Errores y aciertos

Una traición que pone patas arriba la vida de nuestro protagonista.

Errores y aciertos

Como te puede cambiar la vida en un instante, hace media hora estaba contentísimo entrando en mi casa para celebrar el aniversario con la mujer que más amaba en la vida, ahora me encuentro sentado en el sofá con un baso de whisky en la mano con el alma rota y sin poder contener el llanto.

Al entrar, he visto un folio, dos DVD y la alianza de Lara, en el folio está escrito “infiel aquí tienes mi venganza”.

Infiel, jamás le había sido infiel, puse el DVD en el que estaba escrito venganza y lo que vi me rompió, ver a la mujer que amas siendo follada salvajemente por otro hombre pidiendo más y disfrutando lo mucho que te va a humillar, no se puede expresar con palabras.

Ver la cara de satisfacción del cabrón con el que te ha corneado, con la cara de triunfo y satisfacción de saber que vas a ser testigo de tus propios cuernos y verle reírse y urgar en la herida.

Lara y yo siempre lo hacíamos con preservativo, siempre tuvo miedo de quedarse embarazada, decía que las pastillas podían fallar, el sexo anal era tema tabú, no es que entonces me importara no le gustaba y siempre respete a mis parejas, lo ultimo y sangrante es que siempre me obligaba a correrme sobre un pañuelo de papel porque según ella le daba asco.

Pues bien, con el maromo, sexo sin condón, sexo anal a tope y corridas en todas partes del cuerpo.

Me levante y mire al horizonte que se veía por la ventana de mi sala de estar, entonces me vi reflejado en el cristal y pensé que yo no me merecía verme así, que pensaba que había llegado el momento de ser feliz, mire mi whisky y lo deseche, abriría el whisky escocés bueno, lo había comprado para beberlo esa noche con Lara, mejor más para mí.

Mientras miraba mi reflejo en el cristal empecé a recordar mi vida, llene mi baso y Salí a la terraza, me senté en la mesita que tenemos fuera y después de colocar él baso y la botella sobre la mesa empecé a recordar mi pasado.

Mi nombre era Sergey, y nací en el seno de la familia mafiosa más poderosa de Rusia, mi familia estaba formada por mi padre Iván, mi madre Olga y mi hermana pequeña Irina.

A mi padre le llamaban Iván el terrible, la verdad es que ese sobrenombre se quedaba corto, su crueldad no tenía límites, mi madre no se quedaba corta, eran tal para cuál.

Mi hermana nació con un coeficiente muy alto y una maestría en la informática que hoy en día me sigue dejando flipado, no me entero de la mitad de las cosas que me intenta explicar, pero me es imposible no mirarla con un gran orgullo.

Me preguntaréis si mis padres nos querían, tal vez a su manera, pero yo estaba convencido de que nos tuvieron para legarnos el negocio familiar.

Desde el principio le dejé claro que se buscara un ederero por hay porque lo que era a mí no me interesaba en absoluto, él me ignoraba y me obligo a recibir uno de los adiestramientos más brutales que jamás hubiera visto el ser humano.

Me convertí en experto en Taekwondo, Kenpo y Sambo, experto en todo tipo de armas de fuego y armas blancas.

Lo único que me pareció interesante fue las artes marciales, viendo en la familia que había nacido, toda precaución era poca, otra cosa que agradecí fueron mis estudios, con tutores particulares veinticuatro horas el día, mi hermana y yo cursamos unos buenos estudios, mi hermana sacándose informática e ingeniería aplicada, yo económicas y derecho.

Mi hermana y yo éramos uña y carne, más contando con el nulo cariño y atención que nos brindaban nuestros padres, más preocupados en mantener su poder que criar a sus hijos.

La única persona que se comportó como un padre con nosotros fue Gregor, el mayordomo y nuestro guardaespaldas, siempre nos trató con cariño y en muchas ocasiones nos llevaba a su casa, allí conocimos a Anna su mujer y lo más parecido a una madre que tuvimos y nuestra mejor amiga Anastasia, sus padres eran atractivos y ella sacó lo mejor de cada uno, una pelirroja de un metro setenta y cinco y unos ojos verdes que era imposible no quedarte mirando.

Yo siempre me sentí atraído por Anastasia y mi hermana también pues era lesbiana y no se cortó ni media a la hora de decírselo a mis padres, más bien mostrárselo pues se comió la boca con otra chica en la entrada de casa y delante de mis padres.

Ellos no dijeron nada como siempre, pero consideraban a sus hijos débiles y esa fue otra muestra de ello según su forma de pensar, a Irina le dio igual ella era feliz y tenía todo mi apoyo.

Un día Irina llego todo magullada a casa, le habían pegado por su condición sexual, estaba hecha polvo y mi madre lo único que hizo es gritarle y mi padre fue a darle un tortazo por ser débil como decía el cuando le pare el brazo y se lo estruje hasta que los huesos crujieron.

Sergey- De aquí en adelante yo me encargaré de que a mi hermana no le falte de nada y que nadie le vuelva a poner una mano encima, en eso vais incluidos vosotros dos.

