Episodios nunca vistos en TV: Mision imposible (1)

"Como siempre, si usted o alguno de sus colaboradores es capturado o muerto, nuestro gobierno negará tener conocimiento de sus actividades. Esta grabación se autodestruirá en cinco segundos. Buena suerte, Jim.”

EPISODIOS NUNCA VISTOS EN TV

MISION: IMPOSIBLE (1)

"Buenos días, señor Phelps. La primera fotografía que se halla dentro del sobre es del general Kamala, el dictador negro de la pequeña República de Boganda en el sur de Africa. Kamala es un déspota sin límites ni escrúpulos que está introduciendo a nuestro país toda clase de contrabandos desde drogas hasta diamantes, lo que está desequilibrando nuestra economía en una forma desmesurada. La relación que tienen sus subordinados con él es ciega e incorruptible, la cual es fruto de un terror generado por sus conocidas torturas y vejámenes sin ningún tipo de miramientos. El tamaño de Kamala es descomunal, e inspira mucho miedo más que respeto entre los pobres habitantes de la propia República. Con poco más de 175 centímetros de altura y un peso que supera los 200 kilos, Kamala está acostumbrado a obtener todo lo que desea sólo con chasquear los dedos. Suele hacer pagar a cualquier familia elegida al azar la garantía de su bienestar a cambio del ofrecimiento de alguno de sus hijos, sin importar sexo ni edad, para hacerse visitar en sus aposentos por las noches, y saciar sus más bajos instintos, señalándolo como un vil depravado y perverso. Es un verdadero misterio su proceder con el asunto que nos ocupa, no teniendo datos de cómo opera para introducir los contrabandos en nuestro país. La otra fotografía pertenece a Vladimir, un ex coronel ruso, rubio de casi 2 metros de altura, con poco más de 120 kilos de puro músculos que desertó hace años de la unión soviética, y ahora es la mano derecha y guardia personal de Kamala. Su tendencia homosexual hace sospechar que la relación que tiene con el general va más allá del cargo que ocupa. Su misión Jim, si usted decide aceptarla, es averiguar quiénes son sus contactos, desbaratar la red de contrabando que tiene armada, y si es posible destronar su reinado forzado para siempre, evitando así futuras complicaciones internacionales con sus procederes. Como siempre, si usted o alguno de sus colaboradores es capturado o muerto, nuestro gobierno negará tener conocimiento de sus actividades. Esta grabación se autodestruirá en cinco segundos. Buena suerte, Jim."

Una leve humareda se desprendió del aparato.

El departamento de Jim Phelps fue nuevamente el lugar de reunión de los integrantes del equipo, tras ser seleccionado por él mismo luego de una minuciosa revisión del plan elaborado.

"Crees lograrlo, Rollin?" preguntó el rubio jefe a su compañero encargado de sustituir mediante disfraces y máscaras de latex a cualquiera que se lo propusiera.

"Va a ser sumamente difícil, Jim. Este tipo es descomunalmente grande. No tendré problemas con el rostro, pero me veo muy complicado para imitar ese enorme cuerpo y que se vea verosímil. Veré que puedo hacer."

"Tienes preparado lo que te solicité Barney?" le preguntó al negro del grupo.

"Sí, Jim. Te daré tiempo a introducir el maletín con los dispositivos y las bombas en el baño, para que pueda colocarlos en la madrugada. Estarán en sus lugares en tiempo y forma."

"Qué hay con los transportes, Willy?" Cuestionó al forzudo del grupo encargado siempre de conseguir los vehículos necesarios.

"El jeep y la limusina solicitados ya están esperándonos allí. El helicóptero llegará en cualquier momento y el camión para la mudanza tampoco fue un problema, ni siquiera el galpón que ya arrendamos."

"Y tú, Cinnamon, que llevas la peor parte. Crees que no tendrás problemas en seducir al General?" preguntó finalmente a la rubia.

"Sé que es necesario, Jim, pero no es seguro que lo vaya a poder lograr. El individuo es completamente desagradable."

"Lo sabemos perfectamente. Pero es necesario que te ganes su confianza. Por las dudas tendrás apoyo por si algo sale mal."

Asintió no muy convencida.

