Equilibrando la balanza 4: la traición

Una infidelidad, la venganza, el castigo, la solución.

A la mañana siguiente me levante con la correspondiente resaca. Esperaba un broncón por parte de mi mujer, pero se mostró comprensiva, y supuse que era que gracias a mi éxito habíamos pasa de ser unos desconocidos a alguien que todos aprecian.

Fue mi mujer la que llevo a los niños a la playa, yo fui mas tarde. La mañana paso sin nada que reseñar, salvo la desaparición de mi resaca y mi determinación que no tendría mas resacas el resto de las vacaciones.

Después de comer, cuando me hacer que a mi mujer, esta me dijo que tenia sueño, yo me mostré comprensivo, por culpa de mi resaca se había levantado temprano para llevar los niños a la playa.

Cuando nos levantamos, mi mujer me dijo que no iría al complejo deportivo ya que las esposas de mis compañeros de equipo le habían comentado que había unas tiendas de ropa que estaban muy bien de precio y había quedado con ellas, así que no iría a hacer deporte sino que se quedaría en el apartamento y luego iría de tiendas.

Yo lleve a mis hijos al centro recreativo, allí me encontré con Guillermo que me dijo que Sonia que no vendría que iría de tiendas, así que ambos nos fuimos al complejo deportivo, el me comento que no hoy no jugaría a tenis que iría a las maquinas.

Al llegar al campo de fútbol, el chulito intento convencerme de que cambiara de equipo, cosa a la que me negué. Cuando empezó el partido ya tenia claro que irían a por mi, así que hable con mis compañeros, yo me quedaría algo lejos de la portería para que ellos no me consideraran un peligro inminente pero lo suficiente cerca para poder dar asistencia a los compañeros que se desmarcaran. Así que a la media parte ya les habíamos hecho tres, con tres de mis asistencias. Cuando descansábamos, sonó mi mobil, era un compañero de trabajo, Manolo.

Yo: hola Manolo que tal por EuroDisney

El me había comentado que durante las vacaciones pasarían 5 días en EuroDisney.

Manolo: el embarazo de Marta se ha complicado y no podemos ir.

Yo: lo siento, es grave.

Manolo: no es grave pero el medico nos ha recomendado que dejemos lo de EuroDisney para mas adelante.

Yo: vaya, lo siento. Tus hijos deben estar desilusionados.

Manolo: Por suerte no lo sabian, tenia que ser una sorpresa. Como que tu me dijiste que también queríais ir a EuroDisney por eso te llamaba, por si quieres usar mi reserva.

Yo: A mi me encantaría, pero lo tengo que hablar con mi mujer, ella esta muy ilusionada con este complejo vacacional, como ya te comente.

Manolo: me tendrías que dar una respuesta rápido, ya que seria para salir ya y si a ti no te interesa buscare a alguien que pueda usarla, y no perder el dinero.

Yo: en media hora nos llamamos.

Llame a mi mujer, pero no me cogía el teléfono, así que recogí rapidamente mis cosas, les indique a mis compañeros que tenia un imprevisto y me tenia que ir y partí hacia nuestro apartamento.

La entrada del apartamento estaba en mitad de una calle que esta orientada en dirección al mar. Normalmente para ir al complejo deportivo usábamos la calle paralela a la playa y que esta mas cerca de la costa, y esta mas animada. Pero como que tenia prisa, y pensando que la calle paralela estaría menos transitada opte por ir por esta. Al doblar la esquina de la calle del apartamento, vi que salia Guillermo, dirigiéndose hacia la playa, me extraño teoricamente se suponía que estaba en el complejo deportivo. Pero lo que mas me extraño es que a los 5 segundos salia mi mujer. Camino detrás de Guillermo sin que se dijeran nada y al llegar al final de la calle Guillermo giro hacia la izquierda, supongo para volver al complejo deportivo y mi mujer giro hacia la derecha supongo para ir de tiendas.

Aquello no podía ser una casualidad, rapidamente subí al apartamento. Por un lado algo me decía que mi mujer me había puesto los cuernos, pero no me lo quería creer, mi cabeza estaba intentando encontrar una justificación. Quizá era una coincidencia y ella no se había dado cuenta de que era Guillermo el que caminaba delante suyo. Las ventanas del apartamento estaban abiertas, olía al gel de ducha que usamos. Mire dentro del cuarto de baño, se veía que se había usado recientemente, seguramente mi mujer se había duchado antes de salir. La cama estaba desecha, pero no se veía nada que pudiera indicarme que se había producido una relación sexual. Cuando me empezaba a sentirme culpable por haber dudado de mi mujer, me fije en la caja de preservativos. Estaba desprecintada, era nueva cuando llegamos al apartamento, y no habíamos tenido relaciones sexuales. Nosotros siempre usábamos preservativo ya que ha mi mujer la píldora le daba molestias. Entonces, ¿porque estaba desprecintada?. Abrí la caja y descubrí que faltaban dos preservativos. Entonces me fui directamente a la basura, en la parte superior había unos pañuelos, los aparte y vi que debajo estaban los dos preservativos usados. Solo había una explicación, mi mujer me había puesto los cuernos con Guillermo. Estaba aturdido. Tenia la boca seca. Me fui a la cocina, me puse un vaso de agua y bebí. Entonces me di cuenta que mi mujer, tenia su móvil cargandose con su cargador conectado a uno de los enchufes de la cocina. Seguramente por eso no escucho el móvil cuando la llame ya que debería de estar follando con Guillermo. Recordé lo acaparada por el WhatsApp que había estado las noches anteriores. Desbloqueé el móvil y comprobé sus WhatsApp, había estado tonteando con Guillermo y se habían puesto de acuerdo para ponerme los cuernos.

Estaba cabreado, quería liarme a hostias con Guillermo y con mi mujer, quería vengarme de ella, quería mandarla a la mierda. Entonces sonó mi móvil, era Manolo que quería saber si había tomado una decisión. Y entonces tome una decisión.

Continuara