Entrenando a mi Hijastra ~tercera sesión parte 1~

Cuando la madre de Sandra sale de viaje de negocios el fin de semana, Enrique aprovecha para tener un entrenamiento intensivo con su hijastra.

Después de la segunda sesión, Enrique empezó a buscar momentos para entrenar a Sandra pues no podría seguir solo una vez de vez en cuando. Empezó a ir por ella al colegio y la follaba en el auto. Aprovechaba cuando su mujer se metía a duchar para poseerla. A veces se levantaban muy temprano y la tomaba en su recamara o en el baño. Se daba cuenta de que ella tenía cada vez mas resistencia y eso le agradaba y necesitaba buscar un tiempo para hacer una sesión debidamente  larga. La oportunidad no se hizo esperar.

Un día su mujer le dijo que tenía que irse un fin de semana para hacer negocios con otra compañía y que regresaría hasta el lunes por la noche. Enrique vio su oportunidad y se aseguro de que Sandra no supiera que su madre no estaría pues tenía un plan para esa semana. Desde que iniciara la semana no volvió a tocar a Sandra aunque ella se inquietaba. Finalmente el viernes después de que su mujer se fuera le dijo a Sandra que la llevaría a la escuela ese día, no dijo nada hasta que un par de cuadras antes de llegar a la escuela, el saco un vibrador de su chaqueta. Sandra completamente sorprendida dejo que lo introdujera dentro de ella. A pesar de no ser tan satisfactorio como el real, Sandra enseguida se exito. Enrique le dijo que hoy solo estaría hasta medio día en el colegio y que pasaría a recogerla. Le advirtió que no se quitara el vibrador por nada o le causaría un gran disgusto y arruinaría la sorpresa. Ella le dijo que no lo haría.

Soportando el vibrador durante la mañana Sandra logro disimular que lo llevaba, sin embargo, a medio dia salió casi corriendo hacia el auto de Enrique que ya la esperaba fuera de la escuela. Al subir pensó que se lo quitaría pero se equivoco. El comenzó a conducir saliendo de la ciudad; al ver a Sandra tan exitada y deseosa, el sintió que ya no resistiría a pesar de todo el esfuerzo de la semana. Se detuvo a un lado de la carretera. Saco el vibrador y la hizo montarlo, la coloco de espaldas a el para que ella se sujetara del volante. Su interior estaba ardiendo por el vibrador. Ella gimiendo le dijo que lo había estado esperando toda la semana. –No te preocupes, te compensare la espera esto es solo el comienzo. Voy a estar dentro de ti todo el fin. Después de este fin de semana nunca mas querrás que alguien te folle excepto yo- La follaba tan duro y eran tan fuertes sus gritos que algunos autos que pasaban se percataban de lo que estaba pasando. Después de que ambos calmaran sus ansias, el la hizo voltearse, sin embargo aun seguía muy tieso dentro de ella. Le pidió que no se moviera y solo se quedara ahí mientras llegaban a su destino. –Te dije que iba a estar dentro de ti todo el fin de semana y empezare por esto. Al terminar, tu coño tendrá la forma de mi miembro.-  Siguió conduciendo con Sandra sobre de el, ella movía su cadera en círculos muy lentamente disfrutando del extraño y excitante momento y solo gemía en el oído de Enrique cuando pasaban algún bache o un tope. Mientras llegaban a su destino, que era un cabaña en el bosque junto a un lago, el le explico que su madre estaría fuera el fin de semana y que el aprovecharía para sacar todo el potencial de ella y lo disfrutarían plenamente.

Se separaron por fin al llegar a la cabaña, era muy grande y el le indico que fuera a ducharse y que había dejado ya ropa preparada. Al terminar de bañarse vio que la ropa era un negligee rosa palido que era mas de adorno pues era completamente transparente, terminando en un tanga de hilo. Cuando entro en la recamara se maravillo pues la cama era inmensa y justo al lado en el balcón había un jacuzzi lleno de flores. El llevaba una toalla enrollada en la cadera y la hizo recostarse en la cama. Empezó a besarla en la boca, apasionadamente, jugando con su lengua. Sus manos recorrían todo su cuerpo su boca empezó a bajar deteniendose en su cuello y despues por su vientre mientras sus manos jugaban con los pezones de Sandra sin quitar el negligee. Su boca llego al tanga, estaba empapado, lo hizo a un lado y su lengua empezó a jugar con su perla. Sandra gemía sin parar completamente excitada. Enrique empezó a comérsela, penetrándola con su lengua, haciendo que Sandra se retorciera de placer, hasta correrse por completo.

Enrique se relamió de gusto mientras la noche caía fuera de la cabaña, el puso las piernas de Sandra en sus hombros y haciendo a un lado el tanga empezó a penetrarla muy lentamente introduciendo primero la puntita, haciendo que ella disfrutara del momento, empujo y en un momento estaba totalmente dentro de ella, pues estaba tan mojada que el se deslizo fácilmente. Empezó a bombear, Sandra movía sus caderas con ritmo gimiendo sin parar. Sus pechos se bamboleaban dentro del negligee que se notaba ya muy apretado. Eso exito mucho a Enrique y aumento el ritmo cada vez mas fuerte, mas duro, desanudo el negligee liberando los pechos de Sandra, y tomándolos con las manos empezó a masajearlos. Al instante el coñito de Sandra se estrecho, lo cual era justamente lo que Enrique quería. De pronto sin avisar Enrique exploto dentro de ella haciéndola gritar de placer. Dejo que el coño de Sandra hiciera su trabajo, aun le impresionaba como se bebía toda su leche, era delicioso.

Sin poder contenerse la coloco de lado con las piernas juntas comenzó a follarla nuevamente, paso un buen rato hasta que la lleno de nuevo. Se recostó en la cama pensando que Sandra querría descansar pero ella tomo la iniciativa y se coloco en 69 sobre el, empezó a chuparlo por todas partes, aun seguía erecto y su lengua lo recorría por completo, así mismo el empezó a comérsela nuevamente pues estaba mas empapada que nunca. Ella empezó a mamarlo cada vez mas rápido. En determinado momento lo saco de su boca y lo puso entre sus pechos acariciándolo con ellos, chupando la punta con su lengua. El respiraba con dificultad disfrutando, justo cuando ella volvía a meterlo en su boca su leche broto, pero ella la trago toda. Ella se levanto y colocándose frente a el empezó a montarlo, estaba poseída de placer, las perlas de sudor rodaban por su espalda y sus pechos, que botaban como locos. El la empalaba sin piedad, haciéndola gritar de placer, justo cuando el sol comenzaba a salir los dos se corrieron con un grito que resonó en el bosque, ella no se separo hasta que sintió que la última gota entraba en ella. En cuanto se separaron se quedaron dormidos al instante.

Continuara...