Entregando mi coño a una lesbiana (1/2)
Una muchacha se ve obligada a ser la esclava sexual lesbiana de su amiga y hacer todo lo que le pide al hipnotizarla de una extraña forma que le impide tener orgasmos si ella no se lo autoriza y para ello debe degradarse al máximo.
Entregando mi coño a una lesbiana (1/2)
Capitulo 1.- Necesito frotar mi coño con otro para correrme
Mi nombre es Yadira... Soy arquitecta… Trabajo a tiempo completo en una pequeña empresa de mi México natal… Estoy soltera pero no por ello practico poco sexo... ¡Nooo!... Todo lo contrario… Soy muy viciosa y lo mismo me gusta entregarme a un hombre que a una mujer, pero si he de elegir, sentir una verga dentro de cualquiera de mis agujeros, es lo que más me enloquece… Tengo veintisiete años y un buen cuerpo, al menos eso es lo que me dicen... La muchas horas de deporte que hice cuando era más joven todavía hace que mi cuerpo se vea en buena forma.
Para que podáis imaginarme bien… Soy una mujer normal, linda de cara, con unos ojos marrones preciosos y largo pelo oscuro… Mido 1.70, con buenas caderas, donde puedan agarrarme para poder clavármela con fuerza… En cambio, mis pechos son más bien pequeños y es lo que menos me gusta de mí… No es que sean minúsculos, pero me encantaría tener dos buenas tetas para que todos me mirasen por la calle, pero bueno, es lo que tengo y no me voy a operar para agrandarlos.
Un domingo, mientras intentaba descansar un poco, vino a casa una de mis amigas... Su nombre es Samara... La conozco desde hace unos seis años y no nos llevamos bien por ser muy dominante... Ella tiene dinero y le gusta alardearlo... Acaba de regresar de unas vacaciones por la zona norte de México y quería contármelo.
Yo estaba en la cocina preparando café mientras Samara estaba sentaba en el sofá… Ella seguía hablando sobre lo bonita y curiosa que era esa zona… Realmente no estaba escuchando demasiado, así que me perdí toda la historia sobre un amuleto que ella quería enseñarme… Cuando me senté a su lado, ella me mostró un bonito collar del que colgaba un amuleto al que llamó ‘ núcleo de las brujas’ .
- "Mira este collar, Yadira... ¿No es curiosa la forma con que las piedras cambian de color?... Si miras bien, puedes ver este bonito amuleto... Míralo bien… Concéntrate en el colgante, concéntrate en el colgante, nada más que en el colgante", me decía Samara.
Lo siguiente que recuerdo es que han pasado cuatro horas y Samara se ha ido… La llamé por teléfono y ella me dijo que cuando me estaba mostrando su nuevo collar, me quedé dormida... Ella pensó que yo debía estar muy cansada, así que me dejó dormir y se marchó... Le pedí disculpas y le dije que podía venir mañana para enseñármelo.
- "Vale… Iré mañana por la tarde cuando termines del trabajo", me dijo.
¡No puedo creer que estuviera tan cansada!... Nunca me he dormido así antes… Esa noche, después de acostarme, me sentía un poco caliente y decidí masturbarme… Me sentía muy bien tocándome el coño pero no pude correrme… Justo en el momento en que pensaba que iba a correrme, disminuía un poco el placer... Lo intenté durante aproximadamente una hora, pero finalmente me rendí… Pensé que tal vez serían los nervios acumulados después de toda la semana.
El lunes por la mañana me desperté tan caliente como cuando me dormí… Me planteé que me masturbaría después de que mi madre se fuera a trabajar… Tan pronto como escuché que la puerta se cerró, metí mi mano entre mis bragas… Necesitaba algo de alivio... Jugué y jugué pero no pude acabar... Miré el reloj y vi que iba a llegar tarde al trabajo... Necesitaba dejar de masturbarme, pero también necesitaba correrme... Finalmente me rendí y me fui al trabajo.
Cuando volví a casa del trabajo quería volver a jugar conmigo misma, pero vino Samara.
"Lo siento, me dormí ayer… Debo haber estado más cansada de lo que pensaba", le dije a ella.
