Érase una vez un juego... (5.2)

Rosa buscó alivio y Rebeca también

ROSA

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Puede que tuviese muchas otras alternativas pero elegí quizás la peor pero sin duda la más rápida y efectiva. Llamé a Nuria desde mi coche después de salir disparada de mi casa

  • Nuria, soy Rosa.

  • Ya se quien eres… Que quieres?

  • Necesito correrme, no puedo más…

Nuria solo se reía…

  • Nuria por favor, dime que hago…

En diez minutos estaba en esa ferretería. Abrí la puerta y me acerqué al mostrador. Un señor vestido con bata larga azul y con una gran barba me saludó.

Estaba avergonzada, pero muy caliente por la aventura con mi hija, necesitaba aliviar mi calentura y Nuria me había enviado allí. Siempre me había corrido como una perra cuando Nuria me ordenó cosas, desde el primer día que me envió ese mensaje anónimo.

  • Que quería señora?…

  • Mire, no le conozco, pero vengo muy acalorada… demasiado - le miré, hice un pequeño silencio… - podría darme un vaso de agua…

Al final no me atreví… Nuria me dijo que fuese directa… pero no podía

  • Si claro, señora, como no… le pasó algo?, espere que voy a por el vaso…

Apareció con el vaso este buen señor, me lo dio y lo bebí casi de un trago

  • Espero que le ayude…

  • No se… es que igual necesito ir al baño…

  • Si mujer, pase, me está preocupando…

Pasé hacia dentro de la tienda y me indicó el baño, me metí en él… esta nerviosa, pero mi calentura era demasiada, pensaba en mi hija Amanda encima de mi amante Segundo y me ponía muy cachonda. Abrí la puerta…

  • Disculpe, puede venir un momento… - le pedí

  • Dígame, que pasó…

  • Cierre la tienda, por favor, es que… - Bajé el tono de voz - necesito masturbarme…

El señor abrió los ojos, pero obediente cerró la puerta…

  • Ya está - me dijo desde fuera del baño…

  • Quiere pasar…

No escuché respuesta pero en unos segundos la puerta se abrió y ese hombre entró. Yo le sonreí. Me acerqué a el y metí mi mano en la bata. Agarré su cinturón y se lo abrí para abrir también el pantalón y sacarle la polla. Era una polla gorda pero con una largura normal. Arqueé un poco mi espalda y mientras le agarraba los huevos me la fui metiendo en la boca poco a poco. La lamía y después me la iba metiendo poco a poco, no estaba limpia, olía mal pero a mi me daba igual. Quería sacarme la calentura.

  • Ábrase la camisa, señora, así podré verle las tetas.

Me reí un poco para dentro, me ayudaría a sacarme la calor si empezaba a sacarme ropa pero me ponía más que me lo ordenase. Fui sacando botón a botón hasta que me abrí la camisa y dejé mis tetas atrapadas en mi sujetador a su vista. Seguía masturbándolo…

  • Mejor póngame usted como quiera - le dije.

Seguí masturbándole mientras el bajó sus manos a mis tirantes del sujetador y los bajó. Después bajó las copas y dejó mis tetas al aire. Ahora bajó el su cabeza y apretando mis tetas se las metió en la boca a la vez. Siguió chupándolas un rato más…

  • Es la mejor clienta del día usted…

Volvió a separase y dejar su polla al cielo. La agarré de nuevo. Seguí masturbándolo

  • Haré lo que usted quiera, pero haga que me corra…

Me agarró la cabeza

  • Chupa

Obedecí. Se la fui chupando con ganas hasta que él empezó a sacarse su bata. La tiró al suelo.

  • Date la vuelta y bájate el pantalón

Me di la vuelta y poco a poco me saqué el botón del pantalón y bajé mi cremallera, fui bajando mi pantalón y dejando ver mi culo en mis bragas malvas de encaje. No me moví hasta que noté sus manos tirando de mis bragas para abajo. Con su mano en mi espalda me hizo sacar mi culo y pronto metió su cabeza entre mis piernas. Me empezó a comer el coño.

  • oooh - gemí

Me lo estaba comiendo bien, pero yo quería follar, lo necesitaba, tenía que correrme con ese viejo de una vez.

  • Fólleme… - le pedí

  • Lo haré cuando me de a mi la gana, señora…

Y metió dos dedos en mi coño… con fuerza me apretó con sus dedos dentro y volví a gemir… Cogió mis bragas del suelo y me las metió en la boca.

  • Ahora te voy a follar…

Y efectivamente me empaló. Yo con mis bragas en la boca suspiraba como podía mientras desde atrás ese hombre me follaba… deseaba que Segundo fuese el que me follase pero tendría que conformarme con él. No tardé demasiado en correrme, ni 5 minutos, creo que lo notó porque justo me sacó las bragas y grité mientras me deshacía en un orgasmo. Me siguió follando un poco más pero enseguida quiso acabar.

  • De rodillas, te lo tragarás.