Padres- ¡Un respeto somos vuestros padres y aremos lo que queramos!

Sergey- El respeto es un camino bidireccional, y si vuelves a intentar pegar a Irina otra vez, no será solo tu brazo lo que cruja.

Mi padre puso mala cara, pero decidió no arriesgarse, que no me gustara su mundo no significara que él me abría adiestrado y sabía perfectamente de lo peligroso que podía llegar a ser.

Desde ese día me dediqué a enseñarle todo lo que sabía de artes marciales a mi hermana y también a Anastasia, esta última solo quiso aprender Taekwondo, según ella era el estilo que más le gustaba, llego a ser tan buena o mejor que yo.

Mi hermana y yo decidimos crear una empresa que estuviera aparte de los negocios de nuestros padres, mi hermana se encargaba de la seguridad informática, yo de la economía y además era el abogado de la empresa y Anastasia del márquetin, cosa que se le daba bien.

Una tarde que estábamos en la empresa Gregor nos llamó, nuestros padres habían tenido un accidente y habían muerto, la mentamos su muerte, pero por muy duro que suene para nosotros eran unos desconocidos desde hace años.

Al entierro vinieron las familias rivales, fui donde ellas y les dije.

Sergey- Con todo el respeto, me gustaría reunirme con todos ustedes después del entierro y antes del funeral.

Los otros jefes no pusieron objeción alguna y además se les notaba la curiosidad que sentían.

Irina- Tú estás loco o que, ¿qué te traes entre manos?

Gregor- ¡Tu hermana tiene razón!

Sergey- Lo que he pensado es repartir nuestro territorio con ellos a partes iguales.

Irina- Eso para qué.

Sergey- ¿Nunca se sabe cuando necesitaras la ayuda de un enemigo y que mejor que este te deba una gorda?

Gregor- No es mala idea, ¿estáis seguros?

Irina- La verdad es que el mundo donde se movían nuestros padres no era de nuestro agrado, estoy de acuerdo hermano.

Cuando termino el entierro invitamos a entrar a los jefes y les propusimos nuestra idea, ellos al principio no se lo creían, pero cuando vieron que íbamos en serio no salían de su asombro, aceptaron claro.

Boris era el enemigo más antiguo de nuestro padre y al único que respetaba, fue el único en hablar.

Boris- ¿Por qué?

Sergey/Irina- Este mundo no nos ha interesado nunca por eso os lo cedemos.

Boris sonrió y entonces nos dijo.

Boris- Si algún día necesitáis algo no dudéis en pedírnoslo a cualquiera.

Alguno se preguntará si fue un accidente o un asesinato, a Irina y a mí nos dio igual, solo queramos cerrar esa puerta y no quisimos investigar nada.

Nos salió un negocio muy bueno en España y decidimos mudarnos allí, con el dinero que habíamos federado de nuestros padres compramos unas oficinas y nos trajimos a Gregor, Anna y a Anastasia con nosotros, Gregor paso a ser nuestro chofer y seguía siendo nuestro guardaespaldas.

Anna había sido secretaria de mis padres y paso a ser la nuestra, solo que ahora era un negocio legal, para Anna fue un verdadero alivio.

El día que fuimos a firmar el contrato con la empresa que había contratado nuestros servicios, es cuando vi por primera vez a la mujer que se convertiría en mi esposa a Lara.

Ella era mi contraparte de la otra empresa, me llamo la atención desde el primer momento que la vi, me gusto mucho y mi hermana se dio cuenta.

Irina- ¿Te ha gustado la española hermanito?

Sergey- Pues sí.

Anastasia había conocido a un chico en uno de sus viajes de negocios, no eran novios todavía, pero habían empezado algo, yo me lleve un chasco al enterarme, pero me alegre que fuera feliz.

Ahora llegaba el momento de conseguir yo mi felicidad, y pensé que con Lara podría serlo.

Con Lara coincidía todos los días y las comidas y cenas de trabajo empezaron a ser algo más, en una de esas salidas, le dije que era mi cumpleaños.

Lara- Después de cenar lo celebraremos, cerca de aquí hay un local que esta muy bien te gustara.

Acepte muy contento y allí que fuimos, era enorme lo único que no me gustaba es que la música estaba tan alta que no oía ni mis propios pensamientos, pero ver a Lara moverse en la pista de baile compensaba todo.

En uno de los momentos, Lara se acercó a la barra a pedir algo y se le acercó un hombre con muy malas formas, haciendo muchos aspavientos y gritando.

Me acerque para ver que pasaba y pregunte.

Sergey- ¿Va todo bien?

Lara me miraba preocupada, y el hombre que iba bastante borracho me miro de arriba abajo (por lo menos lo intento), me dijo.

Borracho- ¡Lo que tengamos entre esta zorra y yo no es asunto tuyo!

Sergey- Yo creo que sí.

Lara estaba muy asustada y nerviosa yo sin embargo estaba muy tranquilo, el tío se puso como un loco rompió una botella y me amenazo con el cristal que quedo de ella.