"No pasa nada, querida... Sólo quería enseñarte mi colgante", me dijo Samara.
Lo sostuvo en alto y vi como brillaba mucho... No podía quitarle los ojos de encima.
- "Mira este colgante, Yadira… ¿No es bonito el modo en que sus piedras cambian de color?... Si miras bien, puedes ver bonito diseño que tiene… Mira bien el colgante… Concéntrate en el colgante, nada más que en el colgante", me dijo Samara.
No puedo creer que me haya dormido otra vez... Ella va a pensar que no me importa su collar... La llamé y volvimos a la misma conversación… Ella vendría mañana... Estaba muy cachonda y necesitaba algo de alivio, pero volvió a sucederme lo mismo… No pude correrme y eso que lo necesitaba muchísimo… A la mañana siguiente me pasó lo mismo... Eso hizo que dos días seguidos llegara tarde al trabajo porque estaba muy ocupada masturbándome y todavía no podía llegar al orgasmo.
El resto de la semana fue igual… Cada vez que Samara intentaba mostrarme su collar, me quedaba dormida... Luego me disculpaba y hacía planes para intentarlo de nuevo... Y cada vez que con mi mano me masturbaba, no alcanzaba el orgasmo... Estaba desesperada ahora y viendo que no podía correrme, me ponía a llorar… Necesitaba alivio más que nunca… Haría cualquier cosa por conseguirlo.
Finalmente llegó el sábado… Estaba contenta porque no tenía que trabajar y tenía todo el día para alcanzar ese orgasmo que tanto necesito…
Estuve en ello durante unas tres o cuatro horas, no estoy segura... Estaba cansada, con el coño escocido de tanto frotármelo y extremadamente frustrada y a punto de llorar.
Alguien llamó a la puerta… No sabía si estar triste por la interrupción, o contenta por romperme el ciclo de frustración en el que me encontraba… Abrí la puerta… Era Samara… Probablemente ella quería intentar mostrarme ese estúpido collar de nuevo.
- "¿Qué te pasa Yadira?", me preguntó Samara.
Estaba un poco avergonzada... Probablemente tenía un aspecto terrible y mi casa debería oler a mi sexo... No sabía qué decirle... Esperaba que ella no notara el olor, pero eso era un tanto imposible ya era muy fuerte.
"Nada… Estoy un poco cansada, eso es todo", le contesté.
"¿Quieres que vuelva más tarde?", me preguntó... Ella notó el olor.
"No, entra... Estoy bien", le dije.
Samara entró y se sentó en el sofá... Tuvimos una pequeña charla, y luego ella dijo:
"Sé lo que te pasa, Yadira".
"¿En serio?... ¿Y qué es?", le pregunte en respuesta.
"Estás cachonda y frustrada porque no puedes correrte", dijo Samara.
"¿Qué?”... Sé que ella puede olerme, pero el olor no dice que no pueda tener orgasmos... ‘¿ Cómo lo sabía? ’, pensé
"Bueno, tengo una pequeña confesión que hacerte", me dijo.
"¿Qué me has estado espiando?", dije enfadada.
"No, no, nada de eso... Te hipnoticé", me dijo Samara con una gran sonrisa en su rostro.
"¿Estás loca?... ¿De qué estás hablando?", le pregunte, confundida.
"Sabes que todos esos días que vine te quedaste dormida."
"Sí", dije con cautela.
"Bueno, te he estado hipnotizando, no a ti, sino a tu coño", dijo Samara.
"¿Qué?"… Fue todo lo que pude decir... Creo que Samara debe estar volviéndose loca… Esto no tenía sentido.
"Sí… He estado hipnotizando tu coño... Lo he estado convirtiéndolo en un coño lesbiano... La única manera de que ese pequeño y lindo coño tuyo se corra es si lo frotas contra mi coño", dijo.
Bueno… Ya había escuchado suficiente de esta locura... Eché a Samara de mi casa… Pero cuando se estaba yendo, me dijo:
- "Cuando estés lista para correrte, estaré en mi casa… Pero vas a pagarlo caro por tratarme así."
