cosas no salieron como había pensado, afortunadamente termino su carrera y consiguió un empleo que la permitía tener una calidad de vida bastante buena y no estaba atada con los horarios que imponen en la mayoría de las empresas. Ella se podía permitir no ir algunos días a la oficina y solucionar todo por teléfono o entrar mas tarde.

En el barrio no llama la atención. Marga solo ha salido en serio con un par de chicos, y de esto hace años, pero enseguida surgen los roces y prefiere terminar con la relación. Ella opina que solo necesita a los hombres para satisfacer sus necesidades sexuales y que para el resto ella se basta y se sobra.

Yo la cuento todo y siempre recibo buenos consejos y Marga me cuenta sus confidencias, que en alguna ocasión me han resultado, cuanto menos, poco creíbles. Pero escucharla me hace pasar unos ratos muy entretenidos y agradables.

Gracias a estas confidencias se que su vida sexual es muy activa y sin tabúes. De alguna manera la Marga que vemos todos los días por el barrio no es todo lo que parece.

Hace poco me comento que frecuentaba una especie de club o asociación muy exclusiva en el cual sus miembros se reunían exclusivamente para practicar el sexo. El lugar donde se reunían se encontraba en Marbella aunque en alguna ocasión habían organizado sus reuniones en algún otro sitio.

Estas reuniones no conllevaban ningún compromiso. Tu ibas allí el día indicado y podías tomar algo, bañarte en la piscina o lo que quisieras. Si había alguien que te atrajese podías proponerle mantener relaciones y allí mismo había lugares donde realizar tus fantasías, dormitorios, jardín, piscina, salas habilitadas para cosas mas especiales, etc. Solo tú ponías los límites, nadie estaba obligado a nada. No era no. Era un lugar donde dejar volar tu imaginación y hacer realidad tus sueños más húmedos.

Después de comentarme que eran simplemente amigos que se reunían, practicaban sexo sin tapujos y luego cada uno a su casa me comento que el próximo fin de semana tenían una reunión muy especial y que quería hacerme una proposición.

Marga quería que fuese con ella a Marbella. Había propuesto algo especial al grupo, algo con lo que soñaba desde hacia tiempo y que algo que yo la había contado había sido el detonante para proponérselo a sus amigos.

Me dijo que necesitaba que fuese con ella para ejercer de ayudante suya. Que era un poco fetichista y que me tendría que vestir como ella me dijese pero que no me preocupase que no sería ningún vestido raro y que con el cuerpo que yo tenia me quedaría de perlas cualquier cosa que me pusiese.

Me fiaba de Marga así que supuse que el vestido que eligiese para mi no seria nada indignante, eso no me preocupaba. Lo que me preocupaba era lo del tema del sexo y se lo hice saber.

Ella me dijo que iría totalmente vestida pero algo insinuante y que no estaba obligada a acostarme con nadie, que simplemente iba para ayudarla cuando ella no pudiese hacer algo sola. Que en el tema del sexo si yo quería acostarme con alguien pues bien y que si no, nadie me iba a obligar o mirarme con malos ojos. Me comento que a la persona que ponía la casa, las bebidas y la comida solo le gustaba mirar y la única condición que ponía era que para él no hubiese ninguna puerta cerrada y que pudiese quedarse a contemplar lo que quisiera y poder tocar con libertad. Era un voyeur pero Marga me comento que muy discreto, que en alguna ocasión había notado su presencia mientras estaba con alguien y que solo una vez la había tocado un pecho por un breve espacio de tiempo y muy dulcemente.

Todo esto me tranquilizo un poco.

El miércoles salimos por la mañana tempranito. Había estado excitada como un colegial que va a ir de excursión al zoo desde que me lo propuso. Al principio me preocupo un poco el tema del sexo con desconocidos pero la sensación de aventura pudo con todas mis preocupaciones.

