Es... Un poco complicado (2)

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(Muchisimas Gracias por los comentarios, por las valoraciones y todo)

apoyo 100% las criticas constructivas, si hay algo que no les parezca, me lo comentan y si puedo, lo mejoro.

emm, siento si es dificil de entender el relato =( pero, que conste que con el titulo lo anuncié :P

un besote


-   Que ha pasado Tatiana? – regresé a la realidad drásticamente, agité mi cabeza para verla de nuevo, Silvia la tomó de la mano, Mariana miró a otro lado, alguien más vino a saludarme, todavía no reaccionaba por completo, mi celular sonó, un mensaje de Gabriela para decirme que me esperaba en su casa me hizo reír instantáneamente.

-   -bailemos – Samuel me tomó De su cintura, sonó una canción bastante movida para mi gusto, y aunque intenté alejarme, entre todos fueron acercándose armando un divertido circulo en torno a él y yo... poco  a poco fueron pasando mas de dos parejas al centro del circulo, entre trago y trago quise olvidarme un poco de la presencia de Mariana, en realidad lograba divertirme, ninguno sabia bailar, sólo hacíamos un intento no muy exitoso pero constante del baile… luego de tres canciones seguidas, me cansé y me detuve de repente, no quise mirar a donde sabia estaba ella por puro y físico temor de salir corriendo a abrazarla, Camila apareció a lo lejos, robándose la mirada de todos, se acercó a mi y me dio otra copa.

-   -donde andabas? – le pregunté curiosa

-   -reconocía a los tuyos  – sonrió al ver los pasos de mis amigos – están locos todos, no?

-   -un poquito, si ¿quieres sentarte?

-   -no, así está bien – me miró – te he dicho que tienes una carita de cansancio que no puedes con ella?

-   -Ummm, supongo que si debo tenerla

-   -pero que aun así, te seguís viendo extremadamente sexi ¿? – me dio un beso sobre mis labios, corto… Silvia pasó por mi lado, Camila no la reconoció, volteé por instinto y estaba a dos pasos de mi, sentí mi corazón latir con mucha fuerza y a una velocidad inigualable, aprecié su carita, ya no estaba tan delgada y había cambiado el corte de su cabello, se veía preciosa…

Camila me tomó de la mano, e inmediatamente la solté, tragué saliva y cuando estábamos lo suficientemente cerca, dijimos a la misma vez – “hola”

-   -¿Cómo estás? – me debilitó por completo escuchar su voz, siempre fue eso mi punto débil

-   -Muy bien, y tu? – respondí feliz, más de 7 meses sin verla y en ese momento eso me pareció una eternidad

-   -así como me ves – miró a Camila – Hola – extendió su mano, con la amabilidad con la que solía hacerlo siempre

Camila le respondió, sentía un millón de cosas adentro de mi cuerpo, tristeza, felicidad, ganas de abrazarla, pero esto último me duró hasta que llegó su novia. La tomó de la cintura y le dio un beso que sé, fue apropósito para que yo lo viera. Mariana le respondió lo suficiente para no quedar mal con ella, sin estar de acuerdo con lo que hacia.

-   -Tatiana, tiempo sin verte

-   -ajá – respondí a medias

-   -Mariana – la miré a los ojos – podemos hablar un momento?

-   -si

Me adelanté cuando supe que ella vendría tras de mi, hasta llegar a la cocina, que era el lugar más alejado del ruido de la casa…

-   -como estás? – le pregunté desesperada, tenia tantas cosas por decirle pero ¿valían la pena decírselo ahora?

-   -nunca contestaste el celular… - lo dijo con resignación y la vez en forma de sus sutiles reclamos – que pasó contigo?  A donde fuiste?

-   -ese era el momento para cambiar mi vida… independizarme… y Manuela?

-   -creciendo – se acercó un poco – no deja de preguntar por ti

-   -intenté verla para su cumpleaños, pero me fue imposible

-   -te esperó ese día, sabes? yo tuve la esperanza que ibas a llegar – nos quedamos en silencio un momento

Volteé mi rostro mirando a otro lugar, no quería mostrarme débil pero todo lo que me tuve que tragar para ser fuerte y seguir sin ella, me cobraba la cuenta justo en este momento – Tati – dijo, tomándome por sorpresa, abrazando su cuerpo al mío, pasando sus manos por mi cuello, clavando su cabeza en mi hombro y mis manos en su espalda – te he extrañado – sentí como comenzó a llorar, tomé su carita y la besé en la frente, de repente la puerta se abrió, allí estaba Silvia mirándome de la peor forma como nadie lo hizo antes.

-   -Nos vamos Mariana – apreté fuerte su cuerpo pero ella se separó, limpió sus lagrimas mirándome a los ojos y luego se fue a donde su Novia. Salieron juntas, Silvia la tomó de la mano y sólo pude sentir como me dolió esa escena, la misma en la que la vi con ella, después de lo que había pasado.