Ha pasado una semana desde que hablé con Samara... La última vez que hablamos pensé que estaba loca... Pero después de toda esa charla sobre la hipnosis, estoy empezando a pensar que podría haber más que sólo estar cansada cada vez que me dormía.
No he podido correrme y no es por falta de intentarlo… Me masturbo tres o cuatro veces al día… La frustración ha crecido hasta el punto de que lloro cada vez que me masturbo, porque no puedo correrme… Es como si estuviera a punto, pero nunca llego a alcanzarlo… No puedo creer que tenga que ir a su casa, pero necesito alivio y estoy dispuesta a intentar cualquier cosa… Quiero saber si ella realmente me hizo algo.
En el camino a su casa comencé a pensar que eso era una idea estúpida... Ella no podría haberme hipnotizado así… Y si lo hizo, ¿qué iba a hacerme?... Todo esto no tenía mucho sentido para mí... ¿Por qué querría hacerme esto?... Estaba pensando en ella haciéndome lo que quisiera … Me estaba volviendo loca pensando en ello... Cuanto más me acercaba a la casa de Samara, más loca me volvía.
Llegué finamente a su casa… Antes de llamar a su puerta, ella la abrió… Samara estaba de pie allí con una sonrisa en su rostro y dijo:
"Bueno, bueno, bueno, parece que el pequeño coño lesbiano de Yadira está queriendo ahora ser atendido."
"¿Qué me hiciste?", le pregunte enojada y ella respondió:
"¡Qué grosera eres!"… Y cerró la puerta en mis narices.
Me quedé aturdida… No esperaba que ella hiciera eso… Entonces, llamé a la puerta de nuevo.
"¿Qué?"… Fue todo lo que dijo Samara desde el otro lado.
"Quiero que me quites la hipnosis que me hiciste."
"No"… Fue su única respuesta.
"¡Iré a la policía!", grité a través de la puerta.
"¿Y qué les dirás?... ¿Que estas hipnotizada y no puedes llegar al orgasmo ahora?... Sabes que sólo se reirán de ti... Tienen cosas más importantes que hacer que escuchar a una loca, ¿no crees?", me dijo Samara sarcásticamente.
"Por favor, deja de hacerme esto", le rogué, al borde de las lágrimas.
"¿Qué dijiste?... ¿Acaso 'por favor' salió de tu boca?", me preguntó.
"Sí"… Fue todo lo que pude añadir.
"Bueno, ahora todo lo que necesito es un 'Lo siento' y podría dejarte entrar", dijo Samara.
"Lo siento, por favor, déjame entrar para que podamos hablar", le dije… Cuando se abrió la puerta, Samara dijo:
"Puedes entrar, pero si dices más groserías, te tiraré de mi casa... No te dejaré volver por mucho tiempo... ¿Qué pensará tu pequeño coño lesbiano de eso?"
"No me hables así", dije bruscamente.
"Eso fue muy grosero… ¡Hablaré contigo como me guste!... Estoy en mi casa", dijo.
"Está bien, está bien, lo siento... Sólo te pido que me vuelvas a la normalidad", dije.
"No quiero, e incluso si lo hiciera, no puedo... Lo que está hecho está hecho", respondió Samara.
"¿Qué me has hecho?", le pregunté, aunque no estoy segura de que realmente quisiera escuchar la respuesta.
"Durante las últimas semanas he estado hipnotizando tu coño, por así decirlo, para estar caliente, pero sólo para poder llegar al orgasmo cuando lo frotes contra mi coño… La razón por la que digo que te hipnoticé tu coño es porque aunque sigues siendo la misma Yadira, con tu raja entre las piernas, sólo podrás obtener placer cuando te frotes con mi coño y si yo lo autorizo, con otro coño... ¿Te gusta esa idea, ¿verdad?”, me dijo Samara.
-
"No… No me gusta en absoluto”, le respondí.
-
"Cuanto más me digas que no te gusta, mejor... Sabiendo que tu coño sólo responderá a otro, me pone caliente", dijo.
-
"No me importa lo que te calienta, te ponga o ..." dije.
-
"Será mejor que empieces a preocuparte, o no dejaré que ese pequeño coño tuyo se frote con el mío y alivie toda esa frustración que tienes ahora", me dijo Samara.