Durante todo el viaje fuimos hablando de lo bien que lo pasaríamos en la playa, lo morenitas que nos íbamos a poner hasta el sábado. Del sábado no hablamos prácticamente nada. Yo era la única que sacaba el tema y ella solo me decía que no me preocupase que lo pasaría increíblemente bien.

Pasamos los días al sol y bañándonos sin preocupaciones. Nuestras pieles estaban morenitas de tomar el sol en casa pero en esos días cogimos ese tono coloradillo que tienes los primeros días de playa y también estaban increíblemente suaves por el agua de mar.

El sábado por la mañana Marga había cogido hora para ir al spa del hotel, incluyendo depilación integral, tratamientos para la piel y peluquería.

Al caer la tarde nos fuimos a la habitación a vestirnos. Le pregunte a Marga que si tenia que ponerme algo de particular y me dijo que no, que la ropa la teníamos en la casa y que nos cambiaríamos allí, que solo me recomendaba una cosa…y saco de su maleta UN CONSOLADOR.

Pregunte a Marga que para que y me dijo:

“tú vas con idea de no tener relaciones con nadie pero lo mismo cuando estés allí surge. Si vas ya con un cierto grado de dilatación la relación resulta mas placentera que tener que estar diciéndole a tu pareja que pare y vaya despacio. Hay algunos que son muy brutos y no vale la pena arriesgarse, aquí hemos venido a disfrutar.”

Me puso el consolador en la mano y mientras lo sostenía vi como sacaba dos más de su maleta y se los metía en sus dos agujeritos. Uno más grande en la vagina y otro más pequeño en el culito. Tenían una forma para evitar que se saliesen así que se coloco el tanga, se puso de pie estiro su vestido y mirándome con una sonrisa dijo con tono de enfado fingido.

“métete eso en tu rajita o déjalo en la maleta pero arréglate ya que vamos a llegar tarde a mi fiesta.”

Me lo metí en la boca para humedecerlo y como había dicho Marga “a la rajita”.

Cogimos un taxi que nos dejo en la puerta de una casa grande, llamamos al video-portero y nos abrieron la puerta sin preguntar nada. Los jardines eran grandes y bien cuidados. La casa debía ser enorme a juzgar por su aspecto exterior. Mientras andábamos hacia la entrada podía notar el consolador moviéndose dentro de mí al compás de mis pasos. Quería apretar mis muslos para meterlo mas adentro o para que se saliese, contuve mis impulsos.

Ya era prácticamente de noche y solo podía adivinar una figura masculina en la puerta de la casa que nos estaba esperando. Cuando nos acercamos pude apreciar que era un hombre muy bien parecido, con la tez morena seguramente de jugar al golf o de pasear en yate y que seguro aparentaba menos años de los que en realidad tenia.

Con una voz suave pero muy masculina le dijo a Marga:

“ya estamos todos aquí, pensábamos que nos ibas a dejar con el caramelo en la boca. Anda pasa y no les hagas sufrir mas.”

Marga solo dijo:

“he traído a mi amiga”

Pensé que me iba a dar la mano pero lo que hizo fue rodearme la cintura con su brazo y presionando su pecho contra mis pechos me dio dos besos y solo me dijo

“encantando”

Que bien olía…quede embriagada. Nos acompaño hasta un salón que daba al jardín y allí había un buen numero de gente charlando en grupitos. Fuimos moviéndonos entre ellos y Marga me presentaba simplemente como “su amiga” y no me decía el nombre de nadie.

Después de tanto saludo nos dirigimos a una mesa larga con un pequeño catering con bebidas y algo de picar. Marga me dijo:

“ahora nos tomamos esto y nos vamos a cambiar. No te puedo decir el nombre de nadie porque somos todos anónimos. Si alguien le quiere decir el nombre a otro es libre de hacerlo pero no es lo habitual, no tenemos relación fuera de nuestras reuniones. Fíjate en aquel grupito del fondo, mira como van todos con antifaces. Posiblemente oculten su identidad porque son personajes mas o menos públicos.”