FLASHBACK

- -Vamos a llegar Tarde Tatiana

- -relax jefecita – jugué con su paciencia y el poco humor que le quedaba – ya estamos llegando

Nosotros teníamos que observar y dar confirmación de que el “gobierno” estaba cumpliendo su labor con un área específica de la ciudad que necesitaba la elaboración de casas para la gente que había quedado sin hogar a causa de la violencia.

Para mi sorpresa, allá estaba ella, anotando todo lo que le decía su superior, con sus manitos delicadas, cumpliendo su labor… su cabello recogido y esa sonrisita que cambiaba la expresión de cualquiera que la mirara.

Trabajé en mi proyecto de revisión varios minutos en los que intenté no verla, pero me fue imposible reconocer que en tan poco tiempo ella ya me había reemplazado, una mujer mucho más alta, un poco mas robusta pero físicamente atractiva, no dejaba escapar pequeños descuidos de los otros señores para hablarle en el oído o darle besos en el cuello… la impotencia y mi orgullo estaban dando durísimo en todo el centro de mi dignidad, y a pesar de que ella me había engañado yo no dejaba de pensarla una sola noche…

- -anda, haz que te vea, que explique como se puede ser de puto en la vida para hacer lo que ella hace

Me quedé en silencio mientras Gabriela explotaba mi poca serenidad – es una desgraciada carajo!

No se si fue mi absoluto pensamiento que la llamó, su cara giró y sus ojos estaban atentos a mi cuerpo, noté su cambio y se levantó, la mujer se levantó con ella, hablaron entre las dos mirándome a los ojos, después de un momento, Mariana me dio su espalda y la mujer esa se quedó mirándome de lejos. Hice todo lo más rápido que pude para poder salir de ahí, ese día fue un total desorden… me sentí la mujer mas estúpida del planeta…

- -ya casi, relax Tati –bromeó ella, intentando aunque no de la mejor forma, que yo estuviera normal

- -te espero en el auto – recogí mis cosas, y justo al voltearme alguien me habló

- -Tatiana, no? – si mucho alcancé a verla, seguí por su lado, di un rápido vistazo al lugar buscando a Mariana pero no la vi – oye espera ¿puedo conversarte un segundo?

Me detuve frente al auto, guardé mis cosas, la maleta, y suspiré tragándome todo lo malo que estaba sintiendo.

- -dale, rápido que no tengo tiempo – dije fastidiada

- -me presento, soy Silvia – cerré mis ojos, que no me vaya decir que es su novia por que la mato – novia de Mariana – extendió su mano, la miré sarcásticamente

- -Felicidades!

Dejé su mano extendida, y me subí al auto

- -ok, entiendo que no quieras hablarme… solo quería conocerte

- -ok, me conociste

- -oye

- -¿Qué?! – la miré con odio, me dolía en el alma que Mariana me hiciera esto, ella para mi ser todo y yo no ser capaz de esta con alguien y ella en menos de…

- -yo sé que fue lo de ustedes… solo quiero que sepas que ella está bien conmigo, yo la voy a cuidar

- -el problema amiguita – Gabriela abrió la puerta y se sentó a mi lado – es que ella te cuide a ti – le sonreí, encendí el auto y me fui lo mas lejos que pude de ese lugar.


- -Siempre te lo dije Tatiana, esas niñas con caritas de buenas no resultan siendo más que simples problemas

- -Gabriela… podrías dejarme quieta por favor?

- -pero mujer!! Por que te enojas? Antes alégrate que ya verificaste con tus ojos que clase de mujer tenias!

Seguí en silencio, el camino era medianamente largo, estaba realmente estresada, quería gritar… quería golpear a alguien y descargar mi furia contra eso, quería darme un baño de una hora aproximadamente que me pudiera relajar, pero mas que nada, deseaba con todo mi corazón dejar de amarla.

Presente

Mariana

-   -Silvia, es enserio? Vas a dejar de hablarme? No entiendo a que me trajiste acá entonces – seguía en silencio, sin pronunciar una sola palabra, ella casi en la puerta y yo en el sofá, en este momento me estaba interesando muy poco lo que ella pudiera pensar, nada podía reemplazar mi felicidad al verla de nuevo, al sentirla tan cerca de mi…

Me levanté, tomé mi bolso y me acerqué a ella – me llevas o pido un taxi? – me miró molesta, y al ver que no recibí una respuesta de su lado, me adelanté pero me tomó tan fuerte del brazo que no pude alejarme.

-   -a donde vas? Donde ella? – su aliento sólo exaltaba licor

-   -a mi casa. Suéltame, me estás haciendo daño

Siguió apretando mi mano, no me gustó su actitud así que me separé lo suficiente para tomar una distancia. Me empujó fuertemente contra l a pared y me golpeó en la cara.

La miré impactada por lo que había acabado de hacer, nunca nadie antes llegó hacerme esto, temblé al estar a su lado y como pude me alejé de ella pero al intentar abrir la puerta, me di cuenta de que estaba con seguro.

