Érase una vez un juego... (1.3)
Ana y Rosa se desatan
ANA
Nada más entrar en casa con el gitanillo dejé mi bolso en el suelo y agarré al chico para llevarlo al salón. El se quedó parado y no se movió, me agarró el a mi muy fuerte y me tiró hacia él. “Creo que no se da cuenta que vamos a hacer lo que yo diga”. Me quedé parada enfrente de él, bajé mi mirada y solo asentí. “Primero el bolso paya de mierda”. Le tendí mi bolso y cogió la cartera y el movil. Abrió mi cartera y cogió los 200 euros que llevaba para gastar en mis compras y que no pude ni tocar. “Esto para mi, y el móvil también, como se desbloquea…”. Pasé mi patrón por la pantalla y le di el móvil. Se bajó el pantalón y con la polla erecta me ordenó que empezara a mamarsela. Yo agarré el miembro con mis dos manos y empecé a pajearlo “que te pongas de rodillas y tragues polla gitana joder” Hice lo que me dijo y empecé poco a poco a chupar solo la puntita. Hacía como 20 años que no me metía una polla en la boca y no sabía como empezar. Me empezó a apuntar con mi movil y me hizo una foto. Mientras lamía su polla de arriba a abajo tecleó en el móvil para después volver a meterlo en mi bolso y con sus manos libres agarrarme la cabeza para meterme ese miembro íntegro hasta la garganta. Me estaba follando la boca, yo solo boqueaba y notaba como saliva me caía por mi comisura. Me dejaba un segundo para respirar y otra vez me la volvía a meter.
Estaba muy caliente, con mis manos empecé a tocarme las tetas por encima de mi blusa. “Joder con la vieja de los cojones vas a hacer que me corra”. Me tiró del pelo para atrás y hecho todo su semen en mis gafas redondas. Apretó hasta la última gota y me dijo que se la limpiara. Volvía a lámela para hacer lo que me dijo… no me lo podía creer, ese miembro seguía a su máxima expresión, enseguida volvió a estar igual de duro y gordo que al principio algo a lo que desde luego no estaba acostumbrada. “Te voy a follar paya de mierda” “Despacio que es muy grande”. “Contra la pared”. Me apoyó contra la pared como si de un policía y una ladrona se tratara. Detrás de mi metió su mano por debajo de mi ombligo y empecó a desabrocharme el pantalón, bajó la cremallera y lo agarró por los lados para bajármelo hasta los tobillos. Mis bragas blancas ocupaban todo el culo. Con su mano izquierda agarró mi coño por encima de las bragas y con la derecha sacó de su bolsillo una navaja, yo resoplaba con esa mano que me agarraba el coño peludo que tenía. Metió la navaja entre mi carne y las bragas y de un tirón las cortó por los laterales. Me quitó los retales y volvió a meter su mano en mi coño. “Estas bragas de vieja paya puedes irlas retirando puta” según acabó de decir esto me ensartó la cabeza de su polla en el coño, “que estrecho está joder”, no me cabía más, mi coño estaba demasiado cerrado pero el chaval quería entrar y entró, parecía que mi pelvis se partía en dos con el paso de ese tren, cuando tenía ya casi la mitad metío en un golpe de cadera todo lo que pudo y empezó a follarme. Primero más despacio pero poco a poco fue aumentando la velocidad.
Empecé a respirar entrecortadamente mientras trataba de apoyarme todo lo que podía en la pared. Me estaba rompiendo, era enorme su polla y notaba como el calor de mi coño era fuego, poco tardardaría en correrme en la polla de ese gitanillo, podía ser mi nieto. “Tienes el coño enano puta vieja”. Notaba como seguía cayendo semen por mis gafas, luego por mis pómulos y acabó en la comisura de mis labios por las embestidas del chaval. “Menos mal que va abriendo….” Continuaba maldiciendo mientras me follaba. Yo mirando a la pared saqué mi lengua y atrapé la gota de semen que caía de mis gafas y me lo tragué. En ese momento me agarró por atrás mis tetas aún presas del sujetador, no eran muy grandes pero en ese momento las notaba estallando, me las agarró tan fuerte que hizo que me moviera más hacia atrás y me metiera a mi misma más adentro su polla, me apretó las tetas más y más y yo solo podía resoplar y mover mi cabeza de lado a lado “Profesora Canal es usted demasiado monja, disfrute joder”. En ese momento me picó mi orgullo y me giré con mis gafas llenas de semen, le miré a los ojos mientras mordía mi labio, no podía decir nada estaba a punto de estallar y lo hice cuando me dió con toda su mano un cachete en mi nalga. En ese momento me corrí “Siiii, me estoy corriendo, me has follado bien cabrón” “pues tenga mi leche gitana también” y noté su leche estallar en mi coño. No pude más me resbalé por la pared y acabé sentada en el suelo mirando como se vestía con prisa. “Los 200 euros pa mi, el móvil no lo quiero…” y me lo tiró a las manos mientras abría la puerta y se iba.
