Entretenido turno de noche

Me vi en ese momento disfrutando de puro sexo, mientras estaba inclinado tragando el miembro de uno de ellos al tiempo que este sujetaba mi nuca, el otro me impartía unas embestidas diabólicas desde atrás.

Entretenido turno de noche

Como os dije en mí anterior confesión, aquellas últimas semanas me sentí siendo ese caramelo de algunos, caramelo que degustaron a sus anchas, dejando de ser ese caramelo para convertirme en su “juguete”. Aquella práctica iba a su fin, comencé a ser aceptados como un compañero más, viéndome como alguien con quien contar, alguien que no se achica antes situaciones drásticas. Viéndome una persona capaz de tomar decisiones sin que me tiemble la mano, viéndome incluso como uno más de la plantilla.

Aquella última semana en aquel Centro de Mayores, centro que me sirvió para mucho más que tomar experiencia y no me refiero al sexo, sino en lo personal… llevándome incluso recomendaciones para puesto de trabajo por mi implicación y entrega. Como os dije en mis anteriores relatos, ese penúltimo fin de semana tuve el broche de oro por mi entrega y sacrificio, broche de oro no solo por encajar bien y asumir la putada, sino por como acabo.

Como os dije, ese  fin de semana tuve la mayor putada… que no fue otra que la de un cambio de turno inesperado, pues prácticamente estaba destrozado y no solo por la semana, sino por la mañana de sexo impartida. Pero como estaba acostumbrado y me faltaba solo una semana para finalizar, debía de aguantar, pues esa putada era que me hacían entrar ese mismo día a las 11:00 horas de la noche.

Convirtiéndose esa noche en más que una putada, me convirtió en una putilla, pero eso mejor ya os cuento el porqué. Mirad tras ir dormitorio por dormitorio cerciorándome que cada uno de mayores dormía. Me hacía los tres últimos antes de irme a la sala a poder descansar yo un poco, bueno sigo… encamine hacia el dormitorio de Fausto que era el primero antes de llegar al final del pasillo, dándole a este las buenas noches antes de cerrar la puerta, encaminándome hacia el dormitorio de Juan y Alberto a los cuales tras darles a ambos las buenas noches cerré su puerta.

Recuerdas, finalizando por entrar en el último dormitorio, cuyos ocupantes eran aquellos que debía de asearlos y que por culpa de Juan no pude. Entre y los salude, dos hombre mayores cuya estancia allí eran uno por soledad y el otro, su problema o dolencia era sobrepeso. El primero era bastante grande y corpulento, calvo y con perilla de fino corte, el segundo era de media estatura, cabellos blancos, barrigón y la verdad bastante dulce. Ambos me dijeron…

-     “Teníamos muchas ganas de conocerte, bueno más que ganas eran deseos de poseerte”, soltaron.

Vez como uno camina hacia la puerta y tras cerrarla echa el pestillo al tiempo que el otro baja de la cama, mira de nuevo hacia el de la puerta y vez como se baja el pantalón de pijama, sacando de su interior su miembro. Vuelves a mirar hacia delante y vez como el de la cama, tiene un pollon en mano… mmm!!!.

Acercándome a este último, tomo su miembro sujetándolo fuertemente, sintiendo lógicamente la calidez que emana de este, comienzo a mover mi mano de arriba hacia abajo… llevándome su prepucio. Comenzando a ayudarme con mi otra mano a modo de magrear sus testículos y la zona del perineo, este gime de satisfacción al tiempo que me suelta entre obscenidades…

-     “Uuuffff!!!… que bien lo haces, veo que ya tienes experiencia”, suelta.

Este acaricia mi rostro con una de sus manos al tiempo que con la otra, se entretiene en introducir uno de sus dedos dentro de mi boca, soltándome…

-     “Chúpalo, imagina que es una polla”, suelta.

Comenzando a chupárselo… mientras este suspira y me insulta, escuchando los pasos del otro acercarse a mi espalda, notas como su cuerpo se pega al mío. Sintiendo sobre todo su dura y caliente polla presionar mis nalgas, mientras una de sus manos pellizca mi pezón con la otra comienza a pajearme, avisando de mí pronto orgasmo y la verdad no tardando mucho en correrme.

Leche que recoge con su mano e impregna mi rostro y culo, utilizando mi propio orgasmo para dilatar mi orificio anal, ayudándose para introducir hasta dos de sus dedos dentro de mí… aaahhh!!!. Momento en que me hace separarme de la cama y sin soltar de mi mano el miembro de su compañero, pude ir sintiendo como su glande me iba penetrando… uuummm!!!.