Era cierto, no me había fijado pero había algunas personas que ocultaban su rostro.

Mientras nos tomábamos la copa me fije en que solo había un par de chicas mas, supuse que las demás estarían cambiándose.

Terminamos la copa y nos fuimos a cambiar. El hombre que olía bien nos indico donde estaban nuestras cosas y que mientras nos cambiábamos reuniría a la gente en “la sala de abajo” y que ya estaba todo preparado que fuéramos directamente allí que nos estarían esperando.

Entramos a una habitación del piso superior. Era como un vestidor enorme con varios espejos de cuerpo entero y un enorme tocador con todo lo que pueda soñar una mujer para pintarse y arreglarse, y todo de las marcas más caras del mercado. En un colgador había dos perchas con unas fundas. Nuestros vestidos para esa noche se encontraban dentro. A los pies del colgador dos cajas de zapatos.

Marga hizo los honores. Abrió la primera funda y apareció un baby doll blanco transparente, iba abierto por delante y se cerraba a la altura del cuello. Estaba rematado de encaje al igual que las braguitas y las medias. En una bolsita había un tocados para recoger el pelo, blancos también. En la caja de zapatos unos zapatitos blancos cerrados con unos tacones de aguja interminables.

Mire a Marga que intentaba esconder una sonrisa y la dije:

“no estarás pensando que salga vestida así”

Ella se hecho a reír y me dijo:

“no tonta este es el mío, ya te dije que tu irías mas tapada”

Abrió la otra funda y había un traje de sirvienta con todos los complemento, incluyendo la cofia. Al abrir la caja del suelo descubrí unos zapatos negros con un tacón de aguja altísimo y una forma que te obligaba a estar de puntillas.

Cuando Marga vio mi expresión me dijo:

“ya estas mas tranquila, vas a ir muy tapadita.”

Mientras nos vestíamos me dijo que simplemente tenia que acompañarla llevando una bandejita con algunas cosas que necesitaría. Que luego me quedase a su lado en el rol de sirvienta y ella me diría lo que tenia que ir haciendo, textualmente “…ayúdame a subirme aquí, tráeme esto, tráeme lo otro… va a ser como un juego, nos divertiremos”

Nos sacamos los consoladores y los guardamos en su bolso. Ella metió sus dedos en sus agujeritos y me dijo:

“estoy empapada solo de pensar lo que estoy a punto de hacer”

Nos pintamos la una a la otra. Mucho rimel, negro en los ojos para resaltarlos, y rojo fuego intenso para los labios. El colorete no nos hizo falta, el sol de Marbella ya se había encargado de eso.

Cuando se puso de pie ante mi estaba preciosa. Me fije que tenía los pechos operados pero detrás de las transparencias eran muy naturales. Los zapatos hacían que las piernas fuesen larguísimas. La dije que estaba preciosa. Ella me atuso un poco y me dijo que me mirara en el espejo.

Casi no podía andar con esos zapatos tenia que dar pasitos muy cortos pero cuando me puse ante el espejo quede impresionada.

La cofia negra con un encajito blanco me sujetaba el pelo detrás de las orejas y mi cara se veía resplandeciente. El vestido se ceñía en la cintura y mis grandes pechos casi se salían totalmente por el escote. La faldita y el tutu estaban horizontales al suelo y permitían ver sin esfuerzo la parte baja de mi culito. Se veían salir las tiras del liguero por debajo del vestidito y sujetar unas medias negras con encaje y unos lacitos blancos detrás. El mini delantal, el tutu los encajes de los hombros y del bajo del vestido eran blancos. Todo ello rematado por unos guantes de crochet negros con los puños de encaje blanco y una cinta para el cuello negra también con encaje blanco.

Estaba impresionante. Me sentía supersexy. Realmente ¡estaba buenísima!

