Equivocación en la ducha 2

Las cosas siguen ocurriendo entre Catalina y su padre, ¿que les deparará el destino?

En vista del revuelo que causo el relato anterior decidí crear dos capitulos más, espero que sean de su agrado y muchas gracias por su apoyo.


Luego de que la revelación que habia tenido mi padre ante sus ojos no hubieron mayores comentarios. Con el pasar de los días, la situación del país en cuanto al virus era cada vez peor. Al cabo de unos días, donde no paso nada extraño, mi madre empezó a tener síntomas de la enfermedad, había contraído el virus.

Las defensas de mi madre, al contrario de lo que pensábamos eran débiles y mi madre término falleciendo a los 6 días de diagnosticada la enfermedad. Fueron semanas muy difíciles para mí, jamás hubiese pensado que alguien de mi familia pudiera contagiarse y menos aún, morir a causa del virus. Muy por el contrario, mi padre lucía tranquilo y sereno, más adelante me enteré de que la relación entre el y mi madre hace mucho habia perdido la chispa.

Pasaron un par de meses y el incidente de la ducha no volvió a mencionarse, la situación nacional habia empeorado drásticamente al punto de haber problemas en la cadena de abastecimiento tanto de víveres como de suministros basicos. En vista de esto, en mi ciudad se decidió racionar el agua y como yo tenía mi domicilio cerca de la universidad, estimaron el consumo para nuestra casa como si viviera solo una persona, puesto que mi madre habia fallecido. Intentamos solucionar este tema, pero no hubo caso, si excediamos el consumo debiamos pagar una multa enorme.

Ante esto, mi padre empezó ha realizar ciertos cálculos y estimó que las duchas eran el mayor problema, puesto que según sus calculos no podian exceder los 5 min por persona. Le dije que seria difícil acomodarme, claramente lavarse el pelo y tal siempre toma un poco más de tiempo. Pasaron los días, pusimos en marcha su plan y bueno, evidentemente fue muy poco para mi y una ducha tranquila. Mi padre sugirió que el podría acortar un poco las suyas, pero era algo bastante inviable. Frente a esto, luego de meses con el tema de mi madre, recorde nuestro incidente, mientras justo el decía: ¿Y si nos duchamos juntos? Quede helada ante la propuesta, pero acepte, al fin y al cabo es mi padre.

Al dia siguiente, fue nuestra primera ducha. Estaba bastante nerviosa, decidí llevar mi ropa al baño y desnudarme rápidamente para entrar primero. Mala idea. Segundos mas tarde entra mi padre al baño, repite el proceso y entra detrás mio. Le salude y al voltear pensando que me daría la espalda,  pude observarlo de pies a cabeza, estaba en mejor forma que antes y bueno, fue primera que vi su pene, era bastante largo y grueso. Simultáneamente, el me miro de pies a cabeza y me sonrió. Volví a darle la espalda y encendí la ducha. Pasaron unos minutos y el me pide el jabón, que se encontraba a la altura de mis pies. Me agache algo tímida y debido al poco espacio, casi caigo hacia adelante. En un reflejo de mi padre el me toma de la cintura y evita mi caida, mientras que accidentalmente su pene queda en mi nalga izquierda. Sentí que se endurecía mientras yo me levantaba. Le entregué el jabón y sin soltar mi cintura me susurra: Hija, no he podido olvidar aquel incidente... La verdad, yo estaba mojadisima, llevaba mucho tiempo sin follar(desde que me cogió) y de manera incosciente me eche para atrás, acercando mi espalda a su pecho. Comenzó a subir sus manos a la altura de mis tetas y le dije: Papi, esto no esta bien.... El me contesto: Hija, llevo meses sin follar y creo que tú también, ya lo hicimos una vez, no le diremos a nadie... Le conteste algo más excitada: Ummm no lo sé. Mientras tanto una de sus manos acariciaba mi pezón derecho. Le dije: Esta bien papi, pero solo mientras dure la cuarentena. De manera inmediata el puso mi pecho contra la pared y se agacho, abrió mis nalgas y dió una lamida a lo largo de mi vagina que hizo que me estremeciera completamente. Comenzo a lamer y succionar de mil formas, no podía parar de gemir. Pasaron los minutos y se detuvo, me gire y me agaché, jamás habia visto una polla tan grande. Comence a succionarla tímidamente mientras el acariciaba mi cabeza, decidí metermela a la boca mientras lo miraba a los ojos, intente hacerle la mejor mamada del mundo, jugué con sus testículos e intente tragarmela completa, no era capaz de reconocerme, jamás habia estado tan excitada.

Salimos de la ducha empapados y besándonos hasta el dormitorio, me deje caer y el abre mis piernas para empinar su pene hacia mi. Se puso entre mis piernas y me la metió lento, me sentía llena. Le acaricié la espalda y comenzó a embestirme más fuerte, gemiamos más y más fuerte. Como soy una chica delgada y su pene era algo curvo, cada vez que se encontraba muy adentro la cabeza se asomaba en mi abdomen, parecía que me iba a partir. Esta situación ño excito más y más, tanto que me follaba con muchísima intensidad. Segundos mas tarde tuve mi primer orgasmo. Saco su polla y me puso en cuatro y me embistió hasta el fondo, empine mi culo lo máximo posible, dejando mi pecho apoyado en la cama y mis manos afirmadas del cobertor. Me tomó firmemente de la cintura y comenzo a darme estocadas muy fuertes. Me nalgueo y dijo: Espero que la cuarentena sea eterna, hija mía. A lo que yo, fuera de mi, contesté: Ohhhh si, papi ahhhhhh. Comenzó a cogerme mas y mas duró hasta que se vino dentro de mi.

Nos quedamos un rato insertados el uno en el otro, sudados y obligándonos a tomar otra ducha.