Entregando y disfrutando a mi esposa
Mediante un anuncio de contactos en una revista una pareja se reúne con un joven elegido para que ella disfrute a tope de una relación en trío.
Somos un matrimonio ambos de cuarenta y siete años, llevamos veintiséis de casados y hemos pasado por todas las situaciones que pasa un matrimonio.
Lolita es de estatura regular, llenita sin ser gorda, facciones bonitas, piernas preciosas, pechos proporcionados al resto de su cuerpo, y unas nalgas bien redondas y paraditas que son su principal atractivo.
Es muy femenina en toda su persona, su ropa íntima la escogemos entre los dos y casi siempre es de encaje y/o transparente. Le gusta mucho el uso de liguero.
En la cama hacemos de todo y finalmente decidimos realizar una fantasía que desde hace mucho tiempo teníamos cuando estábamos calientes y es la de que ella tuviera sexo con otro hombre, pero de una manera paulatina y el masaje fue lo que encontramos mejor para que todo iniciara.
Una vez decididos, contesté varios anuncios de equis revista en la que caballeros ofrecen sus atributos para hacer disfrutar a mujeres ya sean solas o bien en pareja.
Jorge es el nombre de la persona que me pareció apropiado, de 40 años, complexión regular, muy atento y se veía que era de las primeras veces (después supimos que era la primera) que tendría un encuentro con una pareja.
El día convenido, nos ubicamos en un hotel de la colonia S. Rafael en la ciudad de México, en el que no hay problema porque entren dos hombres y una mujer en una habitación.
Lolita estaba radiante, llevaba un vestido blanco algo ajustado, ropa interior blanca incluyendo liguero y zapatillas del mismo color.
Ya estando en el hotel nos dispusimos a esperar a Jorge, entre tanto le pedí a ella que se quitara el fondo para que se viera todavía mejor, ella lo hizo y de verdad que se veía riquísima ya que se le transparentaba la pantaleta y el liguero.
Unos minutos después de la hora acordada llegó Jorge, nos estrechamos la mano y lo invité a pasar, se notó de inmediato que la impresión que Lolita causó en él fue estupenda, se saludaron con un beso en la mejilla, nos sentamos y platicamos unos minutos de tonterías. Cabe mencionar que él no le quitaba la vista de encima a ella dado que estaban sentados uno frente al otro y de seguro él en más de una ocasión pudo ver que Lolita traía liguero y probablemente hasta la pantaleta.
Antes de iniciar el masaje, le recordé a él que todo estaba supeditado a lo que ella estuviera de acuerdo en hacer, a lo que el respondió que no me preocupara, que no haría absolutamente nada que ella no quisiera.
Acto seguido se levantaron ambos, se dirigieron a la cama, él le pidió que se diera vuelta para desabrocharle el vestido y poco a poco fue bajando el cierre hasta llegar al final de esta que quedaba a la altura de la cadera por lo que pudo ver parte de su pantaleta y el broche del liguero.
Ella se dio vuelta quedando de frente a Jorge mientras este empezaba a bajarle el vestido, y una vez fuera este, ella quedó solo en brassier, pantaleta, liguero, medias y zapatillas.
Él le pidió que se sentara en la orilla de la cama y procedió a quitarle las zapatillas, todo esto lo hacía muy lentamente, disfrutando el momento y yo estaba seguro que ella también lo estaba disfrutando aunque se notaba muy nerviosa y ocasionalmente en forma más o menos disimulada se cubría la región de su pubis ya que debido a la pantaleta que llevaba se le transparentaba su vello.
Jorge le preguntó que por dónde quería que empezara y ella le dijo que por la espalda por lo que se acostó boca abajo muy cerca de la orilla de la cama. Él ahí de pie empezó a acariciarle los hombros, los brazos, la espalda y la cintura sin animarse a bajar más.
Después de un rato yo le dije que en el buró estaba el aceite y que lo mejor era que se aligerara de ropa a fin de evitar que se manchara.
Era lo que él estaba esperando, mientras se quitaba la ropa le dije e ella que se recorriera al centro de la cama porque tan en la orilla se podría caer.
Tan pronto Jorge quedó en trusa, pude ver que tenía una erección bastante considerable y que su miembro era de buen tamaño, afortunadamente Lolita estaba con los ojos cerrados, porque si lo hubiera visto, aunque no era una cosa del otro mundo, probablemente hubiera dudado en continuar con aquello.
