Epílogo - La psicóloga

Final de la historia

Me mudé a casa de mi madre para ayudarla en todo lo que pudiera y cuidar de ella en esos momentos en los que más me necesitaba, exactamente igual que ella hizo conmigo cuando era pequeña y era yo quien la necesitaba... traté de devolverle esos días todo el cariño que ella me había dado siempre y traté también, porque no decirlo, de ganarme aún más su perdón por haberla maltratado y tratado injustamente durante tantos años.

Era feliz con la compañía de mi madre y ayudándola, pero no era suficiente para mí, quería de verdad ganarme una segunda oportunidad con mi ex-marido... si esa oportunidad me la tenía que ganar dejándome follar como la última vez, creedme que estaría verdaderamente encantada...

¡MADRE MÍA!

... me mojaba cada vez que recordaba cómo me había follado aquel día en su casa a pesar de su rudeza... algunas noches tras acostar a mi madre me masturbaba recordando aquella maravillosa noche en la que por primera vez en mi vida me sentí verdaderamente mujer... sólo lamentaba el tiempo que había perdido... ¡cuánto tiempo desperdiciado!... un tiempo que jamás iba a recuperar... pero en el fondo de mi corazón estaba ilusionada... sin embargo, esa ilusión día tras día se iba apagando poco a poco, porque aunque me lo había prometido, mi ex-marido no me llamaba.

Una semana después, el viernes siguiente, acompañé a mi madre al hospital para que le quitaran la escayola... estábamos las dos muy contentas... mi madre podría volver a moverse con relativa normalidad sin la escayola, aunque necesitase todavía una muleta y hacer rehabilitación durante una buena temporada... por la noche mientras cenábamos en un restaurante celebrándolo sonó mi teléfono móvil... un mensaje... tras verlo, una gran sonrisa se me dibujó en la cara.

  • Bueno hija... viendo tu cara no hace falta que me digas quién te ha enviado ese mensaje... sólo quiero que sepas que hoy he estado hablando con tu ex-marido cuando no estabas y le he dicho que ya no necesito que me cuides como si fuera una inválida.

  • ¿De verdad mamá?... ¿así que era por eso por lo que no me llamaba?

  • Hija... ¡qué tonta eres! – rió divertida mi madre – sabes tan bien como yo, que te quiere, que te adora... sólo te voy a dar un consejo... ¡esta vez no la cagues!

  • ¡MAMÁ! – le grité – ¿piensas que soy idiota?

  • Hija... a eso no te respondo... mejor me callo – me dijo riéndose a carcajadas.

Ya por la noche, acostada en la cama, recordé todo lo que en el último mes me había pasado... un mes que no sabría si calificar como mí descenso personal a los infiernos o como mí redención personal ante las personas que más me querían y egoístamente había alejado... un mes que me pasé la mayor parte llorando... un mes en que me descubrí a mí misma como una pésima persona, una egoísta, una orgullosa... y si se quiere también una auténtica hija de puta... no tendría ningún sentido negarlo... un mes en que me descubrí a mí misma como una pésima mujer, esposa y amante, una interesada, una manipuladora, una frígida y una remilgada.

Recordé también cómo fui drogada y seducida por una casi desconocida que creí mi amiga... como estuvo a punto de meterme en el mundo de las drogas y la prostitución... como en mis pesadillas reviviendo aquella experiencia, ella me vestía de puta... con ligueros, medias de rejilla, botas altas negras de látex, vestidos sexis sin ropa interior... para luego tras calentarme y drogarme, obligarme a follar con hombres por dinero... incluso llegué a tener pesadillas con que por aquel camino podría haber acabado siendo esclava sexual de algún degenerado... unas pesadillas que no le deseo a nadie.

El fin de semana pasó de forma lenta, desesperantemente lenta... pero finalmente llegó el lunes y a las siete en punto de la mañana llamaba al timbre de la casa de mi ex-marido como aquel mensaje me indicaba... en mi cabeza algunas preguntas, cuyas respuestas todos querréis conocer, me atormentaban... ¿cómo de graves habrían sido para él todos mis pecados?... ¿cómo iba a acabar aquella historia, mí historia?... ¿amada como esposa?... ¿follada como puta?... ¿jodida como esclava?

