Entrevista con Catalin (1)

Mi trabajo me lleva a conocer a Catalin, un rumano en Monte Perdido

Trabajo para un periódico de mi ciudad, últimamente me han destinado a la sección de sociedad, y mi jefe quiere que realicemos una serie de reportajes sobre extranjeros que viven en la zona. Es por eso que me encomendó que preguntara sobre los emigrantes que la gente conocía y a qué se dedicaban. En uno de los viajes por los valles, en concreto en el de Broto, es donde me enteré que vivía Catalin, un rumano de unos 35 años.

Después de indagar sobre él, me dijeron que estaba en la montaña, y que se encargaba de cuidar un rebaño de ovejas. Solo bajaba una vez al mes para comprar víveres. Alguien que lo conocía tras saber cuales eran mis intenciones accedió a darme su teléfono móvil para lograr contactar con él.

No dudé en volver al periódico y contarle a mi jefe el descubrimiento, mi jefe accedió a conseguir una entrevista. Pasaron tres días y mi jefe me llamó:

Bueno parece que tendrás que ir al Monte Perdido, tu rumano ha accedido a hablar y contar su experiencia como residente en la zona, creo que puede ser interesante.

¿Cómo lo encontraré?

Me dijo que el próximo jueves el bajará a Broto y que una vez allí ya se pondrá en contacto contigo, Por cierto, piensa en que vas a estar un par de días fuera, parece que quiere que veas su lugar de trabajo y demás. Llévate la cámara para poder hacer un buen reportaje.

Así que me preparé, cargue mi mochila en el coche y claro la cámara también. El miércoles por la tarde salí hacia Broto, me instalé en uno de los hoteles y esperé a que al día siguiente pudiera empezar mi trabajo. Por la noche en la cena, oí como unos lugareños hablaban de que se avecinaba mal tiempo, y claro en otoño esta zona puede deparar sorpresas, menos mal que había echado ropa de abrigo.

La mañana amaneció un tanto nublada, aunque de vez en cuando salía el sol, estaba dando una vuelta por el pueblo cuando una persona se acercó y me dijo:

¿Es usted el periodista que viene a hablar con Catalin?

Mire, Catalin no puede bajar hoy, ya que una de las ovejas se ha puesto de parto, así es que me ha dicho que le acompañe hasta el lago que hay cerca de donde él está

De acuerdo, voy a por mi coche

Yo le espero con el mío en la entrada del pueblo

Fui al hotel, cogí mis cosas y salí con mi coche detrás de la persona que me trajo la noticia, fuimos entrando en una carretera secundaria y subiendo hasta llegar cerca de un lago, una vez allí aparcamos, mi amigo salió y me dijo:

Bueno, yo le dejo, espere aquí que Catalin vendrá enseguida.

Muchas gracias

Adiós

Mi guía se marcho y yo estuve esperando dentro del coche, el tiempo pasaba y las nubes iban en aumento, el frío empezaba a hacer su mella. Eran ya casi las tres de la tarde cuando divisé la figura de un hombre que se acercaba hasta el coche, Bajé del coche y lo esperé en la puerta

¿Buenas, es usted el periodista?

Sí, usted es Catalin, ¿supongo?

Exacto, - me saludó cortésmente – Bueno coja sus cosas que hemos de subir hasta el refugio, allí ya comeremos y hablaremos.

Tal y como me dijo, cogí mi mochila y le seguí. Emprendimos el camino por medio del bosque y tras casi una hora de andar, divisé una cabaña en medio de una pradera de la que salía humo por la chimenea.

Ya hemos llegado

Uff, menos mal – dije

Pase por favor, espéreme un momento voy a cerrar el ganado, ya que se avecina una tormenta

Entré en la cabaña, era un espacio único de unos 20 metros cuadrados. En el centro había una chimenea en la cual unos buenos troncos estaban siendo pasto de las llamas y hacían que el ambiente fuera cálido. A un lado había una pequeña cocina de gas y una mesa para comer y enfrente una cama de matrimonio. El ambiente era agradable. Deje mi mochila en el suelo y me senté cerca del fuego. En eso entró él, iba bien abrigado y tal y como dijo el agua había empezado a caer.

Entró se quitó la ropa de abrigo y pude verlo. Catalin era moreno, llevaba barba de varios días sus facciones eran agradables, se acercó y apretó mis manos diciendo:

Perdone, que le haya hecho subir hasta aquí, pero ayer parió una de las ovejas y no podía bajar al pueblo. Bueno usted dirá que es lo que quiere saber de mí, aunque antes mejor será que comamos algo, son casi las cinco de la tarde y creo que ninguno de los dos hemos comido nada

Así es, - dije yo

Enseguida está la comida, he preparado un estofado de carne, sólo tengo que calentarlo

Catalin, calentó el estofado, mientras yo preparaba la mesa. Nos sentamos a comer y empecé a hablarle de mi trabajo, le conté lo de los reportajes que el periódico estaba haciendo y cómo descubrí su existencia, también le dije que en el periódico me habían dado una gratificación de 300 € para él.

La comida estaba riquísima y además la regamos con un buen vino tinto. Después preparó un café y mientras estábamos tomándolo, empecé a preguntarle.

Sé que eres rumano, ¿pero de dónde?