Yo le sugerí a Jorge que se colocara sobre las piernas de mi esposa a fin de poder tener mejor apoyo y darle un mejor masaje. El lo hizo así y quedó sobre ella a la altura de sus rodillas y son su verga solo cubierta por la trusa a pocos centímetros de las nalgas de Lolita sólo cubiertas por la pantaleta.
Continuó con el masaje y antes de utilizar el aceite le preguntó e ella si deseaba que le desabrochara el brassiere para que no se manchara, ella asintió y él lo hizo colocando hacia los lados los tirantes y dejando libre la espalda.
Estuvo unos momentos dándole masaje en la espalda, hombros, brazos y cuello, en eso se recorrió hacia los pies de mi esposa empezando a darle masaje en los muslos, que al tener las medias y el liguero dejaban muy poco espacio descubierto, entonces sin preguntar nada empezó a desabrocharle las medias del liguero y a quitárselas poco a poco, después desabrochó el liguero y le pidió a Lolita que se levantara un poco para poder quitárselo por completo, ahora ya le estaba acariciando las piernas en su totalidad, así como los pies, después fue subiendo lentamente hasta quedar muy cerca de las nalgas de mi esposa, como ya casi no tenía aceite en las manos, metió un poco sus manos por los elásticos de la pantaleta, cubiertos con encaje y acariciándola un poco ya directamente sobre las nalgas.
Entonces le dijo que le iba a quitar la pantaleta, ella asintió y Jorge se la fue quitando lentamente, hasta dejarla completamente desnuda, reanudó sus caricias ahora en la cintura y fue bajando por sus caderas hasta colocar completamente sus manos sobre las nalgas y empezando a acariciarlas en una forma que por la expresión de mi esposa era bastante agradable. Así estuvo un buen rato, y entonces le preguntó a ella que si deseaba que repitiera el masaje en alguna parte de su cuerpo antes de que se volteara para continuar con la parte delantera de su cuerpo, ella de dijo que quería que nuevamente se acariciara la espalda pero que principalmente el cuello, entonces él se colocó más hacia la cabeza de Lolita a fin de quedar lo más cerca posible de su cuello e inició el masaje de nuevo, sólo que ahora cuando acariciaba la parte más alta del cuello y que por consiguiente se tenía que subir un poco, su verga que ahora se le veía más grande aún, entraba el contacto con las nalgas de mi esposa y obviamente quedaba exactamente en medio de ellas, por supuesto Lolita lo estaba sintiendo perfectamente, después de unos 10 minutos así, él le dijo que si quería más y ella le contestó que un poco más pero sólo la parte superior del cuello, entonces él acomodó su cuerpo un poco más arriba y reanudó el masaje en el cuello pero ahora su verga estaba completamente recargada en la hendidura de las nalgas de Lolita, y con el movimiento del masaje también se movía su verga en el lugar privilegiado en el que se encontraba.
Después de esto le pidió a ella que se volteara para completar el masaje, ella lo hizo pero sosteniendo con una mano el brassiere desabrochado sobre sus pechos y con la otra sí cubría tímidamente su monte de Venus.
Jorge con un tono de voz suave le dijo: ¿me permite?, y le quitó el brassiere quedando sus pechos al descubierto y me sorprendió el tamaño de sus pezones, era más que obvio que estaba excitada.
Sin pedirle que retirara su otra mano de donde la tenía empezó a acariciarle nuevamente los hombros, los brazos y poco a poco los pechos, haciendo círculos con sus manos y dedos desde fuera hacia el centro de ellos.
En cuanto toco directamente los pezones ella dio un ligero brinco, lo cual corroboraba que estaba excitada, él no pudo sustraerse a la tentación que representaban sus pezones y estuvo acariciándolos un buen rato, tomándolos entre sus dedos, estirándolos suavemente y apretándolos con mucho cuidado, se veía que no estaba muy lejos de abalanzarse sobre ellos para mamarlos pero se contuvo.
Lentamente fue bajando por su cintura, su vientre, hasta llegar a su sexo, delicadamente retiró la mano de mi esposa dejando al descubierto y a corta distancia de su cara la panocha deliciosamente cubierta de vello. Pasó sus manos muy brevemente por ahí y siguió hacia las piernas terminando con un delicioso masaje en los pies, nuevamente empezó a subir hasta llegar a los muslos y muy cerca del sexo de Lolita.