-
"¡No te creo!... No puedes hacerme esto a mí… Soy tu amiga", le dije.
"Bueno, la única forma de averiguarlo es frotar tu coño contra el mío, ¿no es así?", respondió.
"No lo sé", dije vacilante.
"Quítate los pantalones y las bragas, y puedes descubrirlo rápidamente si tengo razón o no", dijo.
"Está bien, pero cuando esto no funcione, quiero que deshagas lo que me hiciste", dije, mientras me estaba quitando las bragas.
Samara me hizo recostarme en el suelo con las caderas encima de una almohada para que mi entrepierna se apoyara en el aire... Ella se puso entre mis piernas y poco a poco colocó su coño a unos escasos centímetros del mío… Esto me estaba haciendo sentir muy incómoda… Estar semidesnuda frente a ella mientras se ponía sobre mí con su coño era muy fuerte... No podía creer que estaba haciendo esto… Casi me puse de pie cuando ella me preguntó:
"¿Estás lista para la mejor sensación que has tenido en tu coño?"
"Sí… Acabemos con esto", le dije.
Cuando su coño tocó el mío, fue como nada que hubiera sentido antes… Fue la sensación más maravillosa que jamás haya sentido... Estaba en el cielo y al mismo tiempo estaba asombrada porque sabía que ella estaba diciendo la verdad… La única forma en que iba a correrme era si mi coño estaba frotando el suyo.
De repente, ella se apartó... Me quedé frustrada… ¡Aún no me había corrido!... Mi coño quería más... Quería llorar… Sabía que necesitaba más porque mi coño lo necesitaba desesperadamente… Estaba tan acalorada desde las últimas dos semanas que sabía que haría cualquier cosa que ella me dijera, sólo para poder correrme.
"Más, por favor… Necesito más", dije.
"Si quieres más, tendrás que trabajar para ello", me dijo Samara con una sonrisa en su rostro.
Sabía que esto no iba a ser fácil… Ella colocó una silla frente a un espejo de cuerpo entero y me dijo que me desnudara del todo... No quería hacerlo, pero no había otra opción si quería correrme... Mientras me quitaba la ropa, ella sacó un consolador.
"Quiero que te sientes en esa silla y te mires a ti misma masturbándote", dijo.
"No me obligues a hacer esto", le supliqué.
"¿Quieres correrte o no?", me preguntó.
Me senté lentamente y comencé a jugar conmigo misma.
- "Abre bien las piernas, perra… Quiero ver ese lindo coño tuyo", dijo.
Abrí mis piernas de par en par para su diversión... Fue tan humillante que estaba temblando.
- "Ahora, usa este consolador", me dijo Samara.
Tomé el consolador y lo froté en mi coño.
- "No… jódete con eso", dijo ella.
No podía creer que me iba a follar frente a esta mujer, pero lo hice… Tuve que cerrar los ojos e intenté pensar en otra cosa mientras ella me obligaba hacer esto.
- "Mira ese desagradable y mojado coño tuyo" dijo ella.
Miré entre mis piernas en el espejo y vi que mi coño estaba muy rojo e hinchado… Estaba tan mojado que en realidad estaba goteando en la silla... Yo quería llorar… Me di cuenta de que no iba a correrme de esta manera… Y Samara también… Sólo quería humillarme y lo logró.
-
"Dale al consolador en tu coño más fuerte… Que resuene, perra", dijo… Y lo hice… Comencé a llorar de nuevo.
- "Sí… Así, puta... Fóllate bien... Fóllate como si nunca hubiera sido follada antes", dijo.
Lo hice… Me estaba follando tan fuerte que me dolía… El consolador estaba resbaloso de tanto flujo cuando golpeaba mi coño… Ahora había un charco de jugo de coño en la silla.
"¿Te estás mirando en el espejo, perra?", me preguntó.
"Sí", le contesté entre sollozos.
"Mira ese coño... Mira ese coño asqueroso y babeante entre tus muslos... ¿Ves cómo está rezumando jugo?... ¡Se está esparciendo por todos sitios!... No creo que hayas visto un coño que haya goteado tanto jugo antes, ¿verdad?", me preguntó.
