Escapada a la montaña con mi madre IX
A mi madre se le ocurre un pequeño juego, el cual puede dar aún más vidilla a estas para nada aburridas vacaciones.
Lo primero pediros perdón a todos los que me habéis pedido que continúe con la serie. He estado bastante liado con estudios y trabajo, por lo que escribo cuando buenamente puedo, y no siempre apetece, para qué mentir. Yo también soy lector y entiendo la rabia que da cuando muchas series que me gustan se quedan a medias, o tardan mucho en publicarse. Igualmente muchas gracias a todos por el apoyo, ya que no contaba con que mucha gente lo leyera, y menos que tantos dieráis feedback. Entiendo también que al publicar con tanta discontinuidad muchos llegaréis a este relato por primera vez, por lo que no conoceréis la serie. Por si esto ocurre os dejaré a continuación enlace a todas las anteriores partes, ya que si están en la categoría de amor filial estoy seguro de que esta historia les gustará bastante. Esto no lo hago únicamente para conseguir más repercusión, sino que al ser escritor primerizo me viene bien que me den sus opiniones y valoraciones, cuantos más mejor. Nada más que añadir, de nuevo disculpas por la tardanza.
NOS VEMOS EN LA PRÓXIMA!
PARTE 1: https://www.todorelatos.com/relato/160546/
PARTE 2: https://www.todorelatos.com/relato/160579/
PARTE 3: https://www.todorelatos.com/relato/160617/
PARTE 4: https://www.todorelatos.com/relato/160893/
PARTE 5: https://www.todorelatos.com/relato/162167/
PARTE 6: https://www.todorelatos.com/relato/163150/
PARTE 7: https://www.todorelatos.com/relato/166457/
PARTE 8: https://www.todorelatos.com/relato/167852/
Tras nuestra intensa sesión de piscina y, después de relajarnos un buen rato en las tumbonas mientras nuestros todavía sucios cuerpos reposaban al sol, ambos decidimos ir a ducharnos. Por supuesto ya habíamos desarrollado suficiente confianza como para ahorrar un poco de agua, por lo que nos metimos juntos. La ducha comenzó bastante calmada. Yo la enjabonaba a ella y ella a mí de una manera inocente, pero obviamente esto no duró mucho. Las caricias comenzaron a centrarse en sitios específicos, los besos comenzaron a aparecer, y todo se tornó algo más explícito. Las gotas resbalaban por sus enjabonados pechos mientras yo acariciaba y pellizcaba a ratos sus sensibles y oscuros pezones. Tras unos minutos ella comenzó a acariciarme mi ya erecto pene, centrándose en mi glande y empezando así una enjabonada y lenta paja. Yo intenté hacer lo mismo con ella, ya que quería darle todo el placer que ella me estaba regalando, pero me apartó la mano, arrodillándose y tragándose toda mi polla de una sentada. En ese momento me impactó bastante, llegando a sentir como mi glande pasaba mas allá de su campanilla, pareciendo por momentos que llegaría hasta su tráquea. Comenzó así una de sus deliciosas y profundas mamadas, esta vez de esas en las que parecía que tuviera prisa por hacerme acabar, cosa en lo que era experta. No fueron muchas de esas rápidas y furiosas chupadas las que hicieron falta para hacerme eyacular todo cuanto me quedaba directamente en su garganta. Ella recibió con gusto toda mi corrida, tragándose hasta la última gota y lamiendo mi pene de arriba a abajo dejándolo bien limpio. Tras asegurarse de que ningún resto se le escapaba, me dio un suave beso en los labios y cogió su toalla, dispuesta a salir del baño.
-Cielo, voy a ponerme cómoda. ¿Hacemos algo de cena más tarde? -decía sonrojada por los vapores de la ducha y con una risueña sonrisa-
-Claro mamá pero... A mí antes me apetecería cenar otra cosa... -dije yo queriendo hacerla disfrutar-
-Bueno para eso ya habrá tiempo cielo. Venga vístete y nos vemos abajo.
A mi me dejó bastante descolocado que no quisiera ir mas allá, incluso dudé si se habría arrepentido de estas nuevas confianzas que nos estábamos tomando. Después de vestirnos cada uno en sus respectivas habitaciones hicimos algo sencillo de cena y, como las otras noches, salimos a la terraza a tomar unas cervezas bajo la noche estrellada.
-Oye mamá, ¿te puedo hacer una pregunta?
-Ay hijo que todavía tengas que pedirme permiso... Va, dispara.
-¿Por qué antes en el baño no me dejaste hacerte nada?
-Mmm... Bueno supongo que a veces a las mujeres nos gusta tomar el control de la situación.
-¿Pero no te apetecía ir más allá?
-Uy hijo claro que sí, estaba que me moría. Pero llevar el control de la situación hay veces que me pone hasta más.
-O sea que te va el rollo de dominar.
-Bueno, creo que normalmente me gusta más adoptar el papel de sumisa, ya viste antes cuando me cogiste del cuello; dios de solo recordarlo me tiemblan las piernas... -se le seguía notando algo de vergüenza al hablar de estos temas, pero a la vez había cogido bastante soltura-. Pero de vez en cuando me gusta mucho adoptar el papel dominante. Supongo que al no estar acostumbrada me calienta más de lo normal.
-Pues la verdad es que no tenía ni idea de que te gustaran ese rollo. O sea no que fueras sumisa o dominante, sino en general, que no te veía yo pensando en esas cosas vaya.
-Bueno hijo con tu padre sí que es todo más sencillito. Como ya te he dicho le quiero, y eso es suficiente para que nuestra relación perdure. Pero en el sexo una tiene sus inquietudes, y estas vacaciones no están haciendo más que reafirmar los pequeños deseos que ya tenía, incluso descubrir nuevas facetas de mí misma...
-Pues no sabes la alegría que me da ser parte de eso mamá. Y lo dicho, aquí estoy para cualquier cosa que quieras probar, si eso te hace feliz. O ya no sólo probar sino hablar, que no todo va a ser práctica jajaja.
-Jajaja. Hay que ver, si es que no me cansaré de decir que tengo el mejor hijo de mundo -dijo sonriendo mientras miraba el estrellado cielo-. Pues mira ahora que lo dices, se me ocurre una cosa que podríamos hacer relacionada con esto que estamos hablando.
-¿Ah si? ¿Y de qué se trata?
-A ver igual te suena un poco locura.
-Contigo nada me parece una locura mamá.