Sé que entre los que han leído esta historia habrá, como no puede ser de otra manera, opiniones para todos los gustos... desde aquel lunes ha pasado ya mucho tiempo... desde entonces, muchas veces me he vestido como una auténtica puta y otras como una verdadera señora, una dama... cada centímetro de mi cuerpo ha sido tantas veces maltratado como mimado... cada orificio de mi cuerpo ha recibido litros y litros de semen... he vomitado muchas veces mientras sentía como una polla me follaba la boca golpeándome la campanilla, he vivido la sensación de sentir el semen saliendo a borbotones por mis fosas nasales con mis ojos nublados por lágrimas, porque esa polla que me follaba la boca me asfixiaba por completo taponándome hasta la garganta... otras veces era yo quien acogía esa polla con dulzura en mi boca recibiendo su semen y lo degustaba... he sido jodida como una esclava, he sido follada como una puta y he hecho el amor con una ternura inimaginable... infinidad de veces, en todas las posturas y en todos los lugares que se puedan imaginar... he gemido, jadeado y gritado de dolor muchísimas veces, de placer otras tantas... siempre he tenido orgasmos dulces y placenteros, y no me avergüenza tampoco decir que en pleno éxtasis muchas veces he llegado a mearme encima de gusto, de puro placer... me he ido a dormir muchas noches con tanto semen dentro de mí cuerpo que sentía el estómago empachado, el coño lleno o los intestinos rebosando y me he levantado al día siguiente con la mandíbula desencajada, el coño en carne viva o el culo todavía palpitando... y tan dolorida que no podía moverme y casi ni sentarme.

Así que en el fondo, todas las preguntas que mi hice aquel lunes ante aquella puerta tuvieron la misma respuesta afirmativa... he sido jodida como si fuera una esclava sexual, he sido follada como una vulgar puta y me han hecho el amor haciéndome sentir como una reina, una mujer muy amada y deseada... pero lo mejor de todo es que he sido dichosa y feliz en todos los casos... ¿saben por qué?... porque nadie ha tenido que drogarme o pagarme para que lo haga... lo hago porque quiero, con el hombre al que quiero y al que he querido siempre... porque tal vez la primera vez no quise o no supe demostrárselo... pero esta vez sí quiero... y aunque quizá siga sin saber, basta querer... para saber cómo hacer algo, sólo basta con querer hacerlo... y yo estoy dispuesta a aprender y hacer cada día lo que haga falta para demostrárselo... daría mi vida por él y sé que a pesar de todo lo que le hice, él daría la suya por la mía.

Todas las mañanas me despierto feliz a su lado... le abrazo, le beso con pasión y devoción, antes de decirle que le quiero con todo mi alma... sin embargo, algunos días todavía me sorprendo a mí misma mirándome al espejo y pensando en el tiempo que perdí en darme cuenta que lo tenía todo y no supe valorarlo... entonces le sonrío con picardía a mi reflejo y le digo mentalmente que aunque parezca la misma persona de antes, no lo soy... hace mucho tiempo que la hija de puta egoísta y orgullosa ha muerto, al menos cuando estoy con la gente que quiero en casa.

Mientras vuelvo a repetir esa idea en mi mente, siento como se abre la puerta de la calle... sostengo a mi bebé, pero separo mis ojos de sus grandes ojos verde esmeralda para mirar la puerta del salón... sé que enseguida va a entrar corriendo como un loco para abrazarme...

  • ¡Mami!... ¡mami!...

¿manina etá bie?

  • Claro hijo... mira que tranquila está ahora... ¿dónde está papá?

Me agacho para besar a mi hijo mayor y aprovecho para dejarle ver a su hermanita y que le dé también un beso a ella... entonces levanto la vista y le veo apoyado en la puerta con su traje... como siempre está guapísimo, impecable... noto en sus ojos verde esmeralda como me mira con amor y deseo, mientras en su boca se dibuja con picardía una gran sonrisa... dejo el bebé en la cuna y me acerco rauda a abrazar y besar los labios del hombre de mi vida...

  • Hola cielo... ¿qué tal el día?

