Entrevistas a prostitutas (1)
He decidido realizar una serie de entrevistas a las profesionales del oficio más viejo del mundo. Para esta primera entrega: una angelical e inocente jovencita.
Cierto día de sumo aburrimiento se me ocurrió una idea que, pensada con más detenimiento, me parecía bastante interesante. Decidí entrevistar a varias prostitutas, procurando abarcar distintas realidades del oficio más viejo del mundo. Esta entrevista es el primer resultado de aquella idea. Para ello, recurrí a los anuncios de un periódico. Estos son algunos de los anuncios que barajé para llevar a cabo mi primera entrevista.
Susanita, 19. Viciosa y tragona. Te como sin. Griego, lluvia, copro y muchas más cositas. Te recibo con medias de liga y tacón. Estoy solita. Completo 30 euros.
Verónica. Auténtica calentona. Soy una jovencita con un cuerpo ardiente y un buen culo para que lo disfrutes, unas tetas grandes y un conejito muy jugoso. Francés tragando, griego, corbata francesa. Sin portero. Todo, todo, 30 euros.
Me llamó bastante la atención qué sería eso de la "corbata francesa".
Sonia, 19. La chica más sexy de la ciudad. Soy modelo de lencería. Mis padres hacen un viaje por el extranjero y me quedo sola en casa (por 3 meses). Siempre quise hacer esto. Soy viciosa y morbosa. Dime lo que te gusta y lo haremos: griego, francés sin, besos, caricias... Todo 30 euros. Sin portero.
¡Cachondas! 19 y 20 años, guapísimas, muy morbosas, calientes, ardientes, viciosa, ninfómanas sin lugar a dudas. Mientras más sube la temperatura más sube mi deseo por estar contigo. Sexo fuerte, griego hasta el final, francés al natural, beso negro, beso con lengua, cubanita, 69, lluvia, dúplex, lésbico, consoladores. ¡Te recibo sola o con amigas, haré tus fantasías realidad! Todo 30 euros, 1 hora 60 euros.
Me resultó interesante la situación, pero decidí dejarlo para más adelante.
Lara, sólo sexo. Griego en posturas y profundo. Jugamos con vibradores, francés hasta el final, beso negro, beso con lengua, masaje anal. Soy muy complaciente y sumisa. 30 euros completo y 50 euros repitiendo.
¡Hola! Soy Eva. ¿Quieres comerte mi manzana? Ven a pecar conmigo. Francés sin preservativo hasta el final. Supergriego en posturas. Los 3 besos, blanco negro y rosa. Cubanas, 69, lluvias, orgías lésbicas, consoladores y más fantasías. Discreto. Sin portero. Completo 30 euros, 1 h. repitiendo con griego 60 euros. También domicilios.
Woman, servicios exclusivos. Modelos de pasarela y televisión. Portadas de revistas Nacional e Internacional. Famosas 1.000 euros.
Interesante, pero para más adelante.
- Hola me llamo Belén! Soy muy mala estudiante; vas a tener que examinarme en privado y darme el 10 una vez me hayas probado. Me tendrás que dar clase de francés y de gimnasia y si no presto atención, ya sabes... Me apoyarás sobre el pupitre y me obligarás a enseñarte mis braguitas de colegiala si quiero aprobar el curso. Espero con ansiedad que seas mi profesor particular, te recibiré con mi uniforme de colegiala. Serv mín 60 euros (media hora). Te recibo en mi apartamento privado o si quieres podemos vernos en tu hotel (no domicilios).
Fue por esta por la que me decidí. La sutileza del mensaje me encandiló (que me la puso dura, vamos) y reflejaba bastante a las claras lo que buscaba para la primera entrevista: la eterna fantasía de la lolita traviesa. Llamé al número indicado y, tras varios intentos, logré convencer a mi interlocutora de realizar la entrevista a cambio del precio de una sesión.
No me parece probablemente una parte importante, pero a continuación describiré lo que me encontré al llegar a la dirección del anuncio. Era un edificio de apartamentos en el que, como más tarde me comentaría Belén, había más chicas en su misma situación. Había total discreción por parte del casero y del portero a cambio, claro está, de algunos euros extra.