-Bueno bueno, menudo Don Juan estás hecho jajaja -se reía mientras se sonrojaba- Pues mira, se me ha ocurrido que podemos probar esto de dominar y ser dominado durante un día entero, pero para que no sea uno el que tenga el control todo el rato, podríamos hacer turnos.
Oír esas palabras salir de su boca me dejaron totalmente impactado. ¿Estaba proponiendo un juego sexual? ¿Mi madre pidiendo dominar y ser dominada sexualmente por su propio hijo? ¿Realmente estaba despierto, o todo era fruto del sueño más increíble de la historia? Sin duda habían pasado pocos días, pero la mujer que yo conocía al llegar a esta casa no era la que en ese momento me estaba hablando.
-Ya veo... Cuéntame más -dije haciendo lo que podía por mantener los nervios-.
-Pues mira, podríamos tener como varios turnos cada uno, y utilizarlos cuando veamos conveniente. Cada vez que usemos ese turno pues se nos resta uno, así hasta llegar a cero.
-Vale creo que lo pillo. Serían como una especie de tickets canjeables.
-Exacto. Lo que no se es cuantos deberíamos tener cada uno. ¿Dos te parecen bien?
-Lo veo perfecto. Pero eso sí, ¿cuanto durarían los turnos? Porque si no ponemos límite va a ser algo lioso.
-Tienes razón no había pensado en eso... Mmm... ¡Lo tengo! El turno terminará cuando el dominante tenga un orgasmo. Eso sí, el dominante puede mandar cualquier cosa, como retos, tareas del hogar, etc. No tienen por qué ser cosas sexuales, que como tú has dicho no va a ser todo práctica jajaja.
-Me parece bien, pero... el dominante entonces puede tener un turno infinito,¿no? Quiero decir, si por ejemplo es mi turno puedo no correrme en todo el día y tenerte como una esclava.
-Claro... Y me estás diciendo que tienes la oportunidad de hacer con tu madre lo que sea -dijo poniendo énfasis en esas últimas palabras-, ¿y vas a decidir no correrte en todo el día?
-Touché.
-Jajaja. Bueno pues listo entonces. Eso sí, debemos poner un par de reglas. El juego comenzará mañana cuando nos levantemos, y empezará a contar el primero que decida gastar un turno.
-Vale, me parece bien.
-Otra regla tiene que ser que no vale mandar nada en público o que implique terceras personas, que ya estoy viéndote diciéndome que tengo que ir a comprar el pan desnuda o algo así.
-Pero mamá cómo puedes pensar algo así de mí, yo nunca te haría pasar un mal momento. ¿No serás tú la que querría mandarme algo así?
-Bueno... Jajaja claro que no bobo. Como voy a hacerle pasar vergüenza a mi pequeñín -dijo abalanzándose sobre mí y dándome efusivos besos por toda la cara.
-Vale vale te creo jajaja. Bueno pues con tu permiso yo me voy a la cama, que tengo que pensar qué hacer mañana contigo -dije dándole una suave palmada en el muslo-.
-Bueno pues no pienses mucho, no vaya a ser que te me quedes sin energía para mañana -dijo ella acercándose a mi boca y dándome un cálido beso de buenas noches en los labios-.
Acto seguido subí a mi habitación, donde comencé a planear todo lo que haría el día siguiente. En un principio pensé en trazar un horario paso por paso, pero luego me di cuenta de que sería más divertido si dejaba que las cosas fluyeran. Eso sí, pensé algunas cosas básicas para darle algo de forma. Me puse a buscar en Google algún Sex Shop por la zona, y descubrí que en una ciudad cercana había un par con bastantes buenas calificaciones, por lo que decidí irme pronto a dormir para madrugar y poder acercarme a hacer algunas compras antes de que mi madre se despertara.
Me levanté a la mañana siguiente sobre las siete. Me vestí rápidamente y cogí el coche de mi madre, intentando no hacer mucho ruido para no despertarla. A eso de las siete y media ya estaba en la ciudad, que, aunque era pequeña ,tenía bastantes comercios. Sabía que la tienda a la que iba a ir abría a las 8, por lo que aún debía esperar. De igual manera decidí aparcar y acercarme para ir mirando cosas desde el escaparate. Cuando llegué vi que efectivamente seguía cerrada, pero el escaparate tenían una infinidad de accesorios y juguetes, por lo que podría echar el rato. Lo primero en lo que me fijé fue en unas esposas de terciopelo rosa. Sí, lo sé, demasiado cliché en cuanto a dominación se refiere, pero es algo efectivo y que siempre da bastante juego. Además me gustaba la idea de dominar, pero nunca me ha ido el rollo agresivo, como látigos y esas cosas. También me fijé en algo que me llamó más la atención. Se trataba de uno de estos pequeños vibradores que se introducen en la vagina, y que otra persona puede controlar mediante una aplicación móvil. Sin duda sabía que esto iba a volver loca a mi madre, y para que engañarnos, la idea de controlar sus orgasmos a aplacer me ponía a mil.
Había pasado unos minutos cuando me fijé que por el escaparate se asomaba la sombra de alguien, la cual se quedó unos segundos observándome. Tras esto volvió adentro y al rato oí como la puerta principal se habría. Yo pensaba que no habría nadie, pero para mi sorpresa una chica salió a recibirme.
-Hola. Perdona, ¿te puedo ayudar en algo?
-Ah hola. Si verás, venia buscando comprar algún juguete para mi novia -obviamente no podía decir para quien iban destinados realmente esos juguetes-, pero no me fijé bien a qué hora abríais y he llegado un poco pronto.
-Que raro ver a alguien tan madrugador por esta ciudad.
-Bueno somos de fuera la verdad. Hemos venido de vacaciones a una casa rural por aquí cerca.
-Anda no me digas. ¿No será la casa de Mercedes?
-Pues ahora que lo dices no sé ni cómo se llama la mujer. La que lo organizó todo fue mi m.... -por poco la cago pensé- ...novia... mi novia.
-¿Os atendió una mujer de unos sesenta, delgada, con el pelo castaño y corto?
-Sí, creo recordar que sí.
-Pues esa es mercedes. Si te digo la verdad no eres el primero que va de vacaciones a esa casa y se pasa por mi tienda. Oye chico que no se que tiene ese lugar pero hace a las parejas pasárselo de maravilla.
-Y tanto que sí jajaja -si yo te contara, pensé-.