Acariciando sus muslos cada vez más rozaba en cada movimiento la panocha hasta que decididamente con una mano la empezó a acariciar directamente, yo pensé que ella iba a protestar pero no hizo el menor intento de rechazar esa caricia, él le pidió que separara un poco sus piernas para poder acariciarle la parte interior de los muslos, ella lo hizo y Jorge ahora además de los muslos estaba tocando la parte mas íntima de mi esposa, Jorge al entrar en contacto con esa zona se dio perfectamente cuenta de lo caliente y húmeda que estaba.
Después de estar ahí un tiempo, comenzó a subir nuevamente hasta sus pechos, para subir aún más para acariciar el cuello de ella, para lo cual se acomodó más arriba, quedando su verga que amenazaba con salirse de la trusa exactamente sobre la panocha de Lolita, al principio sólo era un leve contacto el que se podía observar, pero después y gracias al movimiento del masaje en el cuello, su verga prácticamente la estaba restregando en el sexo de Lolita.
En una de las veces en que se perdía el contacto entre esas partes, pude ver claramente algo que me excitó mucho, un hilo de líquido algo espeso unía por una parte la zona de la trusa de Jorge a la altura de donde queda la cabeza de su verga y por la otra el vello púbico de mi esposa.
Nadie podría en ese momento determinar de cuál de los dos era ese líquido aunque sin temor a equivocarme yo aseguraría que pertenecía a los dos.
Una de las cosas en las que habíamos pensado mi esposa y yo, era en que el masaje continuara en el jacuzzi, por lo que le pregunté si quería que lo fuera preparando, me dijo que sí y me dediqué a ello mientras Jorge seguía acariciando a mi esposa.
Al estar preparando el jacuzzi y a pesar del ruido de agua alcancé a escuchar que algo le decía en voz baja él a Lolita, pero sin saber qué le había dicho, pero enseguida me di cuenta de lo que se trataba, ella asintió levemente con la cabeza y Jorge en ese momento dirigió su boca a uno de los pezones y lo besó con mucha ternura para después hacer lo mismo con el otro, ahora sólo escuché que le dijo en voz baja: gracias.
Una vez que el jacuzzi estaba listo, se los informé, entonces ella se levantó y se metió al baño que estaba independiente del jacuzzi y Jorge se dispuso a meterse al agua, en eso me preguntó que si se quitaba la trusa, yo le contesté que no creía que hubiera traído otra de repuesto y que aunque esa ya estaba mojada, lo mejor era que se la quitara. Cuando lo hizo me sorprendió mucho ver el tamaño y grosor que había alcanzado su verga, era considerablemente más grande y gruesa que la mía, en esos momentos pensé muchas cosas pero ya estábamos en eso y la que tenía la última palabra era mi esposa.
Cuando Lolita salió del baño él ya se había metido al agua, ella también lo hizo y Jorge le pidió que se recostara boca arriba sujetándose con los brazos de la orilla de la tina mientras él continuaba con el masaje.
Ella lo hizo así y en pocos momentos Jorge estaba prácticamente sobre ella dándole masaje en sus pechos y sus hombros, en eso ella me volteó a ver con cara de sorpresa seguramente al sentir directamente la verga de Jorge sobre su panocha, yo hice una expresión de que estaba bien, y ella cerró los ojos a manera de seguir disfrutando de lo que estaba pasando.
Fue bastante tiempo el que estuvieron así hasta que él le preguntó si quería que le acariciara la espalda, ella asintió y él le pidió que se volteara y se sujetara de la orilla con sus manos, ella tenía su cabeza sobre sus brazos y estaba casi acostada en la tina. En esa posición estuvieron un buen rato hasta que Jorge le pidió que se levantara un poco a fin de poder darle masaje en su estomago, vientre y pecho pero así como estaban, ella se levantó un poco y él comenzó a acariciarla, ella estaba prácticamente en cuatro patas y sólo sujetándose de la tina con sus manos, yo los veía y sus cuerpos estaban casi pegados, era obvio que la verga de Jorge estaba en contacto con las partes íntimas de mi esposa.
