Época de castañas
De llamarme la atención por estar cogiendo castañas a follarme a una viuda encima de la mesa en su casa
Me habían dicho un sitio cercano a Guadalajara donde se podía coger castañas, y como tenía el día libre cogí mi coche y me encaminé hacia allá.
Salí del pueblo donde había dejado aparcado mi coche y me dirigí por un sendero donde había mucha arboleda, enseguida empezaron a aparecer castaños en el camino, algunos estaban vallados y otros no, en el camino vi un montón de castañas en el suelo con su erizo recien caído, en el árbol se veía castañas gordas a punto de caer por lo que me separé un poco del camino y me dirigí al árbol empezando a coger castañas gordísimas y metiéndomelas en el bolsillo.
De la nada apareció una mujer, muy bien vestida, bien maquillada, diría casi de fiesta, si no fuera porque iba en zapatillas de estar por casa, saliendo de detrás del árbol me dijo que aunque la viese así tan bien vestida y sensual, era la dueña de la finca, por lo que la dije que solo pensaba coger unas cuántas castañas, las que me cabían en los bolsillos, porque ella misma podía ver que no llevaba ni un bolsa, ni un saco para llevarme gran cantidad.
Me dijo que no la molestaba que cogiesen castañas lo único que la molestaba era que no pidiesen permiso, por lo que rápidamente le pedí su permiso para poder llevarme las castañas que tenía en los bolsillos, y mi mente empezó a imaginarme a esa madurita como a una mujer muy muy follable.
Yo calculé que debía tener entre 60 y 70 años porque vestía con un vestido muy ceñido a su cuerpo y con una chaqueta qué dejaba entrever dos hermosos pechos, me pregunto qué es lo que hacía en un día de diario puesto que el pueblo se quedaba muy solitario no así los sábados y domingos que iba mucha gente, muy gentilmente le dije que me gustaba la naturaleza y que me habían dicho que ese pueblo era muy bonito y que había una arboleda con las castañas mas gordas de toda la provincia. Y pensaba que estaba solo y que como ella decía no esperaba encontrar una mujer tan sensual, debe tener mucha suerte su marido.
Soy viuda hace 4 años y vivo sola a la entrada del pueblo, me gusta salir a dar paseos pero como te he dicho esto es muy solitario y no se puede charlar con casi nadie los días de diario, bueno hoy está charlando conmigo es su día de suerte aunque me gustaría más charlar delante de un buen café qué pena que el bar está cerrado.
Aunque quizás venga algún domingo cuando esté abierto y le pueda invitar a ese café en compensación por las castañas que me llevo de su árbol. Si te apetece un café puedo preparartelo en mi casa además te daré una bolsa de castañas para que te acuerdes de mí.
Con mucho gusto le acepto ese café, me llamo José Antonio, encantado de conocer a una mujer tan sensual y tan simpática. Yo me llamo Antonia y tengo 67 años, vaya nadie diría que tiene esa edad se conserva usted estupendamente, bueno pues la dejo ir delante porque usted sabe el camino, al girarse, vi su culo perfectamente dibujado en el vestido ni muy grande ni muy pequeño maravilloso para darla por detrás.
Al llegar a la entrada del pueblo saco una llave y al ir a abrír la puerta miro hacía todos los lados, cosa que mi mente calenturienta capto como que no quería que la viesen entrar con alguien como yo en su casa.
Nos dirigimos a la cocina y me preguntó como quería el café, sólo le dije, bueno mejor dicho en buena compañía como ahora mismo tengo, ella, esbozando media sonrisa empezó a hacer el café, y una vez hecho se sentó junto a mi, en un movimiento rápido se quitó la chaqueta y se quedó solamente con el vestido apareciendo dos hermosos pechos que moldeaba totalmente su figura, hablabamos temas intrascendentes cuando en un momento dado apoya su mano en mi múslo. Yo sin ponerme nervioso le agarre un pecho por encima del vestido, y dirigiéndome a sus labios empecé a besarla con lujuria y pasión, la señora besaba de maravilla, nos dimos unos besos largos, mientras yo dejé el pecho y me dirigí a su entrepierna, metí la mano entre sus muslos y su pubis era como un volcán, estaba muy, muy caliente la señora.
Por lo que decidí levantarme y sin dejar de besarla buscar la manera de bajarla el vestido, una vez conseguido apareció ante mí un sujetador blanco de encaje a juego con unas bragas pequeñas, parece que a la buena mujer le gustaba la lencería fina, sin darla tiempo a reaccionar la cogí con mis brazos y la sente encima de la encimera de la cocina, metí mi cabeza entre sus muslos, y al separar la fina tela vi unos lindos labios vaginales bastante gordos, empecé a chupar su clítoris y ella jadeaba y gemía, umm, ummmm, me matas de gusto, si sigues así, me correré en tu boca, dicho y hecho, empezó a soltar jugos vaginales los cuales yo seguía bebiendo como puro néctar, mientras metia un dedo en su vagina encharcada con un movimiento de mete y saca, ella estaba en el séptimo cielo con los ojos cerrados y orgasmeando todavía.
La madurita con su forma de correrse me había puesto la polla totalmente tiesa, así que como pude me baje los pantalones, la baje de la encimera, me senté en la silla y la dije que se pusiera a horcajadas sobre mí, eso hizo y dirigiendo mi polla a su coño entro de maravilla, una vez dentro, puse mis dos manos sobre las cachas de su culo para ayudarla a subir y a bajar, la verdad que la señora tenía el coño muy estrecho, daba gusto follarla, debia ser que no había follado desde que murió su marido e incluso mucho antes, cómo así me lo confirmo después, cuando de repente siento como torrentes de jugos empapa toda mi polla, se estaba corriendo a mares, la señora había tenido dos orgasmos bestiales y estaba hecha polvo nunca mejor dicho, por lo que deje de follarla pero todavía no me había corrido
Tirando de ella hacia arriba saque mi polla totalmente encharcada de sus jugos, y como veía que la señora necesitaba apoyarse y tener una apoyadura, la tumbe sobre la mesa en la cual seguía el café quedando totalmente su culo expuesto con un agujerito qué decía fóllame, fóllame. La señora estaba como en una nube por lo que apoye mi polla sobre su agujero y con todos los jugos que tenía se fue deslizando poco a poco, ella al sentirla por su culo, dio un grito, y me dijo, me estás matando a polvos y seguramente no me pueda sentar en un par de días pero sigue, revientame el culo, hacía años que soñaba con una follada así, empecé a bombearla como si fuese un caballo desbocado y ella mi yegua en celo, hasta que ella empezó a jadear de nuevo y a gemir, me corro, y yo también me corrí junto a ella la llenandola todo su culo de mi leche.
Una vez repuestos me bebí el café que estaba tieso, me dio una bolsa de castañas y me dijo que había sido maravilloso, para mí también ha sido muy muy placentero y seguramente te visite la semana que viene o quizás en 15 días.
Si alguna madurita quiere venirse a coger castañas conmigo solo tiene que escribirme