Esa voz, es ella. 3

—Espero que aún no se haya cumplido tu fantasía de que te den sobre el escritorio de tu consultorio—

En ese momento solo tenía clara una cosa, sabía perfectamente como responderle a Vero, probablemente no era lo mejor o lo más sensato, pero después aceptaría las consecuencias.


Sus manos aún descansaban sobre mis hombros, las tomé y las retiré, me hice un poco para atrás en la silla y ella se movió hacia un lado, me puse de pie, acomodé la silla acercándola al escritorio y levanté la mirada para encontrarme con unos ojos con un brillo tan intenso que juraría que estaban a punto de soltar un par de lágrimas, noté mucha preocupación en su expresión, como si estuviera jugando su última carta y sospecha que puede perder, tal parece que todo se ha volcado en mi favor, o eso quiero pensar, sus labios se abren lentamente como con la intención de decir algo más, pero yo coloco mi dedo índice sobre mi boca indicándole que guarde silencio, ella no habla pero mantiene sus labios a medio abrir. Me dio media vuelta y me dirijo a la puerta del consultorio.

—Romi por favor, solo una oportunidad, no te vayas, unos minutos para tratar de explicártelo, te lo suplico.

Yo la ignoro y sigo caminando hacia la puerta, escucho como camina rápidamente hacia a mi, me detengo a un paso de la puerta y escucho que ella también se detiene, no me toca pero la siento cerca, estiro lentamente mi mano hasta la manija de la puerta, pongo el seguro a la cerradura y me giro, encontrando su rostro a no más de 30 cm de mí, descubro que uno de sus hermosos ojos ha dejado escapar una pequeña y cristalina lágrima que baja lentamente y hace una curva por su nariz dirigiéndose a su pómulo, ver su rostro de esa manera me mata, ella, a la espera de cualquier movimiento mío, no dice nada, se limita a mirarme, acerco mi mano a su rostro para limpiar su lágrima, cuando mis dedos tocan su pómulo ella cierra los ojos e inclina un poco la cabeza recibiendo mi caricia, postro la palma de mi mano en el contorno de su mandíbula y ella abre los ojos, pero esta vez con una mirada llena de amor, deslizo mi mano hasta llegar a postrar mis dedos índice y medio sobre su boca y entonces decido darle respuesta a su petición:

—He aguardado por esa explicación durante seis años, creo que puede esperar una noche más.

En ese momento dejo atrás todo lo que he pasado durante esos años, la extraño, la sigo amando como el primer día, ya no puedo soportar tenerla un segundo más separada de mí, tomo su rostro con mis dos manos y desaparezco la distancia que existe entre nuestros labios, nos fundimos en un largo y tierno beso, uno que ambas esperábamos con la más grande ansiedad, tomo su labio inferior, saboreando de principio a fin su sabor, sin duda mi favorito, el beso se vuelve un poco más intenso, ella me abraza por la cintura acercando todo lo posible nuestros cuerpos lo que me obliga a rodear su cuello con mis brazos, ante tal arrebato me atrevo a introducir mi lengua en su boca, ella no opuso resistencia alguna y nuestras lenguas comenzaron una lenta y sensual danza, una hermosa y perfecta balada, como si no se hubieran separado nunca ni por uno solo instante, nuestros cuerpos encajaban el uno en el otro como la más perfecta de las esculturas, se extrañaban, y se deseaban con enorme ahínco. Vero sin despegar sus labios de los míos me empujó un poco con su cuerpo lo que me hizo retroceder un par de pasos para no caer, mi espalda chocó con la puerta dándome soporte, ella interrumpe el beso y baja sus labios a mi cuello trazando un collar de lindos y tiernos besos al mismo tiempo que sus manos migran de mi espalda hasta mi abdomen y comienzan a desabotonar mi bata, cuando ha soltado el último botón regresa sus labios a los míos y vuelve a besarme con tanta intensidad y delicadeza a la vez, solo como ella sabe hacerlo, separa sus labios apenas un par centímetros y me dice entre leves jadeos:

—estás segura de que quieres hacer esto Romi?