-Pero bueno mira si con la tontería son ya casi las ocho. Ven anda pasa y vemos en qué puedo ayudarte.
De la que entrábamos pude fijarme más en la chica y la verdad es que era toda una monada. Bastante bajita, de ojos verdes, muy guapa de cara y con el pelo de un color rojizo la mar de llamativo. Era delgada pero con un pecho bastante prominente. Por supuesto nada comparado con las tetazas de mi madre, pero por su estatura y complexión destacaba bastante. Debía tener unos 30 años, lo cual me agradó, ya que yo me esperaba a una señora o un señor mayor, lo que me habría dado más corte tratándose de estos temas.
-Bueno pues dime, ¿estabas buscando algo en concreto?
-Bueno, sí y no. Es decir, venía con una idea pero no conozco nada sobre juguetes y esas cosas.
-Entiendo. ¿Y qué idea era esa?
-Perdona que esté un poco cortado, es que no suelo hablar de estos temas. Además, es la primera vez que vengo a comprar algo a un sitio así.
-No te preocupes es normal. Yo antes de trabajar aquí también era bastante reservada, pero al fin y al cabo el sexo es algo que deberíamos normalizar más. Además, si yo te contara lo que me piden algunos que vienen por aquí no me creerías, así que tranquilo que no me voy a sorprender jajaja.
-Gracias, me quitas un peso de encima jajaja. Verás habíamos hablado de hacer un pequeño juego de dominación. Nada fuerte, simplemente tomar el control y esas cosas. Entonces había pensado en comprar algo para hacerlo más entretenido.
-Bueno bueno, pues has dado con toda una especialista. Sin duda desde que descubrí eso de dominar y ser dominada mis relaciones han ido a mejor. Joder, acabo de parecer un anuncio de teletienda, ¿verdad? Jajaja.
-Pues ahora que lo dices un poco sí jajaja. Verás antes mirando el escaparate he visto un par de cosas que creo que podrían estar bien.
-Una de ellas son las esposas, ¿verdad?
-¿Cómo lo has sabido?
-Es en lo que casi todo el mundo se fija, y hacen bien. Son un básico pero que puede dar mucho juego. ¿Y en qué más te habías fijado?
-Lo otro era como un vibrador con control remoto.
-Ah sí sí. Vaya parece que tienes un buen ojo para ver lo que nos gusta a las mujeres. Verás ese nos llegó hace poco y la verdad es que todas las parejas que se lo han llevado me han hablado maravillas. Yo misma de hecho lo he usado un par de veces y te puedo decir que a tu novia le encantaría.
-Genial, pues esos dos me los llevo seguro.
-Muy buenas compras sí señor. ¿Y habías pensado en algo más o quieres que te recomiende?
-La verdad es que no me queda nada en mente. ¿Hay algo que se te ocurra?
-Mira por lo que me dices hay un par de cosas básicas, pero que os pueden ir bien. Por un lado el tema de la ropa es muy clave yo creo. En el sexo la gente siempre piensa en desnudarse de primeras, pero a veces la ropa puede jugar un muy buen papel. Mira por ahí hay varias prendas, por si luego quieres echar un ojo, que igual encuentras algo que te guste.
-Vale genial lo tendré en cuenta.
-Por otro lado un indispensable son los lubricantes. Es cierto que todos los hemos usado alguna vez, pero la mayoría de gente compra los genéricos de supermercado. En un Sex Shop obviamente hay mucha más variedad; con sabores, retardador del orgasmo, especiales para penetración anal, etc.
-Bueno nosotros es verdad que usamos alguno para masajes y tal, pero como tú dices es uno cualquiera. Eso del retardador de orgasmo nunca lo había oído, ¿cómo funciona?
-Bueno es un lubricante pensado sobretodo para gente que sufre de eyaculación precoz, pero algunas parejas lo usan para que el chico aguante más únicamente por diversión -como anillo al dedo, pensé. Si nuestro juego se iba a basar en que los turnos cambiaran cada vez que el dominante eyaculara,esto me vendría de perlas. Aunque como bien dijo mi madre, sería tonto si la tuviera a mi total disposición y no quisiera correrme en todo el día, por lo que esto sería unicamente para jugar un poco con ella-.
-Anda pues está súper bien. Quiero decir, no es que tenga problemas de eyaculación precoz ni nada por el estilo -sabía que efectivamente no tenía ningún problema, de hecho con mi madre tenía hasta más aguante de lo habitual, pero al justificarme tan rápidamente parecía que así fuera-. Bueno... Pues me has convencido, me llevaré uno de esos retardantes y uno normal.
-¡Genial! Me alegro que te animes. Verás que añaden un plus muy bueno. ¿Asumo entonces que no sois mucho de sexo anal? Perdona si te sueno algo brusca jajaja.
-No tranquila tranquila, al final he venido aquí por algo jajaja. Bueno la verdad es que nunca lo hemos probado. Nunca hemos hablado de ello siquiera, pero a mi al menos la idea no me disgusta.
-Bueno pues yo si fuera tú me llevaría un bote pequeñito por si os animáis durante las vacaciones. Pero si crees que no lo vais a usar no hace falta que te lo lleves eh, que parece que te estoy intentando vender toda la tienda jajaja -se notaba que la chica aparte de maja era sincera-.
-A este paso te lo voy a comprar todo sí jajaja. Pero no te preocupes, en serio, agradezco que me aconsejes. Además creo que tienes razón, me lo llevo y si nos animamos pues oye, mejor tenerlo a mano.
-Sin duda eres de los míos jajaja. Mira y por último tengo algo un poco más atrevido, por lo que no sé si es lo que estaréis buscando. Se trata de este pack de dominación que nos ha llegado hace poco. Viene con un antifaz, un collar con correa y un conjunto de lencería especial. Puede sonar un poco fuerte el tema del collar y la correa, pero al igual que las esposas son de un material muy suave y nada agresivo. Además es algo que puede usar cualquiera de los dos, por experiencia te puedo decir que no duelen nada y que pueden dar mucho juego.
-Sí que suena un poco más fuerte de lo que tenía pensado sí -joder, por experiencia por experiencia. Parecía que la tía había probado todo lo de la tienda-. Bueno igualmente me parece que le podemos sacar partido. ¿Has dicho que la lencería era especial no?
-Bueno la mayoria de lencería está pensada para ser sexy, pero a la hora del sexo todas nos la acabamos quitando. Esta está pensada para no tener que quitarla, ya que tiene un par de cierres que se pueden abrir. Mira ven y te lo enseño.
