¿Eres tú?

¿Llegas a conocerte?

¿Hola?

Si, a ti que me estás leyendo.

Tal vez eres una mujer casada y tienes a los hijos emancipados, casados o simplemente sin hijos. Rondas los cincuenta o sesenta. Tú marido trabaja y tú vienes de tu trabajo o del gimnasio. ¿Estas insatisfecha sexualmente y no te atreves a mas?

¿No?

No estás casada, pero la edad si? ¿Insatisfecha? Bien, estás dentro

También puedes ser más joven, felizmente casada, de entre 30 o 40, Con hijos pequeños, o sin ellos, que empiezas a ver monotonía en el matrimonio. Tu pareja esta con los amigos y tu vas a buscar a los niños a casa de la abuela. ¿Vais cada vez a menos y te fijas en el repartidor del agua de los anuncios?

¿Sí?

Que tienes esa edad pero no estas casada y tampoco hijos? Yo creo que también te servirá.

Solamente quedan las de más de 18 a los 30 años. Eres estudiante, trabajadora, recién casada, solo novios, soltera. Y esta tarde noche vas a casa después de estar con amigas y/o amigos tomando cervezas.

Caminas en dirección a casa. Vas sola ,con paso firme por el hecho que es de noche y hace frio. Es invierno y son las 19h.

Todos tenemos un callejón oscuro y menos transitado que pasamos por la calle principal y lo dejamos atrás. Siempre nos ha dado respecto aquél callejón y si vas sola, ni miras.

Esta tarde vienes distraída, pensando en algo que que te ha sucedido en el supermercado. El respondedor llevaba una camisa abierta i el bulto del pantalón escondía algo grande, ¿Te puso? En el trabajo tu compañero ¿te ha dicho cosas que ya no te dice tu pareja? o en el bar, ¿Sentiste como un amigo se acercaba mucho a tu oreja para decirte algo? ¿Tal vez todo?

Caminas sin darte cuenta que pasas por delante del callejón. Sientes gemidos que salen del fondo, hoy más oscuro que de costumbre. Lo dejaste atrás por unos metros pero los gemidos de placer los sigues sintiendo. Te has parado, estas disimulando. Miras el móvil pero realmente estas intentando escuchar. Das unos cuantos pasos atrás y te pones justo en la esquina, sigues disimulando y confirmas que los gemidos son de alguien sintiendo placer. Miras en esa dirección, tus ojos se van aclimatando a la oscuridad, v0es un contenedor de obra casi al final. La calle no tiene salida. Tu impulso es entrar un poco. La visión de una señora o señorita en la esquina de un callejón oscuro puede dar a malas interpretaciones. Entras unos tres metros y te apoyas en la pared. Ahora si que oyes como a parte de los gemidos hay dos cuerpos que chocan entre si.

¿Imaginarlo te da calor? Pués eres tú la que apoyada en la pared se abre el abrigo de plumas i mete una mano buscando tu pecho.

¿Tal vez hace tiempo que no tienes relaciones sexuales? ¿Tal vez un compañero o compañera de trabajo te gusta en secreto?

Pués te encontraste un pezón duro y eso que llevas dos capas de ropa. Lo apretaste y notaste como se te eriza la piel y no es por el frio. ¿Ahora mientras lees lo hiciste? ¿No? Hazlo.

Allí en la oscuridad amasaste tu pecho mientras escuchabas a una voz de mujer pidiendo más. Y tu cuerpo estaba de acuerdo. También querías más y bajaste la mano a tu entrepierna. ¿Cómo unos gemidos te habían puesto así? Tienes que analizarlo cuando llegues a casa.

Tuviste miedo que alguien te viera desde la calle principal y entraste sigilosamente hasta el contenedor. Solo eso te separa de la pareja. Ahora oyes como es el quién jadea y eso te va a matar. Ya abriste el botón de tus tejanos y bajaste la cremallera, metiste tu mano por dentro la braga y te diste cuenta que vas a tener que tocarte para calmar ese volcán que tienes entre tus piernas. Metes tus dedos y sueltas tu primer gemido.

Silencio, te han oído y han parado. Tú frenas en seco. Silencio.

De repente tienes a un hombre delante de tuyo, con los pantalones en los tobillos y te está viendo con tus manos perdidas debajo de tu ropa.

  • Ven aquí detrás, te será más fácil.

Te deja sitio para pasar y sin pensarlo das la vuelta al contenedor. Dejas que entre el hombre y te quedas mirando lo mas lejana posible pero más segura, ja que nadie puede verte. Bueno, ellos dos si.

El es un hombre de color, de unos 50 años, alto y de buen cuerpo. Antes no te fijaste pero ahora ves como se coge el pene y lo va metiendo en el sexo de la mujer. Deben ser unos 18 centímetros de carne gruesa. Ella empieza a gemir solo notar como le abre su vagina. No distingues a la mujer, te da igual. Tus manos han vuelto a donde estaban. Pellizcas tu clítoris y acompasas tus gemidos a los de la chica. Ya son menos ruidosos por miedo que entren mas curiosos.