"El plan es este: Willy, tú serás el chofer del vicepresidente de Corcovia, papel que desempeñaré yo mismo, y tú Cinnamon serás mi esposa. Visitaremos la República con diferentes intereses. La farsa será que yo intentaré concretar un contrabando para introducir en nuestro país para poder derrocar a nuestro presidente y poder asumir su lugar, mientras que tú, Cinnamon, le confesarás que sientes una atracción sexual muy grande por él. Barny, tú te harás merecedor de conocer las prisiones que se encuentran bajo la misma casa donde vive Kamala. Eso facilitará las tareas de instalación de los artefactos, que una vez que los ubiques en los lugares específicos, intentaremos secuestrar al general, y sustituirlo por Rollin caracterizado. A Kamala lo mantendremos prisionero en su propia cárcel que reproduciremos en los galpones que consiguió Willy. Nunca debe enterarse de que dejó su vivienda. Eso es muy importante. Cuando logremos lo que buscamos, Rollin cambiará su caracterización ahora como un coronel del ejército norteamericano en busca de Barney, sospechoso de ataques terroristas, y así es como saldrás de la prisión en helicóptero de las azoteas del edificio. Tenemos un plazo de 72 horas para cumplir con toda la misión, antes que salga el siguiente embarque de drogas para América. Alguna pregunta?"

ALGUNOS DÍAS DESPUÉS.

EN ALGÚN LUGAR DEL SUR DE AFRICA.

REPÚBLICA DE BOGANDA

"Esto es inaudito. Qué se piensan que son estos europeos hijos de puta? No conocen la diplomacia internacional? Obligarme a tener una reunión con ellos sin previo aviso." Dijo un enfurecido general Kamala. "A qué hora es la reunión?"

"A las 5 PM. Aquí tiene las fotografías de las personas autorizadas a ingresar al edificio. Fíjese qué interesante la señora del vicepresidente." Dijo el secretario de estado.

"Uhm, sí, pero a mi me gusta mucho más el chofer." Contestó el obeso dictador abriendo los ojos de lujuria y tomándose con fuerza los genitales.

El avión arribó a las 3 PM.

Jim y la rubia bajaron del avión, y ya los estaba esperando la limusina conducida por Willy que había viajado en un vuelo anterior, quien los condujo al hotel Sheraton de la ciudad.

"Ya contamos con el helicóptero, Jim. "Anticipó Willy mientras conducía el vehículo.

"Bien, Willy. Debes entrar con nosotros a la residencia de Kamala, y llevar el contenido del maletín para que Barney pueda hacer su trabajo. Luego te vuelves a esperarme en la limusina, no demoraré más de media hora. Cinnamon es la que le va a llevar más tiempo para concretar su parte del plan, ya que la debo dejar unos momentos a solas con el general."

Luego de una ducha refrescante, salieron hacia la vivienda del general.

La limusina pasó frente el portón fuertemente custodiado por cinco hombres armados con potentes fusiles automáticos, hasta llegar a la entrada misma de la vivienda.

Antes de ingresar a la mansión propiamente dicha, fueron revisados minuciosamente para evitar que cargaran armas. Sus partes íntimas también fueron manoseadas sin tapujos, e hicieron abrir el maletín que cargaba Willy.

Únicamente papeles fue lo que encontraron allí.

Una vez que accedieron al edificio, los esperaba el encargado de relaciones públicas de la República, custodiado por Vladimir, el gigante ruso.

Mientras el vicepresidente de Corcovia y su esposa iban a encontrarse con Kamala, Su chofer aguardaba en el hall de entrada.

Jim y Cinnamon se presentaron ante el dictador, y éste en ningún momento le sacó los ojos de encima a la rubia.

Conversaron durante largo rato de los propósitos de su visita, mientras Cinnamon ponía poses provocativas, que dejaban ver parte de su prenda interior por debajo de su pollera demasiada corta, sentada con las rodillas juntas en un sillón junto a su esposo, mientras se movía de un lado a otro en forma deliberada, para permitirle al obeso deleitarse con la visión, ya que éste estaba frente a ellos y no disimulaba cuando observaba las partes que exponía deliberadamente la mujer.

Llegaron a un acuerdo para realizar el contrabando que terminaría en el golpe de estado. Sólo restaban ultimar detalles.

Tras casi veinte minutos de conversación, Jim solicitó para ir al baño, dejando a Cinnamon a solas con el inmundo gordo.

