Ernie 2
Continuación del relato de mis experiencias. Erni se encuentra sobra la cama, con los brazos y piernas atados, listo para ser sometido nuevamente por su macho...
Desnudo sobre la cama, echado de lado y atado con los pies y las manos juntas por encima del abdomen, Ernie escupe fuera de su boca los últimos restos de mi semen, me siento a un lado y acaricio su espalda, su cintura, bajo a sus nalgas y las toco con deseo. Tiene la piel color canela, suave y tersa como la de un chiquillo, me acerco a su oreja y la mordisqueo entre tosco y cariñoso, él aleja su cara, esta algo molesto porque me vine dentro de su boca, aun no se acostumbra a ser un cachorrito sumiso pero ya aprenderá. Me echo a su costado y lo rodeo con mis brazos, pego mi pinga contra sus nalgas y la deslizo en la raja mientras mi boca se entretiene en su cuello, mi lengua juguete con sus orejas, lamo cada palmo de su cuello, y sigo jugueteando con sus orejas, deslizo mi mano sobre su pene erecto y lo acaricio pegándolo contra sus propias bolas. Susurro en su oreja – Te gusto perrita, te gusto la leche de tu amo – No me contesta, solo se estremece cuando meto el pallar de su oreja dentro de mi boca. Tiro de su pelo y lo obligo a levantar su cabeza – Te pregunte si te gusto perrita, si te pregunto algo es porque quiero que me contestes – cierro la oración con una nalgada. – Auuu no me gusta tragarme la leche huevón – Vuelvo a tirar de su cabello – No soy huevón, dime amo o señor puto perro y mejor que te vayas acostumbrando a tragarte la leche de tu amo, la próxima vez que la escupas hago que la recojas del suelo puto perro. – otra nalgada esta vez más fuerte que la anterior. – Auuuu – Me levanto de la cama y lo volteo con la boca hacia arriba nuevamente y me deleito con sus enormes ojos color miel, su carita redonda con esa boca enorme que parece siempre sonriente me exita – abre la boca, quiero que me la pongas tiesa de nuevo y la lubriques bien, voy a culearte sin lubricante por derramar la leche de tu amo – Para eso no se hace el remilgoso abre la boca y mi verga entre flácida y erecta se pierde en su interior, juguetea con su lengua y va ganando tamaño producto de la mamada, se la saco y la sostengo con mi mano derecha para que la lama por debajo, cosa que hace sin esperar indicación, claramente a Ernie le gusta comerse mi verga. Las lamidas van surtiendo efecto y mi verga se pone tiesa y dura de nuevo, es momento de clavársela por atrás y disfrutar de ese culito cerradito. Lo jalo como una marioneta, abro el candado que une sus piernas con sus brazos y los separo, sus ambas extremidades siguen unidas entre sí pero ahora puede estirarse. Suelto el candado que une sus manos y lo empujo contra la cama, coloco mi rodilla sobre su espalda y halo sus brazos por detrás de su espalda Junto nuevamente sus manos esta vez por detrás dela espalda y las uno con el candado. Tiro de su cabellera y acerco mi cara a la suya – ahora te penetrare perrita – suelto sus cabellos y me monto sobre él, sentado sobre sus piernas acaricio su espalda, su cintura delgada, me detengo en sus hombros, recorro con mis manos sus brazos firmes y gruesos sin llegar a ser obesos sin con exceso de musculo me inclino sobre sus nalgas y las besos con ansiedad mientras mis manos lo cogen de la cintura, mi lengua recorre su raja saboreándola, bajo por sus piernas juntas producto de la atadura en los tobillos, me inclino sobre, lo jalo de los pelos y giro mi dedo en su interior y casi con las mismas introduzco el segundo, mi dedo medio es más ancho y entra con dificultad, esta vez se queja más y se retuerce tratando de evitar mi camino pero atado como se encuentra es poco lo que puede hacer y rápidamente me abro paso hacia el interior de su agujero. Con ambos dedos adentro jugueteo empujándolos y retirándolos de vez en vez hasta que siento que ha cedido lo suficiente para recibirme dentro de él. Retiro mis dedos con rapidez y enfilo mi verga hacia su agujero colocando la cabeza en la entrada, como se lo prometí no la lubrico para que aprenda a tomarse mi leche. Empujo y su agujero presta resistencia que la cual se refleja en un quejido de dolor - no te ha entrado aún y ya se está quejando – le doy un sopapo en la cabeza y vuelvo a la carga, tirando su cabeza hacia atrás, él se queja más por costumbre que por dolor. Me levanto y tiro de sus piernas colocando su cintura en el borde de la cama, su cuerpo se dobla dejándome su trasero expuesto y listo para recibirme, salivo mis dedos y los introduzco uno a uno en su interior, primero el índice se abre paso causando algunos quejidos esta vez empujo con más fuerza y su agujero cede dejando espacio