Entre tu realidad y mis fantasías Part2
La conversación continua y las peticiones de Yessica se hacen cada vez más interesantes. Que pasó y que estoy inventando? Decídelo tu.
-No puedo creer en todo lo que piensas cuando me tienes cerca.
-eres testigo de cómo me pones con solo verte en la Universidad. No lo dudes
Nuestras conversaciones se extienden entre mensajes y mensajes de whatsapp… ya subiré lo demás.
-¿Puedes narrarme de una manera más personal? Te siento distante y en lo personal me gusta sentir que me hablas mientras leo tus oscuras perversiones.
-Podría intentarlo. –Respondí a su mensaje después de llegar de la clase que recién habíamos tomado juntos.
Golpeo la puerta con la necesidad de verte de nuevo y precisamente te veo cuando atiendes a mi llamado. Te ve preciosa.
Me miras con una expresión acusadora y yo me pregunto el porqué de tu mirada, pero sé que se debe a mi demora. Deseaba tanto pasar el tiempo contigo que cuando terminé mi compromiso corrí en tu búsqueda y tan pronto te encontré no pude evitar tocarte como siempre lo hago. Necesitaba que supieras que mi cuerpo te anhela tanto como siempre. Te encontré lejos de donde usualmente nos sentamos, pero no me importo, pues mis manos sin una pizca de recato fueron a por ti. No había ningún titubeo en mi pulso mientras que a ti te sentía temblar.
Comencé a tocarte, aunque aún me detenías. Es una mezcla de frustración y excitación la que me recorre cada que me frenas porque sé que de seguir simplemente no resistirías.
Meto mi mano entre tu pantalón y se me hace agua la boca al sentir tu piel tan suave. Deseo más, deseo tocar mucho más. Pienso cuando me hago a tu lado y con disimulo paso mi mano por tu escote donde tus senos esperan por mí. Meto mi mano entre tu sostén y te acaricio con insistencia. Me detienes, pero cada que lo haces vuelvo a retomarlo como un juego del gato y el ratón que solo aumenta tus ganas de revelarte ante las ataduras que te mantienen encadenada.
Comienzo a excitarme cada vez más hasta que no puedo aguantarme y encamino tu mano hasta mi miembro. Veo tu sorpresa y me fascina. Te hago tocarme e inmediatamente siento y veo en ti una excitación creciente que te embarga en apenas esos segundos en los que ya no es mi mano la que mueve la tuya, en esos segundos donde se acelera tu respiración y me evades la mirada.
Ya no sostengo tu mano por que la mía se pierde entre tu pantalón al abrir tus piernas y acceder a tu coño. Te acaricio con firmeza y de verdad que estas empapada. Me coloco frente a ti oculto tras la enorme pantalla del computador mientras nos masturbamos mutuamente. Me evades la mirada con pena, pero yo te hago verme al sujetar tu maxilar con mi mano libre. Me acerco como si fuese a besarte, pero solo coloco mi boca a escasos milímetros de la tuya, donde nuestras respiraciones se mezclan.
Meto mis dedos en tu jugosa vagina mientras te hago desabrochar mi pantalón. Mi verga sale dura de él mientras lo tomas. Yo hago lo mismo al sentir lo húmeda que está tu ropa interior.
Te masturbo con fuerza, trato de igualar tu ritmo, pero yo termino haciéndolo más rápido. Te veo excitada y escucho tus gemidos. Me calientas de verdad.
Con mi mano libre desacomodo tu blusa y sostén y descubro tus senos. Te acaricio mientras paso por ambos y con mi boca los chupo. Paso mi lengua por ellos generando una cosquilla continua entre tu piel y tus pezones.
Lo hago cada vez más y más intenso mientras te derramas en mis manos y el líquido pre seminal se desborda de la punta de mi verga empapando tu mano. Te escucho gemir intensamente, cada vez más fuerte y rápido mientras tu mano se torna vigorosa.
Sigo tu ritmo y te sonrió con malicia y lascivia. Cuando siento que estoy por terminar, acelero el movimiento de mi mano. Mis dedos irrumpen en tu sexo deslizándose con facilidad mientras siento como te estremeces internamente. Te detienes por completo, pero yo tomo tu mano y hago que continúes hasta que también me corro y mi semen se dispara hacia ti.
Jadeamos mirándonos con la sonrisa del gozo y el deseo juntos.
-vámonos de aquí. –Te dije y cual cómplice me miraste sabiendo lo que pasaría si salíamos del salón.