—estoy segura Vero, quiero volver a sentirte mía antes de cualquier otra cosa.

—nunca he dejado de ser tuya, mi amor.

Eso último me saca una enorme sonrisa, y siento como ha ella le ha pasado lo mismo, de nuevo nuestros labios están juntos, me muevo sin soltarme de su abrazo y sin interrumpir nuestro mágico beso, la dirijo hacia el sofá, hasta que siento que chocan mis piernas con él, nos quedamos ahí de pie y comienzo a bajar el cierre de su vestido por la espalda, lentamente, esta noche no tengo prisa, quiero sentirla, recordarla, amarla hasta el último detalle, cuando he terminado con el cierre subo lentamente mi mano hasta su hombro, y comienzo a deslizar una de sus mangas, conforme esta deja desnuda su piel mis labios la cubren, y se mudan al otro hombro una vez que la manga lo ha abandonado también, el vestido queda sostenido gracias a su cadera, yo me siento sobre el sofá, quedando mi boca a nivel de su cintura comienzo a besar su bien tonificado abdomen, mis manos se postran en su cadera, tomando el vestido, y al ritmo de mis tiernos y delicados besos comienzan a tirar de la prenda hasta que cae al suelo, volteo a ver su rostro y ella me mira con cierto toque de lujuria, con una sonrisa llena de sensualidad, sin pensarlo me levanto y vuelvo a besarla, esta vez con un poco de brusquedad, con desesperación, había extrañado sus labios más que ninguna otra cosa, ella corresponde el beso de la misma manera, nuestra temperatura sube aún más, comienzo a acariciar su cadera con una de mis manos, después su trasero y ella dentro de nuestro beso deja escapar un jadeo y seguido una sonrisa, deslizo mi mano por su pierna y la levanto a nivel de mi cintura, vuelvo a tomar su trasero pero esta vez con ambas manos, y me tomo un momento para sentir esos glúteos bien firmes que me están volviendo loca, saco fuerzas no sé de dónde y la levanto haciendo que ella rodee mi cintura con sus piernas, ella se abraza a mi cuello y yo la sigo besando con mi evidente necesidad de tenerla lo más cerca posible, me giro y lentamente me inclino dejando caer su espalda sobre el sillón, una vez que la tengo totalmente recostada con su cuerpo de diosa debajo de mi, bajo mis labios a su cuello, lo beso y recorro con mi lengua de un lado a otro, mientras ella hace maniobras lentas para despojarme de mi bata y la tira al suelo, sigo bajando y me encuentro con sus pechos aún atrapados por su sostén, no lo pienso y paso mi mano a su espalda para desabrocharlo, luego bajo sus tirantes y se lo quito arrojándolo al suelo, me quedan sus pechos a mi entera disposición, esta vez para hacer de ellos lo que me plazca, tomo uno de sus pezones entre mis labios y comienzo a succionarlo delicadamente, delineándolo con mi lengua, está tan excitada que su pezón está a punto de explotar, me paso a su otro pecho y le doy el mismo trato, ella se encuentra jadeando levemente, cada sonido que sale de su boca y su respiración agitada me excitan cada vez más, mi sexo me pide a gritos atención pero tendrá que esperar un poco más, primero quiero oírla a ella estallar de placer en mis brazos. Comienzo a bajar besando su abdomen mientras mis manos acarician sus pechos, me detengo en el borde de su pantie y comienzo a dar pequeños besos sobre ella al tiempo que inspiró profundamente llenando mis poros de su aroma de mujer, mi mujer, ella ahoga un gemido que me hace saber que debo entrar en acción, tomo su pantie y comienzo a bajarla por sus largas piernas, hasta que se la he quitado la tomo con mi mano derecha y con un dedo le doy un par de vueltas en señal de victoria mientras la miro a la cara, acerco la pantie a mi cara e inspiro fuertemente llevándome toda su esencia, ella se ruboriza mucho y eso me encanta.

—No sabes como extrañé este olor.

—No creo que más de lo que yo extrañé tu boca ahí abajo—me dijo con una picara sonrisa llena de morbo.