  • Hola reina... no sabes lo que acaba de mejorar sólo con tu abrazo y el beso de tus labios.

Me acaricia levemente la espalda descendiendo hasta rozarme el culo sobre la ropa, mientras me besa de nuevo... deseo que se pare el tiempo, que se pare mundo... ya estoy otra vez completamente mojada... me pasa todos los días, veo sus ojos verde esmeralda fijos en mí, su mirada de amor y adivino también su deseo por poseerme y me mojo como si fuera una colegiala deseando que llegue el momento de que lo haga.

  • Reina... ¿todo preparado para celebrar el cumpleaños de la peque?

  • Claro cielo... ya lo tengo todo preparado... sólo falta que llegue mi madre... aunque si te digo la verdad, todavía no ha llegado y ya estoy deseando que se vaya... acostar a los niños... y luego ya sabes – digo con picardía mientras le guiño un ojo.

  • Jajajaja... por lo menos procura que cuando llegue tu madre no se te note tanto como ahora, que puedo verlo e incluso leértelo en la cara... ¿qué va a pensar de nosotros esa buena mujer? – dice burlándose de mí mientras también me guiña un ojo.

Mientras va a cambiarse de ropa me muerdo excitada el labio de abajo, varias preguntas simultáneas asaltan mi mente... ¿qué pasará hoy por la noche?... ¿querrá hacer el amor con su mujer?... ¿querrá follarse a su puta?... ¿querrá joder a su esclava?... lo sé... quizá sigo haciéndome demasiadas preguntas... en eso no he cambiado... aunque la respuesta sí que la tengo muy clara, pase lo tenga que pasar esta noche... ¡LO ESTOY DESEANDO!

Sé que todavía tendréis preguntas, pero ya no tengo demasiado tiempo para contestarlas...

Para los románticos os diré que aunque no estamos de nuevo casados, el anillo volvió a mi dedo apenas unos días después de aquella mañana de lunes, sin embargo tuvimos que aplazar la boda porque me quedé embarazada... primero una vez y después otra... también os diré que sí, que esa segunda vez que me lo pidió, él también estaba de rodillas y que también había una fuente... la gran diferencia es que esa segunda vez yo también lo deseaba y como mujer enamorada lloraba y gritaba... lloraba antes de que me lo pidiera de placer... porque con mis ojos tapados, mis brazos atados al cabecero de aquella nuestra cama, tumbada boca arriba con las piernas bien abiertas y él arrodillado entre ellas, recibía en mi interior los tremendos embistes de su enorme polla mientras gritaba a las puertas del orgasmo que era suya y de nadie más... hasta que para mi sorpresa, sus labios se juntaron con los míos, acallando mis gritos con un beso que para mí fue mágico... un beso que nos hizo estallar a ambos en un tremendo orgasmo que convirtió mi coño en una fuente que chorreaba y chorreaba... liberó entonces mis manos, deslizó el anillo en mi dedo y mirándome con esos preciosos ojos verde esmeralda me sonrió diciéndome –

ya lo sé reina

– y lloraba después de que me lo pidiera de felicidad mientras seguía gritando y gritando muy emocionada mirando el anillo en mi dedo, que era suya y de nadie más, con mi coño hecho todavía una fuente y donde la mezcla de nuestros fluidos chorreaba y chorreaba.

También os diré que jamás me ha vuelto a poner la mano encima después de aquella gran bofetada y que, por supuesto, tampoco permitió que dejara de trabajar por mucho que yo se lo pidiera o que incluso se lo suplicara... siempre me ha dicho que no estudié una carrera universitaria para quedarme en casa fregando platos, además me dice también que esa es una faceta de mí vida que le encanta... sin embargo, ahora tengo otras prioridades en la vida, hago jornada reducida en mi trabajo, paso consulta sólo algunas mañanas y de viajar a congresos nada de nada... cada día que trabajo, cuando a las dos menos cuarto en punto acabo mi jornada, al marcharme miro aquella figurita del golfista sobre el laberinto, la imagen del paciente que propició mi cambió de vida y sonrío como una tonta diciendo en voz alta –

gracias, gracias, gracias

– desearía que me oyera, y deseo de corazón que también le vaya todo bien en la vida y sea tan feliz como yo... ¿qué sería de mi vida si no le hubiera conocido?... por las tardes llega el momento más importante del día, estar en casa disfrutando de mi familia y compartiendo mi tiempo con ellos... no pienso perderme un minuto más de sus vidas... bastantes años he perdido ya por tener las prioridades equivocadas.