Cuando se abrió la puerta, se mostró ante mí una muñequita de ojos azules y coletas rubias vestida con un traje de colegiala que podría perfectarme haber sido de su estancia en el colegio por el tamaño de las prendas, al menos dos tallas más pequeñas. Estaba maquillada, aunque sólo ligeramente, resaltando las mejillas sobre todo e irradiando, en general, un sutil aire de inocencia. Era bajita aunque se la veía desarrollada. Tenía un buen par de tetas que sobresalían de un profundo escote cuidadosamente arreglado, con sujetador blanco por debajo de la blusa. La faldita tableada escondía a duras penas sus nalgas, sobre todo cuando andaba. Sus piernas suaves y depiladas se cubrían con calcetines altos hasta la rodilla y zapatos también de colegiala. Su culo era pura poesía.
Tras el intercambio de dinero y limar algunos flecos sobre lo que quería que resultara de la revista, comencé con las preguntas.
Pregunta: Cuéntame algo de ti, preséntate.
Respuesta: Mi nombre es Belén, tengo 21 años, estudio farmacia en la universidad y soy de un pueblo pero vivo aquí mientras estudio.
Pregunta: Cuál es el papel que representas así vestida.
Respuesta: Es obvio, no? El de niña pequeña. La caracterización luego depende mucho del cliente. Los hay que quieren pensar que soy su hija, la hija de su vecina o una simple chiquilla desconocida del colegio que no ha hecho los deberes.
Pregunta: Cómo sabes qué representar en cada momento?
Respuesta: Muchas veces por simple lenguaje corporal. Se nota qué cosas le gusta más a la persona mirándole a los ojos, a la cara, sus reacciones en general. Pero la mayoría de las veces es algo concertado, una fantasía establecida antes. También hay algunos que son ya habituales (risas).
Pregunta: Tienes mucha clientela fija?
Respuesta: No, cuatro o cinco, aunque fijo puede ser a lo mejor una vez al mes o más.
Pregunta: Por qué de niña pequeña?
Respuesta: Es un tabú, y eso a la gente le pone mucho. Lo prohibido siempre es más atractivo. Mi cuerpo además me permite introducirme en el papel de forma relativamente fácil.
Anotación: Doy fé, realmente pareces una chiquilla.
Pregunta: Cuál es la fantasía más recurrente?
Respuesta: Dos, sobre todo: el de la hija y el de la alumna; y, casi siempre, en el sentido de niña traviesa que se porta mal y merece un castigo.
Pregunta: Eres sumisa?
Respuesta: En qué sentido? Está claro que debo ser sumisa si quiero poner cachondo al cliente. Pero no me gusta ni un pelo el sadomaso ni relacionados. El castigo que yo recibo de un cliente puede consistir en palmaditas, en hacer trabajitos de compensación o incluso en ponerme de rodillas mirando a la pared con los brazos en cruz y libros en la mano.
Anotación: Dios mío, me recuerda al colegio de monjas.
Respuesta: (risas) Sí, es la idea.
Pregunta: Cambiando un poco de tema, por qué decidiste entrar en este negocio?
Respuesta: Fue por voluntad propia y con ayuda de una amiga de la facultad. Establecimos una buena relación y al año o así, surgió el tema de mi escasez de crédito y me comentó que ella sacaba un dinerillo extra haciendo servicios especiales. Me gustó la idea, siempre me ha encantado el sexo, y unas rápidas cuentas me decían que había perdido ya mucho dinero (risas).
Pregunta: Qué dificultades encontraste?
Respuesta: Pocas, porque como ya te he dicho, mi amiga me ayudó mucho y no cometí errores de novata. Al principio lo hacía a domicilio. Concertábamos por teléfono y yo me desplazaba. Tras dos meses, me fui animando y terminé alquilando un apartamento. Luego, me mudé aquí.
Pregunta: Dices que te gusta mucho el sexo, te consideras ninfómana?
Respuesta: No, para nada. Muchos tíos usáis ese término para definir a una mujer abierta respecto al sexo. La ninfomanía es una enfermedad, nada que ver con que guste o no el sexo.
Pregunta: Te veo bastante convencida pero, te arrepientes de algo?
Respuesta: De no haber empezado antes, si acaso.
Pregunta: Siempre disfrutas?
Respuesta: Procuro hacerlo, porque si no puedes acabar muy quemada. Si el cliente no sabe o no puede, yo me las arreglo, aunque a veces es difícil, pero bueno...
Pregunta: Qué cosas no harías nunca?
Respuesta: Movidas de sadomaso o cosas que me hagan sentir realmente mal.
Pregunta: Te lo harías con un perro?
Respuesta: (risas) No.
Pregunta: Lluvia dorada?
Respuesta: Sí, alguna vez, aunque no me agrada demasiado, sobre todo si la recibo yo (risas).
Pregunta: Juegos con semen?
