Entrenando a mi Hijastra ~Graduación~
En el final de esta saga Enrique da por terminado el entrenamiento, consiguiendo tener a la mejor ninfómana personal viviendo con el para siempre.
La madre de Sandra regreso el lunes puntualmente. De hecho a penas les dio tiempo de cambiarse y parecer normales cuando ella llego pues se había adelantado su vuelo. Sandra se apresuro a desearles buenas noches y encerrarse en su cuarto para no parecer demasiado culpable, o demasiado satisfecha. Ya en su cuarto al empezar a recordar su fin de semana no pudo evitar meter mano dentro de su short. Su mano apenas tocaba su perla cuando ya se notaba empapada. Sus pezones se marcaban en el top que llevaba. No supo cuanto tiempo estuvo haciéndolo pues se quedo dormida. Sintió que llevaba solo unos minutos dormida cuando notó que la remecían. Unas manos levantaban su top por encima de sus pechos y unos labios que se apoderaban de sus ya duros pezones. La lengua jugaba con ellos, los endurecía mas. Los labios los jalaban con suavidad pero sin dejar de moverse por todas partes. Siguió bajando por su abdomen recorriendo cada parte de el, pasando por el ombligo saco de un tirón el short, justo cuando la lengua de Enrique encontraba su perla, Sandra abrió los ojos y acallo sus gemidos con el brazo. Vio la hora, 6:00 am su madre despertaría en media hora y no podían despertarla antes. Enrique la recorrió con prisa, se coloco frente a ella y sujeto sus muslos abriéndola frente a el. La embistió hasta el fondo. Estaba empapada y su miembro se empapaba de su jugo. Tomo uno de sus pechos con una mano que en ese momento noto que casi no podía sujetarlo pues estaba deliciosamente inmenso. Al contacto Sandra se estrecho provocándoles a ambos un delicioso placer. El la embistió hasta que los dos se corrieron al mismo tiempo. Mientras Sandra recuperaba el aliento el coloco un vibrador dentro de ella. Ella hizo ademan de decir algo pero el adelantándose le susurro que era solo para un rato. Aun sin comprender Sandra le dijo que no se lo quitaría, pensando internamente que de todas maneras tendría que pasar toda la mañana sin el, y si su madre se quedaba en casa ya no sabía hasta cuándo podría volver a tenerlo dentro.
Cuando Sandra llego ala escuela, noto que los chicos la miraban distinto. Como sus blusas le quedaban muy justas decidió llevar la chaqueta encima lo que quedaba del semestre pues faltaban solo tres meses para que terminara y seria un desperdicio comprar otra. Sin embargo aun así la chaqueta se ajustaba al cuerpo pronunciando sus curvas. Cuando comenzó la primera clase les anunciaron que el profesor de ingles había renunciado y que el último trimestre lo impartiría otro profesor que sería presentado después del receso. Durante las clases de la mañana Sandra noto que sus compañeros la desnudaban con miradas de reojo, eso mas el vibrador hacían que aguantar fuera toda una hazaña. Cuando sonó el timbre del receso, Sandra decidió refugiarse en la biblioteca fuera de las miradas de sus compañeros. Se fue hasta el fondo, aun cuando la biblioteca estaba vacía, pues todos almorzaban. Busco un libro, pero al alzar el brazo para tomarlo unas manos tomaron sus pechos y soltó un gemido. Ella conocía mejor que nadie esas manos y esas caricias, lo que realmente le sorprendió era el hecho de que Enrique se encontrara ahí incluso pensó que ya alucinaba pero cuando las manos entraron dentro de su blusa no le quedo duda. No hablo ni le pregunto nada, había estado aguantando con el vibrador toda la mañana y necesitaba algo real. Su mano se deslizo por el cierre del pantalón de Enrique sacando su miembro que ya era una espada dispuesta a entrar en su vaina. Enrique saco con rapidez el vibrador del coñito de Sandra y con igual rapidez la envaino. La tomo de la cadera y bombeo con fuerza, rápido, duro. Sandra arqueo su espalda con su brazo tapaba su boca pues gemía incontrolablemente. Enrique la bombeo como poseído y Sandra no dejo de mover su cadera hasta que el la inundo. Sentir su leche fue delicioso, como si hubiera pasado mucho tiempo desde que lo hicieran esa mañana –Aunque se que de todas maneras lo harás te diré que será mejor que bebas toda mi leche, no queremos ensuciar tu uniforme, ni mi pantalón, sobre todo en mi primer día de trabajo-. Enrique al separarse volvió a introducir el vibrador dentro de Sandra. Ella jadeo un poco, pero se sonrió -¿Profesor has dicho?- le pregunto –Si, ¿Qué no les han mencionado que tendrán un nuevo profesor de ingles?, ya te había dicho que tenía un plan y aunque la escuela no sea la mejor opción es la mejor que tenemos, no quiero que de repente te entren ganas y tengas que desahogarte con cualquier mocoso.- En ese momento toco la campana y Enrique le dijo que fuera ella primero al salón.
