Era una noche más..... (parte I)

Una noche normal que no lo acabó siendo

Esta historia sucedió hace unos meses, quizás sea yo el primer sorprendido, pero lo cierto es que no ha vuelto a repetirse ni ha habido ningún comentario al respecto de ninguno de los participantes.

Todo sucedió un sábado por la noche, mi mujer Ana y una compañera y amiga suya del trabajo Elena habían salido a cenar con un grupo de compañeros, yo me había quedado en casa, terminando unos trabajos pendientes... cuando acabé me fui a acostar, serían las 2 de la mañana y Ana no había vuelto, así es que me metí en la cama y al cabo de una rato me quedé dormido…

Noté una mano que acariciaba mi pecho e iba bajando hacia mi entrepierna, la dejé hacer, al fin y al cabo era agradable ese despertar, aquella mano se deslizó por dentro de mi pijama hasta adueñarse de mi pene, que reaccionó poniéndose erecto, entonces aquella mano comenzó a masturbarme, muy lentamente, el cuerpo dueño de aquella mano se pegó a mi espalda y empezó a besarme en la nuca, a lamerme la espalda, bajando muy suavemente hacia mis nalgas, el pantalón del pijama se fue bajando y su boca mordisqueó mis glúteos, era dulce y muy sexual, seguí dejándome llevar, la mano masturbándome, sus labios en mi espalda… y su otra mano abriéndose paso desde mi espalda hacia delante tomando mis testículos y retrocediendo por todo el canal de mis nalgas.

Me giré para ofrecerla mi polla erecta y Ana no lo dudó abrió sus labios y se la introdujo milímetro a milímetro, ¡Dios que placer!, notaba hincharse aún más mi rabo en su boca, mientras su lengua jugueteaba con mi glande y sus manos se deslizaban entre mis huevos y mi espalda, rozando de vez en cuando mi ano…

No se el tiempo que duró aquella mamada, pero por fin me decidí a pasar a la acción, la subí hacia mí, y fui besando su cara, sus pechos, mordisqueando sus pezones que se erectaban a cada mordida, su vientre y por fin su sexo, lo recorrí con mi lengua, estaba ya mojada y comenzó a gemir cuando mi lengua abríó sus labios, la acompañé de un dedo, mientras mi otra mano intentaba abrirse paso hacia su culo, sin embargo me retuvo con su mano, lo dejé pasar y seguí comiéndome su sexo…

Poco a poco volví a subir por su vientre, sus pecho, su boca y me fui introduciendo en ella….comenzamos ese movimiento que me permitía llegar hasta el fondo de su cuerpo , al poco giramos sobre nosotros mismos y se quedó ella arriba, describiendo grandes círculos con su vientre, mientras yo seguía clavado en ella….Se tumbó sobre, dejando su culo al aire, con sus piernas a cada lado de mi cuerpo, mientras mordisqueaba mi oreja me dijo….”Te he dicho por detrás hoy…., de momento no, creí que la habías entendido…” “Pero cariño, yo no estoy haciendo nada”… Nos miramos en la oscuridad de la habitación, sólo rota por las luces de la ciudad tamizadas por la persiana a medio cerrar. Y allí estaba, de pie al lado de la cama, desnuda, con su mano acariciando el trasero de Ana, Elena, con su cabello suelto, largo y rizado, y una sonrisa en su cara, que se iluminó con el paso de un coche, que enfocó sus faros de refilón hacia la ventana. En ese momento mi mente se adelantó a la realidad y pude imaginar a Ana, levantándose y propinando un sonoro bofetón a Elena, echándola de nuestra casa y de nuestras vidas…” Ah, eres tú, al final te has animado” fue la respuesta de Ana, creí estar soñando, debo reconocer que en más de una ocasión había soñado con algo así, con mi mujer y su amiga en la cama y yo entre ellas, pero no había pasado de eso de un sueño y ahora parecía ser realidad, quise pellizcarme pero los acontecimientos se precipitaban, porque a todo esto yo seguía hundido en Ana y las manos de Elena recorrían su culo, bajando hasta mis huevos, e incluso pasando de ellos y llegando hasta mi ano, en una de esos movimientos se detuvo un ratillo en mi ano y presionó mi esfínter, sin llegar a rebasarlo. Se subió a la cama y una nueva sorpresa… Llevaba puesto un arnés, con un consolador que, una vez de rodillas detrás de nosotros fue introduciendo en el culo de Ana, yo lo notaba a través de coño de mi mujer como se iba introduciendo, cuando llegó al final, esperó un rato y empezó a moverse, acompasada con mis movimientos; jamás había oído a Ana gemir de aquella manera, al ritmo de su respiración fuimos acelerando, Ana se incorporó y Elena la abrazó por la espalda y la besó en los labios, aquella visión de ambas besándose fue demasiado para mi y con un último acelerón de mis caderas me derramé en el interior de Ana que seguía moviéndose al ritmo que le marcaba Elena, hasta que un grito sordo y apagado precedió al cuerpo de mi mujer cayendo sobre mi, extasiada.

