Eros y Tanatos
La vida y la muerte están tan próximas, ¿no es el sexo su intermediario?. A veces si, a veces no...
Eros y Tanatos
Siento miedo, un profundo miedo que me oprime el esternón. Estoy a punto de jugarme la vida por una mujer: Lady. Quien podía saber que era la novia de un macarra mafioso. Yo sólo le dije: "Qué tal", ella sonrió, mostrando una dentadura perfecta con un brillante en el colmillo superior derecho. El venía detrás, con sus secuaces; juro que pensé que estaba sola. Fran, es un cabrón que ha estado en la cárcel por asesinar a un par de tios. Conozco sus andanzas. No llegamos a discutir. No fue necesario. Los chulos que le acompañaban iban a atizarme cuando él levantó la mano y con una sonrisa de hijoputa orgulloso les dijo: "vamos a dejarle que se divierta". Me han traído a la habitación en la que estoy ahora, atado a esta silla y amordazado. No se lo que va a ocurrirme. Siento miedo.
Ha entrado Lady, semidesnuda, con un picardías rojo transparente; he sentido el brillo de su colmillo en mi cuello, vampiresa hambrienta. ¡Qué mujer más impresionante!. Sus tetas son un poco más pequeñas que las de Dolly Parton, pero mejor formadas, más tersas. Sus piernas, la puerta del paraíso, no debe haber mayor placer en este mundo que habitar su cuerpo aunque sea un instante. Soy un hilipollas por meterme en líos. Fran ha entrado, joder, lleva una pistola en la mano. Sus amigos le acompañan, todos se ríen. Estoy acojonado.
Lady se ha arrodillado ante mi, me ha mirado con esos ojos rasgados, esmeraldas vivas, y ha comenzado a bajarme la bragueta. Hostia, está sacándome la polla, ¿pero que hace esta tía?, está acariciándome delante de Fran. El se ríe. Mierda. Se acerca, va a decirme algo al oído.
No, joder, me dan ganas de llorar, este chulo de mierda, quiere acabar conmigo por una chorrada. Me ha dicho que su chica va a hacerme una mamada, y que es una delicia como las hace, pero que todo placer tiene su riesgo, y que me pegará un tiro si me corro antes de diez minutos, si me corro después podré irme tan tranquilo. Me está apuntando en la sien derecha. Estoy sudando como una puta encelada. Ella se la está metiendo en la boca. Los socios de Fran, me señalan un reloj de pared entre risas.
Ya han pasado cinco minutos, pero estoy muy jodido, mareado, medio ido, no sé lo que podré aguantar. La boca de Lady es como la de una pitón famélica. Parece que va a absorberme entero. Seis minutos, joder, no voy a aguantar. Voy a pensar en otra cosa, en la luna, en el mar, en un desierto. No, estoy temblando y sólo han pasado siete minutos. Miro a Fran buscando su piedad, y el muy cabrón arma la pistola y sigue riéndose. Ocho minutos....
Que suena, que coño está sonando, joder, estoy dormido, todo ha sido una maldita pesadilla, es el teléfono, estoy muy mareado, y tembloroso, voy a cogerlo, le voy a agradecer toda mi vida esta llamada.
"Sí, dígame", se oye tráfico al otro lado, debe ser desde una cabina, repito: "sí, ¿quién es?", oigo a alguien respirando, muy agitado.
"Soy Fran, hijo de puta, voy a por ti, la zorra que estuvo contigo flota ahora en el puerto. Y tu la acompañarás muy pronto. Estoy frente al portal de tu casa", antes de colgar se ha reído para adentro, o tal vez, haya sido un bostezo. Ahora lo recuerdo todo, la muy puta me dijo que se sentía sola.