Escapada a la montaña con mi madre IV
El día anterior había sobrepasado una barrera que ni en mis mejores sueños había conseguido. Hoy tenía que poner toda la carne en el asador, pero no estaba seguro de conseguir avanzar más hacia el objetivo de follarme a mi madre
Era la mañana siguiente y hacía un día de lujo. Nada más levantarme me asomé por la ventana y vi a mi madre en la terraza del jardín desayunando. Hacía bastante calor, por lo que salí simplemente con shorts. Recordemos que no había llevado calzoncillos, así que mi polla iba balanceándose, cosa de la que mi madre obviamente se dio cuenta, ya que sus leves miradas la delataban.
-Hola guapa ¿qué tal? -dije yo acercándome a ella-.
-Pues bien hijo ¿qué tal has dormid...
Antes de que pudiera acabar la pregunta le planté un besazo de los buenos, bien caliente y con mucha lengua. Morreo el cual ella correspondió, obviamente.
-Mmm. Hay que ver que bien besas a tu madre cariño, con lo que me gusta a mi un buen beso... -decía ella mientras me daba un piquito para culminar nuestro ''saludo'' de bueno días-
-Pues a partir de ahora te saludaré siempre así mami, ya sabes que me encanta besar a una mujer tan guapa.
-Bueno bueno no será para tanto jajaja. Por mi no hay problema, pero estas cosas sabes que sólo las podemos hacer aquí, nadie puede enterarse, y menos tu padre.
-Tranquila mamá, tu no te preocupes por nada... -decía yo mientras me acercaba, fundiéndonos en otro buen beso, esta vez algo más lento y apasionado-.
-Ufff cariño, menudo calor hace esta mañana ¿no? -decía ella señalando a la evidente erección que dejaba ver mi pantalón-.
-Jajaja, ¿tanto se me nota?
-Y tanto que se te nota jajajaja. Oye ya sabes que si tienes que descargar ahí tienes el baño eh, por mí que no te de vergüenza.
-Lo sé lo sé mamá, de hecho ayer hubo una descarga, y menuda descarga jajaja -sabía perfectamente que ella ya lo sabía, pero quería jugar un poco-.
-¿Ah sí? Jajaja -se hacía la tonta-.
-Pues sí. ¿Tú no te descargaste ayer?
-¿¿Yo?? No no que va, a mi edad no están las hormonas tan revolucionadas cómo a la tuya jaja... -claramente se notaba que mentía-. Bueno si no te importa me voy a pegar una ducha, que este sol ya me ha dejado sudada.
-Vale, yo desayunaré algo.
En ese momento y con mi madre ya en el baño se me ocurrió un plan. En la casa había dos baños, pero me inventaría que el otro estaba roto o cualquier tontería para entrar al suyo. Podían pasar dos cosas, una era ver a mi madre en plena faena, lo cual sería gloria pura. La otra opción era que simplemente se estuviera duchando, por lo que al menos la vería desnuda. Ahí fui, piqué muy levemente y sin dar tiempo a una respuesta entré, ya que en mi casa nunca echamos el pestillo a las puertas.
-Oye mamá necesito mear y el otro bañ....
-¿¿Hijo pero que haces?? -me interrumpió asaltada ella-
Menuda imagen, mi madre estaba totalmente desnuda y a punto de entrar a la ducha. Con una mano se cubría el coño y con la otra intentaba taparse las tetas, lo cual era imposible, ya que no conseguía abarcarlas.
-Perdona perdona mamá, pensaba que todavía no te habrías desnudado. Verás es que la cisterna del otro baño no funciona y necesitaba hacer pis, no podía aguantar -decía yo mientras me sentaba en el váter-.
-Ay hijo pero haberme avisado y me ponía algo -decía mientras se cubría con una toalla-. ¿Pero por qué te sientas si es para hacer pis?
-Bueno ya sabes jajaja.
-¿Cómo que ya sé?
-Pues... -tímidamente yo aparté las manos de mi polla, revelando mi brutal erección-
-Ah, emmm, espera no te preocupes que salgo... -mi madre estaba más roja imposible-
-Noo mamá no seas tonta, es algo normal -le decía yo mientras me levantaba y la paraba en seco-. Es que te he visto así desnuda tan guapa y uno no es de piedra jajaja.
-Anda ahora me dirás que eso te lo he hecho yo jajaja. Seguro que estabas pensando en la amiguita esa tuya eh jajaja -se la veía algo más relajada-.