En un momento dado me di cuenta de que Lolita levantó un poco más su cadera y los movimientos de masaje de él casi se detuvieron mientras la sujetaba de los hombros, vi perfectamente cómo Jorge se pegaba a ella por detrás y nuevamente ella dio un pequeño brinco para después permanecer inmóvil, ahora el movimiento del masaje era mínimo, ahí estaban los dos disfrutando de lo lindo, y como si yo no supiera lo que estaba pasando le pregunté a Lolita: ¿pasa algo ?, y ella sólo se limitó a mover afirmativamente la cabeza, y claro que estaba pasando algo, se la estaban cogiendo y ella lo estaba disfrutando bastante.
Así estuvieron bastante tiempo hasta que Jorge le preguntó que si quería continuar en la cama (no escuché qué iban a continuar si el masaje o la cogida), ella dijo que sí y entonces él se hizo hacia atrás, claro, cómo se iba a poder levantar ella si la tenía bien ensartada. Él le alcanzó una toalla con la que ella medio se cubrió hasta llegar a la cama, él tomo otra toalla, se secó rápidamente y para asombro de ambos la dejó a un lado de la cama mostrándose ahora completamente desnudo y con su verga completamente parada.
Yo tragué saliva y ella no salía de su asombro al ver el tamaño y grosor de esa verga que de cualquier manera ya había probado un poco.
Él le preguntó si quería seguir igual que en el jacuzi pero ella le dijo que no, que quería que le diera masaje pero de frente, por lo que se acostó boca arriba y Jorge sentado sobre ella acariciándole los pechos pero con su verga en contacto directo con la panocha de mi esposa, ahora ya descaradamente se la restregaba en su bello púbico mientras la acariciaba. En un momento dado y no sé de quién haya sido la iniciativa Jorge quedó en medio de las piernas de mi esposa y obviamente su verga mejor colocada que nunca, las caricias en los pechos se hacían mas eróticas y los pezones de Lolita parecía que iban a reventar de lo grandes que los tenía, él nuevamente le pidió permiso para besarlos, ella asintió pero esta vez él no aguantó y se metió uno de los pezones en la boca por completo para empezar a mamarlo, si hay algo que caliente rápidamente a Lolita es eso precisamente.
Mientras eso sucedía yo ya estaba súper excitado, no había la menor duda que ella lo estaba disfrutando, que era exactamente lo que yo quería, él por su parte ni se diga, estaba gozando a mi esposa como loco, y tampoco había duda que aquello iba a ser una orgía entre ellos.
Poco a poco pude ver como Jorge apuntaba su verga hacia la entrada de la panocha de mi esposa, hasta que una vez que estuvo en la entrada, él volteó a verme como preguntando: ¿me das permiso de cogérmela ?, yo hice un ademán de adelante y en ese momento vi cómo ella arqueaba ligeramente su cuerpo como buscando que la verga de Jorge entrara lo más rápido posible, pero él la quería hacer sufrir un poco, hasta que mi esposa empujó su vientre hacia arriba y por su expresión supe que finalmente la tenía adentro de ella.
Él entonces empezó a empujar hacia adentro pero ella hizo una mueca de dolor por lo que él se detuvo un poco para después empezar a besarla en los labios al tiempo que se veía que también le estaba metiendo la lengua. Nuevamente empezó a moverse y a metérsela aún más. Ella estaba inmóvil sólo recibiendo todo lo que él tenía para meterle, en eso él se separó de sus labios y Lolita le pidió que se la metiera toda, no le dijo dos veces, lentamente pero de una sola vez se la metió toda, me costaba trabajo creer que toda esa verga que había visto hacia unos momentos ahora estuviera completamente incrustada en el sexo de mi esposa.
En solo unos momentos Lolita explotó en un orgasmo fenomenal, de verdad que estaba en el cielo, Jorge por su parte no dejaba de moverse ni de acariciarle y mamarle los pechos y besarla en la boca, realmente eran en ese momento la pareja perfecta de amantes. Ella al sentir la cogida que Jorge le seguía dando en poco tiempo tuvo un nuevo orgasmo, yo sabía que sólo era el segundo de muchos que iba a tener esa noche.
Después del segundo orgasmo de mi esposa, él le sacó la verga y se recostó a su lado, la verdad es que me dio envidia de ver el tamaño de su instrumento y la forma en que había hecho gozar a Lolita. Sin pensarlo ella se prendió de sus labios mientras con una de sus manos le acariciaba la verga, en eso él presionó ligeramente la cabeza de mi esposa hacia abajo, en dirección a su verga, era obvio lo que quería, que ella se la mamara, Lolita volteó a verme le hice un gesto afirmativo y ella fue bajando poco a poco hasta llegar a la verga que tanta satisfacción le había dado y todavía le iba a dar.
