Entregada por una amiga (1)
Triste por mi viudez, una aprovecho a entregarme a un amo
ENTREGADA POR UNA AMIGA(1)
Mi nombre es Nora, de 32 años, 1,65, cabello castaño tirando a rojizo, ojos verdes y según comentan de muy buen cuerpo. Esta es mi vida.
Me puse de novia con Raúl a los 18 años. El tenía 25 años. Dos años después nos casamos, enamorados los dos. Como Raúl trabajaba para una empresa multinacional postergamos tener hijos hasta no establecernos en un lugar definitivo, pues vivíamos de tres a seis meses en distintos países. Así conocí toda Europa, America y algunos países asiáticos y africanos. En todos lados estaba acostumbrada a tratar con gente de distintos extractos sociales.
Cuando cumplí 28 años pudimos establecernos en un país y convinimos en tener hijos ya. Paso un año y nada, no quedaba embarazada. Según los estudios médicos ambos éramos fértiles, así que era cuestión de tiempo. Lamentablemente Raúl falleció en un accidente de transito y quede sola.
Con 30 años, ya era viuda. Mis familiares y amigos trataron de animarme y ayudarme a pasar esos duros momentos. Mis amigas preparaban citas para mí con distintos hombres, pero yo no podía olvidarme de mi marido y los rechazaba.
Mi amiga mas intima, Rocío, era la que insistía más en lograr que me enganchara con alguno.
ROCIO: vas a tener que ir a un sicólogo, Nora
NORA: estas loca, para que voy a ir. Creo que es normal, viví casada 10 años con Raúl, y muy felices. Ahora estoy pasando un momento duro, con su muerte.
ROCIO: Nora los años pasan rápido y debes volver a creer en la vida. Conseguir un nuevo amor y tener los hijos que ambicionabas con Raúl.
NORA: no quiero sicólogos porque empiezan a hurgar en tu vida desde que naciste. Yo tuve una infancia y juventud realmente fantásticas y no quiero pasarme años hablando de mí ante una persona. Mi problema ya lo se, la muerte de mi marido.
ROCIO: ves reconoces por lo menos tener un problema. Yo tengo un sicólogo amigo muy bueno y no va hacerte perder tiempo e ira al centro del problema.
NORA: bueno Rocío, para dejarte tranquila voy a ir una vez sola. Después de eso prométeme me dejaras tranquila a mi
ROCIO: perfecto, ya voy a casa y lo llamo para ver cuando te puede atender y luego te digo.
NORA: buenos, tú me vas acompañar?
ROCIO: si quieres voy y te espero en la confitería de la esquina. Sabes que no puedo estar en la consulta.
NORA: bien, total son 45 minutos.
ROCIO: vas a ver como te va a cambiar en pocas secciones.
Se fue Rocío con sus locuras y yo me quede con mis recuerdos. A la hora sonó el teléfono y era Rocío, para decirme, que tenia cita para mañana. Bien, acepte ir. Parece que no tenía mucho trabajo, para darme tan pronto un turno. Según Rocío se quedaba una semana y luego salía de vacaciones, pero que a su pedido había accedido a atenderme pese a ya no trabajar.
Al día siguiente Rocío vino como tres horas antes, para ver como me iba a vestir. Cuando me vio quedo conforme. Llevaba una pollera amplia, hasta mis rodillas y una blusa blanca no muy transparente. Zapatos tipo mocasín. Lógicamente tenía ropa interior. Salimos con tiempo y fuimos a la confitería, adonde me iba a esperar Rocío después. Estábamos charlando las dos y sonó el celular de Rocío. Hablo solo unos segundos.
NORA: quien era RO?
ROCIO: una llamada equivocada. Bueno, mira la hora, debes ir ya. Te espero acá
NORA: bueno ahí voy, solo para que quedes conforme.
Me levante y salí sola a la calle. Camine hasta el edificio y me quede en la puerta del mismo, sin llamar, dudando en hacerlo. Pero con tal de sacarme de encima a Rocío con esto, toque el timbre. A través del aparato una voz pregunto quien era y abrió la puerta al contestarle yo. Subí al ascensor hasta el quinto piso. vi. que eran semipisos y el del sicólogo era el "A".
Me pare en la puerta, toque timbre y escuche que se abría la mirilla primero y la puerta después.
NORA: el doctor Alejandro ?
ALE: si, tú debes ser Nora no?
NORA: si doctor
ALE: pasa, no te quedes en la puerta
NORA: si, gracias.
ALE: sígueme, vamos al estudio.
Era un hermoso departamento de tres ambientes con dependencia de servicio, por lo pude ver. No se escuchaba ningún ruido desde la transitada calle.
NORA: que silencio hermoso hay acá.
ALE: si, tiene un aislamiento que hice poner yo cuando lo compre. Acá no se escucha absolutamente nada. Estando en el pasillo tampoco escuchan lo que pasa aquí dentro. Es una forma de estar solos y que la paciente se encuentre cómoda.
NORA: la verdad es un silencio total.
ALE: tiéndete en ese sofá y relájate bien, enseguida vengo.
NORA: si doctor.