La seguí hacia la zona de ropa, donde había un par de maniquís con conjuntos de lencería puestos.
-Mira, estos son el mismo modelo pero en distintos colores. Como ves es un conjunto de encaje de lo más típico, el cual consta de unas medias con liguero, unas braguitas, un sostén y un fino camisón. La gracia es que tiene un par de botones en sitios clave, de esta manera puedes desabrochar la parte que cubre el pecho, o la que cubre la vagina, quedando así la estructura de encaje alrededor pero dejando al aire las zonas erójgnas.
-Ya veo ya. Pues me parece una idea genial, mucho mas práctico que la ropa tradicional. Pues me voy a llevar el blanco, que creo que le gustará mucho a mi novia.
-Estoy segura de que sí. Mira pues si quieres yo te voy preparando todo. Mientras echa un ojo aquí a la sección textil, que igual encuentras algo más que le pueda gustar. Bueno y si ves algo más que te llame la atención o tienes alguna duda pregunta sin miedo.
-Perfecto pues voy a ver qué encuentro.
Tras esto eché un ojo más por la tienda y me decanté por comprar un conjunto más. Usé el dinero que había ganado durante el verano, dinero que tenía pensado invertir en algún viaje o festival con amigos, pero pensándolo mejor este era un plan bastante más apetecible en el que gastar. Una vez en el coche me puse a revisar todo lo que me había llevado. Por un lado teníamos las esposas, las cuales estaba seguro de que iba a usar. Por otro lado continuando en la misma línea, estaba es pack de dominación. Sabía que tanto el antifaz como la lencería los usaría sí o sí, pero el resto me daba un poco más de reparo. Abrí la caja y efectivamente el collar era muy suave, acolchado por dentro y forrado también de una especie de terciopelo, por lo que sería muy cómodo de usar. Además seguramente ambos lo íbamos a disfrutar, ya que había descubierto lo mucho que le gustaba que la agarraran del cuello, y lo mucho que me gustaba a mí agarrarla. Los lubricantes como bien decía la chica eran un básico que iba a comprar sí o sí, pero no me esperaba que con unos usos tan curiosos. Y finalmente, el vibrador control remoto, seguramente lo que más ganas tenía de probar. No hace falta que os explique el morbo de poder controlar en cualquier momento el placer de tu propia madre con un solo botón, supongo que os haréis una idea.
Con la tontería eran más de las nueve y mi madre no tardaría en levantarse, por lo que volví rápidamente a la casa. Una vez llegué le preparé un buen desayuno. Tostadas, café, fruta, de todo un poco. Una vez todo listo subí a darle los buenos días. Entré despacio a la habitación, dándome cuenta de que efectivamente seguía dormida, ya que todo estaba a oscuras. Abrí las cortinas y pude ver cómo el sol se reflejaba en su piel, tapada unicamente por un fino y fresco camisón. Sin duda mi madre me ponía a mil, pero más allá de lo sexual se podía decir que era una mujer preciosa.
-Buenos días mami -dije con un todo de voz suave mientras le daba un beso en la mejilla-. Venga que ya ha empezado el día.
-Ay buenos días cielo... -decía ella con los ojos todavía cerrados mientras se incorporaba poco a poco-. ¿Qué hora es?
-Casi las diez.
-Ayyy cariño es muy prontoo... -decía mientras se volvía a recostar, tapándose de la luz con las sábanas- Estamos de vacaciones, déjame dormir un poco más.
-De eso nada, que hoy es un gran día y hay mucho por hacer. Además ahora mismo decido empezar mi primer turno, por lo que tienes que obedecerme y levantarte -dije yo entre risas-.
-¿Primer turno? No tengo ni idea de lo que me hablas...
-Anda anda no te hagas la tonta. Venga que te he preparado el desayuno y se te va a enfriar. Además, te he comprado unos regalitos, pero solo te los daré si te portas bien claro.
-¿Desayuno? ¿Regalos? Oye pues no va a estar tan mal esto, yo que pensaba que me ibas a tener de sirvienta todo el día.
-¿Pero qué clase de hijo te crees que soy? Anda te espero abajo. -dije mientras salía por la puerta-.
Tras unos minutos mi madre por fin bajó al comedor, donde yo había preparado todo un bufet a su gusto. En ese momento me di cuenta de que eso era algo que nunca había hecho por nadie, por ninguna de las chicas con las que había estado. Es cierto que la mayoría de relaciones que había tenido (las cuales no eran muchas) habían sido rollos que solían acabar en nada, pero la sensación aquí era distinta. No puedo decir que lo que tenía con mi madre fuera una relación amorosa novio novia, pero tampoco simplemente un rollete sexual, ni mucho menos una relación madre e hijo, claro. Digamos que era una mezcla extraña. Por un lado estaba el amor incondicional que un hijo tiene hacia una madre y viceversa, lo cual no deja de ser una relación amorosa, aunque no romántica. Por otro lado claro, estaba el tema del deseo sexual. Yo hacía tiempo que tenía sentimientos de deseo hacia mi madre, algo que supongo casi todos hemos tenido alguna vez (al menos los que me estáis leyendo estoy seguro de que sí). La cosa es que ese deseo residía en una fantasía, por lo que nunca imaginé que fuese recíproco. Yo deseaba a mi madre, quería sacar mi lado más animal con ella, pero ella sentía lo mismo. Ella quería follarme a mí y solamente a mí, y yo claro quería que ella me follara. Este deseo, claramente potenciado por el factor tabú del incesto, y sumado al amor más fuerte que existe, el de una madre y un hijo, creaba una relación al siguiente nivel, una relación que me hizo ver que no solo quería sexo, sino que realmente me estaba enamorando de ella.
Después de mis reflexiones mentales comenzamos a desayunar mientras charlábamos. Obviamente comenzaron a saltar algunos chascarrillos sobre lo que ocurriría en el día, pero no se volvieron el tema principal de conversación, ni tornaron esta en algo explícito. Esto en parte me agradó, ya que podíamos hablar de cosas más allá de nuestra relación, hablar como dos personas conociéndose realmente.
-Oye cariño, ahora que lo pienso, ¿tú de dónde has sacado esos regalos que dices que tienes?
-Antes de que te levantaras cogí el coche y me acerqué a la ciudad para hacer algunas compras.
-¿Cogiste el coche? Qué raro para ti. En prácticamente el año que llevas con el carnet no has querido usarlo nunca.