Me vi en ese momento disfrutando de puro sexo, mientras estaba inclinado tragando el miembro de uno de ellos al tiempo que este sujetaba mi nuca a modo de no sacármela de la boca. El otro desde atrás me impartía unas embestidas diabólicas, sintiendo su grueso miembro desgarrarme… ooohhh!!!. Tras sacármela de la boca y ayudarme a apoyarme sobre la cama, uno de los viejos se coloco tras de mí, apoyo su glande en mi orificio anal y presiono…

-     “Aaahhh!!!... aaahhh!!!... uuummm!!!... aaahhh!!!”, soltaba.

Hincando mis rodillas sobre el colchón… disfrutaba, sentía esa polla entrar al tiempo que este presionaba mis glúteos hacia abajo… ooohhh!!!. O colocaba sus manos en mis hombros y tiraba hacia él, soltando gemidos de dolor y placer…

-     “Aaahhh!!!... aaahhh!!!... uuummm!!!... aaahhh!!!”.

Sentía el peso de su gran barriga descansar sobre mis nalgas, mientras empujaba, alzaba la vista y observaba al anterior penetrador mirándome. Se masturbaba como esperando su turno, se masturbaba haciéndome saber…

-     “Desde escuche sobre ti, no ha habido noches que no manchaba mis calzoncillos de leche, leche que vas a tomar tú”, dijo.

-     “Aaahhh!!!... ooohhh!!!... uuuffff!!!... aaahhh!!!”, solté.

-     “Muévete tu ahora… mueve ese pedazo de culito, mamón”, me dijo ese gordo viejo.

Comencé a mover mi cuerpo de delante hacia atrás, practica muy normal cuando estoy con mi amigo Manuel, pues le pone verme mover y ser yo quien me follo.

Tras sacarme su pollon del culo… sentí su pesado cuerpo sobre el mío, sintiendo como besaba mis nalgas y continuar por comerme el culo… aaahhh!!!. Como esa lengua me arrancaba gemidos, gemidos que fue silenciado por el otro hombre, cuya manera no fue otra que introducir su polla dentro de mi boca.

Me atragantaba con su polla y no por su tamaño sino por la manera que este me hacia tragármela, llegando a tener arcadas… ooohhh!!!. Llegando a intercambiarse estos y ser penetrado por aquel, cuya polla me follo la boca y tragar ahora por aquel que me penetraba. Aquellos hombres eran osos en toda regla, uno de ellos fornido y calvo con muy mala leche, cuya polla a pesar de su edad aun la tenia dura. Le gustaba hacerlo duro y violentamente, mientras que su compañero, barrigón, canoso y dulce, me penetraba con mas delicadeza… aaahhh!!!.

Hubo momentos en que mientras era penetrado por el barrigón, mientras sentía como el violento me comía el culo primero y después situarse a mi vera, dándome su polla a comer… uuufff!!!. Acabando por correrse el barrigón dentro de mi boca, mientras el violento acabo dentro de mí… uuummm!!!. Recuerdo así me lleve hasta cerca de una hora, hora que cuando sales crees que llevas más tiempo, dejándolos finalmente satisfechos y dormidos, cerré la puerta de su dormitorio y tras haber acabado la primera ronda me marche a descansar.

No tardando mucho en sonar el zumbador de una habitación, cuya persona haya sonado el botón de la perilla, objeto que no es otra cosa que un llamador. Casi dormido me acerque a ver quien coño era pues estaba desecho, no siendo otro que el dormitorio de Alberto y Juan, siendo este último quien solicito mi atención, haciéndome saber…

-     “Lo siento mucho, perdona que te haya molestado, pero me despertaron hace rato unos sonido de gritos y de golpes contra la pared, no pudiéndome dormir”, soltó.

Lógicamente sabia de que hablaba, aunque más que gritos fueron gemidos y los porrazos sin eran porrazos, no siendo otros que con la cabecera de la cama golpeaba la pared en cada una de las embestidas. Recuerdo como este me pidió algo para poder dormir, sugiriéndole unas pastillas y este tras tomar mi mano, acabo por llevársela a su entrepierna, mientras en voz baja me decía…

-     “Sabes que soy el único al cual no has probado, no he podido dormir por la orgia que habéis montado, mira como me tienes”, dijo.

Recuerdo que tras decirle…

-     “Vale está bien, pero espera un poco”.

Me di la vuelta hasta la puerta, creyendo este que me marcharía y en vez de eso, eche el pestillo a la puerta, caminando hasta este al tiempo que este echaba hacia atrás la ropa de la cama.