Una vez que el vicepresidente de Corcovia dejó la habitación, Kamala se acercó a la dama y sin decir palabra, le apoyó un mano sobre ambas rodillas, obligándole a abrirlas, y seguir el trayecto por uno de sus muslos hacia arriba.

"Qué es lo que está haciendo?" Preguntó Cinnamon horrorizada sin poder disimular su asombro.

"Cualquiera que se vista como usted, es una prostituta que busca sólo una cosa. No se haga la dama conmigo ahora." Dijo el obeso dictador, y su mano sólo se detuvo cuando alcanzó la bombacha de la rubia.

Hurgó allí con su dedo terriblemente gordo, y se introdujo por debajo de la prenda, tocándole los labios vaginales.

"Dime lo mucho que te gusta, puta de mierda, y que me quieres sentir dentro tuyo." Dijo sin rodeos el General.

Como respuesta y para no echar el plan por la borda, Cinnamon abrió completamente las piernas y cerró los ojos, para sentir cómo el dedo del tamaño de un consolador inmenso se introducía en sus entrañas sin más lubricación que sus propios jugos vaginales, que apenas comenzaban a fluir.

Kamala introdujo la punta del dedo muy lentamente en las entrañas de la mujer, y ésta gimió más por el dolor que le causaba el grosor de lo que le penetraba que por el placer de sentirse violada de ese modo. El general empujó su dedo dentro, hasta introducirle toda su extensión, mientras la muchacha lo miraba con los ojos desorbitados, y no contento con meter el dedo, comenzó a moverlo en círculos, mientras no quitaba la vista de encima a la mujer. Acercó su boca a los de la rubia, y sin previo aviso, introdujo fuertemente otro dedo más dentro de la vagina de Cinnamon, y cuando ella iba a lanzar un grito de dolor, él lo impidió apoyando sus labios sobre los de ella. La violó con ambos dedos repetidamente, sacando y metiéndolos salvajemente dentro de su interior, al tiempo que continuaba haciendo movimientos circulares, lo que provocó un orgasmo en la mujer. Sin más, el obeso quitó los dedos bañados en los jugos vaginales de la rubia y se los llevó a la boca chupándoselo, y se apartó para ir a sentarse detrás de su escritorio mientras con su lengua saboreaba el líquido que tenía alrededor de sus labios.

"Hmmmmmm, realmente delicioso." Exclamó sin agregar más nada.

Fue en ese preciso instante, que golpearon la puerta, y anunciaron nuevamente al vicepresidente europeo.

Jim entró, y notó que Cinnamon estaba pálida, temblando y muy nerviosa, percatándose que algo inesperado había ocurrido allí.

Sonó el intercomunicador y solicitaron la presencia del obeso general.

Kamala se excusó, y salió de la habitación para pasar a la contigua.

Antes de que le dijeran por qué lo habían llamado, Kamala hizo señas para que guardaran silencio con el dedo, y fue directamente a mirar un monitor.

Cámaras de circuito cerrado de televisión y micrófonos igualmente ocultos permitieron al dictador conocer lo que sucedía en su propio despacho luego de que se hubiera retirado de allí.

"Qué sucede, Cinnamon?" preguntó el jefe en voz baja.

"Nada Jim, estoy bien. Sólo que el viaje me ha bajado la presión. Estaré mejor en unos instantes." Mintió la rubia aún incrédula y presa de una vergüenza total por lo que había vivido unos instantes antes.

Kamala no pudo dejar de sonreír con la respuesta de la mujer mientras continuaba chupando sus dedos aún mojados.

"Crees poder seguir con el plan?" Preguntó temeroso Jim que la respuesta no fuera la que esperaba.

"No estoy segura, sinceramente. Este tipo me causa náuseas." Dijo la mujer y un escalofrío la golpeó, mientras Kamala volvió a sonreír otra vez tras escuchar esas palabras, olió sus dedos violadores, y los volvió a introducir nuevamente en su boca chupando y saboreándolos con extremo placer.

Kamala vio que Vladimir lo miraba fijamente.

"Quieres?" Le preguntó ofreciéndole los dedos que acababa de meter dentro de la rubia.

Vladimir se le acercó y abrió la boca.

El general le introdujo ambos dedos dentro, y comenzó un mete y saca con ellos, mientras el gigante los chupaba.

"Viste que rico?" Dijo el obeso, y lo besó en la boca.