Soy de la región de Transilvania de una aldea cercana a Gura Rauli cerca de Sibiu

¿Cuántos años llevas aquí?

¿Este es el séptimo?

¿Siempre has estado aquí en la montaña?

No, aquí llevo dos años, antes viví un año en Broto, hasta que mi jefe, me ofreció este puesto, pues sabía que yo En Rumania también había cuidado ovejas

Entonces este trabajo, para ti no es nuevo

Para nada

¿Y no echas de menor vivir en la ciudad?

Bueno hay cosas que sí, como el poder ducharme a diario, el poder tener sexo con mujeres, el estar con amigos tomando una cerveza, ya sabes

Sí, lo entiendo. ¿Bajas al pueblo una vez al mes?, por lo menos eso me dijeron

Eso es, aprovecho para compran comida, ducharme, y

Así poco a poco el tiempo fue pasando y llegó la noche, y empezó a nevar.

Lo siento, pero tendrás que quedarte aquí por lo menos un par de días, está nevando, y cuando nieva suele durar al menso un par de días. Espero que pase la nevada y podamos bajar al pueblo, ya que yo aprovecharé tu visita y no haré subir al jefe

Bueno, pues nada, Me quedaré

Eran ya como las diez de la noche, y los dos fuimos al lugar donde estaba resguardado el ganado, echamos de comer a las ovejas y regresamos a la cabaña.

Hace poco que comimos, así que lo mejor será que tomemos un poco de queso y buen tazón de leche para cenar- dijo Catalin

Me parece perfecto

Tomamos un trozo de queso y después trajo un tazón de leche de oveja caliente con miel, estaba riquísima. Entonces Catali sacó una botella de un licor llamado Tica.

Es una bebida de mi país, espero que te guste, es un poco fuerte, pero nos calentará por dentro.

Sirvió un vaso y efectivamente era fuerte. El Tica o como se llamara nos animó y empezamos ha hablar otra vez. Supe que había tenido una novia y que la dejo embarazada con 18 años y eso le obligó a salir de su país. Estuvo primero en Italia donde vivió unos años y después vino a España. Se declaró bisexual, ya que igual le daba practicar sexo con mujeres como con hombres, incluso me dijo que alguna vez había practicado sexo con alguna oveja.

Yo también le conté mi vida, como también mis gustos sexuales eran indiferente hombre o mujer y como me casé y me divorcié y tenía un hijo de 10 años. Llegó el momento en que el sueño y la medio borrachera que llevábamos gracias al Tica hizo que nos planteáramos ir a dormir. Antes salimos a buscar unos troncos para la chimenea y también para vaciar nuestras vejigas antes irnos a la cama. El frío de la noche nos despejó y una vez dentro

Bueno tendremos que dormir juntos, espero que no te incomode – dijo él

Para nada

No te preocupes que frío no vamos a pasar, la cama tiene un nórdica y además con esos troncos el calor se mantendrá toda la noche

Y si hace frío dormimos juntos y podemos darnos calor dije yo

Eso, es dijo él

Nos desvestimos y nos metimos a la cama en calzoncillos, yo me fijé en él, tenía el cuerpo cubierto de pelo lo cual hizo que mi polla reaccionara poniéndose "morcillota", cosa que para él no pasó inadvertida. Una vez en la cama lo que me atraía era su olor penetrante, un olor a macho que lleva algún tiempo sin asearse, pero a la vez un olor fresco a hierbas y flores campestres. Estaba yo ensimismado cuando de repente siento que su mano acaricia mi cuerpo, y acercando su cara a la mía me susurró

Estoy caliente, y creo que tú también, si quieres podemos pasarlo bien

Yo acerque mis labios a los suyos y lo besé suavemente, él entendió el mensaje y entonces su lengua entró en mi boca y nos fundimos en un beso con lengua largo, nuestras lenguas jugaban, la saliva fluía entre nosotros mientras nuestros cuerpos se abrazaban y nuestras pollas erectas se rozaban. Él comenzó a besar mis ojos cerrados, los lóbulos de mis orejas, mi nariz, la comisura de mis labios, yo me dejaba hacer, nos fundimos en un nuevo beso con lengua y yo notaba la humedad de mi polla sobre mi slip. Ahora fui yo quien quiso sorprenderle, levante sus brazos y después de oler sus axilas, la besé y las lamí, él disfrutaba, mi lengua empezó a lamer los pelos de su pecho, llegando a sus pezones que chupe y lamí, mientras notaba su bulto también húmedo, bajé por su pecho, llegué a su obligo, lo lamí, lo besé, lo llene de saliva y entonces pasé mi lengua por su slip recorriendo la silueta de su polla, le quite el slip, me lo puse en la nariz, era un olor penetrante, mezcla de olores: sudor, orina, semen, … me fui directo hacia su falo y empecé por lamer sus huevos peludos subiendo hacia su glande, le bajé el prepucio con mis labios mientras mi lengua limpiaba el presumen que salía, pase la lengua alrededor del glande y limpie bien, él reaccionó me quito mi slip y los dos empezamos el más salvaje 69 que yo podía recordar, de repente le dije - voy a correrme, - él me contestó – yo también y nuestras dos pollas evacuaron a la vez dos grandes chorros de leche caliente que inundaron nuestras bocas, después nos fundimos en un beso intercambiando nuestros sabores y abrazados nos dormimos.