Quede sola, era maravillosa la tranquilidad que había. Esperaba viniera el doctor porque si no me iba a dormir. El doctor era una persona de unos 45 años, bien cuidados, voz bien varonil y lo más destacable era que tenía una mirada difícil de sostener.
Entro de nuevo y yo estaba acostada como había pedido.
ALE: bien, esta cómoda ahí
NORA: si doctor.
ALE: (con la mirada intensa sobre mi) cuéntame brevemente tu vida
NORA:(no podía mantener esa mirada y bajaba la mía) me llamo Nora, tengo casi 31 años y soy viuda desde hace casi dos años.
ALE: en esos 2 años has salido con otros hombres.
NORA: si, mis amigas estaban empeñadas en conseguirme candidato, en especial Rocío, pero a mi no me interesaba ninguno.
ALE; como se conforme tu familia actual?
NORA: (tratando de esquivar, sin lograrlo, esa mirada profunda) yo sola doctor. Mis padres fallecieron hace 8 años, no tengo hermanos. Como le dije sola.
ALE: y la de tu marido
NORA: igual que yo doctor, único hijo, padres fallecidos.
ALE: te casaste enamorada.
NORA: los dos estábamos muy enamorados.
Mirándome fijamente y yo bajando la mirada mía dijo
ALE: tienes que olvidar el pasado, ya no hay remedio para eso, debes vivir tu vida
NORA: mi vida era con Raúl, doctor
ALE: veo que eres capaz de mortificarte a si misma.
NORA: es mi temperamento, doctor
ALE: veo también en ti una mujer sumisa, que necesita alguien que la guíe. Tu marido era de guiarte o de pensar por ti.
NORA: si doctor, el ocupaba mucho de mi. Estaba en todos los detalles.
ALE: veo también que en todo este tiempo, que estas conmigo aquí, no me has sostenido la mirada en ningún momento.
NORA: como se dio cuenta de eso?
ALE: observándote. Parece que necesitases una persona que guíe tu vida, tanto en lo material que en lo sexual.
NORA: No se
ALE: espera no hables más hasta que yo te diga que hables y presta mucha atención a las preguntas que te voy a hacer.
NORA: bien doctor
ALE: dime tu vida sexual con Raúl tenia mucha frecuencia
NORA: era frecuente
ALE: cuantas veces en la semana cojias
NORA: (roja avergonzada) dos o tres veces por semana
ALE: con esta edad era muy poco. Sexo convencional o tenían variantes.
NORA:(ardiendo mi cara) siempre convencional.
ALE: tu abajo y el arriba y viceversa
NORA: el arriba siempre.
ALE: bien, por hoy es suficiente. Mañana vendrás a la misma hora, estaremos más tiempo. Tenemos que aprovechar todo antes del domingo, que salgo de viaje.
NORA: bien doctor, hasta mañana entonces.
ALE: hasta mañana Nora.
Salí del edificio temblando y fui a buscar a Rocío.
ROCIO: como te fue?
NORA: bien, había momentos que preguntaba cosas muy intimas y me hacia poner mal. Especialmente en lo sexual.
ROCIO: bueno para eso esta no? Tiene que sacar lo que tienes dentro de ti. Cuando vuelves.
NORA: mañana martes a la misma hora, voy a estar más tiempo. Quiere todos los días, hasta el domingo que se va a afuera.
ROCIO: bárbaro, vas a estar muy bien.
Pase la noche casi en vela, solo dormitaba a veces. Sentía sobre mi la mirada de el y al mismo tiempo mi concha se humedecía. Daba vueltas en la cama y varias veces me senté en el bidet con agua fría para calmarme el fuego que tenia dentro de mí. Otras veces tomaba un baño. Por fin casi al amanecer, pude conciliar bien el sueño.
Me levante tipo 8 de la mañana, me bañe y tome un desayuno bastante cargado de café.
Mi mente estaba en lo sucedido durante el día y la noche y en que podría suceder hoy a la tarde. Vino otra vez Rocío a buscarme y fuimos al consultorio. Como siempre, Rocío, preguntaba. Llegamos se quedo en la confitería a esperarme, pese a yo de dije, que según el doctor iba a durar mucho la sesión.
Fui al edificio, toque timbre y abrió.
ALE: la puerta del departamento esta abierta, entra y recibirás instrucciones mías por micrófono.
Abrí la puerta con un poco de temor y entre, asegurándome de cerrarla bien. Escuche su voz por micrófono.
ALE: ve al baño y date una ducha. Luego ponte solo sujetador y tanga y ve al sofá y te relajas. La otra ropa la dejas en el baño
NORA: oiga que dice doctor?
ALE: calla y haz caso o quieres que lo haga yo
NORA: no entiendo que se propone
ALE: no debes entender, solo obedecer. Tienes dos minutos para estar bajo la ducha.
Su tono de voz era intimidante. Fui al baño, me pegue una ducha rápida y coloree un poco mi rostro. Me encamine hacia el sofá en el estudio y me acosté en el. Me sentía mojada, excitada y pensaba que me estaba sucediendo con ese hombre.
