Érase una vez un juego... (2.2)

Sigue la perversión.

ANA

Salí un momento de mi despacho para coger un café en la cafetería y cuando volví mi movil vibraba encima del escritorio. Dos conversaciones abiertas, mi desconocido y un número que no tenía guardado. “Zorrea con algún chiquillo, en tu trabajo, serías tonta si no follases…” “es peligroso” le contesté. Salí y abrí la otra conversación “Prof Canal, casi gasté los 200 kukos que me pagó por empotrarla. El miércoles volveré por el centro comercial, trae pasta”. “Ok” le contesté… Ok? Ok? Pues sí, iba a ir, iba a ir a lo que iba a ir. Ya ni mi marido por la semana me paraba. Mientras sonreía y me lo imaginaba la puerta sonó.

“Adelante”

“Hoo…hola”

“Ah, Víctor, pasa pasa”

Desde mi sillón mandé pasar a Víctor y le indiqué que se sentara. Víctor era un alumno especial… tenía un retraso evidente, repetía cursos por sistema y físicamente se veía torpe. Incluso a veces se le tachó de conflictivo con los demás compañeros.

“El de inglés me largó de clase y como usted dijo que podíamos venir si queríamos…”

“Algún motivo tendría el profesor, Víctor”

“No se…”

“Cuéntame, que has echo…”

“Me da vergüenza…”

Volvió a vibrar el móvil, como una adolescente obsesionada con el aparato agarré rápido el teléfono. “Alguno tendrás cerca seguro” me puso el desconocido en referencia a mis alumnos. Me reí y miré para Víctor que seguía callado con la mirada baja delante mía “un tontito virgen” le puse. Otra vibración “ok no paya de mierda, a mi me hablas bien, y como traigas ropa interior de vieja te rajo, hasta el miércoles”. Volví a sonreírme y dejé el teléfono encima de la mesa. Miré para Víctor y le volví a preguntar que había pasado con el profesor de inglés.

“Es que le toqué el culo a Inés”

“Víctor eso no se hace, Inés seguro que se sintió mal por eso, es horrible, porque haces eso”

“Es que me gustan los culos”

Me levanté de mi silla, di la vuelta a la mesa y de pie a su lado supe que podía ser mi momento y empecé a jugar un poco con él.

“Ya bueno pero es normal que te gusten las chicas pero no puedes hacer eso, tienes que controlarte”

“Es que me duele mucho por aquí si no lo hago” me dijo señalando un buen bulto en la entrepierna.

Me acerqué un poco más y posando mi mano en su rodilla le sonreí.

“Y que haces cuando te duele así”

“Miro lo del móvil” me dijo señalando vídeos pornográficos.

En ese momento mi movil sonaba, era mi hermana, me empezó a contar que esa noche saldría y todo el plan que le explicó el desconocido, por un momento di la espalda a Víctor mientras me lo contaba y yo sonreía y le decía lo bien que lo iba a pasar. Algo de sorpresa sentí cuando noté la mano de Víctor encima de mi culo. Miré para el y tenía el brazo estirado asi que le ayudé dando dos pasos para atrás y dejándole mi culo más cerca. Le hice un signo con mi dedo en mis labios para que callara y seguí hablando con mi hermana mientras el me sobaba el culo por encima de mi falda. Unos minutos después colgué el teléfono y en ese momento el separó su mano.

“Perdón” solo acertó a decir.

Me quedé a su lado y me levanté la falda hasta la cintura dejando mi culo tapado por las bragas. Cogí su mano y las llevé de nuevo a donde estaban. Volvió a comenzar el sobeteo.

“Sácate eso que te duele y haz como con el móvil, ya verás que bien”

Con torpeza y con la otra mano se sacó la polla del pantalón y empezó a cascársela. Estaba de suerte, otra vez un auténtico pollón. Más grande que el del gitanillo, era enorme, se me hizo la boca agua y me mojé, me mojé mucho, pero no quería espantarlo. Empezó a masturbarse más rápido con su otra mano en mi culo hasta que se corrió. Esparció su semen por todas partes, y un jadeo salió de su boca. Después de componernos le dije que hablaría con el profesor de inglés para que durante la semana en sus horas me haría cargo de él y vendría a mi despacho.