"No" es todo lo que podía decirle.
"¿Es tu coño un coño desagradable?", me preguntó.
"Sí", le dije.
"No… Quiero que lo mires y luego lo digas", me exigió Samara.
Miré directamente a mi pobre coño maltratado en el espejo y dije:
- "Mi coño es un coño asqueroso y repugnante."
-
"¡Eso está mejor!... Así que... Córrete... Deja que ese desagradable coño tuyo se corra con ese consolador", dijo.
-
"No puedo correrme", dije llorando y mirando mi coño en el espejo.
"¿Por qué no?", me preguntó.
"Porque mi coño necesita frotarse contra tu coño", le dije.
"¿Tu qué?... No llamaría un coño a lo que hay entre tus piernas... Míralo, goteando jugo como un grifo… No, eso no es un coño", dijo.
Sabía lo que ella quería que dijera, pero fue muy difícil decirlo.
"Mi coño repugnante y babeante debe frotarse contra tu coño para correrse", le dije, ahogando las palabras.
"¿Y por qué es eso?" ella preguntó.
"Porque mi coño es desagradable y babeante”, dije.
"Eso es correcto… Y ese coño asqueroso que tienes necesita besar mi pequeño y dulce coño para correrse, ¿no es así?", dijo ella.
"Sí, mi asqueroso y repugnante coño necesita frotar tu coño para correrse", le repetí de nuevo.
"Porque tu asqueroso coño está enamorado de mi coño, ¿no es así?", me presionó Samara.
Todavía estaba llorando y follándome duro con el consolador... Y no podía correrme… Tenía que decir todas estas cosas desagradables para ella, que tenía el control de mi coño y mi coño tenía el control de mí.
-
"Sí, mi repugnante coño está enamorado de tu coño", le dije.
-
"Está bien… Deja de follarte el coño... Eso es un consolador, no un coño, así que no va a hacer que ese coño tuyo se corra, ¿verdad?"
"No", dije mientras me sacaba el consolador… Hizo un sonido de caída cuando salió de mi coño.
"Bueno, no te quedes ahí sentada… Quita todo tu desagradable jugo de coño de mi consolador, perra", dijo Samara.
Me levanté para lavarlo en el baño pero me detuvo a mitad de camino y me dijo:
- "Usa tu boca para limpiar tus jugos desagradables".
Fue difícil, pero comencé a lamer mis jugos del consolador.
Nunca me había probado antes y jamás pensé que lo haría… ‘ Bueno, al menos no fue tan malo como pensé que sería, un poco salado pero no desagradable... Espera… ¿qué estoy diciendo?... Debería ser asqueroso, ¿no?... Estoy muy confundida.’
Mientras lo estaba haciendo, ella se subió a su cama y dijo:
- "Voy a dejar que tu asqueroso coño tenga relaciones sexuales con mi coño pero antes quiero que tu boca tenga relaciones sexuales primero… ¿Lo entiendes?"
La miré con lágrimas en los ojos y le rogué:
- "Por favor, no me obligues a hacer eso."
Mientras se abría de piernas, me sonrió y me dijo:
"Te acostumbrarás a ser esclava de tu asqueroso coño… Creo que a él ya le gusta ser esclavo de mi coño, ¿no es así?"
"Sí", dije, bajando los ojos... No podía soportar mirarla.
"Mírame y dilo", me gritó.
La miré y le dije:
- "A mi sucio coño le gusta ser esclavo de tu coño".
Fue lo más difícil que he tenido que hacer... Sabía que era sólo el comienzo de muchas cosas que iba a hacer a partir de ahora y que serían muy difíciles para mí pero que tendría que cumplirlas.
"Muy bien. Ahora, si ese maldito coño tuyo quiere correrse, es mejor que te vengas a mí, para que tu boca pueda lamer y chupar mi coño y darme una corrida... ¿Está claro, perra?", preguntó Samara.
Dije "Sí" mientras caía de rodillas y me arrastraba entre sus piernas.