Ahora sí preguntó que era lo que sucedía, y le señalaron otro monitor.

Barney estaba en el portón de la residencia, insultando a los guardias.

"Ustedes son todos unos asesinos hijos de puta! Cuando finalmente derroquen a este gobierno, los van a fusilar a todos."

Kamala ordenó que apresaran al negro y lo condujeran a las prisiones en los sótanos de la residencia.

En esos momentos, Willy llevaba el maletín hacia el baño. Lo abrió, se quitó tres botones de la camisa que metió dentro, y tras volverlo a cerrar, lo colocó escondido detrás del mueble de las toallas.

Cuando salió del baño y se disponía a ir hacia la limusina, fue detenido por dos guardias que le aplicaron cloroformo y lo durmieron instantáneamente por orden directa del obeso dictador.

"Llévenlo a la alcoba del general." Ordenó Vladimir.

Barney fue conducido violentamente adonde esperaba que lo llevaran, pero no contaba con la paliza que le propinaron los guardias por todo el trayecto. Casi a punto de perder el sentido, y ya una vez en su celda, decidió recuperarse durmiendo un par de horas para poder hacer su trabajo al anochecer.

Kamala volvió a su despacho y continuó la conversación con el vicepresidente de Corcovia.

Cada vez que éste no estaba mirando, el obeso dictador le lanzaba una mirada pervertida a la mujer, mostrándole la puntita de la lengua en cada ocasión.

Cinnamon se percató de que su trabajo estaba casi hecho, pero tuvo mucho miedo por su seguridad. Más que miedo, fue verdaderamente terror lo que experimentó; tanto como nunca antes lo había sentido.

"Bueno, general, supongo que entonces no habrá problemas con nuestro acuerdo." Preguntó Jim luego de hablar concretamente de las cantidades y de los precios de los contrabandos en sí.

"No es tan fácil, señor vicepresidente. Debemos tomarnos unos días para finalmente llegar a una resolución." Dijo sorprendiendo a la pareja. "No crea que es todo tan sencillo en este mundo. Mientras tanto sean mis huéspedes, por favor. Pueden quedarse en mi mansión por todo el tiempo que sea necesario, y no duden en solicitarme todo lo que precisen." Aquí miró a la rubia y repitió. "Cualquier cosa que necesiten de mi." Y deliberadamente se llevó la mano a los genitales mientras Jim miraba a su mujer en ese mismo momento como para preguntarle si no sería más correcto idear otro plan, ya que esto era algo que alteraba el original. Sólo debían decidir si ahora ameritaba o no continuar exactamente con todo lo que estaba planeado.

"Debo comunicarle a mi chofer que vaya por el equipaje al hotel, entonces." Dijo un vicepresidente resignado.

"No se preocupe mi estimado amigo. Ya nos ocupamos de eso. En este preciso momento, su chofer está en su hotel, y en cualquier momento estarán sus maletas aquí con ustedes." Dijo, y a Jim no le conformó su explicación.

Willy no debería haberse ido sin antes hablarlo con ellos. Eso no era lo acordado. Algo estaba saliendo mal aquí.

Alguien golpeó a la puerta, y tras darle permiso, ingresó Vladimir.

"Mi guardia personal les servirá de guía a sus habitaciones." Dijo el general, y volvió a ingresar a la habitación contigua donde ya había ido con anterioridad.

En un monitor vio su despacho con la pareja a punto de abandonar la habitación detrás de su guardia. En otro, el negro que dormía plácidamente en la celda que acababa de ocupar en los sótanos de la mansión. Y en una tercera pantalla vio su alcoba donde había una persona completamente desnuda y esposada a su propia cama. Se refregó los genitales con lujuria.

"Que no me molesten por las siguientes dos o tres horas." Ordenó, hizo apagar ese monitor y desapareció por una puerta secreta que lo llevaría directamente a su habitación.

En esos momentos llegaba un vuelo que traía a Rollin caracterizado como un chef internacional. Tenía los documentos necesarios para ingresar a la mansión de Kamala, para hacer ese trabajo.

Mientras tanto, Willy se hallaba esposado boca arriba en una cama, y se sentía sumamente mareado y confuso, seguramente a causa del cloroformo con el que lo habían dominado.

En ese momento notó que estaba desnudo completamente, y que tenía sus brazos y piernas esposados a la cama en posición de "X".