Cuando Sandra y sus compañeros ya estaban todos sentados entro el director con Enrique y les dijo que el seria su profesor de ingles lo que quedaba del curso. Sandra noto que sus compañeras le lanzaban miradas coquetas y algunas incluso desabrocharon un botón de sus blusas. Se sintió ligeramente superior al saber que el solo la poseería a ella. Durante la clase Sandra evito mirarlo para que su excitación no creciera demasiado, pero a veces irremediablemente sus ojos recorrían su cuerpo e imaginándoselo dentro de ella. Veinte minutos antes de que acabara la clase Enrique se sentó en su mesa y no volvió a levantarse. Le hizo una seña discreta a Sandra para que se quedara y cuando salió el último alumno ella se acerco a su mesa y noto que estaba completamente erecto. Lo dejo salir del pantalón y sacándose el vibrador, se coloco sobre el montándolo. Los dos estaban ardiendo. A pesar de que Enrique había follado a Sandra con el uniforme escolar varias veces, el lugar en el que estaban lo hacia excitarse mas que antes. Estaba cumpliendo la fantasía de cualquier profesor, se estaba cogiendo a la mas guapa de la clase, en el salón. El abrió la chaqueta y la blusa lo suficiente para que los pechos de Sandra salieran botando libres. Ella no dejaba de montarlo, Enrique se apodero con su boca de sus pezones jugando con ellos, hasta empezar a mamar el pecho de Sandra. Ella gemía de placer. Enrique termino dentro de Sandra de improvisto haciéndola gritar, pero sin salirse de ella la cargo hasta ponerla pegada a la pared. Ella le rodeo las caderas con sus piernas mientras el la tomaba de las nalgas. La follo con fuerza ella se sujetaba de sus hombros, ambos sentían la excitación de que alguien pudiera descubrirlos y eso los hacia mas salvajes. Terminaron con un gemido de placer. Sandra ahogándolo en el hombro de Enrique, sin embargo la leche de Enrique no dejaba de salir. Incluso tuvo que sentarse de nuevo con Sandra sobre el. Para entonces el coñito de Sandra era insaciable y no se separo hasta que el hubiera descargado todo.
Después de eso, su pasión se volvió irrefrenable, como se iban juntos y regresaban juntos en el auto aprovechaban para hacerlo. Entre clase y clase siempre encontraban un momento para follar, ya fuera dentro de un armario, de los baños, la biblioteca o del despacho de Enrique. Cuando llego la temporada de calor Enrique se éxito tanto con el traje de baño, que Sandra ni siquiera asistió a la primera clase pues Enrique se coló en los vestidores cuando todas las chicas ya habían salido y la empalo y no pudo detenerse hasta que oyó el timbre. En la casa era lo mismo, cuando la madre de Sandra no estaba aprovechaban para desahogar los gemidos que ahogaban en el colegio follando a mas y mejor como animales en celo y si ella estaba lo hacían cuando podían, una noche incluso Sandra se coló en el cuarto y mientras su madre dormía ella monto a Enrique como posesa.
Tres meses después, el día de su graduación Sandra entro en el despacho de Enrique por última vez, llevaba la toga de graduada. El había tenido que llegar desde temprano para ayudar con los preparativos. Ella le sonrió, ninguno de los dos dijo nada mientras ella se hincaba frente a el. Saco su miembro y empezó a chuparlo muy lento primero. Lo chupaba como una paleta por todas partes, se puso duro al instante, pero se tomo su tiempo antes de meterlo a su boca. Con movimiento experto empezó a mamarlo primero la punta y luego metiéndolo todo mas y mas. Enrique se sujetaba a los brazos de su silla echando su cabeza hacia atrás, no importaba cuantas veces lo hiciera la boca de Sandra le fascinaba. Sin poderlo evitar lleno la boca de Sandra con su leche, pero ella lo bebió todo como un manjar suculento. Tiempo atrás se había dado cuenta de que beber la leche de Enrique era mas satisfactorio que tomar almuerzo. Cuando termino se puso de pie. Enrique alzó la toga descubriendo que Sandra no llevaba nada debajo mas que las largas medias blancas que le llegaban al muslo. –Es la última vez que lo hacemos en la escuela, hay que hacerlo memorable- le dijo Sandra con un ronroneo. Se coloco sobre el pero no se sentó inmediatamente. Dejo que Enrique recorriera con sus manos cada centímetro de su cuerpo. Dejo que acariciara sus pechos que habían crecido incluso aun mas que en el campamento, ya no podía tomarlos completos en las manos. Dentro de la escuela circulaban rumores de que se los había operado pues los chicos babeaban mas que nunca al ver su escote. Incluso los profesores no la reprendían con tal de que llevara entre abierta la blusa. Sin embargo ella nunca hizo caso de nadie, no sabían que todos los días eran masajeados por Enrique y eso los había desarrollado mas. Las manos de Enrique los masajearon a mas y mejor, como el sabia que reaccionarían. Después de un rato sus manos siguieron bajando mientras era su boca la que ahora se encargaba de mamarlos. Enrique pasó sus manos por su espalda hasta posarlas en sus hermosas nalgas, respingadas de manera permanente. Poso uno de sus dedos por su ano empezando a follarlo con el. Sandra jadeaba de placer, el movimiento de su cuerpo hacia que el miembro erecto de Enrique rozara su concha y se empapara de los jugos que salían manando de ella. Enrique saco de su escritorio uno de sus muchos vibradores y lo coloco en el ano de Sandra justo cuando la penetraba con su miembro. Sabía que a Sandra le fascinaba ser penetrada por ambos lados y en la mañana cuando habían despertado habían tenido que hacerlo muy rápido pues se le había hecho tarde a Enrique, así que la haría disfrutar hasta que empezara la ceremonia.
