Entrevista follada II

Una vez hemos llegado al hotel, antes de que las puertas del ascensor de abran y podamos ir a nuestras habitaciones, me toma por la cintura, junta su cuerpo al mío dejándome pegada a la pared y me dice: “Te espero en 1h en mi cama”, solo pude responder: Sí señor.

Hola de nuevo, soy Verónica y lo que os vengo a contar ahora ocurrió en febrero (pre-pandemia) y fue nuestro último viaje juntos fuera.

Si no habéis leído la parte I de esta historia os recomiendo que lo hagáis antes de continuar.

En ese momento teníamos ya 3 meses trabajando juntos, él (Oliver) como jefe de operaciones y yo como coordinadora del departamento comercial y nos avisan que tenemos que acudir a una reunión con la directiva y que irían jefes de todas las delegaciones a Londres. No había terminado de leer el mail cuando recibo un mensaje:

Él: .-  “Te esperan sorpresas, prepárate”.

Yo: .- ¿Es una promesa, o una amenaza?

Él: .- Es una advertencia…

Yo: .- Pues estaré atenta a tus movimientos…

Él: .- No me veras venir, literalmente…

El vuelo fue corto y nos alojamos en un bonito hotel en el centro de Londres, he de decir que era mi primera vez en esa ciudad y todo me parecía sorprendente y maravilloso. Nos indicaron que tras dejar nuestro equipaje pasáramos a una gran sala que había reservado la empresa para la reunión y eso hicimos.  Se trataba de una reunión bastante informal y con desayuno (Brunch) incluido.

Sobre las 13h de la tarde acabamos con aquella pesadilla de sonrisas fingidas y escuchar a jefes que no tienen ni idea del trabajo real. Yo subía a mi habitación a cambiarme de ropa y ponerme cómoda para patear las calles y aprovechar al máximo el “buen tiempo” que hacía y que al parecer no era lo normal. Justo cuando estoy saliendo, escucho su voz y tiemblo, me pregunta dónde voy y le cuento mis planes, me disculpo diciendo que no lo había invitado por que pensé que le parecería una chorrada, me dice que lo espere un minuto y que me acompaña.

Nos subimos al ascensor y cuando voy a picar en PB para salir al lobby del hotel, él me toma la mano y pica sótano 1, le pregunto que hace y solo sonríe. Al llegar al parking, saca de su bolsillo unas llaves y me dice que iremos en un coche que alquiló y señala un mini rojo descapotable, suelto una carcajada y le digo: “esto no te pega”, me responde que no conducirá él, que lo haré yo. No, no fue divertido… conducir a lo inglés es horrible. Acabamos al tarde tomando té y riéndonos de mis ataques de ansiedad al conducir.

Una vez hemos llegado al hotel, antes de que las puertas del ascensor de abran y podamos ir a nuestras habitaciones,  me toma por la cintura, junta su cuerpo al mío dejándome pegada a la pared y me dice: “Te espero en 1h en mi cama”, solo pude responder: Sí señor.

Nerviosa, excitada y caliente como el mismo infierno llamo a su puerta y me doy cuenta que está a medio abrir, entro y está todo obscuro y lo escucho que me llama desde el sillón. Cuando estoy a 2 metros me pide que me quite la ropa y que me ponga un antifaz que hay sobre la mesa, obedezco como siempre. Desnuda como él quería, me toma de la mano y me tumba en la cama boca arriba, con avidez me abre las piernas y se separa un poco, puedo escuchar pasos por lo que supongo que se está quitando la ropa. Al momento siento que se acerca a mí y metiendo 2 dedos dentro de mí vagina me empieza a chupar y mordisquear el clítoris como nunca lo había hecho, era una mezcla de lametazos, chupadas y dedos… todo a la vez. Intente cogerle el pelo para pegarlo más a mí, pero en ese momento me tomo las manos desde un lado y me dijo al oído,  “tranquila estoy aquí, disfruta con ella como lo haces conmigo”. Sentí que el corazón se me había parado por un momento, me empezó a faltar el aire y cuando intente hablar, el me callo metiéndome la polla la boca y embistiendo con todas sus fuerzas.

Me corrí, vaya si lo hice, de una manera que no puedo explicar.  Luego se vino él y me lleno la boca de su lefa, caliente y divina. Trague, trague todo lo que tenía para darme mientras me caían lágrimas de los ojos por el esfuerzo  y la falta de aire de la follada de boca que me acababa de dar.

Cuando me soltó las manos tire del antifaz y la vi, una chica hermosa con unos ojos increíbles que me miraban sonriendo desde la esquina de la cama. Oliver dice: te presento a Sophye, una amiga que ha venido desde Toulouse a conocerte, yo no podía gesticular palabras y lo único que hice fue tenderle mi mano y traerla junto a mí, me lleve una de sus tetas al boca y sentí que toda mi vida había esperado por aquello, lleve mi mano a su vagina y la toque con mimo por un rato, Oliver nos miraba y podía notar como su erección iba creciendo con cada movimiento nuestro, le pregunte si quería tocarla y me dijo que no, Sophye en un francés inentendible respondió: “Solo chicas, he venido por ti”. Continúe con lo que hacía hasta que ella se corrió entre mis manos y mi boca, pude ver a mi chico tocarse la polla con movimientos suaves viendo aquella escena que incluso a mí, me parecía irreal.

Sophye se levando y fue a la ducha y yo con una seña hice que Oliver se tumbara en la cama para poder cabalgarlo, así lo hice, me clave en él hasta que sentí que tocó fondo y un sonido grueso de placer sonó en su garganta, empezaba a subir y bajar ensartada por su verga cuando sentí a mi nueva chica preferida en mi espalda restregando sus tetas conmigo, me distraje de mis movimientos y reaccione con una fuerte palmada en las tetas, luego vino otra y así hasta que las tenía tan rojas como manzanas. Sophie me inclino para que quedara acostada sobre el pecho de él y me puso gel lubricante en el culo y antes de que pudiera decir nada, me penetro con una verga de goma sujeta a un arnés que llevaba ella en la cintura. En ese momento sentí que explotaría, la doble penetración me tensaba todo desde dentro, apenas podía moverme, así que fueron ellos los que tuvieron que hacerlo, dentro, fuera, arriba, abajo y mi cuerpo no pudo más. Grite, grite como nunca sumergida en un orgasmo múltiple que me dejo temblando las entrañas. Sophye salió de mí y Oliver también, pero solo para darme la vuelta y follarme el culo hasta que se corrió dentro de mí.

Me quedé dormida por un rato, no sé cuánto. Cuando desperté no había ni rastro de Sophye y Oliver estaba sentando en el sillón con sus calzoncillos azules mirándome fija y oscuramente, sabía lo que esa mirada significaba, lo confirme cuando vi colgar de su mano su cinturón. Como pude me levante para ir junto a él. Me pregunto si lo había disfrutado y le dije que sí, me tomo de a mano y me inclino sobre la mesa y me dijo: “Pues ahora tendrás que ser castigada por haberte liado con otra”. Recibí 30 azotes aquella noche, uno detrás de otro. Tuve que contarlos y agradecerlos cada uno de ellos, sucedidos de una follada de película en la alfombra, donde acabe boca abajo mientras mi señor me ponía hielo en las nalgas y las sobaba para mitigar un poco el dolor.