-Bueno pues para que veas que me voy haciendo mayor. Además, me apetecía tener algún detalle contigo.
-Awww cielo eso es muy dulce por tu parte -dijo poniendo cara conmovida y acariciándome con ternura la cara-. Jo, ahora me siento mal, me tratas como una reina y yo no tengo nada con lo que compensarte.
-No seas tonta mamá. Tú me has dado mucho siempre, así que ahora en todo caso soy yo el que debe compensarte. Además, estas vacaciones es si mismas ya han sido todo un regalazo para mí, créeme jajaja.
-Bueno creo que para ambos han sido unas muy buenas vacaciones -dijo con cara sonrojada-.
-Me alegra saberlo. De verdad que ni en mis mayores fantasías me hubiera imaginado tener algo así contigo, es como un sueño.
-¿Fantasías? No me digas que ya habías visto a tu madre de esa manera... O sea que te sintieras... Ya sabes... -se empezaba a poner nerviosa-
-¿Cachondo por ti? Vamos mamá sabes perfectamente que me vuelves loco desde hace años. ¿O crees que cuanto te desaparecía la ropa interior era por casualidad?
-Bueno supongo que nunca me lo llegué a plantear seriamente. O sea alguna vez sí que pensé que tú me las habías cogido, pero solo porque te llamaban la atención, ya sabes, curiosidades de la edad y eso.
-Por la edad, claro. Entonces antes de venir de vacaciones, esas bragas lefadas que recogiste de mi habitación, ¿estaban así por curiosidad no?
-Bueno vale he de reconocer que ahí empecé a sospechar un poco jajaja. Bueno lo que sí sabía era que me espiabas cuando me duchaba.
Ahí si que la situación me dió algo más de vergüenza, ya que pensaba que eso era algo de lo que nunca se enteraría nadie. El día que descubrí esa rendija en la puerta del baño pensé que era de los mayores logros que había conseguido, aunque a día de hoy el considerar ver a mi madre desnuda como un logro se queda un poco corto claro.
-¿Cómo? Lo... ¿Lo sabías? ¿Y por qué nunca me echaste la bronca?
-Bueno pensé que era algo normal. Nunca he sido muy exhibicionista precisamente, de hecho todo lo contrario, pero me daba igual que mi hijo me mirara desnuda. Supuse que si tenías curiosidad mejor verme a mí que andar buscando cosas por internet o dejándote dinero en revistas.
-Pues no tenía ni idea mamá. Oye eso sí, a papá no se lo dirías, ¿no?
-Uy hijo no no, buena gana tenía yo de aguantar sermones. Eso sí, tuve que dejar de masturbarme en el baño y empecé a hacerlo en nuestro cuarto claro, que una cosa era que me vieras desnuda y otra en pleno acto.
-Vaya vaya, pues si no recuerdo mal hace unos días me dijiste que tú no hacías esas cosas eh -dije yo con un todo de broma-.
-Bueno es que una madre tiene que aparentar seriedad delante de su hijo, ¿o qué pensarías de mí si me vieras haciendo esas cosas? -ambos reímos dada la ironía-.
-Oye pues el día antes de venir aquí no te cortaste en dar rienda suelta eh, que yo te dije que te había oído pero bien que te vi ahí machacándote...
-Si te digo la verdad ni lo pensé, en ese momento estaba tan caliente que no pensé que me pudieras estar mirando. Obviamente cuando salí y vi la puerta del baño recién fregada me di cuenta de que no era la única que había disfrutado jajaja -de nuevo los dos reímos-.
-Ves mamá, si me has dado más regalos de lo que tú crees.
-Oye pues al final no voy a ser tan mala madre.
-Tan mala no, eres la mejor madre del mundo, por eso te quiero -dije acercándome a su boca-.
-Yo también te quiero cariño.
Tras esto nuestros labios se juntaron, fundiéndonos en un tierno y romántico beso que duró varios minutos.
-Eso sí mamá, estoy pensando que si de verdad quieres compensarme podrías invitarme a comer, que llevamos días encerrados en casa y apetece salir un poco, ¿no crees?
-Oye pues tienes razón. Me parece tan buena idea que voy a omitir el que me hayas hecho el lío para que sea yo la que invite jajaja.
-Jajaja. Bueno qué te parece salir de aquí a la una y media o por ahí.
-Lo veo perfecto, así me da tiempo a tomar un poco el sol y arreglarme.
Después de esto la mañana fue pasando y cada uno hizo un poco lo que quiso. Mi madre estuvo buena parte de la mañana tomando el sol y leyendo, tiempo que yo aproveché para ducharme y verme alguna serie que me había descargado en el iPad. Más tarde ella se metió en el baño para ducharse y arreglarse, ponerse guapa básicamente. Y vaya si lo hizo.
A la una y media más o menos yo ya estaba en el salón vestido y listo para irnos. No me había puesto como para ir a una boda, pero sí algo más arreglado de lo normal, con una camisa azul y unos pantalones largos blancos. Cuando por fin mi madre se presentó en la puerta casi me da in infarto de lo guapa que estaba. Llevaba unos tacones no muy altos, lo justo para resaltar su bonita figura; una falda que le quedaba por encima de las rodillas con un estampado de cuadros negros y grises, y una blusa de manga larga color verde oscuro. La blusa no tenía apenas escote, pero es cierto eso que dicen de que a veces es mejor sugerir que enseñar, y este era un claro caso. El pelo lo llevaba suelto con su ondulado natural, y además se había maquillado un poquito resaltando sus ya bonitas facciones. Sin duda una auténtica MILF de pasarela.
Tras esto nos montamos en el coche y ella condujo hasta un restaurante en el centro de la misma ciudad que horas antes yo había visitado. Era un italiano con bastantes buenas reseñas, nada del otro mundo eso sí. Un restaurante sencillo pero que tenía buena pinta. Bueno el resto ya os lo podréis imaginar, comimos, bebimos y charlamos. La gracia vino cuando, justo antes de los postres, me decidí a darle su primer regalo. Como ya os podréis imaginar, sí, me había traído el vibrador a control remoto. El tiempo que mi madre estuvo en la ducha yo aproveché para dejarlo todo configurado y vinculado con mi móvil, por lo que ella sólo tendría que ponérselo y listo. La chica del Sex Shop me lo había metido todo en unas bolsitas muy sobrias y nada reveladoras, por lo que era seguro sacarlo ahí delante sin que nadie sospechara nada.