Bajo su pantalón y calzoncillos con una sola mano al tiempo que con la otra se la cogía, tras tomarla me incline y comencé a chupársela, comenzando como me gusta hacerlo. No siendo de otra manera que restregarme su glande por los labios, entre abriéndolos y darle un chupetón. Comenzar a lamer desde su glande hasta sus genitales, mientras el no dejaba de acariciarme mis cabellos con su mano izquierda al tiempo que con la derecha, magreaba mis nalgas primero para poco después de tirar de mi prendas hacia abajo, comenzar a juguetear con mi orificio anal… aaahhh!!!. Deje de comerme su polla y mientras se la pajeaba, comencé a besar su piel ascendiendo hasta su ombligo peludo y poco a poco hasta su pecho, soltándome este…

-     “No me gustan las mariconadas, odio a los plumas… así que nada de besos, comerme la polla que luego te rompo el culo”, dijo.

Volví a tragármela, comencé a hacerle la mejor mamada que se, trague su polla hasta sentir su glande en mi garganta, sentí nauseas y las aguante. Mientras sentía el dolor en mi coñito… ooohhh!!!, mediante esos tres gruesos dedos presionaba hacia arriba, intentando introducirme el cuarto… aaahhh!!!.

Cuando levantas la cabeza y ves a Alberto sentado en la cama, sentado mirando hacia mí, sentado con su gran polla en mano y masturbándose. Y escuchar a Juan decirle…

-     “Esta noche NO, esta noche este será mío, cuando acabe si aun estas despierto y el quiere, te lo puedes quedar”, soltó.

-     “Desnúdate y acuéstate en la cama”, me pidió a mí.

Tras desnudarme, me acosté sobre su cama… como me dijo, levanto mis piernas hasta apoyarlas sobre sus hombros, colocando su glande entre mis glúteos… sintiéndola en la entrada de mi ojete… mmm!!!. Comenzó a introducírmela lentamente, notando que no me entraba fácilmente, decidiendo que un solo golpe metérmela, cosa que hizo y que gracias a la almohada, silencie mi grito.

Comenzando este a penetrarme, sintiendo el dolor de su polla entrar una vez tras otra, escuchando su pelvis golpear mis nalgas. Mientras comencé a gemir, llegándome a sujetar a la cabecera de la cama a modo de subir en cada una de sus embestidas, sollozando como una chiquilla ante tales embestidas e incluso ver como Juan me miraba con deseo. Deseo que miraba yo su gran polla, deseo que llame su atención una vez alargue mi mano hacia ella, deseo que me calmo una vez que Juan puso su polla en mi boca, deseo que sacia mientras me penetraba duramente ante mi falta de compromiso. Diciéndome este…

-     “Que puta eres, ya hemos enviciado y no estás contento si no tienes dos, verdad…”, soltó.

Tras sacármela con violencia, me hizo girar con uno de su brazos comiéndome como un peluche, comenzándome a penetrar nuevamente ahora desde atrás. Dándome de nuevo el “biberón” Juan, cuya polla continúe chupando, continúe hasta que tras sacarla Alberto de mi orificio anal, hecho toda su corrida entre mis nalgas y espalda a no poder aguantar más… aaahhh… uuufff!!!. Siendo Juan quien ocupo su lugar sin llegarme ni a preguntar, notando solo sus manos en mis nalgas y sin ayuda para colocarla, me la introduce… ooohhh!!!.

Aun recuerdo que el mayor susto que pase fue cuando estábamos en plena “orgía”, sonó primero el “busca” que llevaba y tras no poderlo coger, seguidamente sonó el móvil, siendo Alberto quien lo saco del interior de mi pantalón y me lo entrego. Momento en que Juan se detuvo y estos se quedaron en silencio, mientras desde el otro lado del auricular, pude escuchar la voz de la supervisora preguntándome…

-     “Donde estas que ni tan siquiera coges el teléfono de la centralita”, dijo.

Recuerdo que tras informarle de donde me encontraba, le llegue a invitar a comprobarlo… mientras estos dos me miraban y hacían gesto a modo de llamarme loco, cosa que la supervisora desestimo pues no estaba en la residencia, comenzando Juan a penetrarme muy lentamente mientras escuchaba a esta mujer… ooohhh!!!. Tras felicitarme por como llevaba resolviendo la guardia, me informo que mañana me tomara el día libre y que no entrara hasta el martes a las 7:00 horas de la mañana”.

Alberto se acostó… quedándose rápidamente dormido, mientras Juan y yo estábamos acostados, penetrándome este de lado durante un buen rato más, haciéndome saber lo mucho que me echaría de menos una vez haya acabado las practicas. Invitándome a acudir a verlos a modo de poderlos “curar”, sabiéndome recompensar, cuya recompensa os puedo decir que fue la entrada a mí anterior empresa.