Obedecí. Me puse de rodillas y abrí la boca mientras pajeaba su polla. El metió la mano en mi bolso y cogió mi teléfono, se me puso a grabarme mientras hacia que se corriese en mi boca. Al acabar tiró el móvil en el bolso y me agarró del cuello, me hizo levantarme

  • Te dejo un recuerdo, señora…

REBECA

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  • Rebeca, ha llegado… - me dijo la empleada por el teléfono

  • Puede pasar, que no interrumpa nadie vale?

Al colgar resoplé, nunca me ha gustado dar malas noticias y esta lo era. La compañía de autobuses estaba teniendo problemas y el embargo se avecinaba. El gerente de la compañía estaba a punto de entrar en mi despacho y tendría que explicárselo.

Ya le conocía de antes, aquí nos conocemos todos, por lo tanto se me hacía aún más difícil.

Nos saludamos de forma cordial, le invité a sentarse y como había pasado otras veces le expliqué dando un rodeo lo que pasaba. Su cara se fue desencajando poco a poco, las noticias no eran buenas. Intentaba adornárselo lo mejor que podía pero me estaba costando.

  • Voy a por un vaso de agua, Agustín, espérame aquí

Salí de mi despacho y mirando a mi empleada hice una mueca de pena mientras cogía agua, esperé unos minutos, quería que la soledad le ayudase a superar el trago.

Le di el vaso de agua, bebió e inmediatamente me pidió si podía volver a revisar toda la documentación en el ordanador, seguía negando lo evidente. Le dejé sentarse en mi silla, no iba hacer nada que no pudiese porque necesitaría mi clave para todo menos para manejar sus datos que ya los tenía abiertos. Me fui de nuevo.

Estuve como 10 minutos charlando con la empleada fuera de mi despacho pero al final decidí entrar, estaba dándole demasiadas concesiones y tendríamos que acabar con esto.

Al abrir la puerta del despacho, Agustín no me escuchó, siempre habían dicho que dejó de conducir por problemas de oído y estaban en lo cierto. Conforme iba acercándome a mi ordenador y a mi silla, iba abriendo mi boca más y más.

En la pantalla del ordenador estaban mis fotos de la playa. Había abierto la carpeta del escritorio con mis fotos de la playa, mis tetas embutidas en mi bikini ampliadas a todo tren en la pantalla. Lo peor no era eso, lo peor es que Agustín tenía su polla agarrada con la mano, se estaba masturbando en mi despacho mirando mis fotos de la playa. Otra vez el sexo me estaba nublando la vista. Me acerqué a Agustín y me puse a su espalda para ver desde arriba la polla que tenía. Era grande, celebré para dentro que no fuese mini. Incluso me sonreí. Estaba de pie detrás de él mientras seguía pajeandose mirando mis tetas.

Mis pezones casi rompían la blusa que hoy llevaba abrochada hasta el final y empecé a acalorarme.

Puse mis manos en sus hombros y se estremeció.

  • Perdon!

Soltó sus manos de su polla y fue directo al ratón para cerrar mis fotos. Yo no dije nada, simplemente fui girando mi silla poco a poco para acabar agachándome y metiéndome esa polla en mi boca, sin decir nada más.

  • Oh! - soltó él

Movía mi cabeza mientras le mamaba esa polla grande.

  • No dices nada? - le pregunté mirándole

Movió su cabeza diciendo que no, pero sin hablar.

  • Vale

Y volví a meterme la polla en la boca, estaba caliente, me gustaba tragarme pollas y esa me valía perfectamente.

Descansaba de vez en cuando y le pajeaba.

  • Bien, llegó el momento - le dije mientras sujetaba su polla con la mano derecha.

Con la mano izquierda empecé a sacarme los botones de la blusa. Me saqué tres o cuatro, lo suficiente para empezar a enseñar mis tetas y mi sujetador, se las enseñé abriendo un poco la blusa y volví a meterme la polla en la boca. Ahora se la chupaba estando segura que desde ahí arriba podía ver el comienzo de mis tetas.

Me aparté otra vez y senté mi culo en mis talones. Acabé de sacarme todos los botones, me saqué mi camisa de dentro de la falda y la abrí completamente dejando mis tetas al aire con mi sujetador. Agustín no podía mirar a otro lado. Mis grandes tetas le tenían hipnotizado.

Me saqué la blusa y la dejé en suelo mientras le sacaba los zapatos y los pantalones a Agustín. Cuando le tenía sacado los pantalones otra vez me puse de rodillas y dejé caer mi boca a su polla. Seguí mamando esa polla como mejor sabía.

En otro descanso, agarré mi sujetador

  • Que?

Sin decir nada solo movió su cabeza para decir que sí. Me quité el sujetador y ya con mis tetas al aire, otra vez mamé esa polla. Me calenté mucho con la situación y mi coño estaba humeante, al principio no era mi idea pero iba a pasar de todo en mi despacho. Pensé que bastaría con la mamada pero ahora era yo la que estaba cachonda. Me levanté y me puse de espaldas a él.

  • Me ayudas a bajarme la falda, por favor.

Con sus manos bajó la cremallera de mi falda.