-Pues claro que es por ti mamá. ¿Pero tú te has visto? Y menos mal que no te digo lo que se me pasa por la cabeza, porque entonces sí que no me creías jajaja.
-Ay hijo es que ya sé que te gusta mucho piropear a tu madre jajajaja. ¿Y qué es eso que dices que se te pasa por la cabeza? -se la veía intrigada y caliente por la situación-
-Bueno, eso son cosas que no se pueden hacer a una madre...
-Bueno hijo mientras sea solo decirlas y no hacerlas...
-Pues... me gustaría tocarte ese precioso par de tetas, ale, ya lo he dicho.
-¿Es eso en serio? Por dios cariño eso es una tontería, ya me habías asustado jajajaja. Además no es como si nunca lo hubieras hecho, hace un par de días sin ir más lejos jajaja.
-Yaa pero eso fue por encima del camisón, yo decía sin nada...
-Bueno si es sólo eso podemos ponerle solución... -se notaba que ella estaba más cachonda imposible-
-¿En serio? ¿No te molesta?
-Claro que no cariño, es sólo una caricia inocente, pero ya sabes que nadie se puede enterar -mientras decía esto dejaba caer su toalla hasta la cintura, dejando a mi alcance ese par de tetas.
Dios por fin las veía desnudas y tan de cerca, eran impresionantes. Bastante blanquitas, con un pezón algo moreno, de buen tamaño, gordos y duros. No me lo pensé dos veces y ahí fui. Comencé tocando los laterales, para después avanzar a la zona de las aureolas pero sin llegar a tocar el pezón, quería crear deseo.
Ella mientras quería hacer ver que no le importaba, con una leve sonrisa pero intentando no mostrar gusto por que su propio hijo le anduviera sobando las tetas. Tras un buen rato paseándome por todo el pecho, fui directo a los pezones, pellizcando y apretando, pero con mucha suavidad. Ahí mi madre soltó un leve suspiro, el cual seguramente llevaba reprimiéndose ya un buen rato. Su respiración comenzó a acelerarse, sus ojos se cerraron y echó su cabeza hacía atrás. En ese momento en el que no miraba yo aproveché para meterme un par de dedos en la boca y coger algo de saliva, para seguidamente pasar esos dedos por uno de los pezones, dando un masaje bien lubricado.
-Dios... -dijo mi madre con una voz suave y llena de placer-
-¿Te gusta? -decía yo mientras con mi otra mano cogía más saliva para el otro pezón-
-Mmm no... no me gust.... aahhh -su voz sonaba de lo más entregada y caliente-.
En ese momento pude ver como una de las manos de mi madre se dirigía hacia su entrepierna, comenzando a frotar tímidamente su coño por encima de la toalla.
-Mmm hijo, nunca me las habían tocado de esta manera.
-Si quieres ya que te ibas a duchar puedo... enjabonarte un poco...
Ella no dijo nada, y evitando mirarme a la cara tiró al suelo su toalla y entró en la ducha. Dios su coño depilado se veía radiante, estaba tan mojado que hasta brillaba. Tras esto entró a la ducha conmigo cogido del brazo y dejó caer el agua caliente por sus hermosas tetas. Yo por mi parte, cogí el bote de jabón y me eché algo por las manos. Comencé a pasar mi manos esta vez por todo su pecho, amasando bien ese tetamen. Ella tras el primer contacto comenzó a gemir, aunque de una manera muy leve y tímida. En el fondo no quería hacer ver que le estaba gustando. Me fijé también en cómo comenzó a masturbarse muy lentamente, a lo que yo respondí dándole la vuelta, para seguir dándole ese buen masaje bien lubricado pero desde atrás. Debido a esto mi polla chocó con su gordo culo.
-Ey cuidado con eso... jeje... -no se la veía para nada asustada, pero sí precavida-
-Perdona mami, es que tú me pones así... -dije yo dándole un leve beso en el cuello-
-Mmmmm, no sabes lo que me halaga eso cariño. Pero sabes que debemos ser precav...aaagghhh -sus palabras se cortaron en cuanto me centré en sus duros pezones, retorciéndolos muy suavemente y haciendo que ella, a su vez, se retorciera de placer-.
-¿Te gusta lo que te hace tu hijo?
-Agghhh sí... digo no... -se estaba empezando a soltar-
-¿Te gusta cómo te toco las tetas? -decía yo mientras le besaba el cuello y prestaba especial atención a sus pezones. Mientras, mi polla seguía rozando su hermoso culazo-
-Si... me gusta... me encanta... ¿Y a ti? ¿Te gustan las tetas de mami? Mmm
-Me encantan, y me encantaría comérmelas.