Marga me dijo:

“como no vas a hacer nada con nadie hoy muchos tíos van a soñar contigo. Y quítate el tanga que seguro que te molesta al andar con esos zapatitos, ya ves que no se va a ver mas de lo que se ve ahora.”

Obedecí y me quite el tanga. Me dio una pequeña bandejita de plata con una copa vacía y un bote de gel lubricante.

“ahora vamos a ayudarnos la una a la otra a bajar. tenia pensado que entrases tu primera y en tu rol de doncella me abrieses la puerta pero si entras vestida así ya nadie se fijara en mi, así que entro yo y unos pasitos detrás vas tú con la bandeja y ya te iré diciendo lo que tienes que hacer.”

Así lo hicimos.

Bajamos con cierta dificultad. Cuando se abrió la puerta el hombre que olía bien la estaba esperando. Cogio su mano y la acompaño al centro de una habitación con una iluminación tenue donde habían dispuesto algo parecido a una camilla de masajes con una sabana negra encima y una pequeña mesita auxiliar redonda al lado. La camilla no estaba totalmente horizontal y te permitía estar con la cabeza ligeramente más alta que el cuerpo.

Prácticamente todos los hombres estaban desnudos, cerca de las paredes alrededor de la camilla. Solo había dos mujeres con unos modelitos muy sugerentes hablando y acariciando el torso de un par de hombres.

Cuando entre note como todas las miradas se dirigían hacia mí. Esto me gusto sobremanera y comencé a excitarme.

El acompañante de Marga la ayudo a tumbarse en la camilla. Se giro hacia mí y note una mirada más que de aprobación, dijo:

“veo que hemos acertado con las tallas, estas preciosa.”

Y a continuación cambiando el tono:

“puede dejar la bandeja, quédese junto a la mesa por si la señora necesita algo”

Me sonrió a la vez que me guiñaba el ojo y se fue a un lado de la habitación un poco más oscuro donde había un sillón en el que se sentó. Era el único que estaba totalmente vestido así que supuse que era el dueño de la casa, el voyeur.

Los hombres que había por toda la habitación se fueron acercando y comenzaron a acariciar a Marga por todo su cuerpo. Todos me miraban pero ninguno me toco ni se dirigió a mí.

Marga se retorcía de placer en la camilla. La visión de todas esas manos explorando su cuerpo, ver como se retorcía y los gemiditos de placer que salían de su boca comenzaron a excitarme.

Después de disfrutar de tan excitante masaje Marga comenzó a buscar con sus manos los penes erectos que la rodeaban e ir cogiéndolos, masturbándolos y metiéndoselos en su boca.

Mientras, algunos de los hombres dejaron al descubierto sus senos otros la quitaron las braguitas, la sujetaron las piernas separándoselas y fueron turnándose en lamerle sus agujeritos. Algunos dedos ya comenzaban a entrar en su vagina y a salir empapados.

Las otras dos chicas del grupo se afanaban chupando los penes de los hombres que no cabían alrededor de la camilla.

Yo me encontraba en el palco de honor, lo estaba viendo todo desde un lugar privilegiado. Notaba el calor que desprendía mi vagina y ni siquiera me rozaban.

Después de un buen rato contemplando este espectáculo de caricias, chupadas y lamidas de todos, comenzó el plato fuerte.

Mientras la boca de Marga se turnaba con los distintos penes que se acercaban, uno de ellos comenzó a penetrarla. Sus movimientos comenzaron despacio pero se fueron haciendo más rápidos. Yo contemplaba esa polla entrando y saliendo de Marga mientras oía sus gemidos de placer apagados por los penes que ocupaban su boca.

Se fueron turnando uno a uno y fueron pasando todos por su coñito y su boca. Estaban unos minutos y dejaban paso al siguiente. Yo estaba empapada, apretaba los muslos notaba el calor dentro de mí y como se me empezaba a humedecer el interior de los muslos. Mi corazón iba a mil por hora y a veces tenia que respirar profundamente sabiendo que cuando lo hacia gemía sin querer.