Unos segundos bastaron para que nuestra compañera se apoderarse de nuevo de mi verga, que se fue levantando de nuevo de su letargo, Ana jugueteaba con mis pezones, y Elena deslizaba su mano hacia mi ano, pero esta vez no se conformó con apretar mi esfínter y empapado por todos los jugos que habíamos derramado lo introdujo en él…Intenté pararla, pero Ana me dijo: “Déjate llevar, muchas veces lo hemos hablado…”

Decidí relajarme y ver si podía disfrutar y no tardé mucho en empezar a sentir una enrome placer que provenía de mi esfínter dilatado, Elena sabía lo que se hacía, sus dedos porque creo que ya eran más de uno entraban y salían de mi culo, unas veces deprisa y sólo un poquito, otras despacio y enteros, mientras su boca no dejaba de chupármela….

Ana decidió entrar en acción, se coloco tras Elena y perdí su cara entre sus muslos, pero Elena no dejó de moverse y gemir, acelerando de vez en cuando el movimiento de sus dedos, cuando de repente los sacó se tumbo boca arriba y me pidió que la follara, miré a Ana y… “Vamos… es toda tuya”, no tenía puesto el arnés, así es que se la clavé lo más duro y hondo que pude, supongo que como venganza a lo que me había hecho en mi culo instantes antes, e intenté reventarla a base de un ritmo frenético,. Al que respondía con un “Más , dame más… hasta que me corra…..” En ello estaba cuando sentí a Ana detrás de mí, abrazarme y acercar sus caderas que iban equipadas con el arnés, en ese momento supe lo que iba a pasar, no tenía sentido resistirse ni ponerse pa pensar en nada, tenía a dos mujeres en mi cama, estaba cumpliendo una fantasía y supongo que algún precio había que pagar, así es que perder mi virginidad anal con mi esposa fuera algo especialmente malo, así es que poco a poco me fui abriendo y ella fue apoyando la punta de aquel consolador en la puerta de mi culo, como Elena había hecho un buen trabajo con sus dedos, estaba muy lubricado, esperé una penetración suave y delicada…. Sin embargo, Ana decidió hacerlo de una vez, con fuerza, sin detenerse hasta que pude sentir los huevos de latex del consolador golpear los míos, me sentí violado, y un dolor inmenso se concentró en mi ano, Ana se aopoyó sobre mi diciéndome aguanta un poco y el placer vendrá solo, mientras Elena me pedía seguir, decidí arriesgarme y sin que Ana se saliera de mí y con mi esfínter al límite de lo que podía dilatar, di la vuelta a Elena, la obligué a ponerse a cuatro patas, le escupí en el culo metí mis 19 centímetros en su culo, de igual forma que Ana me había hecho, hasta tocar con mis huevos en su coño, la sentí morder las sábanas, y me quedé un momento quieto, hasta que Ana, pellizcando mis pezones esta vez con fuerza, se puso a sacr y meter aquella polla de látex dentro de mi, jugaba a sacarlo y meter sólo el prepucio, el camino ya había sido abierto ya hora entraba y salí con facilidad, y desde lo más profundo de mi ser empezaba a sentir un placer como jamás lo había sentido, mis manos manosearon los glúteos de Elena y la embestí como si me fuera la vida en ella, mientras ella gritaba: “¡Cabrón… me estás partiendo en dos…. No pares…!. Desde luego llegados a ese punto no pensaba parar hasta llenarla en culo, nos fuimos acelerando, nuestros corazones latían a la par, cada vez más deprisa, hasta que finalmente estallé en el interior de Elena, mientras ella susurraba muy deprisa: “¡Me corro… me corro… me corro…!!” y se dejó caer sobre la cama, sacándose mi polla de su culo, Ana seguía dentro de mí  hasta que por fin se decidió salir, me besó y me dijo: “¿Te ha gustado?”… Pues esto es solo el principio, la noche es muuuuy larga… y yo hoy me siento muuuuuuy puta.. y por lo que veo tu también…..”