Ella subía y bajaba primero lentamente. Enrique sentía como los pezones de Sandra rozaban su piel cada vez que entraba en ella. Sin embargo empezó a aumentar el ritmo. Desde que empezaran a usar la escuela como desahogo Enrique había insonorizado su despacho pues le excitaba oír los gemidos de Sandra y así ella podía hacerlo sin que nadie la oyera ni los descubrieran. Ella empezó a botar sobre el, sus pechos hacían círculos perfectos frente a su cara, Sandra sabia que a el le gustaba que se arqueara para poder tener una mejor visión de todo su cuerpo y así lo hizo. Sintió como llegaba muy adentro, gemía sin control y lo montaba con fuerza, el a su vez la empalaba moviendo su cadera. Ellos ya eran como una maquina perfectamente bien aceitada y sabían instintivamente cuando el otro se corría así podían sincronizarse como hicieran ahora, justo cuando Enrique la empalaba hasta adentro Sandra apretó las piernas arqueada, sujetándose de sus hombros los dos explotaron sin control, después de un momento Sandra se separo poniéndose de pie y colocándose de espaldas a el, se sujetó del escritorio. Enrique saco el vibrador del ano de Sandra y lo metió ahora en su concha, la tomo de la cadera y la empino hacia el apuntando su vara de acero al ano de Sandra que se expandió con naturalidad cuando Enrique empujo entrando por completo en el. Sandra gemía pidiéndole mas y mas mientras el la bombeaba muy duro, no se detuvo hasta llenarlo también de leche. Encarrerado como estaba saco de un tirón el vibrador y volvió a follarla en su coño la empujaba tanto que empujaba el escritorio. Ella no paraba de gemir de placer. Enrique sintió que llegaba al útero estaba eufórico. Ese día todo por lo que había luchado se hacía realidad pues en unas horas su pequeña ninfómana y el vivirían solos bajo el mismo techo pues hacia un mes que se divorciara de la madre de Sandra, pues los dos descubrieron que ambos tenían amantes (aunque ella nunca supo que se trataba de su propia hija) y Sandra que había llegado a la mayoría de edad ese mes le había anunciado a su madre que se iría de casa después de la graduación. Ese simple pensamiento lo hizo ir mas rápido mas duro mas delicioso, su miembro creció dentro del coño de Sandra tanto que parecía que se quedaría atascado dentro de ella. Sus pechos se bamboleaban como locos y el los tomaba apretándolos de cuando en cuando, sintiéndose extasiado cada vez que su coñito se contraía apretando aun mas su inmenso miembro. –Estas más intenso que de costumbre papi... aaaah, así…mas, dame mas- dijo Sandra entre gemidos. Al oírla la sujeto aun mas intensamente de la cadera, empalándola muy fuerte excitado como animal salvaje le dijo –Hoy será el día que quedaras inseminada ya lo veras- y sin una palabra mas exploto como siempre dentro de ella intensamente. Sus bien entrenados labios succionaban la leche bebiéndosela, incluso noto que su estomago se expandía, y con una sonrisa coqueta le reprocho –Me veré gorda en las fotos de la graduación- Sin embargo no se movió hasta quedar llena con la leche de Enrique.
Ambos se sonrieron pues para colmo de suerte ese día comenzaban las vacaciones así que tenían el prospecto de un par de meses de lujuria descontrolada. En la graduación Enrique era el único que sabía que ella no llevaba nada debajo y se controlo para no excitarse notoriamente.
Ciertamente durante las vacaciones Sandra y Enrique apenas se vistieron, y aun cuando empezaron de nuevo las clases y Enrique tuvo que ir a trabajar, ideaban planes y nuevas formas de disfrutar y nunca perder la excitación de el uno por el otro. Así su idílica vida llena de sexo comenzó.
FIN.
kkc lk
Gracias a los que siguieron este relato hasta el final, espero que les agrade y si alguien tiene alguna sugerencia de lo que le gustaria que escribiera a continuacion por favor no dejen de comentarlo