Entrenando a mi Hijastra ~tercera sesión parte 2~
Continua el entrenamiento intensivo en la cabaña desde el momento en el que despiertan ninguno de los dos puede parar.
Cuando Enrique despertó noto que ya era mas de medio día, Sandra estaba recostada de espaldas a el profundamente dormida y se sonrió al recordar lo que pasara solo hacia unas horas, de tan solo pensarlo sintió como se activaba y se ponía erecto. Empezó a acariciar a Sandra suavemente, pegándose a su espalda, llego a su pecho y lo tomo, jugueteo un instante con su pezón que se erizo en un instante –El entrenamiento da frutos, aun no despierta y su cuerpo ya esta en ello- y ciertamente, separo un poco las piernas de Sandra para poder colar su miembro entre ellas acariciando su coñito que se humedecía con rapidez. Empezó a masturbarla y ella gemía entre sueños. Después de un momento Sandra despertó con un gemido, se sorprendió por un segundo pero al momento se sonrió –Después de todo lo que paso hace un rato y ya estas así de duro- El empezó a penetrarla y le contesto –Tu no te quedas atrás te has empapado sin siquiera despertar-
Empezó a follarla muy suave, sacando casi por completo su miembro y para luego volverla a ensartar hasta el fondo, sin dejar de masajear y acariciar sus pechos inmensos dentro de sus manos. Se mantuvo así un buen rato, dejando que Sandra despertara del todo, gimiendo en un tono bajo hasta tener un orgasmo.
Le propuso comer algo ya que desde el día anterior no habían tenido ningún alimento y Sandra se dio cuenta de que realmente estaba hambrienta, además Enrique añadió que necesitaban recuperar fuerzas para seguir el entrenamiento. Se pusieron unas batas que Enrique había llevado previamente y comieron lo que les resulto mas fácil de preparar. Después de comer Enrique fue por unos troncos para encender la chimenea pues el clima estaba un poco frío. Tardo un poco y al regresar vio que Sandra no estaba en la cama y sin hacer ruido se asomo al balcón pues oyó ruido de chapoteo. Sandra estaba en el jacuzzi su torso húmedo sobre salía de el, ella se acariciaba con una mano sus pechos y noto que la otra estaba bajo el agua seguramente entre sus piernas pues su rostro mostraba placer. Enrique se quedo quieto sonriendo disfrutando del espectáculo que era Sandra masturbándose pues su deseo se estaba volviendo insaciable. Observo durante un rato hasta que ya no pudo resistir. Se metió al agua y sentó a Sandra en el borde del jacuzzi, abriendo sus piernas hundió su cabeza entre ellas, su lengua recorrió su concha y en un segundo se apodero de su perla, jugó con ella un rato mientras Sandra jadeaba excitada. Empezó a follarla con la lengua, hasta hacerla gemir y correrse. La volvió a meter en el jacuzzi, la espalda de Sandra pegada a la pared y sin darle tiempo de recuperar el aliento, la ensarto hasta el fondo, empezó a follarla, salvajemente desde el principio. El agua salpicaba a su alrededor, podía sentir los pezones de Sandra clavarse en su pecho mientras ella gemía con desesperación y placer.
Sin detenerse uno de sus dedos empezó a acariciar el ano de Sandra; ella estaba demasiado excitada como para decir nada y el noto que su dedo podía entrar con facilidad, ella gemía mas y mas fuerte, el empezó ahora a ensartarla por los dos lados y su cuerpo respondía con placer y excitación, Sandra no tardo en tener otro orgasmo. Le indico que le diera la espalda poniéndose a cuatro, sujetándose al borde del jacuzzi. Empezó a acariciar el ano de Sandra con su miembro hasta colocar la puntita en el y empujo muy lento y suave, el agua le ayudaba a deslizarse, sintió como entraba deliciosamente en ella. Ella gemía de placer, sentía como apretaba el miembro de Enrique sin sentir dolor alguno. Enrique empezó a bombearla, alegremente sorprendido pues acababa de desvirgar el ano de Sandra y ella solo gemía de placer, sin sentir dolor. La tomo de las caderas y empujo, bombeando con ritmo. Los pechos de Sandra se bamboleaban desenfrenados mientras ella le pedía mas y mas. Ambos gemían sin parar, el sol volvía a ocultarse cuando Enrique inundo a Sandra. Al sacarlo de ella un gran chorro de leche salió y se rego por sus piernas.