-Bueno mamá, quería esperarme a llegar a casa pero aquí tienes, tú primer regalo.
-Ayy hijo pero no tenías por qué -dijo comenzarlo a abrirlo-.
-No no, espera. Es un poco delicado, sería mejor que fueras al baño para abrirlo.
-Uy miedo me das. Pero dame alguna pista anda.
-Nada nada, que si no se chafa la sorpresa, ve al baño y lo verás. Viene dentro un librito con los pasos que tienes que seguir.
Después de mirarme con cara dudosa e intrigada, cogió su bolso y fue hasta el baño. La caja efectivamente traía un libro donde ponía las instrucciones para ella, pero no ponía nada sobre cómo se usaba, sino que eso venía en otras instrucciones que yo mismo me encargué de quitar. De esta manera la sorpresa sería asegurada, ya que solo sabría que se trataba de un vibrador, pero no que yo podría controlarlo. Después de unos minutos volvió a la mesa con la cara algo sonrojada y mirándome extrañada.
-¿Qué tal? ¿Te ha gustado?
-Bueno mentiría si dijera que no, pero no entiendo muy bien qué es. O sea he leído lo que es, pero no hace nada.
-Pero te lo has...
-Sí sí -decía ella cortándome rápido y mirando hacia los lados algo avergonzada-.
-Pero lo llevas... Ya sabes...
-Sí bueno, es lo que ponía en las instrucciones.
-Pues no sé. Mira si quieres vete al baño y te lo quitas, no vaya a ser que esté defectuoso.
-Van a pensar mal si voy tanto al baño eh -decía ella entre risas mientras se levantaba-.
-Jajaja. Oye por cierto yo ya estoy lleno. ¿Quieres que pidamos los postres para llevar?
-Vale por mí genial, que ahora no tengo hambre pero luego seguro que me apetece.
Tras esto se levantó y se dirigió hacia el baño. Una vez vi que entraba esperé un par de segundos y decidí activar el primer nivel de vibración antes de que se lo sacara. Obviamente no pude ver lo que pasó en ese momento, pero podía imaginarme perfectamente su desencajada cara, mezcla del repentino e inesperado gustazo y la lógica confusión. No salió del baño en un buen rato, por lo que deduje que no se había sacado el vibrador, sino que habría aceptado no dejar escapar ese placer que aquel desconocido amiguito le estaba proporcionando, o más bien, yo le estaba proporcionando. Fui jugando con los niveles, subiendo y bajando, pero después de varios minutos decidí darle a máxima potencia, ya que sabía que ella estaría rogando por correrse. Efectivamente no pasó mucho tiempo para que saliera del baño, con la cara eso sí roja como un tomate y algún botón de la camisa mal abrochado. Por mi parte le dediqué una sonrisa, sonrisa que ella me devolvió con los ojos abiertos fruto de la impresión. Pagamos y nos fuimos con los postres, disimulando y sin comentar nada hasta llegar al coche, ya que el tiempo que estuvo en el baño y como salió eran suficientemente sospechosos. Una vez llegamos al coche esto cambió, claro.
-Vale, vas a explicarme ahora mismo que coño ha sido eso -decía ella sería pero para nada enfadada-.
-¿Por? ¿No te ha gustado tu regalo? -decía yo entre risas-
-¿Que si me ha gustado? Cabronazo casi me desmayo del gusto cuando ha empezado vibrar. No se cómo has hecho eso pero ha sido increíble.
-Es un vibrador a control remoto jajaja. Mira lo estaba controlando con una aplicación en el móvil.
-¿Estás de coña? O sea, que me estas diciendo que eso que he sentido, lo estabas haciendo tú desde la mesa.
-Mas o menos.
-¡Menudo hijo pervertido que tengo! -por fin se rió- Pues menos mal que no había nadie en el baño, a ver cómo explico yo por qué casi me caigo al suelo jajaja.
-Jajaja. Bueno pues me alegro de que te haya gustado tu primer regalo.
-¿Primero? Joder pues como todos sean así...
-Bueno este sin duda era el mejor, pero los otros tienen su encanto.
-Con que sean la mitad de entretenidos que este me vale. Ufff que sofoco me ha dado... Oye esto me recuerda, ¿no se supone que estamos en tu turno de dominación? Porque raro me parece que todavía no me hayas pedido ninguna guarrada de las tuyas.
-¿De las mías? -dije mirándola con cara de reproche mientras ambos reíamos-. Bueno que no te pida cosas no significa que no esté usando mi turno. Por ejemplo sé que ahora me pedirías probar de nuevo el vibrador, pero soy yo el que decide cuando y donde usarlo -le dije acercándome a su boca y mirándola fijamente a los ojos-.
-Joder cielo... No te haces una idea de lo cachonda que me acabas de poner -dijo ella susurrando para seguidamente comerme la boca de una manera totalmente animal-.
-Mmmm... Pues creo que te vas a tener que quedar con las ganas. ¿Qué tal si de momento subimos a algún mirador a comernos los postres?
-Me parece que me tocará conformarme -dijo recobrando la compostura y arrancando el coche-. Aunque a mí lo que me apetecía comerme es otro tipo de postre...
-Hay que ver que madre más sucia tengo...
No os voy a negar que en ese momento tenía la polla a punto de reventar, y que de ser otra la situación hubiera rogado por que nos hubiéramos ido directos a la casa. Pero en ese momento supongo que me di cuenta de por qué el día anterior mi madre no quiso seguir con nuestros juegos en la ducha. Ciertamente hay veces que el dejar a la otra persona con las ganas de poseerte ahí mismo da un chute de morbo que pocas veces había vivido. Tras esto subimos a un mirador que se encontraba justo subiendo la montaña a unos minutos del restaurante. Decidimos salir fuera a comernos los postres mientras observábamos las vistas de la ciudad, aunque pasados apenas cinco minutos por desgracia empezó a llover a mares, por lo que de nuevo tuvimos que refugiarnos rápidamente en el coche. Esto hizo que el resto de coches que estaban por la zona y la gente que estaba paseando huyeran rápidamente, dejándonos completamente solos bajo la tormenta. Tras esto se hizo el silencio, silencio el cual únicamente rompían las gotas de agua cayendo sobre el capó del coche mientras ambos nos mirábamos a los ojos, sabiendo lo que iba a pasar.
-¿Recuerdas que me preguntaste si estábamos en mi turno de dominación?
-Hmm... -sintió ella con cara de curiosidad-.