Respuesta: Sí, siempre me resultó morboso el esperma. Hago francés sin condón, dejo total libertad para las corridas, ...
Pregunta: Te lo tragas?
Respuesta: Sí, también.
Pregunta: Por obligación o por vicio?
Respuesta: (risas) Unas veces por una y otras por otra.
Pregunta: Alguna vez te han sentido tan atraída por el cliente como para no cobrar?
Respuesta: Sí, hay hombres magníficos que se van de putas, el tópico del gordo calvorota y feo es realmente eso, un tópico. Vale, los hay (risas), pero hay algunos que están como un queso. Sin embargo, me dejaron claro que siempre debía cobrar, y siempre por adelantado para evitar esas tentaciones.
Pregunta: Te lo has hecho con algún conocido?
Respuesta: Lo he hecho con gente que me sonaba sus caras, pero de conocer de antemano, nunca me ha pasado. De encontrarme a clientes después, sí me ha pasado alguna vez. Una vez, hubo uno que incluso me presentó a su mujer. Me dio mucha pena.
Pregunta: Ella sabía a qué te dedicabas?
Respuesta: No, para nada, me habría sacado los ojos (risas).
Pregunta: Te ha causado problemas este trabajo en alguna ocasión?
Respuesta: En alguna ocasión, a veces envicia mucho, tanto el sexo como el dinero, y descuidas otras facetas de tu vida.
Pregunta: Lo más raro que te ha pasado?
Respuesta: Esta entrevista (risas), sin lugar a dudas.
Pregunta: Jeje, y aparte?
Respuesta: Una pareja, de unos treinta y muchos. Querían hacer una fantasía. Se trataba de que ellos estaban con el tema y su hija los sorprendía y se les unía al rollo, acabando la cosa en trío. Eran muy majos y estuvo bastante bien.
Pregunta: Deduzco que eres bisexual...
Respuesta: Sí, mayormente, aunque no se puede decir que tenga muchas clientas, de hecho esta fue de las poquitas.
Pregunta: Lo mejor que te ha pasado?
Respuesta: Todo el trabajo en sí.
Pregunta: No te han pedido matrimonio ni nada por el estilo?
Respuesta: (risas) Sí, a montones. Muchos quieren sacarte de este mundo, se creen que estás obligada por una mafia... o no sé. Cuanto Richard Gere suelto hay... (risas)
Pregunta: Seguirás siempre en este negocio?
Respuesta: Como niña no sé (risas), que el tiempo no perdona, pero sí, mientras no me aburra seguiré ejerciendo.
Pregunta: Tienes pareja?
Respuesta: Podría? Yo no lo creo. Ocultarlo no podría y... bueno, no sé, no creo que haya muchos hombres a los que les guste que le hagan de todo a su pareja.
Pregunta: Muchas actrices porno tienen pareja.
Respuesta: Sí, pero casi todos actores porno. No me gustaría tener un novio gigoló.
Pregunta: Por qué?
Respuesta: Soy muy celosa.
Pregunta: Curiosa respuesta. Tú eres fiel?
Respuesta: Si tuviera pareja, sí.
Pregunta: Pero si te da su consentimiento ya no sería infidelidad... o sí?
Respuesta: Para mí, sí.
Pregunta: Alguna vez has hecho la calle?
Respuesta: No, no me mola nada. Al principio me desplazaba a domicilio, pero luego siempre en apartamento propio.
Pregunta: Cuánto cobras?
Respuesta: (risas) Gran pregunta. Al principio hacía mamadas por veinte euros y follaba por treinta. Luego fui subiendo. Ahora mismo, media hora de lo que sea son sesenta euros, siempre en efectivo y por adelantado. No hay devoluciones (risas).
Pregunta: Pues muchas gracias por todo, ya sólo me queda una última pregunta. Me haces una mamada?
Respuesta: (risas) Pagando, te hago lo que quieras.
Y se la pagué, no creo que haya que dar muchas más explicaciones. Me había puesto la verga dura desde el memento en que atisbé sus coletitas por el quicio de la puerta. Me di un buen atracón con sus tetas, exhuberantes y de pezones rosados. Me regodeé con la vista de un coñito de labios prietos y sin rastro alguno de pelo. Exploré a conciencia un culito hermoso, duro y respingón, una delicia absoluta. Disfruté de su boca cálida y su lengua habilidosa y, si hubiera aguantado la tremenda mamada sin derramar mi leche en su boca, la cual se tragó como un gatito hambriento, me la habría follado. Pero no pudo ser.