De pronto entro en la sala, cubierto solo con una bata una fusta en su mano. Sentí miedo, pero al mismo tiempo me sentía mas humedecida.
Se dirigió hacia mí, a mis espaldas. De pronto descargo sobre mi muslo un fustazo que me hizo temblar y llorar.
ALE: cuando te doy una orden no se discute ni se pregunta.
NORA: (solo atine a decir) si doctor.
ALE: a partir de este momento eres mi sumisa y debes llamarme AMO.
NORA: si doctor
ALE: (descargando un segundo fustazo en mi otro muslo) como?
NORA: si AMO
ALE: así esta mejor. Vas a ser mi puta y de quien yo quiera.
NORA: si AMO
ALE: sácate el sujetador.
Dude en hacerlo y cuando recibí el tercer fustazo me lo saque, tirandolo al suelo, para
cubrirme las tetas con mis manos.
ALE: (dándome otro fustazo) manos al costado.
Con lágrimas en mis ojos obedecí, no quería recibir más fustazos, me dolían los muslos
ALE: ahora la tanga. Una vez que la saques, con tu boca me la alcanzas en cuatro patas como una perra.
Obedecí temerosa de un nuevo fustazo. Se la ofrecí con mi boca.
ALE: vaya, vaya que mojada esta. A ver la conchita como esta?
Tocándome la concha dijo
ALE: esta recaliente puta. Acércate.
Me acerque y puso en mi cuello un collar.
ALE: este collar de perra debes usarlo noche y día, acá en casa o fuera de ella, salvo otra indicación mía. Entendiste
NORA: si AMO.
ALE: tu concha no esta depilada, nunca lo hiciste?
NORA: no AMO, solo la recortaba.
ALE: así da asco usarte. Más tarde te depilare yo mismo. Es una pena que ese cuerpo que tienes no haya sido usado totalmente, solo concha. Se ve que tu finado esposo no tenía mucha experiencia con mujeres.
Sacando de un maletín un par de esposas fue detrás de mí y esposo mis manos a mi espalda.
ALE: sígueme de rodillas, como puedas, si tienes que arrastrarte te arrastras.
Me costo trabajo seguirlo de rodillas, sin otro apoyo. Entramos al dormitorio, donde había una cama matrimonial más grande de lo normal. Se saco la tunica, quedando desnudo ante mí.
Era impresionante la pija que tenia. Yo que solo conocía la de mi marido pensé que la de mi difunto esposo era solo un juguete a comparación con esta que tenia frente a mis ojos.
ALE: ahora me chuparas la pija y los huevos. Debes tragarte toda la leche que tire. Si derramas algo en tu cuerpo o en el suelo, lo limpiaras con tu lengua, luego que te libere las esposas. Yo te guiare a que te chupes la primera pija de tu vida.
Saco del maletín tres broches metálicos y puso dos en cada uno de mis pezones. Dolían una barbaridad. El tercero lo apretó en mi nariz, por lo que me obligo a respirar solo por la boca. Me tomo de los pelos de mi nuca y acerco mi cara a su tremenda pija. Puso en mi boca sus peludos testículos y me hacia chuparlos. Cuando veía que me faltaba el aire, tiraba de mi pelo liberando mi boca, gritando
respira. Yo alcanzaba a dar no más de dos bocanadas de aire que ya metía su pija de nuevo en mi boca. Hacia entrar y salir con mucha rapidez su pija de mi boca. Sacaba nuevamente y gritaba respira y volvía a meterla. Me cojia la boca a un ritmo infernal. Yo jadeaba constantemente y creía me iba a desmayar. Parecía no querer acabar y para mi era un suplicio por la falta de aire.
De pronto dejo la pija dentro de mi boca, comenzó a tirar todo su semen dentro de mi boca. Me hizo atragantar, trague mucho semen, pero por la comisura de mis labios también tire. Saco el broche de mi nariz siempre con la pija en mi boca, trate de respirar agitadamente. Tosi y me atragante tanto que de mi nariz salían algunos hilillos de semen.
Tenía su semen en mi boca, mi cara y mis tetas. Saco mis esposas y con mis dedos limpie el semen y lo chupaba. Estaba destruida, aun respiraba agitadamente, como faltándome el aire. Luego me hizo limpiarle bien su pija con lengua.
ALE: has estado muy bien puta, por ser tu primera vez.
Luego apareció para depilarme tanto la concha como el culo.
Se acostó en la cama e hizo que lo montara a caballo. Tenía su gruesa y larga pija dentro mi concha y me hizo cabalgar. Subía y bajaba infernalmente. Inclinando mi torso hacia atrás, mientras seguía cabalgando, apretaba mis tetas con sus manos que impedían que me viniera hacia delante. Pellizcaba mis pezones de tal forma que me retorcía y aumentaba el galopar.
Por fin pude inclinar mi cuerpo hacia delante y mordía mis pezones, hasta acabar los dos juntos de una manera infernal. Me hizo limpiar su pija con mi lengua e indico que bajara de la cama y me tirara en el suelo, mientras el descansaba en la mullida cama.
Luego se levanto y se puso la tunica, para luego sentarse en el sillón mirándome.