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ROSA
Pasé la tarde con mis hijas, cenamos y las tres estuvimos en el sofá viendo una película hasta que nos llegó el domingo. Me levanté pronto, estaba tan cansada que no sentí que el móvil estaba lleno de mensajes. Primero de Segundo “Rosa, no se que pasa…”, otro mensaje era de mi vecino Germán “hola Rosa”, mi hermana me había dejado varios “Rosa… tenemos que hablar” “Rosa?” “Rosa soy otra” “Rosa si te cuento no lo crees” “Rosa se acabó mi antigua vida”, no entendía nada. La iba a llamar pero antes leí la última conversación que era de nuestro amigo anónimo, solo salía una foto… Era mi hermana chupando una polla enorme, coooomo?. “Tu hermana fue más fácil de convencer que tú, hace bien, solo disfruta”.
Enseguida llamé a mi hermana que me contó con pelos y señales lo vivido y como después de que se fuera el gitanillo mandó ella misma su foto a nuestro anónimo diciéndole que nunca agradecería lo que había echo por ella. Estaba desatada, la follada del chaval la había rejuvenecido según ella unos 20 años. Quería follar, quería ser libre y que nunca había dormido tan bien sin preocupaciones y tan feliz. No me lo podía creer, sería verdad que le cambió la vida… sin embargo a mi el polvo con Germán me había gustado pero no tanto como para no tener quebraderos de cabeza o no sentirme mal con mi misma, con mi marido y con mis hijos… Era yo muy puritana y muy frigida o era mi hermana una puta… no se, la conversación con ella durante 20 minutos tampoco me lo dejó claro… estaba feliz, muy feliz, ella que siempre había sido la depresiva de casa, la que se estresaba por cualquier cosa ahora era todo lo contrario… y yo que era todo lo contrario estos días solo había conseguido estar más nerviosa y neurótica…
No contesté ni a Segundo ni a Germán pero si al anónimo. “No se como convenciste a mi hermana pero reconozco que está feliz”. “Pues claro que está feliz, tu hermana se metió ella solita yo estoy para ayudarte a ti”. “Entonces déjala en paz”. “No creo, ayer me pidió por favor que la siguiera guiando quería seguir siendo muuuuy feliz”. “Puede buscarse un problema, déjala, no sabe lo que hace” “lo sabe perfectamente, hará lo que yo diga y será no se si del todo feliz pero satisfecha seguro que si, el caso es que vas a hacer tú” “yo ya cometí ayer mi error, probé y no me compensa”. No me contestó, me dejó en leído. Refunfuñé un poco para mis adentros, eran aún las 10 de la mañana del domingo… no podía más, tenía un revoltijo de sentimientos en mi cabeza que no podía más y después de pasear lado a lado por mi piso, cogí mi teléfono y le mandé el mensaje definitivo. “Vale tu ganas, haré lo que me digas”.
“Bien, es lo lógico, lo primero que tendrás que hacer no te va a resultar nada difícil, al igual que a tu hermana, queda prohibido tener sexo con tu marido nunca más” “ok” le puse, bien pensado tenía razón, eso ya estaba pasando.
“Disfuta de tu último día de tu vieja vida, mañana empezamos Rosa, un saludo”
El muy cabrón anónimo estaba empatizando, me estaba cayendo bien, podría incluso llegar a decir que me estaba haciendo su “amiga”, no me lo podía creer. “Gracias” le contesté….
“Hoy no tengo buen día Germán, ya hablaremos” le contesté por fin a mi vecino “no tardes” me puso él después.