Era maravilloso tenerte alli (1)
Deseaba tanto a Estefania que no me importaba que estuviera casada. Aprovechando un viaje de su marido, la invito a cenar y consigo aprovecharme de ella.
Era maravilloso tenerte allí, frente a mí, y a solas. Estabas totalmente radiante, maravillosa. Llevabas un impresionante y ajustado traje rojo que me conducía irremediablemente a fijar mis ojos en tus piernas y en tu escote. Tus blancos y inmensos pechos parecían oprimidos en una cárcel de tela deseando que alguien los liberara de su suave prisión.
Yo hacia como que te escuchaba interesadamente pero apenas si prestaba atención a lo que me decías. Mi mayor preocupación era que no faltara vino en tu copa y en imaginar como te iba a poseer en breves minutos. Te deseaba a través de cada poro de mi piel, quería besarte, acariciarte, saborear todos los labios de tu cuerpo, amamantarme en tus pechos, mirarte a los ojos al correrme y que me sintieras dentro de ti, etc.
Estaba muy caliente cuando de repente me di cuenta de que algo pasaba. De tus labios seguían saliendo una cascada de palabras cuando (supongo que sin querer) dejaste caer sobre ti la copa de vino, mojándote todo tu escotes. Tus pezones mojados y húmedos se estiraron. No pude reprimirme y me abalance sobre ti lleno de deseo y pasión en busca de tu cuerpo. Hice tu pelo a un lado y empecé a besar tu cuello ..
- Me tienes loco Estefanía, te deseo, quiero hacerte mía, te quiero toda para mí
- No, por favor, Carlos, déjalo, no puede ser, estoy casada ., yo quiero a mi marido.
- Claro y por eso has venido hoy aquí a cenar conmigo, con este vestido y con este escote, seguro, seguro que pensabas en tu marido cuando te perfumabas para mí esta noche.
- Mmmmmmmmmmm
- No te resistas Estefanía, no voy a dejarte que te resistas, yo lo deseo y tú también, no lo niegues .
Me levante y cogiéndote de la mano te lleve enfrente del espejo, del inmenso espejo que tenia en mi cuarto. Te coloque ambas manos a cada lado y haciendo a un lado tu larga y oscura melena volví otra vez a besar tu nuca, seguí por tu cuello para empezar a recrearme en tu oreja derecha. Mis manos, que no querían quedarse atrás subieron sobando tu culo y caderas hasta llegar a tus pechos. No podía esperarme a desnudarte. Poseído de un tremendo deseo los saque fuera de tu escote y empecé a sobarlos y a tirar suavemente de tus pezones. Tú, tan excitada ya como yo, tampoco quisiste perder el tiempo y me ofreciste el calor de tus labios mientras empujabas tu duro culo en busca de mi polla.
Querías mi polla, querías que te follara delante de mi espejo y te daba totalmente igual tu pudor, tu vergüenza, tu marido y todo lo demás. Querías sentir y que te hiciera estremecer, y yo quería eso y MAS.
Fue entonces cuando baje hacia abajo mis manos de nuevo y mientras aun saboreaba la humedad de tu lengua empecé a bajar lentamente tus braguitas. Eran rojas, como tu vestido y de un suave y delicado encaje. Seguidamente introduje unos de mis dedos en tu concha. Fue muy sencillo, estabas tan húmeda que se deslizo solo entre tus labios vaginales. Echaste la cabeza hacia delante y me gemiste .
- Hummmmmmmm
- Te gusta cariño.
- Si claro
- Quieres que te meta otro, pídeme lo que quieras, zorrita mía ¿Qué deseas?
- Chúpame el coño Carlos, quiero sentir tu lengua en mis labios en mi clítoris, en mi bello, chúpame el coño por favor
- Tus deseos son órdenes para mi Estefanía.
Me di la vuelta y me puse de rodillas delante tuya. Te levante la falda y te saque del todo tu vestido. Quedaste delante mía tan solo con tu sujetador a medio quitar. Te abrí de piernas y , como el sediento del desierto que encuentra un pozo de agua dulce ( en este caso salado), me lance a tu coño. Los labios de mi boca empezaron a chupar y a tirar de tus labios vaginales mientras mi mano derecha apretaba tu duro culo en busca de tu agujero.
"Mas, chúpame mas cabrón", me decías mientras no parabas de pasarlo bien. Yo ya había comenzado a meter mi lengua en tu raja y a lamer como un gatito al mismo tiempo que con mi mano izquierda acariciaba y pellizcaba tu clítoris. Mi ritmo cada vez era mas fuerte, tus gemidos también. Quería que te corrieras en mi cara, quería ver tu cara de placer al córrete en mi. Tenía que darte más así que saque mi lengua y metí los 2 dedos de mi mano izquierda en tu coño moviendolos todo lo rápido que podía .
Si , sigue, ajjjjjjjjjjj, métemelos mas rápidos ., mas, mas,
Te gusta verdad, dímelo, dímelo .
Si, si, me gusta, dame mas fuerte, dame mas, soy tu zorrita, tu puta, todo lo que tu quieras, pero dame mas fuerte por favor .,
Tus piernas empezaban a tensarse y tus manos abandonaron el espejo para sobarte tu misma tus propios pechos. Era el momento. Acerque mis labios a tu clítoris y empecé a estirar de el. Tus manos bajaron de tus pechos y empezaron a estirar desesperadamente de mi pelo. Fue entonces cuando metí mi dedo gordo derecho en tu culo ., la sensación fue maravillosa. Tu cuerpo se tenso sobre mi cabeza, tu culo apretó fuertemente sobre mi dedo y de tu cuño empezó a brotar una cascada de fluido de vida que lleno todo mi rostro. Solo fuiste capaz de decir un largísimo "Aggggggggggggggggg, agggggggggggggggggggggg", cuando caíste encima mía.
Te habías corrido en mi cara y se que te había gustado. Ahora me tocaba a mí.