La acarició con las dos manos a todo lo largo pasando su lengua y besándola con muchas ganas, después con una mano empezó a acariciarle los huevos que también eran bastante grandes y colocó su boca sobre la cabeza de esa vergota, se la metió lentamente y la empezó a mamar con ganas, en realidad no le cabía arriba de la mitad de lo grande que estaba y de hecho debido a que ella es de boca chica, le costó trabajo meterse la cabeza, ella abría lo más que podía la boca a fin de no lastimarlo con los dientes, mientras él daba la impresión de estar en la gloria.
Después de estársela mamando un buen rato se la sacó y sin dejar de acariciarla con una mano bajó su boca hacia los huevos, a ella le gusta mamarme tanto la verga como los huevos pero no creía que fuera a intentar meterse uno de esos en la boca debido al tamaño. Empezó a besárselos, a lamerlos y abriendo la boca lo más posible se metió uno de ellos, Jorge estaba que no aguantaba más, la tomó de las nalgas, la giró de manera que su panocha quedara exactamente sobre su cara y comenzó a mamarla también, era un espectáculo de lo mejor, era impresionante ver a mi esposa siendo mamada estupendamente mientras ella continuaba con los huevos de Jorge alternativamente en su boca.
Ella se volvió a meter la verga en la boca y como podía debido al tamaño empezó a darle una mamada estupenda, en un momento vi que él dejaba de mamarla y se concentraba en lo que ella estaba haciendo, se sentó en la cama para contemplar como estaba siendo mamado por mi esposa, él le dijo que no iba a aguantar más y Lolita aceleró el ritmo de su boca, varias veces me ha mamado y he terminado en su boca, de hecho no es eso lo que más le gusta a ella, por lo que no pensé que dejaría que Jorge se viniera dentro de ella, en unos momentos él le dijo que prácticamente se estaba viniendo, pensando en que ella se la sacara de la boca ya que no había tiempo para ninguna otra cosa pero ella hizo lo contrario, cerró sus labios pudiera yo decir que herméticamente cubriendo la verga de Jorge y empezó él a descargar toda su leche dentro de la boca de mi esposa, a leguas se veía que ella estaba haciendo un gran esfuerzo por tragarse todo lo que estaba saliendo de esa verga, no por otra cosa sino por la cantidad tan bárbara que estaba echando, sin embargo ahí seguían los dos, él descargando toda su leche y mi esposa perfectamente conectada con su boca y no dejando escapar ni una gota de semen, después ella me comentó que aunque le costó bastante trabajo lo hizo a manera de agradecimiento por la cogida tan rica que momentos antes Jorge le había dado.
Una vez que él terminó, ella le limpió con la lengua cualquier residuo que quedara en su verga, él estaba que no creía lo que había pasado, por dos razones, nunca había arrojado tal cantidad de semen y nunca nadie había hecho lo que Lolita hizo.
El caso era que los dos estaban fascinados el uno con el otro, debo de confesar que sentí celos al ver ese cuadro tan perfecto. Nuevamente se unieron en un beso con intercambio de lenguas de lo más rico.
Él se levantó para ir al baño, ella me pidió que me desnudara y me subiera a la cama, lo hice y ella de inmediato me comenzó a mamar, inmediatamente observé la diferencia entre una verga y otra pero tal parece que ella no lo notaba o bien no le daba importancia.
Ya que mi verga estaba como a ella le gusta se subió en mí y se la metió de un solo golpe empezando a moverse estupendamente, la verdad es que yo sentí su panocha además de caliente y completamente mojada algo holgada, lo que era perfectamente entendible después de haberse metido la verga de Jorge.
Se me hizo un detalle estupendo de parte de ella coger conmigo en esos momentos y tomando en cuenta las dimensiones de los miembros. Estábamos cogiendo así cuando él salió del baño, como estábamos casi en la orilla de la cama, él se colocó a nuestro lado y comenzó a acariciar la espalda de ella y sus pechos pero desde atrás, eventualmente se daban algún beso, eso calentó nuevamente a Lolita, me di cuenta que poco a poco la verga de Jorge empezaba a recuperarse, se montó sobre mis piernas quedando exactamente detrás de ella, la siguió acariciando y besando, ahora sujetando sus pechos con sus dos manos, nuevamente los tenía a re- ventar.
