Eres tú: mujer, el amor de mi vida

La brisa fresca del mar, el dulzón sentir del bosque, el almizclero olor a café. La sensualidad de tus notas, la sexualidad de tu boca.

Compulsión, repulsión, impulso. La necesidad de pensar en ti cada tres pensamientos.

Miles de ideas atacan mi cabeza y sólo tú eres la constante, sólo tú eres quien me visita una y otra vez, sólo tú pero con distintos sentidos, con diferentes aromas. Desde el olor de un Code hasta el Ed Hardy de mis amores, pasando por todos esos aromas embriagantes que destila una mujer. La brisa fresca del mar, el dulzón sentir del bosque, el almizclero olor a café. La sensualidad de tus notas, la sexualidad de tu boca.

Hueles a libro viejo combinado con la frescura de tu mirada. Es tu mirada esa que que me observa a veces escarlata a veces ébano. En tus ojos miel que me llevan a la locura. Son tus ojos del color del cielo. Son tus ojos aquellos grices que me robaron el aliento. Tu mirada que con sólo un parpadeo hace temblar mi mundo.

Que decir de tu sonrisa, la que un día brilla y atormenta, es la misma que al otro día me regala paz, aquella que me incita y a la vez me limita.

Es tu piel aquella hecha de mármol blanco con destellos al caminar. También esa piel dorada por el sol y dominada por las sombras. La que con el color de chocolate me incita a comerte entera. Tu piel trigueña llena de pecas. Tu piel libre de telas.

Y así amor de mi vida te conviertes en mi obsesión. En el pensar constante ¿Te habré encontrado ya? ¿Debería sólo esperar por ti?¿Y si eres tú quien está esperando por mí?

Sí, eres tú; amor de mi vida, aquella que te presentas una y otra vez; eres tú y saludas, eres tú y te vas.

Eres una y otra vez mía. En un  beso, en una mirada, eres el amor de mi vida al despertar. Eres cuando te imagino, mientas desayuno en la cafetería. Eres el amor y en la vida misma te conozco. Eres la vida y de amor me llenas. Me llenas de agua y oxígeno, calmas mi sed y yo calmo tus ansias. Ansias de amar y ser amada. Te doy a conocer de la vida. Y del amor.

Te llenas en mí. Vacías mis reservas y te vas; feliz y completa. Yo dejo de ser y me convierto en nada. Y así, desde mi nada vuelvo a pensar en ti.

Y me pregunto: ¿Cuál será la forma que eligirás hoy?

Ayer fuiste aire. Fuiste etérea y material, cómplice y embriagante. Fui tuya.

Así que hoy me recupero y tal vez podré saber quien eres por la mañana. Tal vez esta vez te reconozca.

Y mañana, me perderé en ti y saborearé tu piel; dulce y ácida, con sabor a mar, fresca como fruta, húmeda. Sabré de ti, gustaré de ti y te perderás en mí. Y es ahí donde me pierdo siempre. Donde me quedo por siempre.

Ese  lugar donde espero amanecer cada día. Hasta mañana entonces amor de mi vida.