Sin dejar que se moviera, de la bata que traía puesta y había dejado al lado de la tina, Enrique saco un pequeño vibrador que introdujo en el ano de Sandra. Volvió a respingar las nalgas de Sandra y empezó a follarla de nuevo ahora en su concha. Sandra no cabía de placer, pensaba que ya no habría mas sorpresas pero eso era completamente distinto, se sentía completamente poseída. Enrique tomando los sensibles pechos de Sandra hizo que se estrechara como a el le gustaba y aumento la potencia del vibrador. Sandra gemía, jadeaba y se retorcía de placer. Los jadeos de Enrique no se quedaban atrás, bufaba y parecía un toro inseminando a su hembra. Ambos se corrieron pero no dejaban de moverse, durante un rato no creyeron poder detenerse nunca, pues aunque ella se corría y el la inundaba, sus caderas parecían tener vida propia. Hasta que en determinado momento Enrique sintió que una carga mas pesada de leche explotaría así que tomándola mas fuertemente de los pechos, la hizo arquear la espalda con la cabeza de ella en su hombro sintió como su miembro tocaba el fondo de su concha y sacando de un tirón el vibrador exploto llenando hasta el último rincón con leche. Ella también se corrió mas y mas. La leche no dejaba de salir. Sandra sentía sus piernas temblorosas pero no se movió, dejo que toda la leche de Enrique la llenara. Tanto que sentía que su estomago se llenaba de ella. Se quedaron quietos durante un buen rato hasta que pudieron separarse, se secaron, era ya de madrugada cuando se tumbaron en la cama quedándose dormidos al instante.
Al día siguiente desde que despertaran siguieron con el entrenamiento, cuando se dieron cuenta ya era lunes al medio día y tenían que ducharse y volver, pues la madre de Sandra llegaría esa noche. Aun en la ducha Enrique la follo. Se vistieron y Sandra como había llegado con el uniforme escolar se lo volvió a poner. Enrique noto que tanto el sujetador como la blusa se notaban muy justos en Sandra y se dio cuenta de que durante el fin de semana sus pechos se habían vuelto mas grandes y redondeados. Sandra también lo noto y sintió que le resultaba incomodo incluso el hecho de ir vestida después de no usar nada durante tres días. Se saco el sujetador y la blusa le ajustaba tanto que sujetaba sus pechos en su lugar.
Subieron al auto y comenzó a conducir, llevaban un rato saliendo del bosque cuando Sandra coloco una mano en la entrepierna de Enrique y comenzó a acariciarlo. El la dejo hacer, ella estuvo un buen rato masajeándolo hasta que no resistió el impulso y lo dejo salir, estaba recto como una vara de acero y empezó a comérselo con fervor. El ya la conocía tan bien que sabía que pasaría después, así que aparco tranquilamente entre los arboles e inmediatamente ella se coloco sobre el, alzó su blusa sobre sus pechos y lo monto, el no se movió nada disfrutando de Sandra plenamente, admirando desde los pechos que botaban deliciosamente, hasta la cadera que se subía y bajaba con movimiento experto. Ella botaba sobre el y entre gemidos de placer le dijo –No se que voy a hacer de ahora en adelante, quiero tenerte siempre dentro de mi – el respondió con calma –No te preocupes, yo se que haremos, no te entrene para que lo siguiéramos haciendo solo de vez en cuando- y le sonrió, y al momento descargo su leche dentro de ella, mientras ella gemía como una gata satisfecha. Mientras el coño de Sandra se tomaba toda su leche supo que el entrenamiento estaba por terminar pues con ese fin de semana su técnica se había vuelto magnifica, sus instintos innatos se habían agudizado y seguramente tenia mas resistencia que un corredor profesional. A sus 17 años se había vuelto su perfecta ninfómana.
Así termino la tercera sesión.
Nota: Agradezco a los que me han comentado, me da gusto y me motivan a seguir. Feliz Año 2012, ojala y sea muy calientito para todos