Jorge la inclinó sobre mí quedando completamente las nalgas de mi esposa a su disposición, yo pensé que iba a intentar metérsela por detrás pero cuando me di cuenta sentó cómo la colocaba junto a la mía y empezaba a presionar para meterla, en eso ella le dijo que no que cómo creía que las dos vergas cabrían en su panocha, él pareció no escucharla y siguió presionando poco a poco, en realidad su verga no estaba totalmente parada lo que yo considero que permitió que entrara, primero la cabeza y después un poco mas, yo calculo que unos cinco centímetros después de la cabeza, ella no lo podía creer, ya tenía las dos vergas dentro de su panocha, y lo más curioso es que conforme pasaba el tiempo y Jorge entraba más tanto su verga como la mía empezaban a tomar su máximo tamaño, tal parece que esto lo sintió de inmediato Lolita, cerrando los ojos y disfrutando de la doble penetración de que estaba siendo objeto.
Yo la sujeté de las piernas para obtener un mejor punto de apoyo y Jorge la tomó de la cadera e iniciamos una serie de movimientos de entrada y salida que la estaban volviendo loca, las dos vergas se habían acoplado a la perfección y no dejaban ni un rincón sin tocar dentro de la intimidad de mi esposa, ya para ese momento ella había tenido dos orgasmos.
En eso le pedí a él que sacara su verga y que se recostara para que Lolita se subiera en él y se metiera su verga nuevamente, así lo hicieron y yo me coloqué detrás de ella y me detuve unos momentos para observar el espectáculo que se ofrecía ante mis ojos, la panocha de mi esposa subiendo y bajando sobre esa estupenda verga, después me pegué a ella por detrás, la incliné sobre el pecho de Jorge lo que él aprovechó para ensartarse nuevamente en ese juego de lenguas que tanto les había gustado, coloqué la punta de mi verga en el culo de mi esposa y poco a poco se la empecé a meter, normalmente cuando se la meto por el culo ella me pide que lo haga muy despacio, pero en esta ocasión no me dijo absolutamente nada, y cómo me iba a decir algo si tenía en su panocha una deliciosa verga y en la boca una lengua que seguramente tenía alojada hasta la garganta, el caso es que en poco tiempo ya tenía toda mi verga dentro del culo de mi esposa y nuevamente estaba ella gozando como loca de una doble penetración, me empecé a mover rápidamente lo que hacía que la verga de Jorge también entrara y saliera con la misma rapidez, y ahí estábamos los tres cogiendo de lo mejor y todos disfrutando al máximo.
Le pedí a Jorge que me avisara cuando fuera a terminar porque tenía la intención de que la inundáramos al mismo tiempo, de ella ni me preocupaba ya que en esos momentos ni ella misma sabía cuantos orgasmos había tenido aunque conservadoramente calculo que por lo menos eran unos ocho.
Al poco rato él me dijo ya estaba por venirse, por lo que aceleré mis movimientos y pude ver que ella estaba como hipnotizada, de verdad se veía que estaba disfrutando como nunca imaginó que pudiera hacerlo, en eso sentí como Jorge empujaba con fuerza su verga dentro de mi esposa y comprendí que era el momento, le meti hasta el fondo del culo mi verga a ella y tanto él como yo la empezamos a llenar de leche, justo en ese momento ella se sacudió en quizá el orgasmo más intenso que había tenido, estando los tres en una unión de lo mejor, éramos prácticamente un solo cuerpo, realmente sentíamos lo que estaban sintiendo los otros dos y de verdad es una experiencia maravillosa. Después de permanecer un buen tiempo así, la verdad es que nadie se quería mover de donde estaba, aunque ella se veía realmente cansada de la tremenda cogida que había te- nido en lo que había transcurrido de esa noche, pero a la vez se veía radiante, feliz, no sólo de haber disfrutado sino de poder proporcionar tanto placer a dos hombres, los mejores del mundo para ella en ese momento.
En unos momentos más nos desenchufamos los tres, recostándonos y quedando ella en medio, ella volteó hacia mí, me sonrió y nos unimos en un largo beso mientras Jorge jugueteaba con sus pechos.