De pronto el que estaba metiéndosela en ese momento dijo:

“no puedo aguantar mas”

Saco el pene del coñito de Marga chorreando y termino de eyacular sobre el vientre y el pubis. Entonces Marga me dijo:

“límpialo con la lengua y no te lo tragues, tráemelo que quiero saborearlo”

Los caballeros me dejaron espacio para pasar y fui con las manos delante de mis hombros dando pasitos cortos hasta situarme entre sus piernas. Pensé que si doblaba mi cintura para recoger el semen con la boca dejaría expuesto mi culito a todos así que opte por doblar mis rodillas y apoyar mi culito sobre los talones.

Con esos tacones tuve que separar las piernas y apoyar mis manos en los muslos de Marga. Mientras recogía con la lengua el líquido caliente que salía de su agujerito comencé a notar que mis jugos también se estaban desbordando de mi agujerito. Lamí su vagina y recogí todo el semen de su pubis depiladito y de su vientre.

Sin ayuda de nadie me levante y me dirigí hacia su cabeza. Cuando iba a dejar caer le liquido caliente en su boca abierta me sujeto la cabeza y me metió su lengua en mi boca moviéndola y jugueteando con el semen que ahora compartíamos las dos.

Vació mi boca con su lengua, me soltó la cabeza y se trago el semen. Volví a mi sitio y hasta me temblaban las rodillas. Podía notar como el líquido que salía de mi vagina resbalaba por el interior de mis muslos.

En estas estaba cuando un hombre se dirigió a mí:

“doncellita, tengo algo aquí para tu señora” dijo señalándose el pene.

De la punta de su pene salía un chorrito de semen que corría despacio hacia su mano que estaba cogiendo sus huevos.

Fui con mis pasitos todo lo rápido que pude y comencé a recoger con mi lengua todo el líquido blanco y espeso. Termine metiendo el pene en mi boca dejándoselo limpio y reluciente.

Volví a la boca de Marga y se lo pase mientras jugueteábamos con nuestras lenguas.

Me coloque de nuevo en mí sitio y alguien se acerco por detrás y me dijo:

“¿puedo tocarte?”

De mí boca salio algo entre un gemido y un susurro y conteste:

“siiii”

Entonces una mano paso entre mis piernas desde atrás hasta presionar mi pubis, mi clítoris quedaba justo al principio de su antebrazo. La mano recorrió toda mi vagina de adelante a atrás con firmeza pero sin que se metiesen los dedos en mis agujeritos. Cerré los ojos y un gemido salio de mis labios y mis rodillas se separaron abriendo un poquito mis piernas sin que yo pudiese controlarlo.

El hombre puso su mano húmeda delante de mi cara, separo sus dedos y pude ver hilillos de mis jugos vaginales entre ellos. Entonces me susurro al oído mientras apoyaba su pene contra mi culo:

“doncellita, ¿qué podemos hacer para solucionar esto?”

Un susurro salio de mis labios y dije:

“fólleme señor”

Él presiono más su polla contra mi culo y dijo:

“¿como se piden las cosas doncellita?”

“fólleme señor…por favor”

Entonces me empujo por los hombros con suavidad sobre la camilla doblándome por la cintura exponiendo mi culito. Me sujete con los brazos al otro lado de la camilla pasando mi cuerpo sobre de la cara de Marga.

Note el calor de su polla mientras entraba despacio y con suavidad hasta que sus huevos tocaron mi clítoris. Comenzó a entrar y salir de mi coñito primero despacio y luego aumentando el ritmo y haciendo cada penetración más profunda que la anterior.

Sus huevos chocaban contra mi clítoris causándome un placer indescriptible. Tenía delante de mi cara una polla que palpitaba y la cogí con mi boca y comencé a chuparla al ritmo de las embestidas que sentía en mi agujerito.

Alguien me desabrocho algunos botones del vestido haciendo que mis pechos cayesen sobre la cara de Marga que comenzó a chupar mis pezones utilizando hábilmente su lengua.