Notó cómo se abría una puerta, y una mole negra gigantesca se le acercaba. Todo lo seguía percibiendo en forma borrosa. No notaba absolutamente nada nítido.

Sintió cómo una mano le tocaba el rostro, acariciándolo. Él respondió con una sacudida de cabeza, para deshacerse de ella.

"No, señor. No empeore las cosas." Escuchó. "Sepa que la vida de su vicepresidente y esposa, y la suya propia depende de lo que usted haga aquí. Supongo que no lo sabía, pero hemos descubierto que ustedes son unos farsantes. Ya me traerán la información acerca de quiénes son ustedes en realidad, y realmente dudo mucho que alguien se preocuparía si murieran, digamos en un accidente de tránsito, por ejemplo." Concluyó mientras Willy observaba como el obeso se quitaba la camisa.

Acto seguido, se quitó los zapatos, uno ayudado con cada pie contrario, desabrochó su cinturón, y dejó caer los pantalones, levantando cada pierna para salirse de dentro de él.

Notó que hizo lo mismo con sus calzoncillos.

Se acercó a la cama, se subió a ella de rodillas, y fue en dirección al rostro del pobre hombre.

Pasó una pierna a cada lado del cuerpo de Willy, enfrentando toda la entrepierna al rostro del esposado. El enorme culo del obeso fue a apoyarse apenas sobre el pecho del infortunado agente americano.

"Si llegas a hacer algo inoportuno, sólo me tengo que dejar caer encima de ti." Dijo, e hizo más presión con sus nalgas, logrando sonsacarle unos quejidos de dolor por el terrible peso en su pecho. "Me gustaría que me dijeras si entiendes lo que te digo." Quiso saber.

Willy asintió, y solo así, se salvó del terrible peso de los 200 kilos sobre sus costillas.

El obeso general acercó más su entrepierna a la cara del pobre hombre, y con una mano se levantó la panza mientras con la otra le acercó a la boca un objeto negro.

"Abre la boca y espero que no te olvides de lo que te acabo de decir." Dijo, y nuevamente hizo presión con su trasero sobre el pecho desprotegido.

Willy negó con desesperación y obedeció al obeso.

Entonces, aún sin distinguir con nitidez, sintió cómo algo blando golpeteaba sus labios.

"Abre aún más la boca, puto asqueroso que la tengo muy gruesa." Le ordenó el gordo.

Willy cumplió con el pedido, para sentir a su boca ser violada por un pedazo de carne negra, extremadamente gorda, que tras ingresar apenas un poco, se vio de pronto incrementado en volumen y dimensión. Comenzó a crecer en forma más desmesurada todavía, hacia todos lados. Ancho y largo.

El obeso comenzó a masturbarse dentro de esa boca, mientras le espetaba palabras soeces.

"Cómo te voy a culear, hijo de puta. Quiero que te tomes toda la leche, malparido." Y los movimientos de mete y saca se tornaron cada vez más acelerados y frenéticos.

Con la verga, le golpeteaba salvajemente la entrada de la garganta, lo que le provocaba náuseas, y ganas de vomitar.

Ignorándolo completamente, Kamala siguió arremetiendo con furia, como queriendo sacarle el gordo pene por la nuca.

Cuando estuvo a punto de eyacular, se salió de su boca, ante el alivio de Willy. Alivio que en realidad era el paraíso, y él no lo había sabido valorar, teniendo en cuenta el infierno que vino a continuación.

El general le quitó las esposas que sostenían sus piernas, se las levantó hasta apoyarlas sobre su panza y se colocó entre ellas, haciendo temer a Willy lo peor, y que lamentablemente no tendría escapatoria alguna.

"Escúchame bien." Le dijo poniendo una almohada sobre su boca." Muerde fuerte, pero si haces un sonido, ninguno de tus compañeros saldrá con vida de aquí." Advirtió.

El obeso se salivó una mano, se lo untó al miembro, y con dos dedos le abrió el agujero del culo, y sin aviso previo, le ensartó el terrible pene de una sola vez lo más dentro que pudo.

Willy no pudo aguantar tanto dolor, pero su grito desesperado e interminable quedó silenciado por la almohada que mordía fuertemente y que nunca quitó de su boca.

Kamala cabalgaba al agente estadounidense, siempre con una sonrisa en su rostro. Sus arremetidas iban siempre con insultos intercalados con jadeos, gemidos y temblores.