No quería hacer esto… Nunca he lamido el coño de una mujer antes... Mientras ponía mi boca en su sexo, ella dijo:
- "Eso es, puta… Quiero que te chupes mi coño con tu linda y seria cara… Quiero correrme para que tu asqueroso coño pueda tener sexo con mi coño… Y mientras eso llega, quiero ver tus ojos mirándome."
Comencé a lamer rápido, con la esperanza de terminar pronto… Esta era la primera vez que probaba el coño de otra mujer, pero al menos tenía una idea de cómo sabría, después de probarme a mí misma.
Su coño sabía similar al mío, pero creo que un poco más agradable... No puedo creer que pensara en eso, siendo esto asqueroso.
- "Baja la velocidad un poco, perra… Tenemos mucho tiempo... Tengo a mi chica heterosexual para que sea mi puta y me lame el coño... Oooh, eso que me estas haciendo se siente bien… Mírame y dime lo que eres", me dijo.
La miré con su jugo de coño por toda mi cara y le dije:
- "Soy tu puta lamiendo tu coño", respondí con lágrimas en los ojos.
Levantó sus caderas hacia arriba y hacia mí y dijo:
- "Chupa, perra."
Puse mi boca sobre todo su coño y comencé a chupar tan fuerte como pude.
- "Oooh… Eso es, perra… Me harás esto muchas veces... No sabes cuánto te va a gustar ser mi puta chupadora de coño", cantó Samara.
‘ No lo creo’ , pensé.
"Harás esto cuando y donde quiera… ¿Entiendes eso, puta?", dijo.
"Sí", le dije metida en su coño.
"No lo has dicho bien, puta… Dilo", dijo ella.
"Te chuparé el coño cuando y donde me lo digas", murmuré.
"¿Y por qué?", me preguntó.
"Porque soy tu puta chupadora de coño", le contesté.
"Así es, perra", dijo mientras apoyaba las caderas en mi cara.
Ella comenzó a mover sus caderas contra mi cara más rápido y más duro... Movía su coño en mi boca y todo el tiempo gritando una y otra vez:
- "Me estoy follando la cara… ¡Me estoy follando la cara!... Yadira tiene la boca llena de coño!... La heterosexual Yadira, es ahora mi perra personal chupadora de coño… Vamos, perra, haz que me corra por toda tu cara bonita", dijo.
Yo estaba llorando y chupando lo más fuerte que podía, tratando de que ella se corriera tan rápido como pudiera.
- "Sí, zorra… Voy a correrme", gritó, riéndose más fuerte.
Cada vez que su coño me golpeaba la cara, decía:
- "Chupa mi semen, chupa mi semen"… Lo repetía una y otra vez hasta que finalmente bajó de su orgasmo.
-
"¡Guau… Eso estuvo muy bien!... Eres una de las mejores lamecoños que he tenido… Después de haber practicado algo más, serás la mejor lamecoños en esta ciudad… Incluso podría dejar que mis amigas tomen prestada esa boca tuya… Imagínate a mi pequeña y heterosexual Yadira, que se prostituye como una perra a todas las lesbianas de la ciudad… ¿No serás una buena perra?", me dijo.
"Sí," dije con lágrimas en mis ojos.
"Dime que te encantaría, zorra", dijo ella.
"Me encantaría ser prostituida como tu puta chupadora de coño para todas las lesbianas de la ciudad", dije.
"Sí, apuesto a que lo harías… Y cada vez que lo hicieras, volverías a verme con ese desagradable coño tuyo que gotea sobre tus muslos, mostrándome lo caliente que es para mi vagina", dijo.
"¿Tu coño repugnante quiere correrse?", me preguntó con voz de niña.
"Sí, mi repugnante coño quiere correrse", le contesté.
"Bueno, no me voy a mover... Si ese desagradable coño tuyo quiere correrse, tendrás que frotarlo contra mi dulce coño... Quiero que me mires mientras lo haces… Quiero verte correrte mientras frotas tu coño contra mi coño, que ya se ha corrido por toda tu cara", me dijo.