La polla que tenia en mi coñito salio dejando paso a otra. Cuando entro hasta el fondo de mí tuve mi primer orgasmo. Solté la polla que tenia en mi boca para soltar un gemido y enseguida otra ocupo su lugar.

Todos se iban turnando en penetrarnos a Marga y a mí. Salía una polla de mi boca y se dirigía al coñito de Marga y cuanto salía de allí pasaba al mío. De pronto alguien desde detrás de mí  me susurro:

“a mi me gusta mas la entrada de servicio que la principal”

“el señor puede hacer lo que desee”, conteste.

Puso un poco del gel lubricante que había en la bandeja y metió los dedos en mi culito con facilidad. A continuación metió su polla haciéndome sentir una mezcla de dolor con un placer que hizo que un escalofrío recorriese mi cuerpo.

Una mezcla de grititos y gemidos intentaban salir de mi boca que en todo momento estaban ocupadas por las pollas que se dejaban paso las unas a las otras.

Cuando empezó a follar mi culito con más fuerza y más profundamente alguien me sujeto la cabeza con ambas manos y comenzó, literalmente a follarse mi boquita.

Ahora mientras se turnaban follándose mi culito o mi coñito me estaban metiendo la polla con fuerza, acompañando el movimiento empujaba mi cabeza haciendo que la polla se metiese en mi garganta.

Cuando estaba a punto de correrse presiono fuertemente mi cabeza, dejando de moverse y alojando su capullo más allá de mi campanilla. Estuvo así unos segundos y cuando me soltó la cabeza hilillos de saliva colgaban entre mi boca y su pene, me dijo:

“esto lo quiere tu señora”

Comenzó a masturbarse con violencia y Marga saco de su boca mis tetas para dirigirla hacia esa polla que la buscaba. El primer chorro de semen choco contra mi cara resbalando hasta la de Marga. Los demás rociaron la cara de Marga y su boca.

“límpiame doncellita”, me dijo Marga.

Ambas lamimos nuestras caras y compartimos el líquido espeso y caliente. Volvimos a juntar nuestras lenguas en un beso interminable antes de tragarnos el semen.

Me ayudaron a ponerme de pie porque alguien necesitaba de mis servicios de doncella.

“doncellita, trae el gel y lubrica esto”

Levanto por las nalgas el culito de Marga y me mostró su agujero dilatadísimo. Abrí el bote de lubricante y me acerque con el en la bandejita. Con dos dedos cogí el gel. El hombre sujetaba por ambas nalgas abriendo sus agujeritos al máximo. Mis dos dedos entraron con facilidad en su ano y en el hueco que aun quedaba cabían como mínimo otros dos dedos. Los metí hasta los nudillos y repartí bien el lubricante dentro de su culito.

Casi no me dio tiempo a sacar los dedos cuando la polla entro hasta el fondo de nuevo con violencia.

En este pequeño descanso decidieron cambiarnos de postura.

Nos pusieron en el suelo, la una junto a la otra boca arriba y nos levantaron la espalda del piso dejando solo nuestras cabezas y los hombros apoyados en el suelo.

Mis tetas caían sobre mi cara y mis rodillas tocaban mis tetas. En esta postura quedaban totalmente expuestos mi culito y mi coñito. Gire la cabeza y vi que Marga estaba exactamente igual que yo.

Vi como una polla entraba en mi culo y otro tanto la pasaba a Marga. Cuando la polla estuvo bien asentada paso un pie sobre mi cara y vi como el dueño del pie metía su polla en mi coñito. No tuve el orgasmo hasta que gire la cabeza y pude contemplar las dos pollas que salían y entraban con fuerza de los agujeritos de Marga.

Comenzaron de nuevo a turnarse en follarse nuestros agujeritos. Alguno no contento con acabar de metérsela a Marga sacaba su polla de su coñito o su culito y pasaba directamente a mis agujeritos.