Le sonreí y me acerqué a su sexo, comencé besando su monte de Venus, alternando pequeñas mordidas casi imperceptibles, tomé su pierna y la separé un poco más de manera que me dejara total acceso a su vulva, comencé a lamer sus labios mayores de arriba a abajo, ella se encontraba bastante lubricada, con mi dedo índice y medio separé sus labios mayores y tomé con mi boca uno de los menores, saboreandolo hasta el más mínimo detalle, separé mi rostro un poco y metí mis dos dedos en su vagina lentamente, los saqué con un poco de arrebato y los volví a meter lentamente, así un par de veces, cada que mis dedos entraban hacía presión sobre esa área abultada en la parte anterior del canal, volviéndola loca de poco a poco, ella empezaba a arquear su espalda y en ese momento sin dejar el asalto de mis dedos en su interior dirigí mis labios a ese botoncito maravilloso, primero soplé muy ligeramente sobre él, lo que hizo que ella dejara escapar un gemido, luego le di un pequeño beso y comencé a lamerlo con delicadeza, la combinación de mis dedos en su vagina y mi boca en su clitoris la llevaban rápidamente al climax, aceleré un poco el ritmo de mis dedos y mi lengua la moví con más intensidad y creatividad, y entonces tuvo su orgasmo, uno muy intenso y largo, sentí como mis dedos eran fuertemente presionados por sus contracciones vaginales, mientras sus fluidos salían en gran cantidad y yo seguí lamiendo, degustándola, hasta que quedara limpia, su espalda se unía y se levantaba del sillón a causa de su estallido de placer y el silencio se rompía por sus jadeos y gemidos, una vez que sentí que quedó rendida por la intensidad del orgasmo saqué mis dedos y levanté mi cara, volteé a ver su rostro y me encontré con una mirada de satisfacción y una sonrisa de placer, sus mejillas totalmente ruborizadas y un par de gotas de sudor en su frente, me acerqué a su rostro y le metí mis dedos en su boca para que los limpiara y probara de si misma, los lamió con gran agilidad hasta que quedaron limpios, después tomo mi rostro entre sus manos y me besó girándome para quedar las dos recostadas en el sillón, al tiempo que me besaba acariciaba tiernamente mi mejilla, cuando nos faltó el aire nos separamos un poco y nuestras miradas se encontraron, ella sonrió y me dijo:

—Sigues volviéndome loca como la primera vez que te vi, solo tú consigues que casi muera cada vez que te veo, eres más de lo que siempre soñé, eres la mujer perfecta, el amor de mi vida, mi mayor debilidad, dejarte es lo que más me ha dolido en mi vida, pero te explicaré todo, quiero recuperarte, he venido por ti y no quiero estar un día más alejada, te necesito mi amor, te amo más que a mi misma.

No me dejó que le contestara nada, calló mi boca con la suya, nos fundimos en un beso lleno de sentimiento y pasión, se fue moviendo hasta estar sobre mí, y comenzó a levantarse sin separar sus labios de los míos, con su mano postrada en mi cabeza me levantó con ella hasta que quedé sentada y ella de rodillas entre mis piernas, bajó una de sus piernas al suelo para ponerse de pie, me tomó de la mano y me jaló ligeramente para que yo también me levantara y así lo hice, me abrazó y siguió besándome mientras me empujaba con su cuerpo haciéndome caminar de espaldas, choqué con mi escritorio, siento que empieza a desabotonar mi blusa y me la quita lentamente, sus manos inspeccionan desde mi cuello hasta mis senos y mi abdomen, en eso se entretiene un rato, manoseandome y yo me dejo hacer por ella, toma mi cabello y tira de él delicadamente de manera que mi cuello queda expuesto para sus labios que comienzan a besarlo y lamerlo, también es víctima de unas pequeñas mordiditas, sube un poco más y toma con sus labios el lóbulo de mi oreja, juguetea un poco con él y luego me susurra al oído:

—Espero que aún no se haya cumplido tu fantasía de que te den sobre el escritorio de tu consultorio— me dice esto al mismo tiempo que mete su mano por debajo de mis pantalones, lo que provoca que una corriente de electricidad recorra todo mi cuerpo, mi cara se ruboriza y sonrío como una tonta adolescente avergonzada.