-Mmmm no sé- decía ella con voz de niña pequeña mientras se daba la vuelta-.
Yo no esperé ni un segundo. Eché algo de agua por encima para dejarlas bien relucientes y me abalancé a chupar ese par de melones.
-Aaaaggghhhh... dioss... que gusto cariño... -decía mi madre mientras se introducía un par de dedos en su chorreante coño-.
Yo por mi parte no iba a ser menos, y comencé una lenta paja bien lubricada por una mezcla de jabón, saliva y preseminal.
-Dios cielo estoy cachondísima, qué comida de tetas me estás haciendo amor, mmmmmm.
-Así mami así, tócate bien el coño mientras tu hijo te mama tus preciosas tetaza.
-Por dios hijo que gusto le estás dando a tu madre. Mmmm pero deberías parar, estoy cerca de... aaagghh... -sabía que mi madre estaba a punto de correrse, por lo que aceleré tanto mi paja como la comida y manoseada de tetas que le estaba haciendo-.
-Mmmm, si mami preciosa, correte para mí.
-Dios cariño no aguanto más, agghhhh.
-Yo tampoco mamá, sigue, sigue tocándote, ¡corrámonos juntos!
-Ay hijo me voy, ¡me voyy me vooyyy! ¡AAAAGGGHHHH!
Su jugoso coño explotó en una marea de fluidos de todo tipo, mientras que mi polla comenzó a expulsar chorros y chorros de espesa lefa, los cuales cayeron en su pierna, juntándose con su propia corrida. Sus piernas estaban temblando, por lo que yo solté de mi boca una de sus hinchadas tetas para darle un jugoso y salivado morreo, mientras con mis manos la agarraba por el culo. Ahí estuvimos varios minutos, con nuestros cuerpos desnudos bien pegados, llenos de corrida y jabón a partes iguales, mientras nuestras lenguas se saboreaban la una a la otra. En ciertos momentos incluso nos dedicábamos simplemente a entrelazar nuestras lenguas totalmente fuera de la boca, con toda la saliva cayendo sobre las tetas de mi madre. Un espectáculo sin duda guarro y caliente a partes iguales. Tras varios minutos después de esos calientes morreos, mi polla volvía a estar totalmente dura y lista para la acción, por lo que procedí a volver a comerme una de las tetas de mi madre mientras subía una de mis manos por su muslo, dispuesto a tocar su todavía húmeda entrepierna. Por desgracia rápidamente ella paró mi escalada hacia su jugoso coño, saliendo de la ducha y poniéndose la toalla.
-Cariño debemos parar, esto que acabamos de hacer está fatal.
-Pero mamá, sabes tanto cómo yo que te ha encantado -dije yo mientras me acercaba a ella-
-Cielo, si he de serte sincera, hacía años que no tenía un orgasmo tan intenso, pero hemos ido demasiado lejos.
-Pero mira cómo estoy -yo empezaba una suave paja mostrándole toda mi polla bien empalmada.
-Ya veo ya... no se te acaba la energía eh jaja -decía mientras se mordía el labio inferior de la boca-. Pero no cariño, esto es algo que no puede repetirse. No te voy a negar que yo también sigo caliente, pero somos personas adultas y sabemos cuando parar. Mira yo me voy a duchar al otro baño y tu quedate aquí, poniéndole solución a eso jajaja -decía mientras me guiñaba un ojo-.
-Está bien mamá, supongo que tu también tendrás ganas de ponerle solución a lo tuyo -dije yo mientras le daba un último morreo bien guarro y húmedo-.
-Mmmm... ufff... Bueno yo ya he tenido suficiente por hoy hijo, no tengo tanta energía como tú jaja -tanto ella como yo sabíamos que iba a tocarse cómo una cerda nada más llegar al baño-.
Tras esto se fue rápidamente cerrando la puerta. Yo obviamente me había quedado con ganas de algo más, sobretodo de recibir esa corrida directa del coño de mi madre a mi boca. Pero también sabía que no podía forzar más la situación, sino ella se cerraría en banda. Tras eso yo me hice una paja ya más relajada, lo justo para quitarme las ganas. El día transcurrió sin mayor novedad, salvo un par de idas y venidas al baño por parte de mi madre de los más sospechosas. Sin embargo la noche esperaba, y yo no iba a quedarme de brazos cruzados.
Continuará...