Tras terminar este y quedarse dormido, me duche antes de volver a mi puesto, pues estaba empapado de sudor, necesitaba una ducha a modo de poder asearme y despejarme, ya que estaba molido. Tras volver a mi puesto, me quede allí hasta que se hizo de día, momento en que apareció su compañera, marchándome yo a casa a poder descansar.

El martes tras entrar en la residencia sobre las 7:00 horas de la mañana, pensaba con melancolía que era mi última semana, ya sabía de sobra que no me contratarían, pues allí se aprovechan como en otros trabajo de las practicas, se aprovechan de los becarios y después nos quejamos que estos residentes se aprovechan de nosotros.

Tras cambiarme en el vestuario de indumentaria, pensaba sobre todo en el bocaza de Fausto, pensando que por su culpa él fin de semana fui “sometido”. Aunque pensé también en que fue a gracias a él, sabiendo que al menos se quedo tales comentarios en un pequeño círculo, pequeño pues no eran más de cinco.

Cuando tome el ascensor hasta la segunda planta, dirigiéndome a los dormitorios una vez conversamos con el compañero de salida, cuya parte recogí y sus informes. Me quede solo, dirigiéndome hacia el dormitorio de Fausto primero, tras poner el calentador en el aseo, abrí los grifos y prepare su ropa, ayude a este a desnudarse. Continuando por ayudarle a entrar en la ducha y entrar yo tras él, cayéndonos el agua y empapándome.

Comencé a agradecerle los comentarios de cómo yo le practicaba el baño, baño que cualquier persona puede leer en el temario de estos tipos de curso. Comencé a enjabonarlo y en el momento que tocaba el aseo por su zona inferior, zona de su miembro y zona perianal, más que tomar su tronco y bajarle el prepucio. Comencé a pajearlo al tiempo que le penetraba con mis dedos, este callaba y su cara era de circunstancia, cara que se sonrojo en el momento que comenzó a gemir, acabando este por correrse.

Durante esa semana no hubo momento en que aprovecharan estos el momento, momento en que estábamos a solas, momentos en que llegaron a compartirme entre los cuatro. Llegando a pensar años después que eso quizás fuera más un sueño o fantasía que una realidad, pero fue una mañana de los últimos días. Día en que entre a bañar en el dormitorio compartido de dos y acabas duchado entre cuatro, cuya imagen es una que tantas veces se te viene a la cabeza cuando vas de paso a la residencia.

Imagen que me veo en cuclillas en medio de estos cuatro mayores, mayores que se encuentran de pie desnudos y con sus pollas en manos, pollas que me dan a probar, pollas que chupo una por una, dándoles tanto placer como puedo. Observando cómo las tienen de todos los tamaños y grosor, no asqueando ninguna pues todas me daban placer. Grandes, medianas y pequeñas, finas y gruesas… chupe al tiempo que masturbaba otras, luego comenzó la penetración donde cada uno de ellos me embestía.

Tras finalizar os puedo asegurar que he vuelto en más de una vez de visita, visita que se han alegrado estos, siendo a Juan a quien más deseaba ver en vez del resto. Aunque los otros dos cuyos nombres no los he nombrado, ya que ciertamente ni los recuerdo, no dejan de decirme las ganas que tienen de dejarme embarazado, llegándome a sugerir en su momento la doble penetración… ja a su edad.

Bueno os dejo hasta pronto, ya me contáis que os aparecido y deciros que me hagáis saber si me he olvidado algo, desearía que me hagáis saber que deseáis que os pudiera hacer o saber que me haríais vosotros a mí. Llevo una semana que no soy penetrado, pues unos viejos amigos me han dejado no precisamente hecho polvo, sino bastante dolorido y con fisura anal, dado sus pollas no solo por el grosor sino por la práctica de querer penetrarme las dos al mismo tiempo.

Como suelo decir… me da igual donde disfrutemos, mientras que mientras gocemos ambos, pues para el momento que lo hacemos el lugar es lo de menos, ya que busco encuentros esporádicos a conveniencia. Debo rectificar en eso que tanto comulgo, sobre que… “No hay maduro que deseen ser mamados y follarse un buen culo”, ya que no solo hay maduros sino también jóvenes aunque estos no sean de mis preferencias.

Espero que os haya gustado tanto como me gusto a mí… obviamente habréis notado que soy bisexual, pasivo y algo sumiso, siendo mis preferencia hombre maduros. Os dejo y espero que no seáis muy crueles conmigo, aunque sea algo sumiso y me deje hacer, como una buena putita que dicen que soy, mi email es Jhosua 1970 @ gmail . com , hasta pronto.