—No, aún no, estaba reservándolo para que vinieras a hacerme el amor.

—Mmmmmmmm mi amor, te prometo que cumpliré tu fantasía como te lo mereces.

Saca su mano de mis pantalones, con un brazo me abraza y con el otro comienza a recorrer todas las cosas hacia una orilla del escritorio mientras me besa, ha dejado libre más de la mitad, lo que nos da un espacio amplio, hace que me siente sobre el escritorio y sigue besándome y manoseandome, baja sus manos y desabrocha mi pantalón, levanto un poco mi cadera para que pueda sacarlo, y ahí me tiene en ropa interior a su entera disposición, desabrocha mi sostén y lo avienta al suelo, yo me hecho para atrás y me sostengo con los codos, ella se acomoda entre mis piernas, con una mano toma mi pecho derecho y comienza a acariciarlo brindándole un erótico masaje, mientras su boca se ocupa de mi otro pecho, su lengua va y viene estimulando con gran maestría mi pezón, me excita muchísimo, sustituye su boca por su otra mano y comienza a bajar por mi abdomen dejando besos, lamidas y mordidas en su recorrido, llega hasta mi pantie y toma el borde con sus dientes levantándola para soltarla y que el elástico azotara ligeramente mi monte de Venus, lo que provocó que se me escapara un pequeño gemido, me quitó esa última prenda bajándola lentamente con mis piernas y haciendo a su vez unos ligeros rasguños con sus uñas, me estaba poniendo realmente al limite, no tardaría mucho en llegar el orgasmo, cuando me tuvo desnuda me hizo apoyar totalmente mi espalda sobre el escritorio, ella se sentó en una de las sillas, tomó mis piernas para ponerlas sobre sus hombros y comenzó con su labor, sentí primero un par de besos, después comenzó a lamer de arriba a abajo, y entonces introdujo su lengua en mi, lo que me causó que casi explotara de placer, entraba y salía su lengua llevándome cada vez más cerca del monumental orgasmo, ella lo sabia perfecto, salió su lengua pero esta vez entraron sus dedos, tres de ellos, y su lengua se enfocó en mi clitoris, lo lamia en círculos y luego lo tomaba entre sus labios, empecé a sentir como mis paredes vaginales se contraían y ese cosquilleo en el vientre que se antepone al estallido total, envistió en mi interior esta vez con cuatro dedos, lo que me causó un poco de dolor, pero fue el detonante para que llegara mi orgasmo, todos los músculos de mi cuerpo participaron en las brutales contracciones producto del climax que estaba atravesando, ella no paraba, y vino un orgasmo tras otro hasta que no pude más y me sentí desmayar por por la faena de la cual había sido víctima, en ese momento siento sus labios subir por mi cuerpo hasta encontrarse con mi boca, depositó un tierno beso y me dijo:

—Espero haber cumplido con tus expectativas nena.

—No solo eso, las has superado—le digo con un tono de voz aún jadeante y entrecortado.

—Mmmmmmm me alegra escuchar eso— me besa nuevamente—Vamos mi amor, te llevaré a casa para que descanses como lo mereces.

—Espera un poco, me has dejado agotada— le digo y le regalo una sonrisa pícara.

—Muy bien preciosa, mientras me vestiré y pediré un taxi para que venga por nosotras.

—No es necesario, nos podemos ir en mi coche.

—Pero hotel queda del otro lado de la ciudad y no quiero que te regreses sola.

—No lo haré, porque esta noche te quedas conmigo, dije que las explicaciones podían esperar una noche más; lo que no puede esperar más por ti es mi cama.

Sus ojos se iluminaron y me regaló una hermosa sonrisa, justo después me besó con toda la maestría que la caracteriza.

—Te amo princesa.


Les pido una enorme disculpa por la tardanza, conseguí un empleo vacacional y me deja muy poco tiempo libre, les prometo que haré todo lo posible por publicar la siguiente parte muy pronto, gracias por sus comentarios, me ayudan mucho. Besos, los quiero.