Esas malditas sábanas.

Siempre pensé al verte de lejos, que me encantaría rozar tu cuerpo sin que tú supieses quien te estaba tocando...como si fuese un hombre invisible...ja,ja...o como si fuese una de tus toallas...

Pero ya puestos a imaginar, prefiero ser una sábana, que aunque me dobles y me metas al armario, cuando tienen la suerte de ser usadas, se aprovechan

de tu cuerpo en el silencio de la noche...

Y para colmo, las muy...putas... tienen la fortuna de rozarlo también después de una reconfortante ducha en un día caluroso, en los que te acuestas desnuda por el

intenso calor...

Ese día, nada más derrumbarte en la cama, caíste profundamente dormida, sintiendo como entraba a veces una ligerísima corriente, pues en la calle, nada se movía debido al inexistente viento...pero viviendo en un octavo piso, las corrientes nocturnas se notan un poquito más...

Al moverse los visillos de la ventana y entrar de repente esa ráfaga de aire, hizo que la sabana que cubría tu cuerpo se moviese un poco, dejando al descubierto parte de tu cuerpo...

Sin darte cuenta, aquella ligera brisa, había provocado que tus pezones se endureciesen y despertaran en mitad de la noche...

Cómo por arte de magía, las sábanas, como si tuviesen vida propia, empezaron a moverse lentamente, acaraciando tu cuerpo de una manera muy liviana al principio...

Tú lo notaste, y de un movimiento, te volviste a tapar, medio dormida, pensando en lo afortunada que eras al vivir en un pisotan alto...y ser visitada por aquella brisa...

Al rato, de nuevo la sabana empezo a moverse, pero esta vez el visillo estaba quieto...En el silencio de la noche todo estaba tranquilo y algo realmente curioso estaba por llegar...

Poco a poco, como si de unas manos se tratasen, la sabana empezó a acariciar tu cuerpo, tu pecho, tus pezones, tu cuello...

Tú dormías...

Fue recorriendo tu cuerpo de la manera mas sensual que nunca lo habían hecho, y tu piel se ponía como escarpias al notar su contacto...Fue bajando hasta llegar a los muslos, donde poco a poco e inconscientemente, se fueron abriendo...

Aquella sábana tenía vida propia, y rozó la parte más íntima de tu cuerpo, con una delicadeza inusual....Tu respiración se hizo cada vez más apremiante...y ahora, otra parte de la sábana rozaba también tus pechos, a la vez que tu cuello, tus muslos abiertos, tu sexo empapado......que, empezó a buscar algo más que unas impresionantes caricias.....

La sábana tomó forma, y ante tal invitación, hizo que empezaras a gemir, pues notabas como alguien había entrado en tí y te estaba haciendo el amor como nunca

antes lo habían hecho.....

Aquello duró tiempo, pues los múltiples orgasmos que obtuviste así lo indicaron.......

A la mañana siguiente, tenías que ir a trabajar, y te levantaste con una rara sensación...como si hubieses tenido un sueño algo más que erótico...

Todo el día lo pasaste con esa agradable sensación, entre perturbada, caliente y salida...

Sin saber porqué, necesitabas sexo, pero las circunstancias no fueron las adecuadas para quedar con nadie, así que cuando finalizó el caluroso día, tras la relajante ducha de rigor, volviste a la cama con algún que otro recuerdo de alguno de tus amantes...y así te dormiste...hasta que a eso de las tres y media, de nuevo la sábana empezó con su tenue roce...y esta vez, lo sentiste...

Abriste despacio los ojos, con algo de miedo por ver quien se encontraba allí, pero para tu sorpresa, estabas sola...

• Quien coñó me está sobando de esta manera??

No dabas crédio a lo que tus ojos estaban viendo....una sábana moviéndose por tu cuerpo, sin que nadie la tocara...pero que de alguna forma, iba a los sitios precisos, con la justa presion y la justa velocidad...

• Pues ya que estamos, mejor gozar despierta que no dormida, no..?  - pensaste.

Y desde luego que lo hiciste...

Ahora indicabas a la sábana lo que te gustaba y cómo te gustaba, y ésta obedecía o inventaba cosas que te hacían alcanzar orgasmos increibles...

Pero eso será otra historia...

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