“Pero vas a tener deberes”

Me miró con cara rara

“Al entrar al instituto me tendrás que decir el nombre del vídeo que tu quieras y lo representaremos los dos aquí vale”

Casi da un salto de alegría, se empezó a reír sin sentido

“Pero no puedes tocarle el culo a ninguna otra chica vale”

“Claro que no”

ROSA

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Me miraba al espejo de mi casa. En media hora tenía que estar en la oficina y mi cara reflejaba claramente que no hacía ni 3 horas que se había ido Francisco por la puerta. Mi movil sonó y el mensaje de Germán era claro “me debes una Rosa, la hija de puta solo me la chupó y se fue”

“De acuerdo” le contesté.

Volví a mirarme al espejo mientras preparaba la ducha. Me metí bajo el chorro de agua caliente e intenté recordar la noche que acababa de vivir. Definitivamente me iba el juego, era ninfómana o algo de eso, no solo se la chupé a Segundo en el departamento si no que mi vecino me había follado en mi cama y un hostelero mugriento apoyada en una mesa de una tasca inmunda si no que ahora me había humillado ante otro anciano desconocido como nunca habría podido pensar. Y me gustaba, si joder me encantaba, estaba cansada pero quería ir otra vez a currar, otra vez a tomar el café con Segundo, entregarme a Germán, todo… quería todo.

Salí para secarme y empecé a recordar.

Desde que Flor me había pedido que convenciese a su marido, fui hacia la zona del baño para ver si lo veía y allí estaba, en la cola. Me puse detrás y sin más le dije que su mujer se había ido con mi marido (así le llamé a Germán) y que yo quería irme con él. Me dijo que nó, que gracias pero que se iría para casa. Entró al baño y le esperé fuera. Al salir volví a la carga…

“Me llamo Rosa…”

“Yo me llamo Francisco, venga hasta luego”

Me interpuse en su camino, me agarró del brazo fuerte

“Te he dicho que no, no entiendes, me voy a mi casa”

“haré lo que quieras” le dije en un intento desesperado cuando pasó a mi lado

Dudó un segundo pero se giró hacia mi y me dijo

“Mira puta pija de los cojones, no se que hace con ese viejo una madura tan rica como tu, ni lo quiero saber. Estas muy buena viendo lo que vemos por aquí últimamente. Yo no soy un príncipe de esos que tendrás en tu vida y tu clase social. Yo follo no hago el amor. Si quieres venir conmigo tendrás que ser muy muy guarra y hacer lo que a mi me de la puta gana si no prefiero irme a mi casa, tu verás”

Me quedé callada, no sabía que decir, era una mezcla de miedo, curiosidad y excitación lo que sentía. Al no contestarle el se volvió de nuevo y empezó a caminar hacia la salida. “Vale” le dije. Se paró, se giró y me dijo “llévame a tu casa”.

El desconocido me sorprendió mientras me ponía mi ropa interior. “Creo que esta noche fuiste una auténtica leona…” “estoy rota” “lo se, pero bueno tienes un regalo esperándote en la oficina asi que no tardes”

No me creía capaz de volver a tener sexo después de la media noche que me había dado Francisco pero ya volvía a estar picada por la curiosidad y otra vez el desconocido había conseguido ponerme alerte y un poco excitada. También ayudaba acordarme cada momento de la noche anterior.

Al aparcar el coche. Francisco me sacó el cinturón de seguridad. “No te bajes”. Me quedé quieta mirando el volante. “Sácate las bragas”. Bajé mis manos y me quité las bragas. “Metelas en la boca” Supongo que Francisco notó mi sorpresa pero sin rechistar me las metí poco a poco en la boca. El sacó su polla por la cremallera del pantalón y se bajó del coche, me dijo que me bajara. “Ahora agarras mi polla y me guías a tu piso, y vamos por las escaleras, venga quien venga, y las bragas en la boca ya sabes”. No me cabían todas en la boca y me sobresaltan un poco. Tenía miedo, si nos cruzábamos con alguien y me veían llevando un viejo arrastrado por la polla con mis bragas en mi boca sería mi final. Cuando llevaba dos pisos el miedo dio paso al morbo, era de madrugada, nadie nos cruzamos como era lógico y hasta llevé chasco por ello. Abrí mi piso y pasé en esa postura, Francisco cerró la puerta al pasar.