Para los morbosos os diré que jamás en la vida he vuelto a tocar otro cuerpo que no sea el suyo, con él tengo más que suficiente, me tiene de verdad completamente satisfecha y también destrozada... aunque admitiré que alguna vez he sentido el morbo de volver a acariciar a una mujer, pero es más una fantasía que una necesidad... os preguntareis también si le he contado lo que pasó en aquel congreso de EEUU... pues sí, se lo conté un día que salimos a cenar y acabamos la noche pasados de copas, al menos yo... me masturbaba bajo la falda con disimulo en una esquina de un bar prácticamente a la vista de todo el mundo cuando me fijé que una chica me sonreía mientras nos observaba... le hablé al oído de nuestra espectadora y me fui de la lengua contándole todo lo que paso en aquel congreso... no puso buena cara... todavía recuerdo el final de aquella conversación que tuvimos en aquel bar mientras estaba borracha y cachonda perdida...

  • Dime cielo... no te gustaría ver a tu mujer divirtiéndose con otra.

  • No entiendo porque debería compartir mi reina con nadie... ¿qué ganaría? – me dijo poniéndose de repente muy serio y dejando de masturbarme.

  • Venga cielo... no seas así... no sería para divertirme yo sola, haríamos un trio los tres... ¿qué hombre no desearía tener dos mujeres preciosas en su cama, besándole y acariciándole, mientras puede hacer con ellas todo lo que quiera? – insistí más debido al alcohol y a la excitación del momento, mientras movía mi cuerpo buscando que siguiera masturbándome, que porque de verdad quisiera que pasara.

  • Reina... ¿te lo digo?... – dijo con ese tono burlón suyo, sonriéndome y sacando la lengua.

Noté en seguida por sus gestos y su tono cuando me hizo aquella pregunta, que me iba a gastar una broma de las suyas y reí divertida afirmando con la cabeza... ¿sabéis la respuesta?...

  • Reina... si te vas a poner así no me va a quedar más remedio que aceptar tu propuesta... pero si quieres hacerlo de verdad... la única condición que te pongo es que yo elijo a la mujer con la que compartir nuestra cama.

  • ¿Y quién sería? – dije siguiéndole el juego, poniendo mi voz más seductora posible, acariciándole el paquete sobre el pantalón y mordiéndome el labio de abajo para provocarlo... y mientras aguardaba su respuesta agarré su mano llevándola de nuevo bajo mi falda, invitándole a continuar masturbándome.

  • Algún día tendrás que hacer las paces con tu hermana – dijo antes de empezar a reírse con tremendas carcajadas que hicieron que medio bar nos mirara.

Se me quitó de repente toda la borrachera que llevaba, la excitación y se me quitaron también las ganas de volver a proponerle hacer algo así... cada vez que recuerdo aquella conversación me hierve la sangre... ¿meter a mi hermana en nuestra cama y follárnosla los dos para que yo hiciera las paces con ella?...

¡MENUDO CABRÓN!

... sé que era una broma y por encima de todo, por su manera de decírmelo, sé que aquello jamás iba a suceder, pero hay cosas que ni en broma.

Ahhh... por cierto, casi lo olvidaba... también recuperé mi relación con mis antiguas amigas, aquellas chicas del barrio... no me quedó más remedio ante su insistencia que acudir un jueves por la tarde a una de aquellas quedadas... me acompañó hasta la puerta y prácticamente me empujó para que entrara, la verdad es que todavía sigo sorprendida de lo bien que me recibieron a pesar de lo mal que me había portado con ellas, incluso con mi mejor amiga he recuperado también el contacto... aunque como comprenderéis, ya nada es como antes.