Literalmente le perforó el orificio anal con ese órgano bestial. Muy lejos de intimidarse por ese agujero extremadamente pequeño para su descomunal miembro, el obeso sentía un placer extra por sentir su tripa sumamente apretada contra las paredes anales. Cuando estaba a punto de acabar, se detenía sin quitar el miembro, y al cabo de unos instantes, volvía a taladrar.

Kamala estaba transpirando a borbotones por el esfuerzo, pero para desgracia de Willy, aquél quería que el placer fuera interminable y dilataba la culminación en la mayor forma posible.

En un momento, quitó el pene, y se lo tomó con una mano.

"Ah, ah." Jadeó. "Hmmmm. Nunca me la tuve tan grande, tan gorda y tan llena." Dijo, y lo volvió a introducir nuevamente en forma violenta.

Eso le gustó sobremanera, ya que toda la piel se le retiraba fuertemente dejándole el glande totalmente expuesto dentro del culo de su prisionero, lo que lo enloquecía de placer.

Nuevamente quitó totalmente su órgano reproductor de las entrañas de Willy, y otra vez se lo enterró.

El agente ya casi estaba desmayado por el dolor.

Kamala estaba gozando como nunca. Su miembro se sentía apretado contra el orto de ese hombre, y no quería salirse de allí, pero cuando lo hacía y lo volvía a penetrar, el placer era aún mayor.

Lo repitió una y otra vez.

Nuevamente.

Otra vez

Y otra.

Y otra más.

Por enésima vez.

De pronto, quitó el pene del culo.

Se encaminó para ponerse en la posición que había estado en primera instancia, sobre el pecho de su prisionero, quitando la almohada de la boca de Willy y suplantándolo por su miembro rocoso, y lo empujó lo más dentro que fue capaz.

La erupción de esperma no se hizo esperar.

"Traga, puto de mierda." Dijo mientras gritaba desesperado sin dejar de escupir semen por su verga." No quiero que se desperdicie ni una gota de mi leche. Quiero que te la tomes toda."

Willy estaba aterrorizado. El obeso le estaba dañando mientras empujaba ese miembro gigante dentro de su boca. Su peso era inaguantable aún mientras se sostenía sobre sus rodillas, por lo que no quiso contradecir al general, para no enfadarlo.

Cuando hubo tomado toda su acabada, el negro obeso, no conforme con lo que había hecho, giró 180 grados y puso su propio orificio anal frente a la boca de Willy.

"Ahora quiero que me chupes, beses y me pases la lengua por el ojete." Ese gordo seguía excitado. "Y a ver si te esmeras, porque si no lo haces te voy a cagar en la boca, y además de que te vas a tener que tragar todo, te corto los testículos."

Mientras Willy obedecía ya que sabía que el general sería capaz de hacer todo eso que le decía, el obeso comenzó a masturbarse nuevamente.

Chupó, lamió y besó como le había pedido el obeso y oscuro culo del general.

Llegó un momento que se detuvo por el cansancio, y fue en ese instante que un pedo de advertencia le entró directamente en la boca.

"Es que no escuchas lo que te digo?" Dijo Kamala enojado. "Abre la boca que tengo ganas de cagar."

"No, por favor!" Rogó Willy.

"No te lo voy a volver a repetir. No tendrás otra oportunidad." Le espetó. "Espero que no se te olvide."

Willy se horrorizó, y comenzó a comer ese culo como si fuera el manjar más sabroso del mundo.

El ritmo de las lamidas, aceleró el frenético vaivén de la mano de Kamala que masturbaba su propio pene tan erecto como antes, presa de una excitación como nunca antes recordaba haber tenido.

Tras largos minutos, otro chorro de esperma salió de la uretra del general, que fue a dar directamente a los genitales de Willy.

"Méteme la lengua dentro." Ordenó el obeso.

Willy obedeció, y de pronto el agujero se abrió en forma desmesurada soltando un terrible pedo sonoro, y al mismo tiempo que el obeso emitía un alarido gutural como si se tratase de una bestia salvaje, una cuantiosa porción de su excremento se escapó de sus entrañas para estrellarse en pleno rostro del agente del gobierno estadounidense que instantáneamente hizo que éste perdiera el sentido al tiempo que escuchaba una carcajada.

Jim estaba preocupado.