Para esto ya eran como las once de la noche, le pregunté a él si se quedaría a dormir, y contestó que eso dependia si Lolita no tenía inconveniente en eso, ella dijo que ninguno, entonces yo comenté que por mi parte sí veía el inconveniente de que por lo que se había visto no me iban a dejar dormir, los dos se rieron.
Cansados como estábamos empezamos a dormitar, recuerdo que antes de quedarme dormido Jorge volteó a mi esposa hacia él y se prendieron en un interminable beso mientras él acariciaba en su totalidad las nalgas de ella.
Dormí algo así como dos o tres horas y me despertó el movimiento de la cama, claro estaban cogiendo de nuevo, él estaba encima de mi esposa pero con las piernas de ella sobre sus hombros y él empujando con fuerza su verga dentro de la panocha de Lolita, estuve viéndolos unos momentos y me volví a dormir.
Posteriormente ella me dijo que buena parte de la noche se la pasaron cogiendo y mamandose.
Al amanecer yo me desperté primero, ella estaba volteada de lado hacia mí y Jorge la tenía abrazada por detras, le dije que quería meterle la verga por el culo, ella asintió y quitando lentamente los brazos de Jorge se volteó hacia él dándome la espalda o mejor dicho las nalgas, la acaricié durante un rato y después coloqué mi verga en la entrada de su culo y se la metí lentamente, ya estando toda adentro me empecé a mover con rapidez y ella estaba ya bastante caliente, no tardé en venirme, le pregunté si ella había terminado, me dijo que no pero que le había gustado.
Nuevamente se volteó hacia mí y nos estuvimos besando un buen rato hasta que sentimos movimientos en la cama y era Jorge que se había pegado a ella y le estaba acariciando las nalgas y después también los pechos.
Me separé un poco para que él tuviera espacio suficiente para acariciarla, en una de las caricias en las nalgas según me dijo ella después, colocó la cabeza de su verga en la entrada del culo de mi esposa, ella pensó que sólo lo hacía por el simple gusto de ponerla ahí, pero se sorprendió cuando tomándola de la cadera con una mano la atrajo hacia él al mismo tiempo que empujaba su verga con claras intenciones de penetrarla, como ella estaba de frente a mí vi que abrió mucho los ojos y me dijo en voz baja: me quiere coger por las nalgas, yo le dije que si no quería le diría que se detuviera, ella me hizo un ademán de que esperara un poco, Jorge le empujó otra vez su verga consiguiendo que entrara la cabeza, ella hizo un gesto de dolor, yo iba a decirle algo a él pero ella me detuvo, me dijo que le dolió un poco cuando entró la cabeza pero que ya estaba pasando, y ahí estaba yo viendo cómo se ensartaban a mi esposa por las nalgas, dispuesto a impedirlo pero ella aún más dispuesta a darlas.
Jorge empezó a moverse lentamente metiendo y sacando lo que ya había logrado meterle a mi esposa por el culo, ella estaba empezando a disfrutarlo, ayudé un poco besándola y acariciándole los pechos y después mamándoselos, él por su parte en cada arremetida le introducía un poco mas de verga, yo calculo que para esos momentos ya tendría por lo menos la mitad de su verga enterrada en el culo de mi esposa.
En eso él comenzó a darse la vuelta y colocarse sobre ella quedando ahora Lolita boca abajo, Jorge se levantaba un poco cuando se la sacaba y se recostaba sobre ella al volvérsela a meter, en un momento dado él se quedó separado de ella pero sin sacarle la verga por completo y entonces fue mi esposa la que movía las nalgas hacia arriba para poder metérsela de nuevo, ella ya estaba bastante excitada, por lo que él empezó a metérsela cada vez más, produciéndole ciertamente algo de dolor, mismo que era superado ampliamente por el placer que ella estaba sintiendo, era impresionante ver esa cantidad de verga entrar y salir del culo de ella sin que le hiciera daño. Ella ya había tenido por lo menos dos orgasmos y alcanzó un tercero al momento en que sintió que Jorge se estaba viniendo dentro de ella, al terminar se volvieron a colocar de lado pero sin la menor intención de él de sacarle la verga a mi esposa quien por supuesto lo último que quería era eso.
Más tarde nos dispusimos a hacer lo necesario para retirarnos, dejé que se bañaran ellos solos, y de nuevo él se la volvió a coger, la verdad es que estaba más que sorprendido por la capacidad de mi esposa para estos menesteres, ya sabía que es muy caliente, multiorgásmica etc. Pero nunca pensé que aguantara tanto ni que pudiera disfrutar al grado que lo hizo.