-Pues creo que ha llegado el momento de que te lo demuestre. Vamos a la parte de atrás, que estaremos más cómodos.
Nos colamos hasta los asientos traseros para no tener que salir y mojarnos. Por suerte tenemos un monovolumen bastante grande, por lo que no hubo mucha dificultad para movernos. Una vez ya más cómodos, le ordené que se sentara sobre mis piernas y, tras acariciarle el pelo y mirarnos a los ojos, nos fundimos en un apasionado beso, lento pero sin pausa. Empezamos como si nos diera vergüenza, usando solo los labios mientras nos acariciábamos el uno al otro, pero yo no tardé mucho en comenzar a meter mi lengua y recorrer su boca. Esto dio lugar a que ese inocente beso se convirtiera en una danza de lengua y saliva como pocas he vivido, dejando algún hilo de babas entre nuestras bocas cuando parábamos para mirarnos a los ojos. Yo me quité como pude la camisa mientras ella empezó a desabrocharse su blusa, blusa de la cual se desprendió casi a la vez que del sostén. De nuevo tenía esa preciosas tetas delante mío, esas tetas a las que tantas pajas había dedicado, una vez más a mi alcance. Comencé a besarle el cuello y los hombros, bajando poco a poco mientras ella se frotaba contra mí y me acariciaba el pelo. Con ambas manos conseguí a duras penas abarcar ese par de melones, mientras mi boca comenzó a comerse esos ricos, rosados y oscuros pezones que tan loco me volvían. Esto hizo que sus movimientos empezaran a ser algo más duros, frotándose contra mi muslo y dejándome la pierna cada vez más húmeda.
-Vaya... Parece que mamá se está poniendo juguetona...
-Mmm sí cielo... Ya sabes lo mucho que me gusta que me comas las tetas... Agghhh pero ten cuidado, que sabes que las tengo muy sensibles....
-Tranquila cariño -dije entre lamidas y leves mordiscos, sumando algún que otro chupetón a sus senos-. Dime... ¿quieres que te coma otra cosita?
-Ufff si... Me encantaría...
-Pero tienes que pedirmelo por favor -dije apretando un poco más sus pezones-.
-Aghhhs sii... Por favor cielo quiero... Quiero que me lo comas... Estoy demasiado mojada y quiero que me comas el coño...
Tras esto nos dimos la vuelta y la posé sobre el asiento, quitándole todo menos la falda, la cual le daba un toque muy morboso. También le saqué el vibrador, a lo que ella puso cara de niña a la que le acaban de quitar un caramelo, pero no le importó mucho cuando recordó lo que estaba a punto de hacer. Empecé como a mi me gusta, con suaves besos por toda la zona, acercándome poco a poco mientras contemplaba ese húmedo coño. Sin un pelo, bien hinchado, algo rojo por la excitación, y emanando esos ricos y viscosos fluidos, lo cual me indicaba que estaba listo para ser comido. No la hice de rogar y le di una larga lamida, empezando casi desde ano para después pasar a sus sensibles labios menores y, finalmente, llegar a su excitado clítoris. Esto claro causó que sus rápidas respiraciones pronto se transformaran en gemidos. Después de unas cuantas lamidas decidí centrarme en succionar el clítoris mientras la penetraba con un par de dedos. Ella por su parte se concentró el gemir y gritar cada vez más fuerte mientras se intentaba llevar las tetas a la boca, lamiendo y chupando sus delicados pezones. No fueron muchos los minutos que pasaron hasta que comenzó a darme indicaciones de que estaba a punto, por lo que decidí agarra abriéndola bien te piernas, tocando prácticamente un pie cada ventanilla mientras chupaba y lamía con más fuerza que nunca. Su espalda comenzó a arquearse y sus gritos se volvieron más altos aún, soltando entre espasmos un chorro de corrida el cual fue directo a mi boca, chorro que claro yo recibí encantado, tragándome hasta la última gota que salió de las entrañas de mi madre. El orgasmo eso sí no se detuvo ahí, sino que yo seguí lamiendo sin para un solo segundo, haciendo que fueran más de una y de dos las corridas que me madre me regaló entre gemidos y espasmos de puro placer.
-Ufff cariño... No sé cómo... Pero siempre haces que me corra como un animal...
-Me encanta verte así mami -dije mientras seguía besando su encharcada entrepierna-
-Bueno... -todavía estaba recobrando el aliento- ¿Ahora me dejarás compensártelo?
-¿Qué quieres hacerme?
-Quiero chupártela cariño... ¿Puede mamá hacerte una mamada?
-Veo que vas aprendiendo a pedir las cosas. ¿Y qué pasa si te digo que no?
-Mami se pondría muuy triste -de nuevo usaba esa voz de niña buena mientras ponía morritos, señal de que estaba completamente metida en el juego-.
-Bueno si tan triste te pondrías...
Su expresión se vio inundada por una lujuriosa sonrisa mientras yo me sentaba a su lado. Tras esto se arrodilló entre mis piernas, quitándome los pantalones y agarrando mi polla para comenzar a besar la parte baja de esta. Esta vez parecía no tener prisa, dando unas lentas lamidas por el tronco, bajando hasta los huevos y metiéndoselos en la boca, para, finalmente, llegar hasta el glande. Empezó a ensalivarlo dando suaves chupadas, lo cual en verdad no hacía falta, ya que mi pene estaba embadurnado en líquido preseminal desde que comenzaron los besos. Tras un buen rato de lenta y lubricada paja comenzó lo bueno de verdad. De esta manera abrió bien la boca para tragarse toda mi extensión hasta el fondo, pero esta vez de una forma muy lenta, por lo que pude sentir cada rincón de su boca. Nunca me olvidaré de la sensación que tuve, mi pene pasando más allá de su garganta, con esta ensanchándose poco a poco, abriendo camino mientras su lengua llegaba a lamer mis huevos. Si el cielo existía no debía ser muy distinto a eso, pensé.
-Dioss mamá... Me estás matando...
-Ghhhh... -me encantaba ver como se sacaba toda mi polla poco a poco, dejando una cortina de babas las cuales recogía para poder pajearme con facilidad-. ¿Te gusta cielo?¿Está mami haciédolo bien? -decí con una sonrisa para seguir chupando-.
-Agghhh joder... Me encanta... Me encanta lo bien que la chupas...
-Más me encanta a mi chupártela... Mmm... Quiero comerte la polla y que luego me des lechita...