Me coloqué encima de ella para que nuestras piernas se entrelazaran y mi coño se frotara contra el suyo… Ella me estaba mirando directamente a mis ojos... Cuando nuestros coños se tocaron, jadeé… Me sentía muy bien… Yo quería llorar... ¿Cómo pudo ella hacerme esto?... Comencé a mover mi coño en el de ella y me sentí maravillosamente a gusto... Y empecé a gemir.
Ella me sonrió y dijo:
"Estas a gusto, ¿no?"
“Si", respondí.
"¿Qué sientes, Yadira?", me preguntó Samara.
-
"Mucho placer en mi coño frotándose contra el tuyo", dije.
-
"¿Y por qué es eso, perra?" ella preguntó.
Con lágrimas en los ojos, respondí:
- "Porque mi asqueroso coño está enamorado de tu coño."
-
"Así es, perra", dijo mientras pellizcaba y tiraba de mis pezones con fuerza.
"¿Te estás acercando a correrte, puta?", me preguntó.
"Sí", le contesté.
-
"¿Hueles mi coño por toda tu cara, puta?", me preguntó.
-
"Sí"… Fue todo lo que pude decir... Mi cerebro estaba sobrecargado por todo el placer que mi coño estaba recibiendo.
-
"Yadira heterosexual, ¿frotas tu asqueroso coño contra mi bonito coño y todavía hueles cuando se corrió por toda tu cara?", me preguntó... Sabía que tenía que responderle.
-
"¡Sí!" Grité, apretando mi coño contra el de ella tan fuerte como pude.
- "¡Córrete, puta!... Deja que tu desagradable coño de puta se corra con mi coño", dijo mientras se retorcía y tiraba de mis pezones con tanta fuerza que pensé que iba a arrancármelos.
-
"Córrete para mí, puta… Sabes que esta es la única manera en la que volverás a correrte… Sabes que serás mi puta chupadora de coño durante mucho tiempo", dijo Samara, mientras tiraba de mis pezones tan fuerte como pudo y con una sonrisa desagradable en su cara.
-
"Córrete para mí, Yadira... Córrete para otra mujer... Córrete para un coño... Se terminaron las pollas para ti, Yadira… De ahora en adelante sólo tendrás coño", me dijo mientras yo lloraba y me movía sobre su coño… Sentí más humillación y más placer que nunca.
- "Córrete puta, sabiendo que ese asqueroso coño que tienes entre tus piernas, babeará cada vez que vea un coño, o incluso escuches la palabra coño"… Se burló de mí, riendo y retorciendo mis pezones con fuerza.
-
"Eso es, perra… A tu asqueroso coño le encanta frotarse con mi coño… Se está abriendo, tratando de chupar mi lindo coño dentro de él… Puedo sentirlo", dijo.
-
"¿Vas a correrte perra?", me volvió a preguntó Samara.
-
"¡Sí!", grité al borde del orgasmo.
-
"¿Hueles mi coño, puta?", me preguntó.
-
"Sí, huelo tu coño", le contesté.
-
"Cuando empieces a correrte, quiero que me digas que te corres”, dijo Samara.
Estaba apretando mi coño contra el de ella tan fuerte como pude y ella estaba pellizcando, retorciendo y tirando de mis pezones tan fuerte como podía… Fue doloroso, pero también el mayor placer que he sentido... Yo estaba en el cielo y el infierno al mismo tiempo.
Me sentí tan bien que me encantó, pero todo ese placer venía de un coño, no de una polla… Y lo odiaba… El coño de una mujer me estaba dando más placer que nunca.
No soy lesbiana y ella lo sabía... Samara me estaba sonriendo como si supiera lo que estaba yo pensando… Samara sabía que yo no era lesbiana pero me estaba obligando a serlo y a ella esto, le encantó.
Mi orgasmo comenzó a superarme... Estaba gimiendo más fuerte, y sacudiendo mi coño contra el de ella... Podía sentir mi coño tratando de chupar el suyo.
"¿Estás corriéndote, puta?" preguntó ella a sabiendas.
"¡Síiii!... ¡Me estoy corriendo mientras huelo tu coño", grité al tener el orgasmo más fuerte que jamás había atravesado mi cuerpo.
"Respira hondo… Huele mi coño mientras te corres, puta", dijo.