No tenía noticias de Willy, y todo hacía prever que algo estaba saliendo mal con lo planeado.

Le preguntó a su compañera si estaba dispuesta a continuar con el plan, aún cuando algo anormal estaba sucediendo, y teniendo en cuenta lo muy atemorizada que estaba la rubia desde la entrevista en el despacho del general.

Cinnamon le confirmó que estaba asustada, aunque omitió lo de la violación con los dedos del obeso, tal vez por vergüenza o quizás por estar aterrorizada por lo sucedido.

Sin embargo, el odio hacia esa persona, la impulsaba a continuar con el plan elaborado, para lograr de una vez por todas poner a ese inmundo personaje en el lugar donde debería estar: en la cárcel.

Jim se alivió de tener a su aliada convencida de que proseguir era lo correcto, pero no dejó de preocuparse por desconocer el paradero de Willy.

De pronto golpearon a la puerta.

Al abrir, dos personas del servicio doméstico les estaban entregando las maletas que estaban en el hotel.

Vladimir los escoltaba.

"Dónde está nuestro chofer?" Preguntó el vicepresidente de Corcovia.

"Después de entregar el equipaje, se retiró." Contestó el gigante ruso.

Jim estaba seguro que el oficial le estaba mintiendo.

Era muy extraño que Willy se hubiera retirado sin consultarlo con ellos. Aunque podría haberlo hecho si hubiera sospechado que algo estaba saliendo mal.

Barney se disponía a salir de su celda.

Quitó su zapato derecho, y movió el taco para dejar caer en la palma de su mano una pequeña ganzúa, con la que tras breves segundos de trabajar en la cerradura, ésta cedió, dejándole el paso libre para seguir con el plan.

Barney se aseguró de que nadie más estaba en el pasillo, antes de seguir adelante.

Subió las escaleras, y se ocultó cuando alguien pasó caminando por el piso superior hacia donde él mismo se dirigía.

Antes de subir el último escalón, miró para ambos lados, y corrió hasta quedarse de frente a la puerta del cuarto que era su destino.

Ingresó al baño, y fue directamente adonde lo esperaba el maletín.

Extrajo tres papeles, los humedeció con agua de la canilla, y con cada uno de ellos envolvió los tres botones que había guardado Willy en el portafolio.

Se quitó ahora el zapato izquierdo, y tomó cuidadosamente un frasco de plástico que allí llevaba, le desenroscó la tapa y puso apenas dos gotas en cada uno de los tres papeles humedecidos.

Ya estaban armados los explosivos. Cuando el agua se evaporara, las dos gotas que agregó crearían una reacción química en contacto con los botones realizados especialmente con un material explosivo, que harían sendas explosiones, que sin ser potentes, lograría su cometido para distraer la atención para poder seguir con el plan.

Barney se aseguró de guardar el maletín en el mismo lugar donde lo encontró, y se acercó a la puerta de salida. Puso su oído para asegurarse que nadie pasaba por allí en ese momento.

La abrió y no menos de diez personas estaban esperándolo allí, incluido Vladimir, que se acercó a él y le dio un fuerte golpe que le hizo perder el sentido.

Le quitaron los explosivos y se los entregaron a una persona con túnica blanca, que inmediatamente ordenó que lo pusieran en un balde lleno de agua para que no detonaran.

Rollin esperaba para entrar en acción, y se percató que algo no funcionaba bien con el plan, pues aún no tenía noticias ni de Willy, ni de Jim ni tampoco de Cinnamon.

De igual modo, dudaba que Barney hubiera hecho la parte que le correspondía, ya que las explosiones no se habían producido, y ello evitaba que pudiera aparecer en escena como lo habían elaborado.

Tranquilo como un profesional, improvisó un plan de emergencia, y repasó toda su parte del plan anterior, para adecuarlo al nuevo.

En ese mismo instante, Barney despertó en su celda, pero con sus brazos levantados y atados desde el techo, y sus piernas esposadas con grilletes, lo que le impedían casi totalmente el movimiento.

Notó que estaba solamente con los calzoncillos puestos.

Escuchó pasos que se acercaban y apareció Kamala con Vladimir.

"Te gusta el negro?" Le preguntó el general al ruso.

"Sí." Contestó simplemente mientras miraba al pobre prisionero.

"Ven en dos horas." Dijo.

CONCLUIRÁ

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