a la cabeza de mi verga, - auuuuuu despacio despacio huevón – me sigue huevoneando y se gana mi enojo – vas a aprender a llamarme amo por las buenas o por las malas, esto es para que aprendas – le digo al tiempo que lo tomo de la cintura. Me detengo unos segundos y empujo hacia adentro con energía clavándole el trozo entero hasta que mis huevos chocan contra sus nalgas. Auuuuuuu noooooooo sácamela sácamela por favor sácamela – cuando entenderán estos putitos que una vez que la tienes adentro lo peor que puedes hacer es sacarla de un tirón, lo haría solo para metérsela de nuevo y oírlo chillar otra vez pero no soy tan malo. – Llámame amo perro – finalmente entiende por donde voy – sácamela amo, sácamela por favor – en vez de sacársela pego más mi cuerpo contra el suyo causándole una nueva andanada de dolor – Aprendes tarde pero aprendes, la próxima vez vas a decirme amo antes de tenerla adentro – dicho esto se la saco solo un poco para volver a clavársela hasta las entrañas – auuuuuuuu auuuuuu auuuuu – chilla de nuevo. Espero que se acostumbre solo un poco mientras acaricio sus caderas, y me muevo ligeramente dentro de él, de vez en vez veo un atisbo de dolor en su rostro pero claramente esta va cediendo en cuanto se acostumbra. Empiezo a sacársela despacio para volvérsela a meter cada vez más rápido, sus quejidos van cediendo con cada embestida y se convierten en gemidos de placer, una y otra vez mi miembro sele de su agujero para volver a introducirse por completo en su interior, con cada embestida la saco un poco más clavándola toda de un tirón, cada vez más rápido, cada vez más fuerte, cada vez más profundo, cada vez chilla menos y gime más, mi verga se engruesa causándome un placer infinito con cada embestida salgo completamente de su interior, rodeo la cama y me coloco en frente de él. – ¿Lo estas disfrutando tanto como yo? – Le pregunto con mi cara de pendejo – Si amo – el cachorrito va aprendiendo, que gusto – Que bien, todavía hay más verga para ti perrita, voy a amarrarte de otra forma para cogerte en otra posición – lo jalo hacia adelante subiéndolo completamente sobre la cama, me inclino sobre su cabeza frotando mis bolas en su cara mientras abro el candado que mantiene unidas sus manos, rodeo nuevamente la cama y hago lo mismo con el candado que unes sus piernas, ahora junto la correa de su pierna derecha con las de su mano derecha y hago lo mismo con las zurdas, su posición es excitante, echado boca arriba con las piernas abierta ofreciéndome el culo que palpita y pide agritos ser penetrado una vez más. Magreo mi verga obscenamente mostrándole, remango el prepucio mostrándole lo la dimensión real de lo que se está comiendo, 19 cm de pura carne, me aproximo nuevamente a él y lo cojo de la entrepierna, acomodo mi verga en la entrada a su culo y se la clavo de un solo tirón, gime tirando la cabeza hacia atrás. Cojo sus piernas con fuerza y lo embisto una y otra vez, con cada embestida el suelta un gemido, su verga esta erecta se la toca, la presiono, deslizo mi mano de arriba abajo y siento como se estremece, sigo enucleándolo mientras su pene expulsa cantidades de semen que apunto contra su propia cara manchando su cuerpo con su propia leche, él ha llegado al orgasmo pero yo sigo penetrándolo incansablemente, su pene antes erecto empieza a perder tamaño y ahora vuelve a chilla, la excitación ha pasado y el dolor recobra su espacio, sus chillidos me calientan más y apresuro las embestidas, mi verga se engruesa en su interior, me estremezco de placer al tiempo que expulso un gran chorro de leche caliente en su interior suelto todo mi liquido dentro de él y embisto un par de veces más para asegurarme que se quede con toda la lecha adentro. Exhausto me abalanzo sobre su pecho y dormito sobre él unos minutos.
Ha sido espectacular, verlo amarrado y tenerlo completamente a mis expensas sin poder hacer nada para evitar mis embestidas, por más que sé que no lo buscaba, la exitación de poseerlo indefenso ha sido increíble. Lo desato y ambos nos vestimos, descansamos un rato y salimos del hotelucho. Le ofrezco comer algo y acepta. Ya en el centro comercial me dice que soy un enfermo que en serio se asustó cuando le dije que haría pasar a “mis amigos”, creyó que iban a subir incluso después de que le confesé que era mentira, por eso estuvo algo tenso al principio. Como siempre se queja de que le duele cuando lo penetro que debería ser más cuidadoso, le digo que deje de quejarse porque la próxima vez será peor. Me mira con sus ojazos y su sonrisa se dibuja en su cara – ¿y mis 100 soles? – me pregunta tímidamente. Tremendo mi cachorro, le encanta la verga tanto como el dinero.