Levantaron a Marga y a mí continuaron follándome. Cada vez los turnos eran más cortos pero las embestidas mas violentas. No se cuantos hombres me estaban follando porque el placer no me permitía fijarme en todas sus caras. Ya gemía sin pudor y acompañaba mis orgasmos con grititos de placer que parecían agradar a todos.

Vi que Marga se acercaba hasta mi con la copa en la mano fue entonces cuando note como una quemazón dentro de mi coñito que delataba que se acababan de correr dentro de mi. Yo hice lo propio y también me corrí.

La polla salio de mi coño y el otro se corrió dentro de mi culo. Otros dos ocuparon sus puestos y comencé a ver como el líquido espeso comenzaba a salir y gotear sobre mi cara y mis tetas.

Marga se apresuro a recogerlo en la copa. Las dos pollas descargaron dentro de mí y lo que rebosaba Marga lo recogía con habilidad.

Ya cuando venían apenas les daba tiempo a penetrarme un par de veces. Ahora que mi coño y mi culito estaban rebosantes sacaban sus pollas y se corrían intentando acertar con el espeso líquido en mis agujeros. La violencia de las eyaculaciones hacia que en ocasiones cayese el semen en mi cara y en mis tetas.

Marga estaba muy ocupada con el tibio líquido que salía de mi coñito y mi culito como para preocuparse de eso.

Mientras con mis manos tiraba de mis nalgas abriendome al máximo, se acerco un hombre con una polla de buenas dimensiones. Puso su glande justo sobre mis agujeritos, yo intente abrirlos un poco mas para recibir su carga. En vez de salir a chorros comenzó a caer de su polla un abundante, espeso y pesado liquido blanco, lo que se desbordo de mis agujeritos, y no pudo recoger Marga, cayo sobre mi pecho derecho, cerca del pezón. Mire ese grumoso liquido, que se veía aun mas blanco sobre mi pecho morenito. Lo recogí con la lengua y paladee su textura espesa y su salado sabor antes de tragármelo. El sabroso manjar que se deslizaba por mi garganta estaba delicioso.

Cuando terminaron todos alguien empujo mi culito hacia mi cara y pude ver como de mi coñito y mi culito, superabiertos, caía una gran cantidad de liquido blanco y espeso que Marga recogía en la copa.

Vaciaron lo que quedaba metiéndome los dedos y empujando el semen hacia fuera.

Continué en esta postura mientras Marga limpiaba con su lengua mis tetas y mi cara y compartía conmigo el delicioso líquido.

Cuando me soltaron para levantarme ella cogio la copa y la puso debajo de mi coñito del cual continuaba resbalando semen.

“ahora sujeta tú la copa” dijo Marga mientras se arrodillaba en el suelo. “Debajo de mi boca, entre mis tetas”.

Me coloque a su derecha también de rodillas. Sujetando la copa por su base  desde debajo de su pecho, la coloque justamente entre sus tetas, bajo su boca.

Al ver la copa medio llena me sorprendió comprobar todo el semen que había tenido dentro de mí y esto volvió e excitarme sobremanera.

Vi a las dos chicas que continuaban chupando pollas pero ahora con movimientos más rápidos mientras que la mayoría de los hombres que teníamos alrededor se masturbaban.

Uno de los hombres se acerco corriéndose directamente en la boca de Marga, esta dejo resbalar el semen de su boca a la copa cayendo algunas gotas sobre sus tetas.

Este fue el principio de una lluvia de corridas que Marga recibió en su cara su boca y sus tetas.

Las eyaculaciones que fallaban acababan en mi cara, mi boca, mis tetas y mi brazo, que sujetaba la copa.

Cuando esto termino Marga limpio mis tetas y mi cara con su lengua y me paso todo lo que había recogido a mi boca sin olvidar dejar juguetear a su lengua con la mía. Cuando termino abrí la boca para que comprobara todo el líquido espeso que tenia dentro y me lo trague.