-Ufff... ¿Y dónde la quieres? ¿Donde quieres que te de mi lefada? Agghh...
-Donde tú quieras amor... Ahora mismo soy tu puta cariño, puedes hacer conmigo lo que quieras...
-Agghhh... Pues quiero... Joder quiero correrme dentro de ti... Agghhh quiero follarte y llenarte ese coñito con mi leche...
-Pensaba que no me lo ibas a pedir nunca...
Tras esto ella me regaló una buena garganta profunda y se levantó para ponerse encima mío, exactamente en la misma posición en la que todo había empezado. No tardé mucho y dirigí mi rígido pene hacia su caliente entrada, metiéndole la punta poco a poco mientras ella se iba sentando muy lentamente. Nuestros lubricados genitales no tardaron en unirse en una lenta pero contundente penetración, sintiendo así cómo su estrecha y suave vagina se veía abierta y ensartada hasta su límite por mi venosa y dura polla. Comenzamos de esta manera una lenta y dulce follada, la cual dirigía mi madre con unos lentos pero profundos movimientos, disfrutando de nuestros cuerpos mientras nos besábamos y acariciábamos. ¿Sabéis esa sensación en el estómago cuando estáis en una montaña rusa? ¿O cuando un coche arranca muy rápido? Pues esa misma sensación era la que yo estaba sintiendo con cada una de esas lentas y profundas penetraciones.
-Joder mamá me encanta lo apretada que estas...
-Eso es porque tu polla me mata cariño... Aghhh la tienes tan dura que parece que me vas a partir...
-Agghhh... Pues tomate tu calma cielo... Disfruta de esta polla mientras me follas...
La cosa poco a poco empezó a tomar ritmo. Ella empezó a frotarse con algo más de ganas, apretando su clítoris contra mi pubis y comenzando a gemirme al oído, dándome incluso algún mordisco en la oreja. Yo empecé a comerle las tetas con suaves lamidas, lamidas las cuales comenzaron a tornarse más bruscas conforme mis penetraciones empezaban a tomar un ritmo más fuerte. Esto hizo que ella dejara de frotarse para empezar un sube y baja mientras sus manos se aferraban a las agarraderas del coche, demostrando así que no era su primera experiencia dentro de uno. Nuestra follada empezó a tomar velocidad y brusquedad, dando rienda a nuestra pasión incestuosa y nuestro depravado deseo. El coche botaba bajo la lluvia, pero los únicos sonidos que se escuchaban eran nuestros gemidos mezclados con los chasquidos de mis embestidas contra su palpitante y encharcado coño.
-Aaaghhhh joder cariño... Si... Siii... Sigue por dios...
-¿Te gusta mami? Aghhhh... ¿Te gusta andar follándote a tu propio hijo? -a mi me encantaba jugar ese juego, y sabía perfectamente que a ella la encendía a más no poder-.
-Agghhhh sii amor me encanta... Ufff... Me encarta follar con mi hijo...
-Agghhh joder... Eres una mami muy guarra... Mmmm seguro que en el restaurante estabas deseando que te follara en el baño...
-Si cariño.... Aghhh quería que me reventaras ahí mismo... Joder sigue... ¡Sigue! Aggghh...
-Aaghhhh sii... Cabálgame mamá... Ufff quiero que te corras con mi polla...
-Si amor por favor... Quiero correrme... Agghhh quiero correrme y que me llenes de tu lechita... ¡Agghhh!
-¿Quieres correrte? Entonces pídemelo... -dije acelerando algo más las penetraciones- ¡Agghhh joder! Pídemelo como una niña buena...
-¡Aaaghhhh! ¡Por favor cariño fóllame! Ufff me encanta lo rico que me lo haces... Reviéntame hasta que me corra por dios...
-Aaghhhh joder mamá me estás matando... Mmmm... Pues te voy a dar lo tuyo... Te voy a follar y te voy rellenar este coñito tan rico que tienes... Aghhhhh...
En ese momento una de mis manos fue directa a agarrar su cuello, haciendo que mi antebrazo quedara atrapado ante ese par de tetas, las cuales rebotaban arriba y abajo, rozándome por momentos la cara. Mi otra mano se dirigió hacia su culo, concretamente hasta su ano, introduciendo con mucha facilidad el dedo corazón, para más tarde introducir un segundo dedo. Esto hizo que mi madre soltara un grito de placer el cual se tuvo que oír en toda la montaña, cosa que a ninguno de los dos nos importó.
-¡Uy así, asi! Rómpeme el culo cielo... ¡Aaaghghhh!
-Te gusta que te follen el culo eh... Aghhh joder... Joder mamá estoy a punto... ¡Aaghhhh!
-Yo también amor... Aghhh sii... Fóllame rico como tu sabes nene... ¡Aagghhh joderr!
-Aaghhhh vamos cariño... Córrete para mi... ¡Aagghhh! ¡Se una putita buena y córrete para tu hijo!
-¡Sí! ¡Agghhh joder siii! -gritaba mientras ella también me agarraba del cuello-. Que rico por dios... Me corro... ¡Me corro, me corro! ¡TU PUTA SE ESTÁ CORRIENDO CARIÑO! ¡AAGGHHHH!
-Yo también me corro mamá... Mierda me voy... ¡AAGGHHH! ¡ME VOY, ME VOYY!
En ese momento ella cayó rendida entre espasmos sobre mi pecho mientras yo la abrazaba, manteniendo mi pene metido completamente en su vagina, como si tratara de inseminarla. Pude notar como más de seis o siete chorros se vaciaron en sus entrañas, haciendo que al rato mi semen, mezclado con su corrida y sus fluidos comenzaran a rebosar, manchando mis ya mojadas piernas. En esa misma posición y con nuestros cuerpos todavía enganchados, pasamos varios minutos abrazados, mimándonos y comiéndonos la boca, como dos amantes después de su noche de bodas. Esto claro hizo que mi polla, la cual apenas se había deshinchado dentro de su caliente y palpitante coño, comenzara a pedir algo más de acción. Lo malo vino cuando ella me recordó (con una maléfica sonrisa) que me había corrido, por lo que mi turno había acabado. Tras esto nos relajamos un poco entre caricias y arrumacos, para después limpiar como buenamente pudimos aquel estropicio que habíamos formado y regresar a casa. Era cierto que mi turno había terminado, pero me daba curiosidad y un tremendo morbo el ver lo que mi madre tendría preparado para mi.
Continuará...