ANA

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Víctor me había dejado cachonda, estaba dispuesta a tirarmelo la mañana siguiente imitando cualquier video porno que tuviese en su teléfono. Pensé en mi hermana y en lo bien que se lo iba a pasar en su salida que según me explicó sería de intercambio, algo de lo que no había oído hablar en mi vida. Entre una cosa y otra me habían entrado los calores y además de mi falda ya solamente tenía una camiseta de tirantes de licra de color beige, vamos que muy erótica no estaba.

En ese momento volvieron a golpear la puerta, el profesor de inglés entraba en mi despacho. Gerardo ya había sido mi alumno anteriormente, 15 años antes. Ahora estaba provisional en nuestro centro y siempre nos habíamos tratado con cariño.

“Ana, me acaba de decir Víctor que esta semana no irá a Inglés por que estará contigo aquí viendo no se que videos”

Definitivamente este crio es idiota, tiene un pollón pero es idiota… Me levanté hacia la puerta ya que Gerardo la cerró pero se quedó de pie muy cerca de ella

“Si, unos trabajos que le puse de castigo, me contó lo que hizo y es lo mínimo”

“Bueno, me parece bien”

“No tendrás que preocuparte por él por lo menos esta semana, es un niño especial, ya ves”

“Que haría sin ti, Ana”

Me reí y me acerqué a el para abrazarle, siempre nos hemos tenido mucho cariño como ya dije y no le sorprendió, asi que me lo correspondió. Estaba cachas, ya me había fijado cuando era la otra Ana, imagínate ahora que quería más una polla que un bizcocho. Entonces me tiré a la piscina, toda la mañana de calentón fue demasiado, no podía seguir así. Al soltarnos de nuestro abrazo puse mi mano en su entrepierna.

“Se me ocurre como puedes agradecérmelo”

“Pero…Ana, que haces…”

Apreté un poco su polla mientras sonreía hacia él. Gerardo miraba hacia la puerta como asustado pensando en el miedo de que alguien pudiese entrar o cómo escapar de la encerrona que le estaba poniendo. Seguí apretándole su polla con una mano y con la otra le cogi la suya para encaminarlo a mi sillón del escritorio. Hice para que se sentara en Èl y yo me acerqué apartando y abriendo sus piernas para meterme en medio y juntar mi boca con la él para empezar a morrearle. Mis manos acariciaban ya su torso por debajo del polo que llevaba y las suyas aún nerviosas poco a poco acabaron por parar en mi culo.

Me aparté un poco y si dejar de mirarle saqué mi camiseta dejando mi sujetador a la vista "comeme las tetas", estiró su mano para bajarme el tirante del sujetador y despues quitármelo con habilidad. Metió mis tetas en su boca y empezó a jugar con una mientras con su mano apretaba y pellizcaba la otra. Gemía, entre lo anterior de Víctor y lo de ahora estaba a cien, estaba muy caliente.

Me di la vuelta apoyándome en mi mesa y dejándole mi culo perfecto para que levantara mi falda y empezara a bajarme las bragas. Me besÛ mis nalgas poco a poco y cuando notÈ que su lengua tocaba mi coÒo estalle en un orgasmo brutal. Tanto que no notÈ ni cuando encaminó su polla a mi coño y empezó a moverse dentro de mÌ.

Tanto estaba disfrutando que levantÈ mi pierna todo lo que pude para ponerla encima de la mesa y abrir m·s y m·s mi pelvis "Ana, tenÌas muchas ganas de esto, tenerte en esta postura me est· poniendo mucho". yo solo boqueaba y coincidiÛ mi segundo orgasmo con los espasmos de la polla de Gerardo corriendose dentro de mi.

"Estamos en paz, Gerardito" le dije mientras nos componiamos las ropas y el salÌa por la puerta.