Salieron del baño, se empezaron a vestir, mi esposa ya se había puesto el brassiere y la pantaleta y se disponía a ponerse el liguero y las medias cuando Jorge le pidió que dejara que él se los pusiera, ella estuvo de acuerdo y él le colocó el liguero, se lo abrochó correctamente, pasó los tirantes por debajo de la pantaleta como debe ser, le puso la media de la pierna izquierda y la sujetó con los broches, le puso la de la pierna derecha, la sujetó de la parte delantera con el broche y colocándose detrás de ella para sujetar la media con el otro broche, lo hizo muy lentamente y tomó a mi esposa de los costados de los muslos y se quedó mirando fijamente por unos instantes las nalgas de Lolita que se veían preciosas cubiertas con su pantaleta blanca con encaje, sin pensarlo mucho, hundió su cara en medio de las nalgas de ella y empezó a besarle el culo y las nalgas sin despegarse ni un milímetro de ahí, fue algo de lo mas erótico ver cómo Jorge se restregaba la cara contra la pantaleta de mi esposa, ella por su parte aunque sorprendida estaba disfrutando de lo lindo ese arranque de erotismo.
Unos minutos más tarde, él se despegó de las nalgas de mi esposa, se levantó, ella se volvió hacia él y se besaron jugueteando con sus lenguas dentro de sus bocas, él acariciaba con las dos manos las nalgas de ella y Lolita por su parte con una de sus manos palpó el bulto que Jorge ya tenía en el pantalón, entonces ella le dijo que no podía irse con tamaño bulto, él le pregunto que si se le ocurría algo, ella por toda contestación se arrodilló frente a Jorge, le desabrochó el pantalón que de inmediato cayó al suelo y se abalanzó pegando su cara a la trusa de él y besando su verga sobre su prenda, no tardó mucho en sacar el instrumento que tanto placer le había prodigado y de un solo impulso se la metió hasta donde le cupo, la empezó a mamar como si pensara que se iba a acabar, era obvio que Jorge no iba a aguantar mucho, con ambas manos sujetó la cabeza de mi esposa y empezó a moverse como si estuviera cogiendo y claro que se la estaba cogiendo solo que ahora por la boca, le dijo a ella que se estaba viniendo y nuevamente ella cerró por completo sus labios alrededor de su verga para empezar a recibir la descarga de leche de su amante, tragó como pudo lo primero que él le echó, y en un momento determinado pensé que se la iba a sacar y dejar de recibir todo el semen, pero sólo la sujetó con una mano separándola unos cuantos centímetros de su boca pero exactamente en la misma dirección, yo podía ver perfectamente como salían los chorros aunque ya no muy abundantes de la verga de Jorge y caían de lo mejor en el interior de la boca de Lolita, de repente ella se había convertido en una súper estrella porno, era fascinante ver aquello. Cuando él terminó de arrojar hasta la última gota, ella le pasó su lengua varias veces a fin de limpiar bien aquel miembro, que de hecho prácticamente empezaba a formar parte de nuestra familia, él se disponía a guardarlo dentro de la trusa cuando mi esposa hizo algo que me resultó fascinante, le dijo a Jorge que su verga, así le llamo, verga, aun estaba un poco mojada y sin decir mas, se quitó la pantaleta y con ella limpió y secó perfectamente aquello que estaba segura iba a disfrutar muchas veces más, él le agradeció con un beso ese gesto y una vez que estábamos listos para salir ella continuó con la última locura le dijo a Jorge que quería que se arrodillara detrás de ella, le levantara el vestido y le diera un buen beso en medio de sus nalgas, pero que sólo hiciera eso, él accedió, se arrodilló, le levantó el vestido y lentamente acercó su cara a las nalgas de mi esposa y le dio el beso solicitado no sin presionar hacia delante, se separó, colocó el vestido en su lugar, le dio otro beso a mi esposa y salimos los tres.
Ya en el camino nos agradecimos mutuamente el habernos prodigado tanto placer, él me agradeció la confianza que le había tenido y por tener una esposa tan linda y tan caliente, ella me agradeció la oportunidad de poder disfrutar tanto placer, y todos quedamos de acuerdo que esta era sólo la primera de muchas sesiones que tendríamos cuyo único objetivo era el de gozar plenamente de nuestra sexualidad.