A nuestro alrededor no permanecía nadie y entiendo el porqué de haberte sentado en un lugar tan alejado. Después de todo aun cuando yo controlo la situación, algunas cosas terminan siendo por obra tuya. Me pregunto si escogiste tu lugar deseando que pasara o si fue deliberado. Nada interesa ahora. Salvo la excitación de ver a nuestros compañeros por los bordes de la pantalla de computador que nos oculta y al profesor dictando clases. No puedo creer que nadie viese algo.
Me acomodo el pantalón intentado colocar mi verga hacia el lado derecho para no evidenciar la erección que aun continua. Pensando en una forma de salir simplemente opto por hacerlo simplemente. Haber llegado tarde ya no me importa así que me escabullo y cruzo la puerta cerrándola tras de mí. A los pocos minutos sales, me ves esperándote sentado y te noto repentinamente nerviosa. Al acercarme te tomo de la mano y avanzamos por un pasillo del segundo piso. Todos están en sus salones aunque es poca gente. Las ventajas de estudiar en jornada nocturna.
Sin poder contenerme más te jalo hacía mí para abrazarte, me apoyo en una de las paredes y me lanzo en busca de tu boca. De esos labios que me hacen perder la poca cordura que tengo. Realmente no me importa la cámara que tenemos encima pero juzgando el evidente éxtasis entre ambos. Imagino al guarda de seguridad viéndonos cual voyeurista envidioso.
Nuestras lenguas se encuentran entrelazándose una a la otra, jugando en círculos entre nuestras bocas mientras ambas se humedecen con rapidez. Con mis manos en tu cadera te presiono con fuerza contra mi verga y de inmediato veo tu expresión. Tus ojos se abren mientras muerdes tu labio inferior. De la nada comienzas a moverte y el roce de nuestros sexos aun con la ropa nos determina a continuar.
-no puedo creer que me estés haciendo esto.
-pero te gusta, de lo contrario no estarías aquí frotándote contra mi verga.
-cállate. No digas esas cosas.
Y como siempre cuando me dice que no hagas algo con mayor impaciencia buscaré llevarte la contraria. Cuando me acerco a tu oído paso mi lengua por el contorno de tu lóbulo y generando una cosquilla continua que te estremece completa.
-Podría comerte el coño aquí mismo si quisiera.
-¿Entonces no quieres?
No me esperaba tal respuesta, pero la mía fue mi ímpetu salvaje al empotrarte contra la pared justo después de girarnos. El botón de tu pantalón cedió antes de jalar de él, lo bajo junto con tu panty y perdido en el deseo hundo mi boca entre tus piernas. Te succiono salvaje, directo a tu clítoris. Paso mi lengua de arriba hacia abajo entre tus labios mientras te separo más las piernas con mis manos y busco llegar al fondo de tu sexo húmedo y palpitante.
Como puedo miro hacia arriba para no perderme nada. Veo en ti el gozo y éxtasis a partes iguales desbordando de cada expresión, de cada gemido, de cada exhalación. Siento tu mano agarrando mi cabello y presionándome contra tu coño mientras sacas tu ingle groseramente para que te coma mejor. Me haces frotar mi boca a tu coño y lo haces tan fuerte que también alcanzas a empapar la punta de mi nariz. Tus fluidos se derraman a raudales entre tus piernas y yo relamo subiendo por ellos, no quiero perder ninguna gota.
-Quien te ve tan tímida.
-¡Cállate y chúpame el coño joder!
Seguimos así por lo que a mí me parecen horas. Tan habido como intempestivo continuo hasta que se duerme mi mandíbula debido a la intensidad. Me detengo y saco mi lengua para meterla entre tu interior. Con ambas manos en tus nalgas te presiono aferrándome a ellas para hacerte mover la cadera, prácticamente te follo con mi lengua que se entierra en tu coño como si fuera una verga.
Cuando me doy cuenta te encuentras agarrándote las tetas bajo tu ropa. Miras arriba a donde la cámara toma perfectamente tu rostro perdido en el éxtasis creciente que tu cuerpo irriga en oleadas constantes. Tu mano sube a tu boca para acallar los gemidos y es ahí donde me vuelvo frenético. Te succiono casi con violencia el clítoris hinchado, enhiesto a su máxima expresión mientras lamo como animal.
-putaaa!!... me… me corrooo!!!
Alcanzo a escucharte segundos antes de derramarte en mi cara.