Pase a hacer con ella lo mismo que había hecho conmigo.

Repase con mi lengua sus tetas y su cara. Incluso tenía un hilillo de semen que se había deslizado por entre su pecho hasta llegar a su vulva. Recogí todo lo que pude hasta que mi boca estuvo bien llena. Ella abrió su boca mirando hacia arriba y lo deje caer dentro.

Volvimos a jugar un poco con nuestras lenguas. Entonces ella me mostró la boca llena de semen y se lo trago.

Luego cogio la copa de mi mano. Mi guante negro de crochet estaba lleno del líquido tibio y espeso, comencé a recogerlo con la boca mientras ella limpiaba con su lengua la copa por fuera.

Vi dentro de la copa, que estaba llena algo más de la mitad, las distintas tonalidades de las distintas corridas del blanco semen. Y de cómo unas corridas eran mas espesas que otras.

Marga dio un largo trago de la copa y mirándome me dijo:

“¿quieres?”

“por supuesto” respondí yo.

Compartimos el resto de la copa y terminamos de vaciar su interior ayudándonos de la lengua y los dedos. Yo lo recogía con mis dedos y se lo metía a ella profundamente en la boca y ella hacia conmigo lo mismo.

Cuando terminamos nos quedamos exhaustas sentadas en el suelo. Algunos de los “amigos” comenzaron a salir de la habitación no sin antes darnos las gracias educadamente por lo bien que lo habían pasado y halagar nuestros cuerpos y nuestras habilidades.

Cuando nos empezamos a levantar vino el señor de la casa y nos ayudo. También recibimos de el un sinfín de halagos. Nos acompaño hasta la habitación y unos metros antes de llegar a la puerta me dijo:

“me hace mucha gracia tu forma de andar con esta indumentaria. ¿Te importaría caminar hasta la puerta solo para mí?”

Le hice una pequeña reverencia con la cabeza y conteste:

“todo lo que pueda desear el señor le será satisfecho” y camine con los pasitos cortos hasta la puerta. Note como aun resbalaba líquido espeso de mis agujeritos por el interior de mis muslos. Él se rió y se despidió con un “hasta luego” de nosotras.

Terminamos de ducharnos y de vestirnos. Cuando bajamos no parecía quedar nadie en la casa. El dueño nos dijo que aunque no era costumbre nos invitaba a pasar la noche allí dado lo avanzado de la hora. Declinamos la invitación más por educación que por otra cosa. Yo estaba agotada y me hubiera quedado a dormir si pensarlo.

Nos acompaño hasta la puerta de la calle donde nos esperaba un taxi. Se despidió de Marga y la dio los detalles de la próxima reunión.

Cuando llego a mí, me cogio la mano y me dijo:

“su amiga ya sabe cuando será la próxima reunión. Estaremos encantados tenerla con nosotros. De todos modos mi casa siempre estará abierta para usted y cualquier deseo que tenga, venga aquí que se le cumplirá. Mi nombre es José Luis”

A continuación beso mi mano.

“me llamo Stephy”

Eso fue lo único que acerté a decir. Me sonrió y me acompaño hasta la puerta del taxi dentro del que ya se encontraba Marga.

Aquí termina mí experiencia. En cuanto he tenido oportunidad lo he escrito para compartirlo con vosotros. Estoy muy emocionada. He preguntado a Marga que si sabe como se llama el señor y me ha dicho que nadie lo sabe.

No la he contado nada de lo que él me dijo. Cuando Marga me ha preguntado simplemente la he contado que se despidió educadamente y que era todo un caballero.

Quizá José Luis y yo podamos volver a vernos muy pronto.

He tenido una petición de relato por e-mail. Es un poco especial y se lo he pasado a mi hermana Sylvie para que ella os lo cuente. Esta trabajando en ello y lo hará como la vez anterior utilizando mi cuenta pero firmando ella.

Espero que esta historia os haya gustado. Hasta pronto.