Fue un acto reflejo, con unos movimientos rápidos, le disloque el codo y estampe su cara contra la barra.

Acerque la cara a su oído y le dije quien era yo, el pobre se quedó más blanco que una hoja de papel además de tener la nariz rota, se disculpó con los dos, pago unas consumiciones y salió corriendo del local.

Lara- ¿Se puede saber que le has dicho?

Sergey- Mi nombre.

Lara se pensó que le estaba tomando el pelo, pero cuando le dije a ella mi nombre y apellidos tuvo claro porque huyo de esa manera.

Sergey- Es lo único positivo que le veo a mis apellidos, es decirlos y la gente se le quitan las ganas de bronca.

Lara- Creo que no necesitas acudir a tu apellido para defenderte.

Sergey- Lo siento ha sido un acto reflejo, he visto que me amenazaba y he actuado mecánicamente.

Lara sonrió y me dijo.

Lara - ¿Algún día tendrás que enseñarme a defenderme no?

Sergey- Cuando quieras.

Lara- Ahora es tiempo de darte tu regalo, te lo has ganado.

Me agarro de la corbata y me llevo a una parada de taxis y de hay a su casa, según entraba por la puerta se fue desnudando, para cuando llego al salón ya estaba desnuda y yo con un empalme, a punto de romper los pantalones.

Se arrodilló delante de mí y me fue quitando el cinturón y después me bajo la cremallera, para cuando me di cuenta ya tenía mi polla en su boca y yo estaba gimiendo de placer.

Lo hacía tan bien que tuve que pararla, casi hace que me corra, me termina de desnudar y le tendí la mano para que se levantara y se sentara sobre mí en el sofá.

Se fue metiendo despacito mi polla en su coño y cuando la tuvo dentro, me dijo.

Lara- ¿Te gusta mi regalo?

Sergey- Mucho, me parece que voy a cumplir años todos los días.

Lara- Morirás joven.

Sergey- Si, pero muy feliz.

Fue una noche memorable, y a esa le siguieron muchas entre ellas la noche de bodas.

Seguía mirando mi reflejo en el cristal, desde que se casaron él había sido feliz y estaba convencido de que ella también, pero la Lara que vio en esos videos no era la Lara que él conocía.

Tal vez nunca conoció realmente a su mujer, volvió a mirar a la pantalla y seguía el video donde lo había parado, donde su mente dijo vasta, en ella se veía a su mujer dándole la espalda a su amante mientras este la daba por el culo, no era eso lo que más le dolía.

Lo que más le dolía era la expresión de disfrute de su mujer, era por el polvo o porque después él iba a ver el video y a humillarle.

Decidió quitar ese DVD pues ya había visto suficiente y puso el de su supuesta infidelidad, no se le veía la cara al hombre, no reconocía ni el sitio y mucho menos a la mujer, pero sin duda la voz de ese hombre era la mía.

Alguien se había tomado muchas molestias, decidió llamar a tres personas, la primera fue a Ivanca.

Sergey- Ivanca soy Sergey.

Ivanca- Hola Sergey, ¿qué necesitas?

Sergey- Necesito que me prepares los papeles del divorcio.

Ivanca- ¿Qué a pasado?

Sergey- No me apetece hablar, ¿para cuándo podrías tenerlos?

Ivanca- Para mañana, lo sumo pasado.

Sergey- Gracias Ivanca, estaremos en contacto.

Nos despedimos y llamé a mi hermana.

Irina- ¿Qué pasa hermano te noto muy raro?

Sergey- ¡Lara me ha sido infiel!

Irina- ¿Estás seguro?

Sergey- Tengo unos videos que no dejan ni un ápice de dudas, pero te llamo porque Lara me ha dejado un DVD con una supuesta infidelidad mía, al hombre no se le ve la cara, no reconozco el lugar y mucho menos a la chica.

¡El hombre tiene mi voz y no entiendo por qué!

Irina- Pásame el video lo pasaré por una serie de programas y esclareceremos la verdad, Mañana nos presentamos allí, Mikoto está buscando ya los billetes.

(Mikoto era la mujer de mi hermana, una modelo Japonesa y tan buena como ella con un ordenador en las manos, me caía muy bien).

Irina- No pases esta noche solo, ya sabes a quién puedes llamar.

Sergey- No quiero molestar.

Irina- No seas zoquete, sabes que ella nunca te ha dejado colgado y no lo ara en la peor noche de tu vida.

Sergey- Vale hermana ahora la llamo.

Irina- Mañana nos vemos, mucho ánimo y se fuerte como siempre has sido.

Colgué el teléfono y no pude evitar llorar, cogí otra vez el móvil y marqué el número.

Anastasia- Hola Sergey, ¿qué tal va todo?

No pude contestar, empecé a llorar y entonces Anastasia me dijo.

Anastasia- En media hora estoy en tu casa.

Como un clavo, a la media hora estaba en mi casa tocando el timbre, cuando abrí la puerta lo primero que hizo es abrazarme, yo correspondí a ese abrazo y las compuertas se rompieron.

El llanto ya era inconsolable.

Continuará.