-   -Tú no puedes estar con ella…

No le respondí, acarició mi rostro con la misma mano con la qué me había golpeado – perdóname… yo no quise hacerlo mi amor – me abrazó, y me acompañó en mi llanto – es solo que tengo miedo Mariana… Yo te amo.

-   -déjame ir, si? – le supliqué

-   -NO! – gritó

No pude dormir en toda la noche, preferí no decir nada más… miré como unas pequeñas gotitas de sangre caían libres por mis piernas… sólo pude cerrar mis ojos y pedirle a Dios que esa noche se acabara ya.


La puerta sonó de repente, Silvia se fue levantando poco a poco apenas reconociendo el lugar donde estaba, la miré de reojo y vi como fue abrir la puerta tocando su cabeza. Sentía mi rostro arder, Samuel entró de prisa y me miró asustado

-   -¿Qué pasa? – le preguntó ella apenas mirándome a mi, se me vino de repente y me alejé defensivamente – que te pasó mi amor…

-   -no me toques – le dije aún aturdida, abrasé a Samuel y me puse a llorar descargando todo mi miedo y frustración sobre sus hombros.

Tomé mi bolso, ella volvió a tomarme del brazo, esta vez sin brusquedad – pero… ¿Qué ha pasado? Por que estás así? Que te pasó Mariana?

-   -Esto me lo hiciste tú!!! – le grité con tanta tristeza como pude – no me busques más

Cubrió sus labios y me miró asustada – yo no… yo no pude hacerlo…

La dejé ahí, sobre ese sillón. Samuel me tomó de su mano Y Salimos de allí. . .

-   -discutían?

-   -no… ella ni siquiera podía hablarme

-   -Y que pasó entonces?

-   -me pegó, cuando quise salir, y luego me dijo que no podía estar con…

-   -Tatiana – concluyó – que piensas?

-   -no quiero verla…

-   -no la defiendo, pero el licor  a veces no ayuda ¿no crees?

-   -no quiero hablar samu…

-   -entiendo – manejó hasta llevarme a mi casa. Después, tuve que pasar por un montón de preguntas por parte de mis padres acerca de lo  qué había pasado, Manuela lloró a penas me vio, y se durmió conmigo, pensaba que si me acompañaba, el dolor iba a disminuir.

Por esa semana no hablé más con Silvia, pensé que lo mejor era terminar… llegado el caso en que, no me sentía enamorada tampoco, y con lo que había pasado, sólo podía sentir un miedo generado al estar a solas con ella.

-   -Nana!! Nana!! Nanaaaaaaaaaaaaaa!!! Domingoooo!! –

-   -Manuela no me grites – me cubrí con la cobija

-   -Vamos a juegos!! Vamos, Vamos – se subió sobre mi y comenzó a saltar sobre la cama, causando lastimar mi pierna derecha

-   -Manu, vas a enojarme, quédate quieta princesa

Me miró – ya no se ve tu puño – reí al escucharla

-   -no era mi puño Manu

-   -Vamos, vamos, Vamos!! Si?

No pude negarme al ver su carita emocionada, me sorprendía ver que hacia más de 1 mes le había prometido ir a un parque de diversiones y justo hoy el día exacto, se acordaba. Me bañé y me puse algo informal, pasé con ella todo el día, intenté distraerme yo también, pasaban ya cerca de las 8 de la noche, cuando estábamos a unos pasos de llegar a casa.

Entramos a un local a comer pizza, sus ojitos mostraban el gran cansancio que traía encima, pensar que en algún momento cuando salíamos las tres, Manuela era el ideal de futuro que teníamos Tatiana y yo…

-   -Nana, vamos a casa? – dijo fastidiada por la llenura y pesadez que supongo tenia de haber comido tanto

-   -Manu, no he terminado

-   -Vamos!! – reí, pagué la cuenta y caminamos juntas contando las estrellas hasta llegar a mi casa. Apenas me había percatado de qué en el día no usé mi celular, tenía muchas llamadas perdidas de mi madre y unos cuantos mensajes de la misma, pidiendo indirectamente que no nos preocupáramos por llegar temprano. Inmediatamente lo único que pude pensar era que había alguien en casa, quien de la misma Forma, era el culpable de las últimas continuas misteriosas salidas  de mi madre.

Para no interrumpir, y para no ver algo que no pudiera borrar de mi memoria ni dejar traumada a Manuela, no abrí con mis llaves sino qué toqué…

-   -¿Quién es? – preguntó su voz desde lo lejos

-   -Nana y yooop – respondió mi hermanita con ansias de entrar

Mi mamá se demoró lo suficiente para asegurarme de que estaba con alguien, cuando abrió, me fijé que se tocaba su cabello, y me miró nerviosa. Abrasó a Manuela para después preguntarle como la había pasado.

-   -pasa algo? – le pregunté

-   -eh

Solo vi su rostro de nerviosismo, y el cuerpo de Manuela correr en dirección a la sala gritando felizmente

-   -Tataaaaaaaaaa!! Voviste!