Equilibrando la balanza 2: organizándome la vida

Una infidelidad, la venganza, el castigo, la solución.

Me desperté con el ruido de los niños. Mi mujer dormía a mi lado. No recordaba cuando se fue a dormir. Intente despertarla para desayunar e ir a la playa, y medio dormida me dijo que fuera yo con los niños que ella iría mas tarde.

Desayune con los niños y nos fuimos a la playa. A media mañana llegaron Sonia y Guillermo con sus hijos. Mientras yo y Sonia jugábamos con los niños, vi llegar a mi mujer. Mi hija me dijo que tenia sed y le dije que se lo pidiera a su madre. Ella salio corriendo y su madre le dio un refresco. Mientras la niña se lo tomaba, mi esposa se tendió boca abajo, vi que le decía algo a Guillermo y le mostraba el frasco del protector solar.

!Le estaba pidiendo que se lo pusiera!

!El tío iba a sobarle, la espalda, el culo, las piernas y seguramente le vería el coño!

Guillermo se incorporo, pero en aquel momento vino un ángel del cielo, mi hija, tomo el frasco y seguramente le dijo a su madre que ella se lo pondría, como así fue. !Buena chica!, pensé. Mientras Guillermo ponía la cara de niño al que le han quitado su caramelo.

De todas maneras yo me quede mosqueado.

Cuando me tendí al lado de mi esposa, y nos quedamos solos, ya que Sonia y Guillermo estaban dentro del agua mi esposa me dijo: ¿que te pasa, estas enfadado?.

Yo: No, pero no me gusta como te mira Guillermo.

Ella: Estas celoso, me mira como tu miras a su esposa.

Yo: No es verdad, todos los tíos de la playa te miran a ti y no ha Sonia, en ella hay poco que mirar.

Ella: Pues a mi me gusta que me miren. ¿no decías que no te molestaba que vieran lo buena que esta tu esposa?.

Yo, no conteste, para no mandarla a la mierda y empezar una discusión.

Durante la comida, mi mujer y Sonia, con la ayuda de Guillermo empezaron a organizarme la vida. Poco importaba si me parecía bien o mal. Mi mujer solo me consultaba, para pedir mi aprobación. La cosa quedo que por la mañana, iríamos a la playa, después de comer y hacer la siesta, aparcaríamos a los niños en el centro infantil, y nosotros iríamos al centro deportivo. Ya que según mi mujer yo lo necesitaba, tengo que reconocer que no estaba muy en forma. Quisieron que jugara a tenis, como Guillermo mientras ellas irian al gimnasio o a tenis, cosa a la que me negué en redondo, yo no me veo dando golpes a la pelotita. Pero también se podía practicar fútbol, lo que ya era mas de mi agrado, así que yo jugaría a fútbol mientras ellos golpeaban pelotitas.

Y por la noche, después de cenar, dejaríamos a los niños a la zona de niños y nosotros iríamos a la zona de padres. Según dijo mi mujer, seguro que Juanito esta noche no se nos dormiría. Cosa en la que estaba de acuerdo ya que el día anterior, durante el viaje Juanito estuvo despierto, mientras que madre e hija dormían.

Después de comer, fuimos ha hacer la siesta, yo le comente a mi mujer que no me gustaba dejar los niños tanto tiempo aparcados, se supone que eran unas vacaciones en familia. Ella se molesto y cuando me puse cariñoso, se excuso en que estaba cansada.

Después de la siesta fuimos todos, nosotros y Sonia, Guillermo, en plan cicerone, con sus hijos a dar una vuelta para que conociéramos las instalaciones del complejo, incluido en centro deportivo donde nos inscribimos para empezar al día siguiente.

Después de cenar, dejamos a nuestros hijos en la zona de niños y nos fuimos a la zona de padres.

Lo que tenia claro es que no permitiría que Guillermo le metiera mano a mi mujer, así que me adelante y saque a bailar a mi mujer. Creo que ella esperaba que la sacara Guillermo, me critico mi forma de bailar, y yo le respondí que practicando con ella seguro que mejoraría un montón. Al cabo de un rato vi a Guillermo bailando con una señora que era la esposa de uno de sus compañeros de tenis, no era muy agraciada, aunque bailaba bien. Me fije que con ella el cabrón no se arrimaba como lo hacia con mi mujer. No deje a mi mujer ni respirar, cuando nos tomamos descansos entre bailes, lo hacia cuando Guillermo acababa de sacar a bailar a alguna chica y cuando el volvía yo sacaba a mi mujer con la escusa de que tenia que mejorar mis habilidades de bailarín, así logre mi objetivo de que Guillermo no le metiera mano.

Aunque mi mujer no protesto, note que estaba algo decepcionada. Cuando nos fuimos a dormir, ella se excusó en que estaba cansada de tanto bailoteo, y me volví a quedar a dos velas. Cuando me estaba quedando frito, note sonar la indicación de recepción de WhatsApp en el móvil de mi mujer, ella se levanto, supongo que para contestar.

Continuara