Comencé a respirar profundamente, mis fosas nasales y pulmones estaban impregnados por el olor de su semen.. Casi podía saborearlo.
- "Eso es, perra… Esta será la única forma en que la heterosexual Yadira tendrá una corrida si ella huele un coño... Te acostumbrarás a eso… Pronto no podrás correrte sin oler el coño", dijo.
Yo me estaba golpeando salvajemente contra su coño, gritando y llorando… Fue el mejor orgasmo de mi vida y lo odié... Fue el orgasmo más intenso que he tenido… El placer fue increíble… Fue tan fuerte que me desmayé durante un par de minutos… Cuando desperté, ella me estaba sonriendo… Las lágrimas comenzaron a formarse en mis ojos.
- "Ahora pon esa boca de heterosexual en mi coño y limpia todo ese repugnante coño tuyo a ensuciado, puta", dijo.
Y yo me arrastré entre sus piernas y comencé a lamerle.
- "Y cubre ese desagradable agujero tuyo con una de tus manos… No quiero que gotee tu jugo en mi cama", continuó diciéndome Samara.
Cuando cubrí mi vagina no podía creer lo mojada y abierta que estaba… Se sentía desagradable... Me alegré de que no me hiciera mirarlo ni mostrárselo… Lamí su coño y limpié mi semen de su coño... Cada vez que tocaba mi coño, tenía espasmos en mi mano y perdía más jugo como si estuviera tratando de lamer su coño también, o darle las gracias al coño de Samara por dejar que me corra.
Mientras limpiaba mi semen de su coño, ella dijo:
- "Bueno, esto ha terminado... La hipnosis se activó cuando te corriste en mi coño… Tendrás que eliminar cualquier consolador y vibrador que tengas en casa... Ninguna de esas cosas va a hacer nada en tu coño sino irritarlo... Lo único que puede hacer que se corra el asqueroso coño que tienes entre tus piernas es mi coño... Por lo tanto, es mejor que te acostumbres a ser mi perra chorreante… ¿Lo tienes claro, puta?", me dijo.
Empecé a llorar... Sabía que ella tenía razón, y no podía hacer nada al respecto.
"¿Mi dulce coño está limpio, perra?", me preguntó... Supe cómo quería que le respondiera… Así que dije:
"Sí, tu pequeño y dulce coño no tiene nada de mi repugnante jugo de coño.”
"Bien… Estás aprendiendo… Ahora, levántate y abre las piernas, pero mantén esa sucio agujero de tu repugnante coño tapado con tu mano", me dijo Samara.
Fue difícil rodar y salir de su cama sin usar una de mis manos, pero lo hice... Estaba de pie frente a esta mujer que odiaba, desnuda, con las piernas abiertas y mi mano tapando mi coño esperando su próxima orden.
- "Ahora, mantén tu mano ahuecada pero quítela de tu coño", dijo.
Cuando quité mi mano de mi coño pude escuchar cómo algunos de mis jugos cayeron al suelo... No podía creer que estaba tan mojada.
"Mira tu mano, perra", me dijo ella… Mi mano contenía una buena cantidad de mis jugos en ella.
"Fíjate en lo mucho que ese desagradable coño tuyo ama mi coño… Él se moja y tú lo que haces es limpiar mi coño, sabiendo que no lo voy a dejar que se corra de nuevo esta noche... Bebe ese zumo, perra", me dijo Samara.
Me llevé la mano a la boca, me bebí los jugos y empecé a llorar de nuevo.
- "Sí, perra, es mejor que te acostumbres al jugo de coño porque de ahora en adelante vas a beber mucho… Y no sólo mío", dijo.
Cuando me fui para mi casa, me dijo:
- "Cuando ese pequeño y desagradable agujero que tienes entre tus muslos tenga que correrse otra vez, sabrás dónde encontrarme... Pero prepárate para más humillaciones… Me encanta hacerte eso."
Me alejé llorando, tratando de averiguar qué iba a tener que hacer y sabiendo que tendría que hacerlo… Soy la chica heterosexual de Samara, forzada a servir a su coño por el desagradable coño que yo tengo entre mis muslos, convirtiéndome en lesbiana sin quererlo.
Continuará......