¿Qué se de las arpías?... pues no tengo noticias de ellas, eran tan buenas amigas que en cuanto dejé de llamarlas ni se preocuparon... supongo que la puta seguirá follando todo lo que puede, cuando puede y donde puede, sólo me gustaría saber qué excusa le pondrá ahora a su marido... la peluquera seguirá buscando lolitas, y no tan lolitas, que le coman el bollo entre las clientas de la peluquería... y la tetona aguantando aquel asqueroso que cada vez que me veía babeaba.

Suena el timbre... salgo al pasillo y veo que pasa a mi lado, de repente se da la vuelta y me agarra del brazo... me agarra fuerte para apretarme contra él, y con sus dos manos en mi culo me levanta del suelo como a una pluma para darme un suave piquito en los labios...

  • Reina... esta noche te vas a enterar de lo que es bueno – me susurra al oído.

  • Calla cielo... calla... ya me estoy poniendo cachonda – digo bajito para que no me escuchen mis hijos con algo de vergüenza.

  • Pues mira a mí como me tiene a mí la reina de la casa – me dice mientras agarra mi mano y la pone sobre su paquete duro y palpitante.

Enseguida veo entrar a mi madre corriendo... pasa por mi lado sin mirarme en busca de sus nietos... agarra al mayor de la mano para sentarlo en el sofá, coge en brazos al bebé empezando a arrullarlo, y mientras lo hace le saca la lengua a su hermano.

  • Hola ehhh... mamá... ¿hola?... ¡MAMÁ!... ¡HOLA!

  • Ahhh... hola hija – me dice sin mirarme al rato, mientras juega con los niños.

  • ¿Nos tomamos un café mamá?... ¡MAMÁ!... joder, no me haces ni puto caso – protesto.

Me voy a la cocina para preparar los cafés... oigo que la puerta de la cocina se cierra y sonrío... enseguida siento su abrazo y tengo sus labios besando mi cuello, una de sus manos agarra una de las mías para colocarla sobre su paquete, la otra entra velozmente bajo mi camiseta subiéndola lo justo para desaparecer bajo mi pantalón colándose bajo mis bragas... cuando quiero reaccionar ya tengo uno de sus dedos dentro de mi coño, jugando y buscando rozar con la punta mi clítoris.

  • El tuyo con mucha leche... ¿verdad reina? – me susurra sin dejar de besarme cuando empieza a introducir un segundo dedo para seguir masturbándome.

  • ¡Estate quieto joder!... ¡que parece que tienes quince años! – le digo para un segundo después morderme el labio para evitar jadear muy alto.

  • Jajajaja... – se ríe en mi oreja y el aire que exhala me pone la piel de gallina – siempre haciéndote la digna y negando con palabras lo que tu cuerpo te pide a gritos... ya estás otra vez completamente empapada.

Me suelta... saca sus dedos de mi interior y su mano sale de debajo de mi ropa... se chupa uno de los dedos que me ha metido en el coño en un gesto lascivo que me excita rompiendo toda mi resistencia y cuando intento agarrarlo para que siga, se va... excitada voy al baño a refrescarme, termino de preparar los cafés y cuando llego con ellos al salón, lo veo está conversando alegremente con mi madre, como si no hubiera pasado nada en la cocina unos minutos antes...

  • Aquí tienes el café mamá.

  • ¿Hija estás bien?... te veo muy colorada... ¿no tendrás fiebre? – dice mi madre bastante preocupada, mirándome por primera vez desde que entró en casa.

Sentado en el sofá, aprovechando que mi madre le da la espalda... veo como llama mi atención, me guiña un ojo y me saca la lengua burlándose de mí –

¡será cabrón!

– bueno, que es un poco cabrón ya os lo había dicho, pero un cabrón que me hace tremendamente feliz... un cabrón que deseo tener siempre a mi lado.

Sólo os deseo que seas tan felices como yo y no perdáis el tiempo en cosas de la vida que realmente no valen tanto la pena como parecen... cuidad a la gente que os quiere antes de que os falte... afortunadamente yo tuve una segunda oportunidad, pero quizá no todo el mundo la tenga... un abrazo y gracias por leer la historia de esta psicóloga que vivía en su burbuja de fantasía creyéndose que era muy lista, hasta que abrió los ojos y descubrió cómo era realmente el mundo y la vida, entonces acabó descubriendo que en realidad, era muy tonta... ¡hasta siempre!