La coge por la cintura y chocan en cada embestida. Ella está de espaldas ves como sus voluminosas tetas se balancean. Quieres ver de mas cerca y te pones a la altura del hombre. Te mira y sigue. Tu también aceleras tus dedos dentro tuyo. Tu otra mano, descontrolada, se ha ido a tocar el culo del hombre. ¿Porqué lo hiciste?¿ Te pone tocarle el culo? Te vuelve a mirar y no dice nada. Lo aprietas en cada embestida. Es duro y en tensión aún más.

Ella se va a correr, y tu también. ¿No?

Notas como te cae un rayo y a través de tu mano descarga su fuerza dentro de tu sexo. Las dos a la vez. Notas como sacas tu mano encharcada de tu corrida pero sigues sintiendo tus dedos dentro. Debe ser la resaca del orgasmo. No, son dedos más grandes que te atraparon el clítoris y que poco a poco van entrando dentro de ti. Son dedos gordos que te abren poco a poco. Ellos siguen con sus penetraciones y sus gemidos. El ébano todavía no se ha corrido y sigue dándole fuerte a la mujer desconocida.

Te está provocando que tu cuerpo vuelva a generar electricidad interior.

  • La quieres dentro? -es voz de mujer la que te pregunta - ¿La quieres? – pregunta el hombre.

  • Siii – un sí sale de dentro tuyo. Un si de deseo, de estar a punto.

Notas como el hombre sale de ella y esta se arrodilla delante de él. Se mete su pene en la boca y le pone un condón.

  • Ahora si. Follatela

Notas como te coge y te pone como estaba la otra mujer. Esta sigue abierta de piernas sentada en un saliente de la pared. Tu cara esta a 20 centímetros de ella. Tus manos abiertas y su cuerpo en medio. Sus manos se apoderan de tus pechos mientras notas cómo aquel falo negro, caliente, entra de golpe en tu coño abierto previamente por los dedos. Nunca habías notado una polla tan gorda y tan adentro tuyo. Ahora entiendes a la mujer cuando pedía más. Eres tú quien lo ruega. Tus pezones notan como la mujer los pellizca también le pides más.

  • Aprieta más, joder

Fueron ordenes, notaste como los retorcía mientras él te daba dos azotes en el culo. No ha hecho falta más. Te estas corriendo sin avisar. No te da ni para gemir, no lo esperabas pero empiezas a tener espasmos, tiemblas en sus manos. Tienes ganas de chillar y buscas como frenarlo., Viene otro orgasmo y metes tu cara entre las piernas de ella. Solo buscas como no chillar. Su olor te excita. Huele a coño recién follado. Lames ese coño como si no hubiera un mañana. Ella te guía y tu lengua se mueve dentro de ella, mientras notas como tu empotrador se tensa.

  • Descarga dentro. – eres tu quien lo pide.

(¿Estás loca? Te puede dejar embarazada.

  • Me da igual, nunca he follado así y no voy a desaprovecharlo. Tu escribe y yo follo como quiero.

  • Vale, vale.)

Notas como en dos segundos vuelve a penetrarte, esta vez mas caliente, la notas más.

Los tres estáis a punto y la mujer desconocida es la primera que se corre. Y notas como te inunda tu coño, esperma caliente, notas como las sacudidas te llegan al final de tu cuerpo. Cada vez más y más y tu te corres como nunca. La mujer te sostiene, tus brazos ceden. Si no estuvieras empalada por el ébano, caerías al suelo. Os quedáis un rato quietos, recuperando la respiración. Notas como el tronco caliente se va aflojando dentro tuyo. Sacas el falo y te arrodillas delante de él, también quieres saborearlo. Le pasas tu lengua desde el tronco. Recoges los restos de su esperma, lames el glande i te introduces, no sin esfuerzo, lo que puedes dentro de tu boca. Notas la boca de la mujer lamiendo los testículos, eso hace que vuelva a coger tamaño y dureza. Una vez dura, te levantas, le das un beso a cada uno, te vistes i sales del callejón, no sin antes volver a sentir los gemidos.

Es hora de volver a casa.

Es cuando sientes el despertador que te llama para, lo que sea, lo que tengas qué hacer. Notas como tienes los pezones duros y tus braguitas chorreando. Hoy tendrás que cambiar sábanas,. Obligatoriamente, antes que se acueste tu marido, pareja, novio o aunque vivas sola y nadie tenga que verlo. Tus tres corridas en sueños necesitan un cambio de sabanas.

Verás que hay preguntas que me gustaría respondieras, a todas. Y tus comentarios más íntimos. Prometo responder.

Gracias